La miner¨ªa amenaza el centro sagrado del mundo
Dos periodistas locales relatan c¨®mo una empresa canadiense lleva a?os intentando extraer el oro y otros ricos minerales del territorio ind¨ªgena colombiano de los Jaguares del Yurupar¨ª. Robin, de la etnia macuna, y los suyos intentan impedirlo. Segunda entrega de la serie ¡®Destellos del Amazonas¡¯
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Robin Elkin D¨ªaz Mira?a, ind¨ªgena macuna, cuida la pureza de los saberes de siete pueblos que conviven en el Resguardo y Parque Nacional Natural Yaigoj¨¦ Apaporis, entre Amazonas y Vaup¨¦s, Colombia. M¨¢s de una d¨¦cada lleva la lucha de Robin contra empresas multinacionales mineras y balseros ilegales que se quieren llevar parte de la riqueza de sus ancestros, como es el oro.
Yaigoj¨¦ Apaporis, un territorio amaz¨®nico de 1.056.023 hect¨¢reas, es la casa de los pueblos cabillar¨ª, tanimukas, letuamas yahunas, yuhup, barazano, yauna y macunas. En total habitan 22 comunidades que conviven en los alrededores de las caudalosas cuencas de Pir¨¢ Paran¨¢, Apaporis, Mirit¨ª Paran¨¢, Caquet¨¢ y Vaup¨¦s.
Este lugar est¨¢ conformado por un complejo natural de cascadas y corrientes de agua por ¡°donde fluye todo el conocimiento de los pueblos¡±, como dicen los sabios del lugar, y se suma al gran macroterritorio conocido como Jaguares del Yurupar¨ª, el cual corresponde a un ¨¢rea de ocho millones de hect¨¢reas y se encuentra localizada en la cuenca hidrogr¨¢fica de los r¨ªos Vaup¨¦s y Caquet¨¢, en la selva amaz¨®nica. All¨ª, distintas etnias comparten el ritual del Yurupar¨ª, el mito de origen de la Laguna de Leche y costumbres como la siembra, el cultivo de la chagra, la pesca y la caza.
Hoy, la voz de Robin se hace escuchar porque alerta que en medio de la pandemia este macroterritorio est¨¢ en riesgo. Por un lado, hay amenazas de extracciones ilegales de oro, y temen que el Gobierno otorgue t¨ªtulos mineros como lo hizo en el pasado al favorecer una empresa multinacional. Adem¨¢s, la enfermedad de la covid-19 ronda en sus comunidades.
¡°Uno de los sitios m¨¢s sagrados que hay en el Yaigoj¨¦ Apaporis es La Libertad o Yuisi, porque all¨¢ fue donde los dioses dijeron que es el centro del mundo de todos los pueblos¡±, dice Robin, un l¨ªder que lleva en su sangre dos culturas ancestrales amaz¨®nicas: su padre es macuna y su madre es mira?a.
Robin trae a la memoria uno de los episodios de la historia de su resguardo. Recuerda que en La Libertad fue donde la empresa canadiense Cosigo Frontier, en 2007, pretend¨ªa extraer oro violando los derechos fundamentales para la protecci¨®n de los pueblos como la consulta previa, y dividiendo a las comunidades. Pese a que Cosigo logr¨® obtener t¨ªtulos mineros, su acci¨®n fue detenida por las autoridades nativas del territorio.
¡°Cuando hubo la amenaza minera, todo el mundo dijo: si se va a explotar en ese sitio es como acabar con nuestros conocimientos, con nuestra vida. Se interpusieron y dijeron: no, esa actividad no, ah¨ª no est¨¢ permitida ninguna actividad humana¡±, relata Robin. Esta lucha fue guiada a trav¨¦s de las palabras de los sabedores y abuelos de los siete pueblos que all¨ª conviven y que a¨²n sobreviven, pese a las distintas bonanzas como el caucho, las pieles y las maderas finas que los ha venido desplazando.
¡°Esos minerales tienen una importancia para nosotros, para ejercer curaciones, bailes y rituales, entonces estamos diciendo que no se puede hacer esa actividad; por eso dijimos que hay que crear un parque para proteger ese territorio¡±, precisa Robin, actual coordinador de Territorio y Medio Ambiente de la Organizaci¨®n Asociaci¨®n de Capitanes Ind¨ªgenas del Yaigoj¨¦ Apaporis (ACIYA).
El l¨ªder agrega que uno de los mayores avances para resguardar su territorio se dio en 2009, cuando las comunidades lograron detener el ingreso de Cosigo y se acord¨® proteger el lugar bajo la figura de un parque natural.
Yaigoj¨¦ Apaporis ha caminado varios procesos. Primero, en 1988 fue creado el resguardo con una extensi¨®n de 518.320 hect¨¢reas. Luego, en 1998, el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (Incora) ampli¨® el territorio a 1.020.329 hect¨¢reas y, finalmente, en 2009 se constituy¨® el Resguardo Parque Nacional Natural y se complet¨® las 1.056.023 hect¨¢reas.
Robin agrega que la multinacional, adem¨¢s, dividi¨® a las comunidades. En 2007 tan solo exist¨ªa la organizaci¨®n Autoridades de Capitanes de Yaigoj¨¦ Apaporis ACIYA, pero fueron tan perversas las intenciones con la que ingres¨® la minera que llevaron a las comunidades del lado de Vaup¨¦s a crear la Asociaci¨®n de Comunidades Ind¨ªgenas de Taraira Vaup¨¦s (Acitava).
¡°La multinacional empieza a desinformar a las comunidades para tratar de convencerlos de las ventajas de un proyecto minero. Rompieron el proceso pol¨ªtico de estas y se crearon dos asociaciones ind¨ªgenas para torpedear la consulta y la creaci¨®n del parque¡±, manifiesta Sergio V¨¢squez, asesor jur¨ªdico de la Fundaci¨®n Gaia Amazonas, organizaci¨®n que acompa?a a los ind¨ªgenas en el fortalecimiento de sus derechos.
En 2014, la Corte Constitucional dio a conocer mediante una sentencia que comprob¨® que la finalidad de la empresa minera Cosigo Frontier Mining Corporati¨®n era la de ¡°desvirtuar las bondades derivadas de la declaraci¨®n de un Parque Nacional Natural, persuadir a las comunidades de los beneficios de la explotaci¨®n minera, adelantando para ello una posible campa?a de desinformaci¨®n¡±.
De ese proceso aprendieron que las grandes mineras pueden llegar a generar atropellos a sus din¨¢micas culturales y colectivas, y por esa raz¨®n ahora est¨¢n m¨¢s unidos. Las comunidades ubicadas en la regi¨®n de Vaup¨¦s retomaron el nombre de Asociaci¨®n de Capitanes de Yaigoj¨¦ Apaporis Vaup¨¦s (Aciyava) para trabajar conjuntamente con la organizaci¨®n ACIYA de Amazonas.
Robin destaca la fuerza organizativa, as¨ª como su cultura, lenguas y creencias que todav¨ªa preservan. ?l, por ejemplo, un hombre de voz pausada, comparte que adem¨¢s de su lengua propia macuna, entiende y habla ¡°tanimuka, letuama, cavillar¨ª y un poco de yukuna¡±; cinco de los siete idiomas que perviven.
T¨ªtulos mineros y r¨ªos ¡®enfermos¡¯
Los Jaguares del Yurupar¨ª, sembradores de yuca brava y dulce, tejedores de canastos de fibras de las palmas que crecen en la selva y cantores de rezos sagrados, hoy tienen otros temores. Las amenazas de la miner¨ªa contra el territorio se mantienen. Sienten cada vez m¨¢s cerca la presi¨®n de balseros ilegales que se adentran en los r¨ªos para sacar oro con dragas y usando mercurio que contaminan sus r¨ªos, y ven que el Gobierno sigue otorgando t¨ªtulos mineros.
En el Amazonas colombiano, en medio de la pandemia, el pasado mes de junio las autoridades detectaron varias balsas ilegales sobre los r¨ªos Pur¨¦ y Purit¨¦, seg¨²n inform¨® Sousa Valencia, secretario de Agricultura de la Gobernaci¨®n de Amazonas.
¡°Se convoc¨® al Comit¨¦ (departamental de lucha contra yacimientos mineros) de manera extraordinaria y desde la fuerza p¨²blica, acompa?ada por la Polic¨ªa, la Fuerza A¨¦rea y el Ej¨¦rcito se adelantaron algunas acciones que permitieron la destrucci¨®n de estas dragas y la incautaci¨®n de algunos elementos relacionados con esta actividad¡±, agreg¨® el funcionario. El resultado fue la destrucci¨®n de diez dragas para la extracci¨®n de oro en el Parque Nacional Natural Pur¨¦.
Tambi¨¦n, en la parte baja del r¨ªo Caquet¨¢, los ind¨ªgenas alertan que balseros con dragas siguen sacando oro sin piedad.
De forma adicional hay que tener en cuenta los 54 t¨ªtulos mineros otorgados en buena parte de la regi¨®n Amaz¨®nica (que la integran los departamentos de Amazonas, Caquet¨¢, Guain¨ªa, Guaviare, Putumayo y Vaup¨¦s), los cuales fueron entregados entre el periodo 2014 a noviembre de 2020, seg¨²n respondi¨® la Agencia Nacional de Miner¨ªa (ANM) a un derecho de petici¨®n enviado por Agenda Propia. En Vaup¨¦s, est¨¢ vigente un t¨ªtulo para la explotaci¨®n de tierras negras o colt¨¢n, que tambi¨¦n ha sido cuestionado. Los l¨ªderes ind¨ªgenas denunciaron que se viol¨® la consulta previa, seg¨²n se rese?¨® en el reportaje Defensores de los cerros sagrados.
Todas estas presiones que ponen en riesgo la vida de los pueblos ind¨ªgenas, se suman a la covid-19. El departamento de Amazonas fue uno de los mayores epicentros de contagio en el sur de Colombia. En el ¨¢rea no municipalizada de La Pedrera, puerta de entrada al Yaigog¨¦ Apaporis, fue el segundo foco de contagio en esa regi¨®n, contando con 79 casos confirmados. A fecha del 18 de febrero de 2021, el Instituto Nacional de Salud de Colombia report¨® que en el Amazonas van 4.531 contagios y 154 fallecidos.
En su momento, las autoridades tradicionales de Yaigoj¨¦ Apaporis, aconsejaron a los ind¨ªgenas no visitar La Pedrera para evitar los contagios. Ante esta situaci¨®n, muchas familias decidieron resguardarse en la selva por un tiempo. Sin embargo, para los mayores, esta enfermedad se explica como el resultado del abuso inminente de la naturaleza.
¡°Entrar a los sitios sagrados, sacar materiales, ¨¢rboles es lo que genera da?o y por eso la naturaleza nos est¨¢ cobrando. Como eso (la covid-19) sale de la tierra, los abuelos lo que hicieron fue guardar esa enfermedad otra vez a la tierra, para que no vuelva a brotar o no sea una cosa fuerte para las comunidades¡±, dice Robin, refiri¨¦ndose a sus creencias.
Liderazgos ambientales
Ante las m¨²ltiples amenazas que enfrentan los pueblos ind¨ªgenas de Yaigoj¨¦ Apaporis, sus habitantes se han encaminado hacia el fortalecimiento cultural y espiritual, adem¨¢s de implementar herramientas externas que ayudan a reavivar las voces de sus l¨ªderes, en defensa de su territorio ancestral. Para Robin y los Jaguares del Yurupar¨ª este lugar es considerado como una gran maloca, que se traduce en lengua macuna y barazano como ibiari.
Una de las acciones de defensa que llevan desde 2018 es el R¨¦gimen Especial de Manejo (REM), un sistema de protecci¨®n de Parques Nacionales de Colombia que convierte a Yaigoj¨¦ Apaporis en un ¨¢rea protegida de car¨¢cter especial donde los cuidados del medio ambiente parten de los conocimientos y saberes ancestrales de los pueblos ind¨ªgenas que la habitan.
Adem¨¢s, los hijos del Jaguar de Yurupar¨ª decidieron, el 30 de noviembre de 2019, convertirse en Consejo Ind¨ªgena de Yaigoj¨¦ Apaporis, de acuerdo con el Decreto Ley 632 de 2018 de Colombia. Se trata de una herramienta jur¨ªdica que permite a los pueblos ind¨ªgenas hacer funci¨®n de entidad p¨²blica y tener autonom¨ªa en el uso de sus recursos econ¨®micos, pol¨ªticos y territoriales.
Estos procesos de lucha y resistencia, han ayudado a que voces como las de Robin sigan firmes. Es un l¨ªder que ha heredado la palabra de sus ancestros, entre ellas, las de su padre, uno de los primeros sabedores macuna de su comunidad.
En su memoria resuena la importancia de preservar y vivir en equilibrio con la naturaleza y los lugares sagrados, incluso con la misma sociedad. ¡°La vida es mi territorio y mi cultura, eso siempre estar¨¢ en m¨ª y en mi esp¨ªritu¡± dice Robin, contemplando el horizonte mientras pilota su barca por el r¨ªo Apaporis.
Vanessa Teteye es periodista e ind¨ªgena bora. Edilma Prada es periodista de investigaci¨®n y directora de Agenda Propia.
Esta historia forma parte de la serie Destellos del Amazonas, coordinada en Am¨¦rica Latina por democraciaAbierta. En Colombia particip¨® el equipo intercultural de Agenda Propia con la vinculaci¨®n de periodistas ind¨ªgenas. La serie est¨¢ apoyada por el Rainforest Jounalism Fund del Pulitzer Center. Agradecemos los testimonios y material gr¨¢fico aportados por miembros de las comunidades retratadas en esta historia que permanecen aislados por causa de la covid-19.
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