Vilma N¨²?ez: premio a la mujer que sabe escuchar en Nicaragua
La nicarag¨¹ense recibe el principal galard¨®n de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Espa?a, compartido con la saharaui Sultana Jaya, en reconocimiento a su labor en un contexto muy complejo y sin resolver
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Este 10 de diciembre, a las once de la ma?ana, la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Espa?a (APDH) otorga sus reconocimientos anuales, que desde 1976 distinguen a defensoras y defensores nacionales e internacionales de los Derechos Humanos (DDHH), en su d¨ªa mundial. En esta ocasi¨®n el premio recae en dos defensoras que han comprometido su labor en contextos muy complejos y no resueltos, como Nicaragua y S¨¢hara Occidental. Hablamos con una de las premiadas por Zoom, ya que no podr¨¢ estar presente en la entrega del premio en el Ateneo de Madrid.
Vilma N¨²?ez (do?a Vilma, como la conocen en Nicaragua), lleva toda una vida comprometida con la causa de los DDHH desde sus primeros a?os en la facultad de Derecho de la ciudad de Le¨®n. Primero, bajo la dictadura de los Somoza. Poco antes del triunfo de la revoluci¨®n fue encarcelada y torturada durante varios meses. M¨¢s tarde, en medio de la revoluci¨®n sandinista, fue vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia. Ahora se enfrenta a un nuevo r¨¦gimen dictatorial del exrevolucionario Daniel Ortega. A sus 83 a?os, sigue siendo la mujer que escucha a quienes ya han agotado todas las v¨ªas posibles para denunciar las violaciones de los derechos humanos y los cr¨ªmenes de lesa humanidad en su pa¨ªs, que se han incrementado desde la represi¨®n mortal que emprendi¨® el r¨¦gimen contra las protestas que empezaron en abril de 2018, con un saldo de 355 muertos, cientos de presos pol¨ªticos y m¨¢s de 100.000 exiliados.
Desde los a?os noventa, preside el Centro Nicarag¨¹ense de Derechos Humanos (CNIDH), con un equipo que sigue trabajando bajo much¨ªsimas presiones, sin oficinas y sin la personer¨ªa jur¨ªdica que les arrebat¨® el r¨¦gimen en su ataque a las organizaciones independientes y no gubernamentales. Do?a Vilma nos atiende desde su casa en Managua. No podr¨¢ recibir el premio por todos los riesgos que implica para ella tratar de salir de Nicaragua. Pero ha nombrado como representante a otra mujer, Helen Arauz, que fue agredida por el r¨¦gimen y a quien ella acompa?¨® al hospital. Posteriormente, tuvo que huir junto a su hija a Espa?a, donde trabaja como empleada de hogar en Barcelona.
Pregunta: Antes de nada, d¨ªganos; ?en qu¨¦ situaci¨®n se encuentra ahora mismo?
Respuesta: Me encuentro en mi casa, pero no me siento libre. Estamos trabajando desde aqu¨ª porque nos quitaron la oficina del CNIDH, adem¨¢s de la personer¨ªa jur¨ªdica. Por las presiones y amenazas recibidas tenemos que trabajar as¨ª y adaptarnos. No me encuentro c¨®moda defendiendo los derechos humanos desde un escritorio. Estoy acostumbrada a acompa?ar a las v¨ªctimas y hablar con las autoridades en su defensa. Pero esta es la situaci¨®n y seguiremos haciendo lo que podamos.
P: ?C¨®mo est¨¢ la situaci¨®n en la calle?
R: Hay una fuerte presencia policial en todas partes. Ayer mismo detuvieron a un trabajador de la Universidad Centroamericana. Hay redadas y operativos constantemente. Se vive en tensi¨®n. La presencia de la polic¨ªa nos hace sentir impotentes, vivimos en zozobra. Es una se?al de que el r¨¦gimen de Ortega le tiene miedo a todo: ve enemigos por todas partes. Nicaragua se ha convertido en una c¨¢rcel para quienes tengan un posicionamiento p¨²blico y expresen su opini¨®n libremente. Ya hay, por ejemplo, decenas de presos pol¨ªticos, y de personas a las que les han quitado el pasaporte.
P: Usted sigue escuchando y estudiando los relatos de las v¨ªctimas, pero ?c¨®mo se pueden defender los derechos humanos en esa situaci¨®n?
R: Tenemos un equipo que hace una magn¨ªfica labor pese a todas las limitaciones impuestas por la represi¨®n del r¨¦gimen y tambi¨¦n por pandemia de la covid-19. Aunque seguimos documentando e investigando casos de violaciones de derechos fundamentales, me siento disminuida en la tarea de ayudar a la gente que nos necesita.
P: Usted recibi¨® el apoyo de sus colegas y tambi¨¦n de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). ?Ello ha servido para que el r¨¦gimen no la someta a otro tipo de represi¨®n m¨¢s fuerte?
R: Este r¨¦gimen ha sobrepasado ya todos los l¨ªmites conocidos en las dictaduras latinoamericanas. La estrategia que siguen en mi caso es ignorar y subestimarme como si fuera ¡°una vieja loca que habla de m¨¢s¡±. Pero yo sigo ofreciendo entrevistas a todos los medios independientes internacionales. No podemos callarnos.
P: Ha habido otras personas que han tenido que hacerlo por proteger a sus seres queridos.
R: S¨ª, lo comprendo. Es una reacci¨®n muy humana. Lo he pensado. Yo no podr¨ªa callarme, porque autosilenciarse es autodestruirse. Y yo seguir¨¦ luchando.
La estrategia que siguen en mi caso es ignorar y subestimarme como si fuera ¡°una vieja loca que habla de m¨¢s¡±. Pero yo sigo ofreciendo entrevistas a todos los medios
P: ?Qu¨¦ significa para usted el premio de la APDH?
R: Primero, fue una sorpresa. Supe que me hab¨ªan propuesto desde la Asociaci¨®n Nicaragua Libre de Madrid y eso me llena de orgullo, y a¨²n m¨¢s al saber que me lo otorgaron junto a Sultana Jaya por su defensa de la causa saharaui. Agradezco que se hayan fijado en nuestra labor en medio de un mundo lleno de problemas grav¨ªsimos.
P: ?Ha recibido alg¨²n tipo de represalia por parte del r¨¦gimen a ra¨ªz de la concesi¨®n del premio?
R: No. S¨®lo las frecuentes amenazas e insultos por redes sociales de personas afines o al servicio del r¨¦gimen. Pero desde el CNIDH no entramos en esos dimes y diretes. Desde 2018, me han acusado de cosas inveros¨ªmiles, hasta de estar detr¨¢s de algunos de los peores cr¨ªmenes que se cometieron durante las protestas.
P: La comunidad internacional ha expresado, casi un¨¢nimemente, su rechazo al r¨¦gimen de Ortega, que se asegur¨® la continuidad tras unas elecciones sin ninguna garant¨ªa y con todos los posibles candidatos en la c¨¢rcel. ?Qu¨¦ le espera ahora a Nicaragua y a la situaci¨®n de los DDHH?
R: Es todo muy incierto. Ortega se ha asegurado el poder disponer de cinco a?os m¨¢s de represi¨®n. Nosotros sabemos que trabajamos para el futuro. A nivel nacional, seguimos agotando todas las v¨ªas legales posibles, a sabiendas de que no se dar¨¢ respuesta. Durante los primeros a?os de este r¨¦gimen, a¨²n pod¨ªamos tener interlocuci¨®n con la polic¨ªa y logr¨¢bamos que nos escucharan en algunos casos. Ahora ya es una puerta cerrada. Pero la colaboraci¨®n y el trabajo con la CIDH y la ONU ha sido muy importante, adem¨¢s de otras organizaciones internacionales.
P: ?De d¨®nde le viene su compromiso por los DDHH?
R: Soy de la generaci¨®n universitaria del 58, en un momento de mucha represi¨®n por parte de la dictadura de Somoza. Form¨¦ parte de los primeros comit¨¦s estudiantiles para la liberaci¨®n de presos pol¨ªticos. El 23 de julio de 1959, la guardia somocista asesin¨® a varios estudiantes durante una manifestaci¨®n, algo que nos removi¨® a todas y todos, y que tambi¨¦n conmovi¨® a personas como el escritor Sergio Ram¨ªrez (premio Cervantes), que estuvo all¨ª.
P: ?Usted tambi¨¦n siente que la revoluci¨®n fue traicionada por Ortega?
R: S¨ª, me siento traicionada. Durante los a?os ochenta no supimos ver bien lo que se ven¨ªa gestando. Cre¨ªmos en gran medida que nos enfrent¨¢bamos a un enemigo invasor (EE.UU) y eso hac¨ªa que se justificaran muchas cosas. Pero yo, como magistrada entonces de la Corte Suprema, intent¨¦ mantener la neutralidad e independencia, lo que me granje¨® muchos problemas con el gobierno sandinista a la hora de defender los derechos humanos.
P: ?Qu¨¦ aprendi¨® de todo ello?
R: Aprend¨ª a no dejarme guiar solamente por las creencias y los sentimientos, sino tambi¨¦n por la parte racional. En aquel momento ca¨ªmos en la idealizaci¨®n de los l¨ªderes. Y tambi¨¦n me sirvi¨® para enfocar nuestra defensa de los DDHH. No basta con recibir y escuchar las denuncias para darles validez. Se requiere un buen trabajo de investigaci¨®n que aporte pruebas contundentes. Como te dec¨ªa, sabemos que quiz¨¢ el resultado no se ve a corto plazo y que trabajamos para el futuro. Pero vale la pena. A¨²n lo creo.
P: Uno de los casos que usted defendi¨® fue el de Zoilam¨¦rica Narv¨¢ez, quien acus¨® a su padrastro, Daniel Ortega, por abusos sexuales.
R: S¨ª. Eso hizo que nos mirasen a mi y al CNIDH como enemigos, sobre todo a partir de que Ortega ganase de nuevo las elecciones en 2006.
Ya nadie quiere volver a vivir una guerra con 50.000 muertos como en los a?os ochenta. Pero no hemos encontrado a¨²n la manera de salir pac¨ªficamente de las dictaduras
P: Usted fue testigo y colabor¨® con la revoluci¨®n frente a una dictadura. En 2018 el caso fue muy distinto, porque las protestas no eran armadas. ?Hay alguna opci¨®n de que se salga de un r¨¦gimen as¨ª por la v¨ªa pac¨ªfica?
R: En primer lugar, la revoluci¨®n sandinista fue una lucha armada que no hubiera triunfado sin apoyo internacional. Ahora estamos en otro contexto, un mundo diferente. Ya nadie quiere volver a vivir una guerra con 50.000 muertos como en los a?os ochenta. Pero no hemos encontrado a¨²n la manera de salir pac¨ªficamente de dictaduras cuyo odio y perversidad nos ponen a prueba a nosotros y a los mecanismos de DDHH internacionales.
P: ?Qu¨¦ cree que hace falta para fortalecer a la comunidad internacional para la defensa de los DDHH?
R: Creo que los mecanismos de Naciones Unidas deber¨ªan estar m¨¢s integrados por la sociedad civil y abiertos a su participaci¨®n de manera m¨¢s decisiva, m¨¢s all¨¢ de la exclusividad de decisi¨®n de los Estados que la conforman. Es un cambio de enfoque.
P: ?Qui¨¦nes son sus referentes o inspiradores?
R: Pienso en Ren¨¦ Cassin, el abogado franc¨¦s que fue coautor de la Declaraci¨®n Universal de los DDHH. Le dieron el premio Nobel de la Paz en 1968, 20 a?os despu¨¦s de haber participado en la redacci¨®n de la Declaraci¨®n Universal de los DDHH. Dedic¨® los fondos del premio a crear el Instituto Internacional de DDHH de Estrasburgo. Una vez busqu¨¦ y encontr¨¦ su tumba en un parque de Par¨ªs. Y tambi¨¦n otros, como Martin Luther King y Nelson Mandela por supuesto. Pero igualmente admiro mucho a personas con las que he trabajado y a otros que me inspiran de otros modos, como Garc¨ªa M¨¢rquez, Sergio Ram¨ªrez, Gioconda Belli, y tambi¨¦n a los hermanos Ernesto y Fernando Cardenal.
P: ?Qui¨¦n recibir¨¢ el premio en su nombre?
R: Una de las personas que admiro. Se llama Helen Arauz. Fue agredida por la polic¨ªa de Ortega cuando se manifestaba pac¨ªficamente. Yo misma la acompa?¨¦ al hospital para que la atendieran. Ahora est¨¢ exiliada en Barcelona y realiza trabajos dom¨¦sticos.
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