El incendio que abre una vieja cicatriz a los rohiny¨¢s
Las llamas que arrasaron los cuatro campamentos rohiny¨¢ de Cox¡¯ Bazar, en Banglad¨¦s, dejan a esta etnia sin agua, comida y sin un techo donde resguardarse. El director de emergencias de World Vision relata lo vivido y las consecuencias de esta nueva crisis humanitaria
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El calor del sol es abrasador y el aire huele a cenizas quemadas en los cuatro campamentos rohiny¨¢ de Cox¡¯ Bazar, en Banglad¨¦s, por culpa de las llamas que arrasaron casi todo el pasado 22 de marzo. Aqu¨ª residen m¨¢s de 130.000 personas de esta etnia y, seg¨²n los informes de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM), el fuego afect¨® al menos al 66% de la poblaci¨®n de los campamentos. Pero nuestra sensaci¨®n es que el desastre es mucho mayor.
En 2017, estas mismas personas se vieron obligadas a huir de Myanmar, dejando sus pertenencias y seres queridos atr¨¢s. La tragedia se repite para ellas, ya que el incendio, totalmente devastador, les ha hecho perderlo todo de nuevo, con la misma sensaci¨®n que deja una cicatriz que vuelve a abrirse. Los peligros y las tragedias les persiguen all¨ª donde se encuentran.
La vida de la gente en los campamentos nunca fue f¨¢cil. Sin embargo, despu¨¦s de tres a?os de incansable labor humanitaria llevada a cabo por muchas organizaciones, entre ellas World Vision, se ve¨ªan rayos de esperanza para las familias, se viv¨ªan atisbos de poder vivir la vida con plenitud. No era una vida so?ada, pero la poblaci¨®n rohiny¨¢ ten¨ªa refugios, dispon¨ªa de alimentos, instalaciones adecuadas de agua, puntos de saneamiento e higiene o instalaciones educativas para los ni?os. Ahora las cosas han cambiado: muchos peque?os siguen desaparecidos, hay decenas de heridos y muchas personas se han quedado sin casa.
Fuego en Cox¡¯s Bazar: todo el mundo ha sufrido
Cuando se produjo el incendio en uno de los campamentos, la gente empez¨® a gritar, a sentir p¨¢nico, a correr de un sitio a otro. Quien nunca se ha enfrentado a algo as¨ª, no se puede imaginar lo que se siente cuando ocurre un incidente como este. El enorme fuego se extendi¨® r¨¢pidamente por el campamento densamente poblado. Gruesas columnas de humo se elevaban de los fuegos que ard¨ªan alrededor y que han acabado destruyendo miles de refugios y varias redes de agua en un abrir y cerrar de ojos. Redes que hemos tardado a?os en construir.
Miles de personas han resultado heridas y desplazadas, muchos ni?os han desaparecido y se sabe de la muerte de personas, vecinos, amigos¡ Las familias cuyos refugios no fueron da?ados o destruidos siguen afectadas por los da?os en las letrinas, las bombas de agua, las instalaciones sanitarias, los centros de aprendizaje, los mercados y los lugares de distribuci¨®n. Todo el mundo ha sufrido de una forma u otra.
Mis compa?eros y yo, est¨¢bamos en nuestra oficina cuando nos enteramos del tr¨¢gico incidente. Al momento, empezamos a prepararnos f¨ªsica y mentalmente para la respuesta, sab¨ªamos perfectamente la magnitud del desastre porque conocemos el lugar en el que trabajamos. Cuando el incendio se control¨® a media noche, enviamos inmediatamente un equipo de respuesta a los campamentos. Muchos de mis compa?eros estaban conmocionados, aterrados por las escenas que presenciaron, y algunos de ellos mentalmente alterados por el miedo y la ansiedad. Les apoyamos con asesoramiento psicol¨®gico para superar el shock. El equipo de respuesta suministr¨® r¨¢pidamente un total de 4.031 galletas de alta energ¨ªa y, al d¨ªa siguiente, 6.031 m¨¢s, ya que la gente llevaba dos d¨ªas sin comer.
Nos enfrentamos a muchos desaf¨ªos como es mantener la comida fresca con las altas temperaturas del verano
El equipo de evaluaci¨®n r¨¢pida se desplaz¨® a los campamentos afectados el 23 de marzo para evaluar el alcance de los da?os y las necesidades. Los estragos del incendio son enormes. Seg¨²n nuestras estimaciones, m¨¢s del 90% de las personas se han visto afectadas. Comprobamos que la escasez de alimentos es la principal necesidad que hay que atender en este momento. Por eso, con el apoyo del Programa Mundial de Alimentos, empezamos a proporcionar comidas calientes en el almuerzo y la cena a 50.000 personas cada d¨ªa.
Sin embargo, nos enfrentamos a muchos desaf¨ªos como mantener la comida fresca con las altas temperaturas del verano. Por eso ahora estamos planteando construir unas cocinas grandes para preparar los alimentos en el interior del campamento. Paralelamente, empezamos a reparar las redes de agua da?adas con nuestros conocimientos t¨¦cnicos, experiencia y recursos humanos. Debido a las abrasadoras temperaturas de esta ¨¦poca del a?o y a la pr¨®xima temporada de monzones, tenemos que trabajar r¨¢pido.
Como hab¨¦is podido leer, tenemos la sensaci¨®n de empezar desde el principio, todo se ha destruido y debemos que apoyar a la poblaci¨®n con lo m¨¢s b¨¢sico: comida y agua. Es cierto, la herida ha vuelto a abrirse, pero sabemos que podemos volver a curarla para seguir adelante. Como siempre, la infancia es nuestra principal preocupaci¨®n, por eso ya estamos planteando poner en marcha iniciativas de protecci¨®n infantil para que los ni?os y ni?as no vean vulnerados sus derechos una vez m¨¢s, y proporcionar materiales educativos para que los afectados por el incendio puedan retomar su educaci¨®n lo antes posible. Seguimos trabajando d¨ªa y noche sin descanso para devolver la esperanza a las v¨ªctimas del incendio, especialmente a los m¨¢s peque?os.
Fredrick Christopher es director de respuesta a la crisis rohiny¨¢ en Cox¡¯ Bazar de World Vision.
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