El matrimonio que cuidaba de cr¨ªas hu¨¦rfanas de elefantes
Una organizaci¨®n independiente sin ¨¢nimo de lucro prosigue la labor de ambos de reintegrarlas a su entorno natural
Son las 10.30 y una peque?a caravana de coches se ha formado en el camino de entrada en las instalaciones de Sheldrick Wildlife Elephants, en el barrio de Karen de Nairobi, un centro para elefantes hu¨¦rfanos y de corta edad que han sido rescatados en los ¨²ltimos a?os v¨ªctimas de la acci¨®n humana o de la simple p¨¦rdida de sus madres. Unos operarios con bata verde ordenan biberones gigantes (de unos 10 litros de leche). A las once de la ma?ana suena un timbre y, en fila india, como ni?os de una guarder¨ªa ante el recreo, salen de sus aposentos unos elefantes de metro y medio de altura que gritan de emoci¨®n. Ninguno se preocupa de nada m¨¢s que de hallar a su monitor preferido, al que rodean con la trompa para que el biber¨®n sea encajado en su boca. Por fin, el desayuno. No tardan m¨¢s de medio minuto en vaciar el primer biber¨®n y otro medio en vaciar el segundo. Ya est¨¢. Una vez saciados, buscan a sus amigos y juegan juntos reboz¨¢ndose en el barro antes de rastrear la zona repleta de follaje que siguen comiendo, ahora sin tanta ansia, como quien despu¨¦s del postre, por gula, arrambla con un poco de chocolate. Los turistas que han llegado primero hacen las mejores fotos.
Durante m¨¢s de 25 a?os, Daphne Sheldrick (Kenia, 1934-2018) vivi¨® y trabaj¨® junto a su marido, David Sheldrick, naturalista fundador del parque nacional de Tsavo Oriental. As¨ª empezaron a criar y rehabilitar con ¨¦xito muchas especies de animales salvajes. Daphne fue la primera persona que perfeccion¨® la f¨®rmula necesaria para elefantes lactantes y la primera keniana en ser nombrada dama comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico tras la independencia de esta naci¨®n de ?frica Oriental en 1963.
Al morir su marido, el David Sheldrick Memorial Appeal se convirti¨® en una organizaci¨®n independiente sin ¨¢nimo de lucro. Hasta la fecha, m¨¢s de 244 elefantes hu¨¦rfanos han sido criados por el Sheldrick Wildlife Trust y, lo que es m¨¢s importante, han sido reintegrados en la naturaleza: el verdadero ¨¦xito del proyecto.
Mientras los elefantes se dejan acariciar por los turistas, uno de los voluntarios agarra un micr¨®fono y explica aspectos de la lucha contra la caza furtiva, la protecci¨®n del entorno natural, la concienciaci¨®n de la comunidad y la asistencia veterinaria a los animales necesitados. Luego va nombr¨¢ndolos uno por uno, contando la historia de cada cual. Por ejemplo, el peque?o Taabu, que naci¨® en 2020, al que hallaron deshidratado por la sequ¨ªa en las monta?as de Tait¨¢. El personal de Salt Lick Lodge lo observ¨® hurgando en la hierba chamuscada, ignorado por las manadas que pasaban y vulnerable a los depredadores. Durante todo su rescate, nunca pareci¨® agitado ni abrumado. ¡°Taabu¡±, comenta el monitor, ¡°tiene un car¨¢cter siempre alegre, es muy sociable, siempre quiere estar en el meollo de toda la acci¨®n¡±. Es precisamente Taabu quien con su esp¨ªritu jovial se acerca a m¨ª cuando le llamo por su nombre y le empiezo a grabar, y para darme las gracias me lanza al suelo haciendo volar el tel¨¦fono ante los gritos de los vecinos. Ha sido una caricia.
¡°La familia lo es todo para los elefantes¡±, a?ade el monitor antes de llevarlos de nuevo al refugio. ¡°Aunque cada hu¨¦rfano escucha la llamada de la vida salvaje a su debido tiempo, los lazos que les unen a su familia humano-elefante en el Sheldrick Wildlife Trust duran toda la vida. Los hu¨¦rfanos suelen emprender su vida salvaje junto a aquellos con los que han crecido, y muchos vuelven a visitar nuestras reservas de vez en cuando. Casi todos los hu¨¦rfanos salvajes que comparten esta alegr¨ªa con su familia humana suelen hacerlo inmediatamente despu¨¦s de dar a luz¡±.
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