La nueva ley europea contra la deforestaci¨®n mundial decepciona a los ind¨ªgenas
En la cumbre de Biodiversidad de la ONU, los pueblos originarios exigen respeto a sus derechos y financiaci¨®n para seguir conservando ecosistemas vitales para la salud planetaria
Para los l¨ªderes ind¨ªgenas de los mayores bosques tropicales del mundo, la nueva ley europea contra la importaci¨®n de productos vinculados a la deforestaci¨®n es bienvenida, pero ha nacido coja. La norma, acordada este diciembre, busca frenar la entrada de productos como el cacao, el caf¨¦, la soja y el aceite de palma que contribuyan a la tala o degradaci¨®n de bosques. Sin embargo, las empresas solo deber¨¢n demostrar que cumplen con las leyes del pa¨ªs de origen de las materias primas, en lugar de con los est¨¢ndares internacionales de derechos humanos y de los pueblos ind¨ªgenas. Europa dio luz verde a esta norma coincidiendo con el inicio de la COP15, que se celebra hasta el 19 de diciembre en Montreal, Canad¨¢, para lograr un ¡®Acuerdo de Par¨ªs¡¯ para la biodiversidad.
¡°La Uni¨®n Europea (UE) nos deja a merced de los mismos gobiernos que han violado nuestros derechos, permitido la invasi¨®n de nuestros territorios y criminalizado a nuestros l¨ªderes¡±, declara a este diario Levi Sucre, ind¨ªgena Bribri de Costa Rica y copresidente de la Alianza Global de Comunidades Territoriales, o GATC, que a¨²na representantes de 24 pa¨ªses tropicales.
Los pueblos originarios ocupan un cuarto de la superficie terrestre y los territorios que manejan est¨¢n entre los mejor preservados del planeta. Conservan el 80% de la biodiversidad del globo, pero la inseguridad en la tenencia de la tierra, la marginaci¨®n en la toma de decisiones y la erosi¨®n de sus culturas amenaza su papel como guardianes de ecosistemas vitales para el clima y la diversidad biol¨®gica. Solo una minor¨ªa tiene derechos legales sobre sus territorios ancestrales, e incluso quienes tienen t¨ªtulos de propiedad colectiva se enfrentan a las incursiones de madereros, mineros y ganaderos y a la expansi¨®n de plantaciones de coca.
Hay pa¨ªses que ni tan siquiera reconocen la existencia de estos pueblos, como ser¨ªa el caso de Gab¨®n o, hasta hace solo unas semanas, la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, que este noviembre promulg¨® su primera ley reconociendo la existencia de los pigmeos y su derecho a la propiedad comunitaria.
Los pueblos originarios ocupan un cuarto de la superficie terrestre y los territorios que manejan est¨¢n entre los mejor preservados del planeta. Conservan el 80% de la biodiversidad del globo, pero solo una minor¨ªa tiene derechos legales sobre la tierra
¡°En casos como este, la ley europea no ayuda a evitar que las empresas acaparen territorios ind¨ªgenas¡±, explica Luciana T¨¦llez, investigadora de la ONG internacional Human Rights Watch especializada en Medio Ambiente y Derechos Humanos. ¡°Adem¨¢s, los pa¨ªses productores siempre pueden revocar o debilitar las leyes y pol¨ªticas si incomodan al agronegocio¡±, aclara desde Nueva York.
El ejemplo m¨¢s conocido es el Brasil del presidente saliente Jair Bolsonaro, apodado ¡®el Trump tropical¡¯. En cuatro a?os, ha desmantelado la instituci¨®n estatal de protecci¨®n de los pueblos ind¨ªgenas, propuesto una ley para autorizar explotaciones mineras en los territorios de comunidades tradicionales e impulsado la expansi¨®n del agronegocio en ecosistemas v¨ªrgenes.
Espa?a es el tercer pa¨ªs de la UE que m¨¢s productos causantes de deforestaci¨®n importa y entre los que destaca, precisamente, la soja brasile?a destinada a la alimentaci¨®n animal.
Guayana francesa, la Amazon¨ªa europea
Francia y Suecia influyeron en la versi¨®n final del mandato europeo contra la deforestaci¨®n para rebajarla, puesto que en un principio s¨ª buscaba que las empresas cumplieran con los est¨¢ndares internacionales en materia de derechos. Ambos pa¨ªses tienen pueblos originarios, lo que convierte el reconocimiento de los derechos territoriales de los ind¨ªgenas en el mundo en un tema delicado para su pol¨ªtica interior.
¡°Solemos olvidar que Francia es un pa¨ªs amaz¨®nico, a trav¨¦s de la Guayana francesa¡±, observa la lideresa ind¨ªgena Claudette Kawakueynoh Labont¨¦ desde Cayena, la capital de este frondoso territorio de ultramar en Am¨¦rica del Sur. Esta lideresa tambi¨¦n ha encabezado el trabajo sobre mujeres y ni?os de la coordinadora de pueblos amaz¨®nicos COICA, que a¨²na comunidades en nueve pa¨ªses.
La inseguridad en la tenencia de la tierra, la marginaci¨®n en la toma de decisiones y la erosi¨®n de las culturas de los pueblos originarios amenaza su papel como guardianes de ecosistemas vitales para el clima y la diversidad biol¨®gica
Seg¨²n Labont¨¦, los abor¨ªgenes de la Guayana francesa se sienten abandonados: asediados por los agronegocios y la miner¨ªa, bebiendo agua contaminada con mercurio, pariendo a hijos con malformaciones, sin una voz real en la toma de decisiones que les afectan. ¡°No entiendo que el Gobierno franc¨¦s abogue por proteger los derechos de los pueblos originarios en el mundo, pero no lo demuestre aqu¨ª¡±.
¡°El planteamiento de la nueva ley europea es ir¨®nico, porque la UE es uno de los bloques que m¨¢s est¨¢ abogando ahora por el respeto de las obligaciones internacionales en la cumbre de la ONU sobre Biodiversidad¡±, observa la negociadora y abogada ind¨ªgena Jing Corpuz, hija de la emblem¨¢tica activista filipina y ex relatora de la ONU sobre derechos ind¨ªgenas Vicky Tauli-Corpuz.
A quien no ha sorprendido el posicionamiento de Europa en su propia cancha es a Peter Seligmann, una de las figuras m¨¢s influyentes de la protecci¨®n de la naturaleza en el ¨²ltimo medio siglo. El experto cofund¨® la emblem¨¢tica ONG Conservation International y, desde 2017, encabeza la organizaci¨®n ambiental Nia Tero, cuya mitad del personal es ind¨ªgena.
¡°Esta ley se queda corta porque no podemos mantener la salud del planeta sin apoyar los derechos y el autogobierno de los pueblos ind¨ªgenas, ni exigir a todas las Administraciones y las empresas que los respeten¡±, afirma Seligmann desde Seattle, EE UU. ¡°Pero hay pa¨ªses europeos que todav¨ªa tienen territorios en ultramar y esto genera una tensi¨®n¡±.
Acciones concretas
Los pueblos aut¨®ctonos que se reunieron en la cumbre de biodiversidad tienen tres grandes objetivos: avanzar en el reconocimiento de los derechos sobre sus tierras ancestrales, lo que incluye el de propiedad y formas de autogobierno; obtener financiaci¨®n directa ¡ªno a trav¨¦s de intermediarios como el Banco Mundial u oeneg¨¦s¡ª para enfrentar las crecientes presiones externas sobre los ecosistemas que custodian; y ser tratados de igual a igual en la toma de decisiones.
¡°Todo ello, poniendo en valor los conocimientos tradicionales y la voz de las mujeres, que son sus principales transmisoras¡±, subraya la abogada ind¨ªgena Uitoto Fany Kuiro, que habla desde la Amazon¨ªa colombiana, uno de los lugares m¨¢s peligrosos del mundo para los defensores de la naturaleza.
El experto David Kaimowit ha realizado un an¨¢lisis de centenares de estudios cient¨ªficos para la FAO en el que demuestra la importancia que tienen los pueblos originarios a la hora de conservar la naturaleza en Am¨¦rica Latina. Ahora, como coordinador de programas de Tenure Facility, promueve la seguridad en la tenencia de sus tierras ancestrales. ¡°Debemos acelerar el paso, pero la verdad es que hemos progresado mucho en los ¨²ltimos diez a?os¡±, reflexiona desde Bogot¨¢, Colombia. ¡°?Vieron c¨®mo los j¨®venes activistas clim¨¢ticos han dado un espaldarazo a las comunidades ind¨ªgenas del mundo? Creo mucho en el poder de la solidaridad cultural y s¨ª, soy optimista¡±, dice Kaimowit.
Para los entrevistados, los ciudadanos del Norte global tienen un papel importante como consumidores y como votantes, en el que le tienen que saber a las empresas y a los cargos electos que apoyan modelos de producci¨®n, consumo y gobernanza respetuosos con las personas y el planeta.
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