Erige Sehiri, directora de cine tunecina: ¡°La libertad es fr¨¢gil como los higos¡±
La cineasta habla del impacto que tuvo la revoluci¨®n democr¨¢tica de 2011 en las distintas generaciones de su pa¨ªs, y de c¨®mo ella pertenece a otra, la de los decepcionados
Retratar a un pa¨ªs debajo de una higuera no es f¨¢cil, pero la cineasta tunecina Erige Sehiri (Lyon, 40 a?os) lo logra. Lo hace con una pel¨ªcula tierna y dif¨ªcil a la vez, en la que conviven las distintas generaciones en el campo de T¨²nez, un pa¨ªs dividido por un hito hist¨®rico: la revoluci¨®n de 2011. Sehiri creci¨® en la banlieue de Lyon, una de esas periferias de las grandes ciudades francesas pobladas de hijos de migrantes que ardieron exigiendo igualdad. A?os despu¨¦s, regres¨® a T¨²nez al calor de la revoluci¨®n democr¨¢tica que se propag¨® por todo el mundo ¨¢rabe. Volv¨ªa henchida de esperanza y optimismo sobre el futuro de su pa¨ªs de origen. Hoy pertenece a la generaci¨®n de la decepci¨®n, la que se debate entre abandonar T¨²nez si no lo ha hecho ya. A la vez, Sehiri piensa que no todo fue en balde, que los j¨®venes son ahora m¨¢s conscientes de sus derechos y los expresan. Esos j¨®venes son los que desfilan por su pel¨ªcula Entre las higueras, que ha pasado por los grandes festivales y que llegar¨¢ a los cines en Espa?a este verano. Este viernes, tras su paso por Cannes el a?o pasado, ha inaugurado el Festival de Cine Africano que se celebra entre T¨¢nger y Tarifa, entre las dos orillas del mar que ba?a su querido T¨²nez.
Pregunta. ?Le marc¨® haber crecido en Les Minguettes, en una periferia francesa?
Respuesta. Crec¨ª en el ambiente de las marchas contra el racismo, por la igualdad. A mis padres les daba miedo que yo saliera a la calle, as¨ª que ve¨ªa las protestas callejeras desde la ventana. Me quedaba all¨ª mirando como si fuera una pantalla. Creo que as¨ª empec¨¦ a hacer cine.
P. ?Qu¨¦ dice su pel¨ªcula de su pa¨ªs?
R. Es un microcosmos del T¨²nez rural a trav¨¦s de distintas generaciones. Es como una fotograf¨ªa. El cuadro es luminoso, pero a la vez, los jornaleros se asfixian debajo de las higueras. La libertad es fr¨¢gil como los higos. En T¨²nez somos libres, pero nuestras libertades son fr¨¢giles. Las de las mujeres y las de los trabajadores que salen en la pel¨ªcula, tambi¨¦n.
P. ?No sirvi¨® para nada la revoluci¨®n?
R. La manera en la que se expresan las mujeres es m¨¢s libre y se nota que son mujeres que han vivido una revoluci¨®n. Puede que las estructuras laborales o pol¨ªticas no hayan cambiado, pero s¨ª ha cambiado la manera en la que los j¨®venes abordan las cosas. Puede que para los trabajadores precarios su cotidianidad no haya cambiado mucho desde fuera, pero es una generaci¨®n que tiene m¨¢s conciencia de sus derechos.
La manera en la que se expresan las mujeres en T¨²nez es m¨¢s libre, se nota que son mujeres que han vivido una revoluci¨®n
P. La situaci¨®n econ¨®mica no ayuda.
R. Es peor que antes, hay m¨¢s precariedad. El protagonista de la pel¨ªcula roba higos, lo que da una idea de hasta qu¨¦ punto llega la precariedad.
P. ?C¨®mo son esos j¨®venes tunecinos que usted retrata y que no vivieron la revoluci¨®n?
R. No siguen la pol¨ªtica, pero est¨¢n politizados en el sentido de que tienen conciencia de sus derechos, hay una dignidad. Por c¨®mo se enfrentan a las autoridades y por c¨®mo se expresan. No est¨¢n decepcionados como nosotros, pero son conscientes de su falta de oportunidades porque est¨¢n conectados con el exterior. Son creativos y se sienten parte del mundo, en su cabeza no est¨¢n en T¨²nez. De alguna manera, son demasiado avanzados para su propio pa¨ªs. Son una generaci¨®n para la que algo ha cambiado para siempre. El problema es que sus ideas y sus sue?os de libertad no se hacen realidad y al final, si pueden, emigran fuera del pa¨ªs o dentro, del interior a la costa.
P. Usted hizo el camino inverso. Volvi¨® a T¨²nez porque ten¨ªa esperanza en la revoluci¨®n. ?Ahora qu¨¦?
R. Es el peor momento para hacer esa pregunta, porque nos enfrentamos a un futuro pol¨ªtico incierto. Ya no hay la misma energ¨ªa y hay una fuerte crisis econ¨®mica. Aun as¨ª, yo creo en los combates peque?os.
P. ?Los cotidianos?
R. S¨ª, los individuales. Hay mucho por hacer. La justicia, la corrupci¨®n, la violencia de g¨¦nero. Las leyes existen, pero hay que pelear para que se apliquen. Vivimos en un impasse y no sabemos hacia d¨®nde vamos.
P. ?Se plantea irse otra vez de su pa¨ªs?
R. Puede ser. La mayor¨ªa de mis amigos, de los activistas, los periodistas que estaban ah¨ª durante la revoluci¨®n han vuelto. Yo tengo libertad para hacer las pel¨ªculas que quiera, para hablar de lo que quiera, pero las libertades son fr¨¢giles. Estamos viendo detenciones de periodistas.
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