Plantaciones de aceite de palma y turberas, una convivencia imposible
Indonesia es el mayor productor de este cultivo del mundo. Un informe de Human Rights Watch denuncia concesiones y da?os al medio ambiente que amenazan el acceso a los alimentos de los habitantes de la isla de Borneo
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Las turberas, un tipo de humedal ¨¢cido en el cual se acumula la materia org¨¢nica, son ecosistemas que cumplen funciones ambientales valiosas a la hora de mitigar el cambio clim¨¢tico. Pero al deforestar y drenarlas, liberan el carbono y otros gases que calientan el clima en la atm¨®sfera. De ah¨ª la importancia de conservarlas y restaurarlas adecuadamente. Las de Indonesia almacenan aproximadamente 80.000 millones de toneladas de carbono, alrededor del 5% de todo el almacenado en el suelo a nivel mundial. Sin embargo, una combinaci¨®n de codicia corporativa y fracasos gubernamentales relacionados con la expansi¨®n de las plantaciones de aceite de palma en el oeste del pa¨ªs, est¨¢ causando da?os a las comunidades residentes y, tambi¨¦n, provocando graves efectos en el medioambiente, seg¨²n denuncia la ONG Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado este verano.
La acusaci¨®n principal de esta ONG es que el Gobierno de Kalimantan occidental, una de las cinco provincias de la parte indonesia de la isla de Borneo, est¨¢ promoviendo una mayor producci¨®n de aceite de palma, pero no est¨¢ garantizando que las empresas nacionales involucradas en las diversas etapas de su producci¨®n ¡ªdesde el cultivo de la palma aceitera, hasta la refiner¨ªa¡ª cumplan con la legislaci¨®n nacional. En los ¨²ltimos a?os, no se han producido mejoras en este sentido para los residentes ni la tierra, y adem¨¢s, nuevas leyes podr¨ªan facilitar los abusos.
El aceite de palma es un producto ampliamente utilizado para la fabricaci¨®n de alimentos, productos de belleza y biocombustible. Indonesia es el mayor productor de aceite de palma en el mundo y los ¨²ltimos a?os se han despejado grandes extensiones de sus bosques naturales para dar paso a estas plantaciones, aumentando significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las turberas en Indonesia almacenan aproximadamente 80.000 millones de toneladas de carbono, alrededor del 5% de todo el almacenado en el suelo a nivel mundial
En el informe ?Por qu¨¦ nuestra tierra?: La expansi¨®n del aceite de palma en Indonesia pone en riesgo las turberas y los medios de vida, HRW analiza la forma de trabajar de PT Sintang Raya, una empresa privada, subsidiaria de la Corporaci¨®n Deasang de Corea del Sur, en tres aldeas en Kalimantan occidental.
El texto denuncia que el Gobierno indonesio no est¨¢ protegiendo los derechos de las comunidades que viven en o cerca de estas turberas convertidas en agricultura comercial. Los residentes no solo no han podido expresar su opini¨®n sobre estos cambios, sino que quienes se han mostrado en contra, han sufrido las consecuencias, incluido el acoso e intimidaci¨®n policial. Seg¨²n HRW, la expansi¨®n de las plantaciones ha fomentado tambi¨¦n cientos de conflictos por la tierra, incluso entre comunidades formadas durante d¨¦cadas como parte de un programa de reasentamiento nacional patrocinado por el Gobierno central.
El programa de transmigraci¨®n de Indonesia es un plan de poblaci¨®n que consiste en trasladar a millones de familias de las islas m¨¢s pobladas (como la isla de Java), a las que lo est¨¢n menos (como Borneo). En los a?os setenta, muchas personas fueron reubicadas en los bosques, incluidas las turberas boscosas. Con el tiempo, la Administraci¨®n ha otorgado concesiones para la palma de aceite y otras plantaciones en las mismas ¨¢reas, motivo por el cual, las familias cuestionan los t¨ªtulos de propiedad obtenidos, ya que las compensaciones por perder sus territorios han sido m¨ªnimas o nulas.
En 2010, funcionarios del Gobierno, incluida la Polic¨ªa, organizaron una reuni¨®n con l¨ªderes comunitarios y representantes de PT Sintang Raya. Abdul Majid, un hombre de 42 a?os de una de las comunidades afectadas, asisti¨® a la asamblea. Seg¨²n expres¨® a la ONG, la compa?¨ªa dijo: ¡°Todos tenemos los permisos requeridos, puede hacer que diez abogados presenten una demanda, estaremos esperando¡¯. No hubo discusi¨®n sobre compensaci¨®n ni nada m¨¢s¡±.
Los miembros de las comunidades expresaron a HRW que las plantaciones est¨¢n perjudicando sus medios de vida
La autora del informe, Juliana Nnoko-Mewanu, explica que en 2011 los residentes de algunas aldeas tomaron medidas legales para reclamar sus tierras haciendo frente a esta empresa. ¡°Su petici¨®n fue exitosa¡±, dice. Y las apelaciones posteriores de PT Sintang Raya no siguieron adelante. En 2014, la Corte Suprema de Indonesia afirm¨® que la empresa deber¨ªa excluir de su concesi¨®n las tierras pertenecientes a los hogares que entablaron la demanda. Pero la compa?¨ªa no ha implementado la decisi¨®n y la agencia responsable del Gobierno no ha cumplido la sentencia judicial.
Los miembros de las comunidades expresaron a HRW que las plantaciones est¨¢n perjudicando sus medios de vida. Desde que la empresa comenz¨® a operar en la zona, han aumentado las plagas y se han registrado intrusiones de agua salada en la estaci¨®n seca, provocando un aumento de la salinidad del suelo y un bajo rendimiento de los cultivos, entre otros problemas.
En 2018, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, estableci¨® un equipo con el objetivo de acelerar un programa que facilitara a las comunidades locales un mayor control de sus tierras. Sin embargo, el informe recalca que estas acciones entran en conflicto con otras nuevas leyes destinadas a fomentar la inversi¨®n en Indonesia. Estas limitan la participaci¨®n p¨²blica y la supervisi¨®n del Gobierno.
Kalimantan occidental cuenta con turberas de unos 1,7 millones de hect¨¢reas, lo que supone alrededor del 29% del ¨¢rea total de la provincia. Y almacenan alrededor de 3,6 millones de toneladas de carbono. La tala y la demolici¨®n de los bosques para el cultivo de la palma aceitera ha provocado la p¨¦rdida de biodiversidad y libera enormes cantidades de CO? a la atm¨®sfera, provocando el hundimiento de la turba y haciendo que el suelo sea m¨¢s susceptible a incendios e inundaciones.
En 2015, los incendios de las turberas y el humo t¨®xico emitido, provocaron la hospitalizaci¨®n de m¨¢s de medio mill¨®n de personas a causa de infecciones respiratorias agudas, seg¨²n la Oficina de la ONU de Servicios para Proyectos (UNOPS). Los da?os directos e indirectos tambi¨¦n fueron evidentes. Significaron un costo aproximado de 16.000 millones de d¨®lares a la econom¨ªa nacional de Indonesia. Unos 13.500 millones de euros.
En 2015, los incendios de las turberas y el humo t¨®xico emitido, provocaron la hospitalizaci¨®n de m¨¢s de medio mill¨®n de personas a causa de infecciones respiratorias agudasOficina de la ONU de Servicios para Proyectos (UNOPS)
Durante m¨¢s de una d¨¦cada, HRW ha se?alado que la mala gesti¨®n de la tierra y la silvicultura de Indonesia tiene graves implicaciones globales. La investigadora Nnoko-Mewanu remarca que la ONG para la que trabaja ha publicado informes en este sentido en 2009, 2013 y 2019. El mismo 2019, ¡°un trabajo del Gobierno encontr¨® que 3,1 millones de hect¨¢reas, o alrededor del 19% del total de plantaciones de palma aceitera del pa¨ªs, estaban operando sin permisos gubernamentales v¨¢lidos en ¨¢reas forestales¡±, dice.
Wahyu Setiawan, jefe del Movimiento de Reforma Agraria de Kalimantan Occidental (AGRA), expres¨® a la ONG que en el caso de PT Sintang Raya, aunque ya hay un veredicto de la Corte Suprema, la empresa todav¨ªa est¨¢ funcionando como si esta sentencia solo fuera una hoja de papel sin sentido. ¡°El regente en ese momento, Rusman Ali, dijo en p¨²blico que la empresa deb¨ªa de cumplir el fallo judicial, pero a¨²n no lo hizo. Y que, legalmente, hab¨ªan hecho todo lo que pudieron¡±, concluye.
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