El ejemplo sudafricano prueba que el impuesto sobre el az¨²car funciona
Gravar las bebidas dulces ayuda a reducir su consumo. Ha sucedido en Sud¨¢frica desde 2018, cuando se estableci¨® la Tasa para el Fomento de la Salud. Los productores redujeron el ingrediente de sus refrescos para evitar el impuesto y trasladaron los costes a los consumidores, aumentando el precio de venta
Nota a los lectores: EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Planeta Futuro por su aportaci¨®n informativa diaria y global sobre la Agenda 2030. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
En lo que se refiere a la buena salud, las bebidas azucaradas son poco recomendables. Los cient¨ªficos que trabajan en este campo coinciden en que el consumo habitual de bebidas edulcoradas con az¨²car ¨Ccomo refrescos carbonatados, zumos azucarados y bebidas energ¨¦ticas¨C son un factor importante en la obesidad y enfermedades cr¨®nicas no transmisibles, como la diabetes de tipo 2. Tal modalidad, la m¨¢s com¨²n entre los adultos, es una alteraci¨®n en la manera en la que el cuerpo regula y usa esta sustancia dulce y provoca que un exceso de esta circule por la sangre. Esto puede causar trastornos circulatorios, nerviosos y del sistema inmunitario.
Una forma de conseguir que la gente consuma menos es que los gobiernos establezcan impuestos sobre el az¨²car. Sud¨¢frica aplic¨® uno en 2018, cobrando a los fabricantes una tasa sobre la venta de sus productos. En mayo de este a?o se public¨® la primera evaluaci¨®n sobre su efectividad y los autores afirman que est¨¢ dando resultados: los sudafricanos compran un 28% menos de bebidas azucaradas y, en consecuencia, han reducido notablemente su ingesta.
La llamada Tasa para el Fomento de la Salud fue un intento del Gobierno sudafricano de abordar la desbocada epidemia de diabetes que padece el pa¨ªs y las altas cifras de obesidad que son, en parte, causantes de ella. M¨¢s de la cuarta parte de los sudafricanos padece obesidad, y eso sit¨²a al pa¨ªs entre el 20% de las naciones con m¨¢s obesos del mundo. Y si a?adimos que aproximadamente uno de cada ocho adultos sudafricanos ¨Cm¨¢s de 4,5 millones de personas¨C es diab¨¦tico, se ve que hay problemas. De hecho, en 2018, la diabetes fue la segunda causa de fallecimiento entre los sudafricanos, despu¨¦s de la tuberculosis.
Mono de Coca-Cola
Los consumidores sudafricanos admiten que existe un problema. Seg¨²n un estudio publicado en 2019 en la revista Public Health Nutrition sobre las actitudes de los residentes del suburbio de Soweto hacia las bebidas azucaradas y el gravamen, la gente parece ansiar una soluci¨®n al problema: ¡°Todos los d¨ªas, antes de dormirme, despu¨¦s de comer, necesito tomarme una Coca-Cola¡±, contaba una joven.
¡°Entre las familias de mis amigos, la mayor¨ªa de sus padres, hermanos o hermanas son adictos a ella. La llevan bebiendo desde muy peque?os y algunos ya han cumplido 50 a?os¡±, comentaba otra mujer.
¡°Uf, si no la tengo, es como si me faltara algo. Es adictiva, la necesitas a diario¡±, reconoc¨ªa un hombre de m¨¢s edad.
La ciencia ha demostrado que con solo una soda al d¨ªa aumenta un 27% la probabilidad de que un adulto tenga sobrepeso
En el decenio 2002-2012, el consumo de bebidas azucaradas por parte de los sudafricanos aument¨® de 183 a 260 productos de la empresa Coca-Cola por persona al a?o. Para ponerlo en contexto: equivale a dos bebidas cada tres d¨ªas, en lugar de dos bebidas cada cuatro d¨ªas como ocurr¨ªa antes.
La ciencia ha demostrado que con solo una soda al d¨ªa aumenta un 27% la probabilidad de que un adulto tenga sobrepeso, porcentaje que asciende al 55% en el caso de los ni?os. Los de 9 y 10 a?os beben de media 254 productos de Coca-Cola al a?o (cuando la media mundial es de 89). Esta estad¨ªstica los convierte en los segundos mayores consumidores de bebidas azucaradas del mundo, explica Karen Hofman, una de las principales investigadoras acerca del impuesto sobre el az¨²car en Sud¨¢frica, que ha colaborado en la ¨²ltima evaluaci¨®n.
Enfermedades cr¨®nicas relacionadas con la obesidad, como la diabetes de tipo 2, constituyen un problema de salud p¨²blica. Aparte de los tr¨¢gicos costes humanos de la diabetes, la enfermedad supone tambi¨¦n una carga creciente para el sistema sanitario p¨²blico. Casi la tercera parte de los casos permanece sin diagnosticar y sin tratar, y un estudio reciente calculaba que, en 2018, solo los costes m¨¦dicos directos relacionados con la diabetes de tipo 2 en pacientes diagnosticados ascend¨ªan aproximadamente a 2.700 millones de rands, unos 157 millones de euros. Incluyendo los pacientes no diagnosticados, se calcula que estos costes aumentan a 21.800 millones de rands o casi 1.300 millones de euros, lo cual representa el 12% de todo el presupuesto sanitario nacional de ese a?o.
El mismo estudio calcula que en 2030 la enfermedad le costar¨¢ al sistema p¨²blico de salud 35.100 millones de rands (3.000 millones de euros), repartidos por igual entre el tratamiento de la enfermedad y complicaciones como insuficiencia renal, ictus, ceguera y amputaciones.
Estos c¨¢lculos no tienen en cuenta los costes indirectos adicionales, como p¨¦rdida de ingresos, desempleo, p¨¦rdida de productividad y discapacidad, los costes sociales relacionados con cualquiera de estas consecuencias, y la espiral descendente de mala nutrici¨®n como consecuencia de la pobreza.
C¨®mo funciona la Tasa para el Fomento de la Salud
Las bebidas azucaradas suponen un tercio de todo el az¨²car consumido por los sudafricanos. Las calor¨ªas proporcionadas por la modalidad l¨ªquida son especialmente perjudiciales, lo que explica en parte por qu¨¦ la tasa establecida en el pa¨ªs va dirigida espec¨ªficamente a este tipo de refrescos y no a todos los que contienen el ingrediente de formas naturales (como la leche o los zumos) o a alimentos con un alto contenido de az¨²car.
El impuesto es un gravamen en origen ¨Cen otras palabras, pagado por el fabricante¨C y se calcula sobre el contenido de az¨²car y no sobre el volumen total del producto. Los fabricantes pagan 2,1 centavos por cada gramo en 100 mililitros, tras un tramo gratuito de cuatro gramos en 100 mililitros.
Esta estructura anim¨® a los fabricantes a hacer dos cosas: primero, trasladaron la subida de costes a los consumidores, aumentando los precios al consumo. En segundo lugar, rebajaron los niveles de az¨²car de sus bebidas, para reducir su carga tributaria, sustituy¨¦ndola en muchos casos por edulcorantes no nutritivos.
Los edulcorantes no nutritivos son aditivos alimentarios con sabor dulce pero que a?aden poca energ¨ªa, o ninguna, a un alimento. Se usan, en consecuencia, como alternativas bajas en calor¨ªas o no cal¨®ricas a los denominados edulcorantes nutritivos, como el az¨²car y el jarabe de ma¨ªz rico en fructosa.
La evaluaci¨®n recientemente llevada a cabo por Hofman y su equipo demuestra que la combinaci¨®n de subida de precios y disminuci¨®n del contenido de az¨²car ha tenido un impacto positivo, y el estudio relaciona directamente la Tasa para el Fomento de la Salud con un descenso dr¨¢stico de la ingesta de este ingrediente.
El volumen de bebidas azucaradas consumidas cay¨® de 519 mililitros (de media) por persona y d¨ªa a 443 mililitros. Las familias de rentas m¨¢s bajas muestran la mayor ca¨ªda de consumo
Solo en refrescos azucarados, el consumo medio de az¨²car por persona ha ca¨ªdo de unas cuatro cucharaditas al d¨ªa (16,25 gramos) a aproximadamente 2,5 cucharaditas (10,63 gramos). Esta reducci¨®n es considerable, dado que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda como objetivo limitar nuestra ingesta diaria a un m¨¢ximo de 12 cucharaditas al d¨ªa, aunque para obtener mejores resultados ser¨ªa preferible acercarse a un m¨¢ximo de solo seis.
El volumen de bebidas azucaradas consumidas cay¨® de 519 mililitros (de media) por persona y d¨ªa a 443 mililitros. Las familias de rentas m¨¢s bajas, que antes de que se aplicara el impuesto consum¨ªan m¨¢s que las de rentas elevadas, muestran la mayor ca¨ªda de consumo. El estudio no observ¨® cambios en el caso de bebidas no azucaradas, como zumos con 100% de fruta.
Una hoja de ruta para la salud sudafricana
El efecto del gravamen ha tenido un resultado inicial mucho mejor de lo que algunos preve¨ªan, ya que su estructura se criticaba por estar comprometida desde el comienzo. La tasa del 11% sobre el precio de un litro de bebida edulcorada con az¨²car no se consideraba suficiente, y se ve¨ªa como consecuencia de una rendici¨®n del Gobierno a la presi¨®n de la industria: un periodo de consultas p¨²blicas de un a?o dio lugar a que el gravamen propuesto se redujera del 20% al 10% (de hecho un 11% cuando entr¨® en vigor, debido a un aumento relacionado con la inflaci¨®n).
Pero es demasiado pronto, afirma Hofman, para demostrar con estudios locales que gravar las bebidas azucaradas (y con el tiempo todos los alimentos azucarados y ultraprocesados) reduce los casos de obesidad y diabetes.
¡°La cuesti¨®n del impacto a largo plazo sobre la diabetes y la obesidad es m¨¢s dif¨ªcil de demostrar, porque para eso hacen falta muchos a?os. En Finlandia, donde el fomento de la salud es una prioridad, hicieron falta 20 a?os para que la salud de los ciudadanos finlandeses en lo que se refiere a enfermedades no transmisibles se reflejara en su esperanza de vida. Pero tenemos que empezar por alg¨²n lado. No es una bala de plata, sino una de las cosas que se pueden y deben hacer. El hecho es que los impuestos han funcionado en todo el mundo, muchas jurisdicciones han tenido ¨¦xito y est¨¢n demostrando que estas medidas realmente funcionan¡±.
La obesidad y la diabetes est¨¢n aumentando en todo el mundo, y m¨¢s de 50 pa¨ªses, como Botsuana, Zambia y Marruecos, han introducido una carga impositiva sobre las bebidas azucaradas. Aunque pa¨ªses como Sud¨¢frica, M¨¦xico y Chile decidieron aplicar una tasa inferior al m¨ªnimo del 20% recomendado por la OMS, parece que siguen siendo eficaces para reducir este consumo.
M¨¦xico, por ejemplo, introdujo un gravamen de un peso por litro de bebida edulcorada con az¨²car en 2014, y experiment¨® una ca¨ªda del 7,6% en las compras de estas en los dos a?os posteriores a la entrada en vigor del impuesto (una reducci¨®n del 5,5% en 2014 y del 9,7% en 2015). Seg¨²n un an¨¢lisis publicado en Lancet Planetary Health, el impacto de la tasa en Sud¨¢frica es a¨²n mayor, y ha llevado a los autores del estudio a insinuar ¡°la posible eficacia de ampliarlos¡±.
Combinaci¨®n mortal: covid-19, obesidad y diabetes
En todo el mundo, la covid-19 ha resaltado la existencia de afecciones de salud descuidadas o insuficientemente atendidas ¨Cas¨ª como terribles desigualdades en los sistemas de salud¨C y la obesidad destaca como uno de los grandes problemas en esta pandemia concreta.
Seg¨² los expertos, hay pruebas claras de que el sobrepeso y la obesidad constituyen factores de riesgo para el agravamiento de la covid-19. Un an¨¢lisis de datos de casi 400.000 pacientes de covid-19, publicado en agosto del a?o pasado en Obesity Reviews mostraba que las personas con obesidad ten¨ªan probabilidades significativamente m¨¢s altas de necesitar hospitalizaci¨®n, de ser trasladados a una unidad de cuidados intensivos o de fallecer, que los pacientes con un peso saludable.
Hofman confirma que esto tambi¨¦n es v¨¢lido para Sud¨¢frica, y se?ala que muchas hospitalizaciones y muertes por covid-19 corresponden a pacientes con enfermedades ocultas y relacionadas con la obesidad. ¡°El Gobierno no ha tenido en cuenta los esfuerzos para intentar atajar este tsunami relacionado con la obesidad¡±, remacha.
Seg¨²n el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, un informe anterior del Foro Mundial de la Obesidad que resaltaba la relaci¨®n entre la obesidad y los malos pron¨®sticos en enfermos de covid-19 constitu¨ªa ¡°un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo¡± para que aborden los problemas relacionados con esta condici¨®n.
Muchas hospitalizaciones y muertes por covid-19 corresponden a pacientes con enfermedades ocultas y relacionadas con la obesidad
¡°El Gobierno est¨¢ muy centrado en la covid¡±, afirma Hofman, ¡°pero por alguna raz¨®n no se ha centrado tanto en un tsunami igualmente devastador ¨Cla diabetes¨C y a menudo no se tienen en cuenta los costes derivados de la ceguera, la insuficiencia renal y los ictus. Est¨¢n los costes derivados de la hospitalizaci¨®n por covid-19, el coste [personal] que supone para familias e individuos la p¨¦rdida de los seres queridos, pero buena parte de ellos podr¨ªan haberse prevenido, y esto no parecen tenerlo en cuenta¡±.
La lucha estancada de Sud¨¢frica contra el az¨²car
En 2013, el exministro de salud, Aaron Motsoaledi, present¨® el Plan Estrat¨¦gico para la Prevenci¨®n y el Control de Enfermedades No Transmisibles (2013¨C2017) y, en 2015, la Estrategia Nacional para la Prevenci¨®n y el Control de la Obesidad. El plan ten¨ªa el ambicioso objetivo de reducir en un 10% los niveles de obesidad antes de 2020, pero desde entonces el Gobierno no ha informado de los avances en ese objetivo, ni ha proporcionado versiones actualizadas de las estrategias.
Los intentos efectuados por el medio Bhekisisa para obtener una respuesta de Lynn Moeng, directora jefe de nutrici¨®n en el Departamento de Salud, han resultado infructuosos.
La relaci¨®n entre consumo de bebidas azucaradas y subida de peso es indiscutible. En 2017, Hofman elogi¨® al Gobierno por su ¡°audaz¡± medida de introducir el impuesto, y coincidi¨® con muchos en la idea de que era ¡°un comienzo¡±, pero advirtiendo de que era ¡°el primer paso en un viaje muy largo, en el que deber¨¢n ponerse en pr¨¢ctica distintas intervenciones¡±.
En Sud¨¢frica se ha demostrado el impacto positivo del impuesto a la hora de reducir el consumo de bebidas azucaradas. El paso siguiente, afirma Hofman, ser¨ªa el de aumentarlo del 11% al 20% recomendado por la OMS, establecer un etiquetado obligatorio (en todos los alimentos) y prohibir la venta de alimentos no saludables a los ni?os, m¨¦todos que seg¨²n los expertos internacionales son necesarios para solucionar el problema de la obesidad.
En el discurso de presentaci¨®n de los presupuestos anuales, el ministro de Econom¨ªa no mencion¨® la introducci¨®n de ning¨²n impuesto nuevo ni en 2020 ni en 2021. Y, Hofman se?ala que, de acuerdo con sus fuentes, parece que en este momento, tras haber alcanzado un acuerdo con la industria azucarera, el Gobierno no tiene intenci¨®n de aumentar la Tasa para el Fomento de la Salud antes de 2022.
En el momento de la publicaci¨®n de este art¨ªculo, el Departamento de Salud hab¨ªa rehusado hacer ning¨²n comentario al respecto.
Este reportaje fue publicado originalmente en ingl¨¦s en Bhekisisa.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.