Fotograf¨ªas que penden de los hilos de un pa¨ªs en guerra
¡®Rencontres de Bamako¡¯, la emblem¨¢tica bienal africana de fotograf¨ªa, retoma su camino en la capital de Mal¨ª, reuniendo la obra de m¨¢s de 50 artistas contempor¨¢neos del continente
¡°?Por qu¨¦ no decirlo en bambara, en lugar de usar el ingl¨¦s o el franc¨¦s? Decir que una persona contiene a m¨²ltiples personas¡±. Esto se pregunta Bonaventure Soh Bejeng Ndikung, el comisario general de la 13? edici¨®n de los Rencontres de Bamako (Mal¨ª), la bienal africana de fotograf¨ªa que contin¨²a siendo una referencia mundial, a pesar de los vientos pol¨ªticos que levantan polvo en el Sahel. El encuentro art¨ªstico retom¨® su camino el 8 de diciembre de 2022 y mantendr¨¢ las exposiciones abiertas al p¨²blico hasta el 8 de febrero de 2023, en diversos espacios reconocidos de la ciudad, como el Mus¨¦e National du Mal¨ª, el M¨¦morial Modibo Keita, el Mus¨¦e du District y la Galerie M¨¦dina, a los que este a?o se han agregado la Maison Africaine de la Photographie y la antigua estaci¨®n de trenes que conectaba Bamako con Dakar y Niamey, rehabilitada espec¨ªficamente para la bienal y para los conciertos que tuvieron lugar los primeros d¨ªas.
El mundo africano contiene a m¨²ltiples seres vivos e imaginarios, y es m¨¢s amplio que el propio continente
De las 350 candidaturas que presentaron fot¨®grafos de todo el mundo, se seleccionaron 50 y, adem¨¢s, el equipo curatorial ¡ªentre quienes se encontraba Akinbode Akinbiyi, reconocido fot¨®grafo, comisario y escritor ingl¨¦s de padres nigerianos¡ª eligi¨® a otra decena de artistas consagrados para complementar la muestra. Son las solid rocks (piedras s¨®lidas, en ingl¨¦s) que apuntalan a los j¨®venes talentos que se est¨¢n dando a conocer desde los espaciosos m¨¢rgenes del gran r¨ªo N¨ªger. En palabras de Bonaventure, el comisario general, se intent¨® que no faltara representaci¨®n de ning¨²n colectivo y ¡°trabajar en el paradigma de la poes¨ªa¡±.
Seg¨²n ¨¦l, el mundo africano contiene a m¨²ltiples seres vivos e imaginarios y es m¨¢s amplio que el propio continente. En efecto, explica, ¡°la condici¨®n de una relaci¨®n es la diferencia, que haya un otro¡±, en la l¨ªnea en que se expresaron los fil¨®sofos europeos pero tambi¨¦n el escritor y etn¨®logo maliense Amadou Hamp?t¨¦ B?. Precisamente, la frase Maa Ka Maaya Ka Sa A Yere Kono, que sirve de reclamo para esta bienal, es de este sabio. Significa ¡°las personas dentro de la persona son m¨²ltiples en la persona¡±, en bambara.
El rol de la cultura en la construcci¨®n de la naci¨®n
El camerun¨¦s Bonaventure Soh Bejeng Ndikung, fundador del espacio de arte y pensamiento?SAVVY Contemporary y recientemente nombrado director de la Haus der Kulturen der Welt de Berl¨ªn, ha sido, por segunda vez, el encargado de comisariar la bienal. Un a?o y medio despu¨¦s del ¨²ltimo golpe de Estado y con el yihadismo asediando el territorio maliense, sumado a las relaciones fragilizadas del gobierno militar con la potencia tutelar francesa, ¡°no resulta sencillo convocar y asistir a estos encuentros¡±, confiesa. De ah¨ª su especial agradecimiento a unos 40 artistas y a los contados periodistas internacionales que s¨ª han estado presentes en la inauguraci¨®n del evento.
Por esta raz¨®n, Bonaventure se muestra firme al argumentar que no se puede dejar la cultura en manos exclusivas de los gobiernos, e insta a las autoridades a plantearse preguntas como ¡°?Mal¨ª quiere continuar con la bienal?¡±, a las que ¨¦l mismo responde: ¡°Los pol¨ªticos comprenden los desaf¨ªos y cu¨¢l es el rol de la cultura en la construcci¨®n de la naci¨®n y la importancia del arte, incluso en la reconciliaci¨®n¡±.
Los pol¨ªticos comprenden los desaf¨ªos y cu¨¢l es el rol de la cultura en la construcci¨®n de la naci¨®n y la importancia del arte, incluso en la reconciliaci¨®nBonaventure Soh Bejeng Ndikung, recientemente nombrado director de la Haus der Kulturen der Welt de Berl¨ªn
A su juicio, hay ¡°mucho que hacer, conceptual y financieramente¡± y, con todo, se congratula, la organizaci¨®n ha conseguido la impresi¨®n de m¨¢s de mil fotos en laboratorios locales. ¡°Comenc¨¦ en 2019 y me dije que si trabajaba aqu¨ª era para sostener el ecosistema art¨ªstico de este pa¨ªs y no para hacer un festival en Mal¨ª y traer las tiradas de Europa¡±, sostiene. Este no es un asunto balad¨ª, ya que entre las paradojas de los grandes festivales, se cuenta la de marginar a los t¨¦cnicos locales, como ha sucedido en algunas de las primeras ediciones de esta bienal que naci¨® en 1994, seg¨²n explica Bonaventure, quien llama a rescatar la tradici¨®n de formaci¨®n local de hace cuatro d¨¦cadas, fruto de la edad de oro de la fotograf¨ªa maliense: ¡°Tenemos que trabajar para ser independientes¡±.
Lo cierto es que, a pesar de las inmensas dificultades que son visibles en la vida cotidiana de la capital de Mal¨ª, la gente se acerca con entusiasmo a las exposiciones, los adolescentes disfrutan de las obras junto a sus profesores y los polic¨ªas se toman fotos en las salas del museo; mientras los j¨®venes artistas visitantes ya se van volviendo ciudadanos de Bamako. Afuera, la calurosa bruma de arena y tr¨¢fico y los desperdicios haciendo monta?as configuran el ruido visual que alguien tendr¨¢ que atenuar en alg¨²n momento.
Ser independientes y, a la vez, aceptar el mestizaje
A la hora de los premios, todo el barullo parece reordenarse. En la recientemente inaugurada Maison Africaine de la Photographie, al fot¨®grafo ghan¨¦s Baff Akoto se le otorga el Grand Prix Seydou Keita (dotado de 3.000 euros) por su obra Leave the edges (Dejar los bordes, en ingl¨¦s), un audiovisual que ¨¦l mismo concibe como un poema visual que le ha permitido ¡°crear un lenguaje relevante para la autoconciencia sobre la manera de estar en el mundo¡±. En el corto, se rinde tributo a la espiritualidad que permanece en la di¨¢spora africana, a trav¨¦s de rituales y danzas contempor¨¢neas; por ejemplo, en las siluetas que dejan adivinar pasos de flamenco, como s¨ªmbolo del mestizaje de las expresiones art¨ªsticas. Tras la obtenci¨®n del premio, Akoto comenta que su intenci¨®n es la de manifestar que la cultura de hoy es resultado de la emigraci¨®n y los ancestros. El artista, que se asume heredero del linaje ashanti, se siente tambi¨¦n un ciudadano madrile?o, porque en la capital de Espa?a reside buena parte del a?o. ¡°Espa?a es un lugar muy africano, en el que tengo familia, y, adem¨¢s, Madrid est¨¢ de camino hacia ?frica¡±, a?ade.
La exposici¨®n est¨¢ concebida en cinco cap¨ªtulos que hacen referencia a un poema de Aim¨¦ Cesaire, padre de la ¡°negritud¡±. As¨ª, el primer cap¨ªtulo evoca la ¡®Casa hecha de no saber d¨®nde ir¡¯, y lo abre la artista cubana Mar¨ªa Magdalena Campos-Pons con tres series de entre 1990 y 2010, que narran lo que significa la herencia nigeriana en diferentes lugares. Otro nombre a apuntar en este apartado es el de la sudanesa Ebti Nabag, con Las mujeres del t¨¦ de Sud¨¢n, un audiovisual sobre las se?oras que se ganan la vida en puestos ambulantes de t¨¦ en las calles de Jartum.
En esta primera secci¨®n destacan, asimismo, las im¨¢genes del fanzine de Attiyah Khan, una disc jockey sudafricana de ascendencia india musulmana, que ha compilado tapas de discos que ha ido encontrando en tiendas del mundo entero, con caligraf¨ªas ¨¢rabes y provenientes de varios pa¨ªses africanos. Rotaciones del Bismillah, tal el t¨ªtulo de su serie ¡ªque obtuvo el tercer premio, el Bisi Silva¡ª, pretende celebrar la tradici¨®n de la m¨²sica en el islam del continente, tal como ella misma lo hace en sus sets, que hacen viajar y bailar a los asistentes con ritmos que van del Magreb a Johannesburgo.
Espa?a es un lugar muy africano, en el que tengo familia, y, adem¨¢s, Madrid est¨¢ de camino hacia ?fricaBaff Akoto, fot¨®grafo ghan¨¦s
El cap¨ªtulo dos recuerda la ¡®Casa hecha de dedos de abanico¡¯. Aqu¨ª, Elijah Ndoumbe presenta el registro de su labor con trabajadores queer y transg¨¦nero de Ciudad del Cabo, Sud¨¢frica, entre otros fot¨®grafos y artistas pl¨¢sticos que explicitan las intersecciones que se crean en cada biograf¨ªa particular de un africano, a trav¨¦s de t¨¦cnicas mixtas, intervenciones de revelado, pintura y grabado.
La historia bajo una lupa po¨¦tica
El tercer cap¨ªtulo est¨¢ inspirado en la ¡®Casa hecha de granos de mostaza¡¯, para hablar de presencias y tradiciones, y arranca con las series de dos consagrados: la de la fot¨®grafa inglesa Joy Gregory y la del realizador marroqu¨ª Daoud Aoulad-Syad. Sin embargo, en este apartado, el trabajo que de verdad deja marca en el espectador es el de la artista guatemalteca Ixmucan¨¦ Aguilar sobre el genocidio de Namibia, ocurrido a principios del siglo XX, a trav¨¦s de un audiovisual que, l¨ªricamente, recuerda los campos de concentraci¨®n alemanes que se extend¨ªan a lo largo de las playas namibias. La instalaci¨®n se completa con un libro de retratos de los descendientes de las v¨ªctimas. Tambi¨¦n destaca el trabajo de atm¨®sfera on¨ªrica de la fot¨®grafa marroqu¨ª Imane Djamil.
Por su parte, la joven artista queer Mallory Lowe Mpoka, de ascendencia belga y camerunesa, result¨® galardonada por su serie de fotograf¨ªas de archivo bordadas, La arquitectura de uno mismo: lo que vive dentro de nosotros. Gan¨® el segundo premio Malick Sidibe, ex aequo, con la realizadora maliense Aicha Diallo, por Musolu (mujeres, en bambara), un cortometraje de exploraci¨®n en la tradici¨®n maliense.
El cap¨ªtulo cuatro, relacionado con la ¡®Casa hecha de plumas de ¨¢ngeles ca¨ªdos¡¯, se refiere a las historias de dispersiones y de conexiones, y en este se destaca el trabajo que hace Fatoumata Diabat¨¦ con la Asociaci¨®n de Mujeres Fot¨®grafas de Mali, fundada en 2007. Se trata de una actividad interactiva con los ciudadanos de Bamako, tal como Diabat¨¦ lo explica: ¡°Alquilamos los minibuses verdes que van de barrio en barrio (tienen una identidad fuerte en nuestra capital) y hacemos el circuito normal, animando a la gente a subir¡±. En marzo de 2022, unas 10 fot¨®grafas comenzaron con este proyecto en una decena de barrios de la capital, en los que, al final de cada itinerario, se hizo una proyecci¨®n. ¡°Nos encanta trabajar sobre nosotras mismas y poder hablar de la violencia que existe sobre nosotras y del hecho de ser siempre esclavizadas por los maridos o de ser formadas exclusivamente para la vida conyugal¡±, apuntala la fot¨®grafa que, este enero, muestra sus trabajos m¨¢s personales en el museo Quai Branly de Par¨ªs.
El quinto es la ¡®Casa de las Tormentas del Diluvio¡¯, sobre las transiciones y lo sobrenatural, que tan naturalmente habitan en ?frica. De esta secci¨®n sali¨® el primer premio de esta edici¨®n de la bienal, el de Baff Akoto y, en ella, tambi¨¦n se puede admirar la honestidad en las lentes del sudan¨¦s Salih Basheer, del brasile?o Uiler Costa-Santos y de Am¨¦rico Hunguana, que presenta el paisaje en blanco y negro de la ¨²nica (y abandonada) plaza de toros de Mozambique.
En todos los casos, se trata de fotograf¨ªas que le dan la raz¨®n al comisario general cuando asegura que no quiere hablar de ¡°revanchas¡± y que ya no es posible borrar las fronteras de ?frica, que hay que ¡°trabajar con ellas¡±, si acaso, deconstruirlas. A su juicio, y parafraseando a James Baldwin, ¡°el rol de la cultura es dar preguntas a las respuestas que ya existen¡±.
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