Amin Sheikh, emprendedor indio: ¡°Muchos ni?os tienen todo, pero est¨¢n deprimidos y enfadados¡±
Nacido en un barrio de chabolas de Bombay, fue ni?o de la calle, trabaj¨® para camellos y comi¨® sobras de los restaurantes. Hoy regenta cafeter¨ªas sociales para apoyar a adolescentes vulnerables en India
Amin Sheikh (India, 42 a?os) naci¨® en uno de los numerosos barrios de chabolas de Bombay, ciudad que ten¨ªa unos ocho millones de habitantes en 1980. Ahora all¨ª viven m¨¢s del doble de personas y es una de las urbes m¨¢s ricas y m¨¢s desiguales del pa¨ªs asi¨¢tico: alrededor del 40% de sus vecinos viven en slums como en el que ¨¦l se crio. Con cinco a?os huy¨® con su hermana de la casa familiar, donde sufr¨ªa malos tratos, y malvivi¨® en las calles, trabajando de lo que saliera y sin estudiar, hasta que, a los ocho, una monja le acogi¨® en un refugio para ni?os sin hogar. En la veintena conoci¨® a un artista hind¨² que le contrat¨® como ch¨®fer. Y su vida dio un nuevo giro.
Sheikh viaj¨® con ¨¦l a Barcelona y all¨ª, al conocer otra realidad, decidi¨® que quer¨ªa impulsar una iniciativa social que rompiera el c¨ªrculo vicioso de la pobreza de miles de adolescentes de la calle y de los orfanatos de su ciudad natal, que se ven en muchos casos abocados a la delincuencia y la violencia. Pero antes, ten¨ªa un sue?o que cumplir: comprarse un coche y montar una empresa de gu¨ªas tur¨ªsticas. Fue en 2016 cuando fund¨® su primer Bombay to Barcelona Library Caf¨¦ en India. Hoy tiene tres, y son m¨¢s que simples cafeter¨ªas. Se trata de un proyecto con el que ha conseguido proporcionar un hogar, un trabajo y formaci¨®n a m¨¢s de 60 ni?os de la calle, que costea con los beneficios de los establecimientos.
A finales de mayo, Sheikh regres¨® a Espa?a, donde ha impartido varias conferencias para divulgar su proyecto junto a su historia personal, condensados en su libro La vida es la vida. Soy gracias a ti (editorial Aina Pongiluppi Gomila), recientemente reeditado. El pasado 25 de mayo particip¨® en las jornadas Community Building de la escuela de negocios ESADE.
Pregunta. ?Por qu¨¦ huy¨® de casa con cinco a?os?
Respuesta. Mi padrastro me sol¨ªa pegar con un cintur¨®n. Mi madre no quer¨ªa que jugase, solo que trabajase 10 horas al d¨ªa. Ella fue la segunda de 13 hermanos y tuvo un matrimonio forzado. Yo tuve que vivir tres a?os en una estaci¨®n, hasta que la hermana Seraphine me acogi¨® en su orfanato.
P. ?C¨®mo sobrevivi¨® esos a?os?
R. Hice muchos trabajos, m¨¢s de 30, era el chico para todo. Limpiaba zapatos o lavaba platos ¨Dde los que me com¨ªa las sobras¨D en restaurantes. Cantaba en el tren y cargaba maletas de 15 o de 20 kilos, algo que no era nada f¨¢cil para un ni?o. Pero lo peor que vi fueron las drogas, cuando tuve que trabajar para camellos: vi las peores cosas que puedes imaginar en las zonas de prost¨ªbulos.
Durante la pandemia est¨¢bamos todos en el mismo barco: daba igual si eras rico o no. En Europa se vivi¨® como una tragedia, pero en Asia era un problema m¨¢s
P. En su libro menciona que varios ¡°¨¢ngeles de la guarda¡±, como su hermana o su jefe Eustace Fernandes, le aportaron la confianza en s¨ª mismo para construir su futuro. ?Intenta hacer lo mismo con los adolescentes que cuida ahora?
R. Vienen de un orfanato y saben que pueden cambiar y no volver a la calle, pero es muy dif¨ªcil. Hoy muchos ni?os tienen todo, pero no est¨¢n felices: est¨¢n deprimidos y enfadados. Lo veo tambi¨¦n en Espa?a y Europa. Piensan que la vida es f¨¢cil, pero no lo es si no trabajas. Creo que la clave de cualquier vida humana es trabajar por algo en lo que crees y que quieres ver. Pero mucha gente cree que es su derecho tenerlo.
P. ?Cu¨¢les son las mayores diferencias que ha notado a lo largo de sus muchos viajes entre Bombay y Barcelona?
R. La tolerancia a la frustraci¨®n. Por primera vez, durante la pandemia est¨¢bamos todos en el mismo barco: daba igual si eras rico o no. En Europa se vivi¨® como una tragedia, pero en Asia era un problema m¨¢s. Cuando tienes problemas todos los d¨ªas, una peque?a cosa buena se convierte en felicidad. Creo que esa es la diferencia entre criarse en Occidente y en Asia. All¨ª multiplicamos esa felicidad en otro nivel; aqu¨ª siempre hay que estar feliz y en cuanto hay un peque?o problema te deprimes. No puedes estar siempre feliz, tienes que aceptar el momento que te toca y cambiarlo. Y no ser¨¢ de un d¨ªa para otro.
He tocado muchas puertas de hombres ricos en Espa?a, pero no han respondido
P. ?Cu¨¢l es el mayor reto para la infancia ahora?
R. En cuanto un ni?o llora en Europa, le compran algo. India tambi¨¦n se est¨¢ convirtiendo en un pa¨ªs muy consumista. As¨ª no le das una mejor vida: es importante ense?arles valores y l¨ªmites, pero estamos convirti¨¦ndoles en seres de pl¨¢stico. Fracasamos en cuidar a las personas. A los mayores, sobre todo. Aqu¨ª, he alucinado con el banco de alimentos de Catalu?a, donde trabajan jubilados de m¨¢s de 75 a?os apasionados. Pero las nuevas generaciones son completamente de pl¨¢stico, no tienen sentimientos hacia los otros. Nos deja un futuro muy rob¨®tico, se pierden los valores sentimentales.
P. Consigui¨® recaudar 300.000 euros para montar su primera cafeter¨ªa social hace ocho a?os. ?C¨®mo lo logr¨®?
R. No ped¨ª pr¨¦stamos a ning¨²n banco, los intereses que piden son criminales. Tampoco recib¨ª patrocinios de ninguna compa?¨ªa: fue gracias a mi libro y el caf¨¦. Ahora pagamos 6.000 euros de alquiler y estamos trabajando para poder comprar ese local. He tocado muchas puertas de hombres ricos en Espa?a, pero no han respondido. El dinero de la ONG que gestionan los voluntarios en Madrid no lo puedo mandar a la India, lo utilizamos solo para pagar los viajes de mis ni?os a Espa?a para estudiar. En medio a?o, espero poder montar otra ONG en Bombay para poder gestionar donaciones.
P. ?C¨®mo encuentra el tiempo para trabajar de gu¨ªa tur¨ªstico, cuidar a su hijo y gestionar las cafeter¨ªas?
R. Tengo tiempo de calidad con mis ni?os y mi hijo. Despu¨¦s del colegio, suele estar conmigo. No es un chaval asustado. Habla con los clientes [de la cafeter¨ªa], porque ve a su padre hablando con mucha gente, y les dice: ¡°Buenos d¨ªas, tenemos el mejor caf¨¦ y chocolate caliente¡±. Los ni?os se convierten en lo que los padres hacen, pero ahora les preguntas y te dicen: ¡°No s¨¦ qu¨¦ quiero hacer¡±. Hay que ense?arles el camino y sabr¨¢n en qu¨¦ convertirse. Hay que apoyarles incondicionalmente.
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