Un cambio de ley deja en el limbo a cientos de migrantes en Islandia: ¡°Pens¨¦ que mi infierno hab¨ªa terminado, pero no¡±
El peque?o pa¨ªs del norte de Europa endurece sus normas tras registrar en los ¨²ltimos a?os un importante aumento de las peticiones de asilo. Diversas ONG denuncian un cambio de rumbo inhumano y ¡°sin sentido¡±
Esther Monday lleg¨® a Islandia en febrero de 2021 tras un viaje que comenz¨® en Nigeria, dur¨® cuatro a?os y estuvo lleno de sufrimiento. ¡°Pens¨¦ que mi infierno hab¨ªa terminado, pero no. En dos horas perd¨ª todo lo que ten¨ªa¡±, dice a este diario. Esta mujer de 24 a?os vive en la calle, en la capital, Reikiavik, y es una de las afectadas por los cambios en la ley de inmigraci¨®n aprobada en marzo por el Parlamento, que entr¨® en vigor a finales de junio. El texto prev¨¦ que los solicitantes de asilo pierdan todos los derechos ¡ªdesde la vivienda hasta la asistencia m¨¦dica¡ª 30 d¨ªas despu¨¦s de recibir una respuesta negativa a su petici¨®n. La medida, que ha sido criticada por organizaciones humanitarias, ya ha dejado desprotegidas a 53 personas, entre ellos Esther, seg¨²n cifras publicadas por organizaciones y prensa local islandesa. Una decena ha aceptado una repatriaci¨®n voluntaria y el resto se encuentra sin techo a las afueras de la capital.
Tras salir de Nigeria, Esther pas¨® por Chad y Libia antes de llegar a Italia. ¡°Pens¨¦ que ser¨ªa f¨¢cil encontrar trabajo y alojamiento, pero no fue as¨ª. Me vendieron como un animal. Me dijeron que iba a trabajar de ni?era y, en lugar de eso, me encontr¨¦ en un cobertizo a las afueras de Mil¨¢n, con decenas de otras chicas¡±, recuerda la joven, explicando que durante dos a?os tuvo que acostarse con hasta 15 hombres por d¨ªa y entregar todo el dinero que ganaba a quienes la hab¨ªan ¡°comprado¡±. ¡°Logr¨¦ escapar y vine a Islandia para recibir protecci¨®n, pero ahora me env¨ªan de regreso a Italia, con la gente que me explot¨® y viol¨®. Estoy muy cansada, no tengo ad¨®nde ir¡ A los 24 a?os creo que, tal vez, ahora s¨ª, mi vida se acab¨®¡±, asegura.
Seg¨²n Magnus Nordhal, abogado que sigue los casos de varios refugiados cuyas solicitudes han sido denegadas, entre ellos Esther, las autoridades ¡°han optado por complicar la vida de los solicitantes de asilo en Islandia, perdiendo de vista la realidad y el aspecto humanitario de la cuesti¨®n¡±. ¡°El 80% de los solicitantes de asilo cuyas solicitudes son rechazadas permanecen en el pa¨ªs, sin derechos y viviendo en la calle. Sufren los efectos de una ley sin sentido y se ven obligados a permanecer en un limbo sin fin. Estas personas no gozan del estatus de refugiados, no pueden trabajar legalmente y no son deportados: solo pueden intentar sobrevivir, sin ning¨²n derecho¡±, describe el letrado.
El n¨²mero de personas que piden asilo en Islandia, un pa¨ªs gobernado por una coalici¨®n de izquierda, ha aumentado de manera sustancial en los ¨²ltimos a?os. En 2019, por ejemplo, este peque?o pa¨ªs de 387.000 habitantes recibi¨® a 867 solicitantes de asilo, pero en 2022 se registraron m¨¢s de 4.500 peticiones de protecci¨®n, de las cuales 3.455 tuvieron una respuesta positiva. En los primeros seis meses de 2023, llegaron a Islandia 2.480 solicitantes de asilo.
¡°No pinta nada bien¡±
Islandia es, seg¨²n el Global Peace Index, el pa¨ªs m¨¢s seguro del mundo, una tarjeta de presentaci¨®n que sin duda atrae a numerosos migrantes de pa¨ªses como Venezuela, que ocupa el puesto 140 en este ¨ªndice de 163. El n¨²mero de personas del pa¨ªs sudamericano que aterrizaron en Reikiavik en los ¨²ltimos a?os ha sido especialmente significativo. Seg¨²n el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), m¨¢s de siete millones de venezolanos han abandonado su pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os en busca de seguridad y estabilidad. A Islandia llegaron 1.209 en 2022, el mismo n¨²mero registrado en tan solo el primer semestre de 2023. Entre ellos, Iv¨¢n Galindo (nombre ficticio) y su familia. Este estudiante de Arquitectura y sus padres viven en una peque?a habitaci¨®n de hotel, a dos minutos a pie del aeropuerto internacional de Keflavik (el mayor de Islandia), a 50 kil¨®metros de Reikiavik. Fueron trasladados a este lugar por los funcionarios del departamento de inmigraci¨®n de Islandia a principios de a?o y siguen esperando que su destino se aclare. El incesante ruido de los aviones que despegan y aterrizan hace que Galindo no pueda pensar en otra cosa.
El 80% de los solicitantes de asilo cuyas solicitudes son rechazadas permanecen en el pa¨ªs, sin derechos y viviendo en la calle. Sufren los efectos de una ley sin sentidoMagnus Nordhal, abogado
¡°Vendimos la casa y el coche y con el dinero compramos los billetes de avi¨®n. Nos cost¨® casi 10.000 d¨®lares (unos 9.100 euros) volar desde Caracas a Reikiavik, pasando por Madrid y ?msterdam. Un amigo de mi padre nos convenci¨® de intentarlo y tambi¨¦n hab¨ªamos visto algunos anuncios que circulaban en Instagram, donde se dec¨ªa que Islandia ofrec¨ªa protecci¨®n, altos salarios y bienestar¡±, recuerda.
¡°Pero la situaci¨®n no pinta nada bien¡±, agrega. En oto?o de 2022, el Gobierno de la primera ministra islandesa, Katr¨ªn Jakobsd¨®ttir, solicit¨® oficialmente a las autoridades de Caracas que prohibieran los anuncios que invitaban a los venezolanos a trasladarse a Islandia y que eliminaran los m¨²ltiples anuncios en circulaci¨®n. En abril, la Direcci¨®n General de Migraciones incluy¨® sorprendentemente a Venezuela en la lista de pa¨ªses seguros, una decisi¨®n que, en los ¨²ltimos tres meses, ha provocado m¨¢s de 500 denegaciones de solicitudes de protecci¨®n presentadas por venezolanos. En 2021 y 2022, casi todas las demandas de asilo de los migrantes de este pa¨ªs sudamericano eran aceptadas.
¡°La forma en la que el Gobierno venezolano trata a los manifestantes y opositores pol¨ªticos, la falta de alimentos y electricidad en diferentes partes del pa¨ªs, as¨ª como el informe de las Naciones Unidas de septiembre de 2022 ¡ªen el que las instituciones venezolanas son acusadas de cr¨ªmenes de lesa humanidad en la represi¨®n de disidentes¡ª explican por qu¨¦ los ciudadanos venezolanos necesitan protecci¨®n¡±, argumenta Jon Sigurdsson, presidente de la Asociaci¨®n de Abogados que defienden a los solicitantes de asilo.
En abril, Islandia incluy¨® sorprendentemente a Venezuela en la lista de pa¨ªses seguros, una decisi¨®n que, en los ¨²ltimos tres meses, ha provocado m¨¢s de 500 denegaciones de solicitudes de protecci¨®n presentadas por venezolanos
Adem¨¢s de venezolanos, a Islandia llegan ucranios (el grupo m¨¢s numeroso en 2022, con 2.347 solicitantes de asilo, todos ellos con estatus de protecci¨®n internacional garantizado y procedimiento de evaluaci¨®n especial) y tambi¨¦n iraqu¨ªes, afganos, sirios, somal¨ªes y palestinos, entre otros.
¡°La inmigraci¨®n es el problema m¨¢s urgente para nuestro pa¨ªs en este momento¡±, ha declarado el ministro de Justicia, Gu?r¨²n Hafsteinsd¨®ttir, cuyo ministerio ofreci¨® una contribuci¨®n de hasta 3.000 euros por persona, m¨¢s el pago del billete de avi¨®n, a los refugiados que decidieran marcharse de forma voluntaria.
¡°Despu¨¦s de Espa?a, Islandia recibe el mayor n¨²mero de refugiados procedentes de Venezuela. Esto pone en crisis nuestra capacidad de gestionar y acoger a estas personas en nuestro sistema social, de vivienda, de sanidad y de educaci¨®n¡± explica a este diario Fjalar Sigur?arson, jefe de la oficina de prensa del Ministerio de Justicia. En estos d¨ªas, el ministro de Justicia ha anunciado su intenci¨®n de presentar, a finales de septiembre, un proyecto de ley que autorizar¨¢ a las autoridades islandesas a confinar a los solicitantes de asilo, cuyas solicitudes hayan sido rechazadas, en centros de alojamiento cerrados. Un proyecto que 28 ONG presentes en Islandia ya han definido como un intento del Gobierno de establecer campos de detenci¨®n-. ¡°La creaci¨®n de centros de alojamientos cerrados es la ¨²nica opci¨®n para responder al problema de aquellos cuyas instancias de asilo hayan sido rechazadas, pero que no quieren abandonar el pa¨ªs¡±, afirm¨® el ministro de Justicia durante una entrevista en la emisora estatal RUV. ¡°Sus casos est¨¢n cerrados irrevocablemente y dichas personas no pueden quedarse; deben mostrar voluntad de cooperar, respetar la ley y marcharse. Nadie tiene que vivir en la calle, solo tienen que salir de Islandia y volver a sus hogares¡±, agreg¨®.
Prefiero volver a casa, porque cuando estaba all¨ª, al menos, pod¨ªa imaginar la esperanzaMigrante iraqu¨ª
¡°Tenemos, por un lado, a algo m¨¢s de 4.000 inmigrantes en el pa¨ªs, a los que se considera la causa de todos los problemas de Islandia. Y, por otro, la asociaci¨®n de empresas islandesas informa de que actualmente hay un d¨¦ficit de 12.000 trabajadores¡±, resalta N¨ªna Helgad¨®ttir, jefa de la Unidad de Refugiados de la Cruz Roja en Islandia. ¡°Entonces, ?por qu¨¦ no damos a los solicitantes de asilo el permiso de trabajo que piden?, ?por qu¨¦ no les permitimos vivir dignamente, en lugar de deportarlos, de promulgar una ley que los priva de sus derechos fundamentales?¡±. Y a?ade: ¡°Nos lo hemos jugado todo al turismo, m¨¢s all¨¢ de cualquier l¨ªmite posible, por eso hoy, en Islandia, un pa¨ªs de 380.000 habitantes, llegan m¨¢s de dos millones de visitantes al a?o, con todo lo que ello supone en t¨¦rminos de impacto en los alojamientos (ya de por s¨ª pocos y muy caros, dado que cada vez m¨¢s ciudadanos prefieren ponerlos en alquiler en circuitos tur¨ªsticos), y en muchos otros servicios. Culpar a los solicitantes de asilo de este c¨ªrculo vicioso es terriblemente injusto. Es, simplemente, propaganda¡±.
¡°Hemos escapado de Bagdad y hemos venido aqu¨ª invitados por un pariente lejano¡±, explica A.T., una mujer iraqu¨ª que lleg¨® a Islandia con sus dos hijas de 12 y 14 a?os. ¡°Pero ahora quiero regresar a mi pa¨ªs, en vez de mendigar una protecci¨®n internacional que, obviamente, no tienen ganas de darnos¡±, reflexiona. ¡°Prefiero volver a casa, porque cuando estaba all¨ª, al menos, pod¨ªa imaginar la esperanza¡±.
Puedes seguir a Planeta Futuro en Twitter, Facebook, Instagram y TikTok y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.