¡°Me dilat¨® el cuello del ¨²tero con un tallo de mandioca y el feto cay¨®¡±: morir por abortar en el ?frica subsahariana
Un estudio de M¨¦dicos Sin Fronteras y otras organizaciones alerta del alto n¨²mero de complicaciones graves que sufren las mujeres tras una interrupci¨®n del embarazo en zonas de conflicto de esta parte del continente africano
¡°Llegu¨¦ a un hospital de Bangui y una mujer de 25 a?os acababa de fallecer en brazos de mis colegas por complicaciones tras un aborto. Esto puede ocurrir varias veces al mes, pero es una muerte evitable si ponen los medios. Los m¨¦dicos all¨¢ tienen las manos atadas por barreras legales y sociales, pero la gran mayor¨ªa considera que estos cuidados son un derecho de todas las mujeres porque ven diariamente los da?os que provoca su ausencia¡±. Las palabras de Estelle Pasquier, investigadora de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), resumen la realidad que impuls¨® un estudio pionero sobre las complicaciones que sufren las mujeres tras un aborto en ¨¢reas especialmente fr¨¢giles y violentas del ?frica subsahariana, la zona del mundo donde se registran el 70% de las muertes maternas del mundo.
Seg¨²n la ONU, cada d¨ªa fallecen 800 mujeres por motivos vinculados con el embarazo y el parto. Las complicaciones en un aborto forman parte de las cinco principales causas de estas muertes, pero parad¨®jicamente son la ¨²nica que podr¨ªa prevenirse pr¨¢cticamente al 100%.
El estudio realizado por MSF, ?picentre, (el centro de investigaci¨®n m¨¦dica de esta ONG), el Instituto Guttmacher y la organizaci¨®n internacional Ipas, en colaboraci¨®n con los Ministerios de Sanidad de Nigeria y Rep¨²blica Centroafricana, se centr¨® en un hospital de Bangui y otro del Estado de Jigawa, en el norte de Nigeria. En ellos se vio claramente que las complicaciones graves tras un aborto en estos hospitales de entornos empobrecidos, fr¨¢giles y de conflicto, fueron entre cinco y siete veces m¨¢s frecuentes que en los hospitales africanos de entornos m¨¢s estables estudiados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) con una metodolog¨ªa similar.
¡°?Hasta siete veces m¨¢s de complicaciones! Sab¨ªamos que el problema era importante y que no hab¨ªa suficientes datos porque es una realidad que se oculta, pero este resultado nos sorprendi¨® y nos convenci¨® de que hay que hacer algo. Son lugares en los que las mujeres mueren por complicaciones que pueden ser perfectamente controlables y prevenibles¡±, explica Pasquier, que realiza su labor en ?picentre y es coautora de este informe, en una entrevista telef¨®nica con este diario.
La radiograf¨ªa de este desastre es compleja y va m¨¢s all¨¢ del aspecto puramente m¨¦dico. La legislaci¨®n que penaliza el aborto, la sociedad que estigmatiza a las personas que recurren a ¨¦l, la falta de educaci¨®n, la ausencia de informaci¨®n sobre m¨¦todos anticonceptivos y salud reproductiva, la falta de independencia de las mujeres para tomar decisiones por ellas mismas, la pobreza, la falta de formaci¨®n del personal sanitario o la lejan¨ªa con el hospital m¨¢s cercano son factores que contribuyen a agravar la situaci¨®n, seg¨²n las conclusiones de este estudio.
Son lugares en los que las mujeres mueren por complicaciones que pueden ser controlables y preveniblesEstelle Pasquier, MSF
¡°Estaba angustiada. Alguien me ense?¨® a introducirme un trozo de hierro en la vagina... Me dijo que dilatar¨ªa el cuello del ¨²tero, pero no funcion¨® ... Tambi¨¦n me dijo que hirviera las ra¨ªces de una planta llamada kava con carbonato de sodio y que me bebiera la mezcla. Despu¨¦s no me sent¨ª bien. No pod¨ªa levantarme de la cama. Los dolores eran intensos¡±, cont¨® a los autores de este estudio una mujer ingresada en el hospital de Bangui d¨ªas despu¨¦s de haberse practicado un aborto en casa.
Objetos met¨¢licos, hierbas
El estudio Morbilidad y mortalidad relacionada con abortos en zona fr¨¢giles y de conflicto (AMoCo, por sus siglas en ingl¨¦s) se elabor¨® tras escuchar los testimonios de m¨¢s de 1.000 mujeres que sufrieron complicaciones relacionadas con un aborto, entre 2019 y 2021, en los dos centros m¨¦dicos estudiados. La mayor¨ªa de las que afirmaron haberse provocado el aborto explicaron que hab¨ªan utilizado m¨¦todos peligrosos, como objetos met¨¢licos o palos de mandioca, inyecciones, hierbas tradicionales o medicamentos.
¡°Intent¨¦ abortar yo misma, pero no funcion¨®, as¨ª que tuve que ir a ver a una mujer a un barrio. Me pidi¨® 15.000 francos centroafricanos (23 euros) por el aborto, pero yo solo ten¨ªa 13.000 (20 euros), as¨ª que se los di. Me inyect¨® un medicamento, me dilat¨® el cuello del ¨²tero con un tallo de mandioca y el feto cay¨®. Despu¨¦s, empec¨¦ a tener dolores abdominales¡±, cuenta una mujer de 27 a?os ingresada en el hospital de Bangui.
Como m¨¦dico, lo m¨¢s duro es ver que a veces son mujeres que vinieron pidiendo abortar y no pudimos hacer nada por ellas debido a la ley y luego vuelven en ese estado, tras haberlo hecho ellas mismas¡±,Richard Ngbale, ginec¨®logo centroafricano
La ONU fij¨® como objetivo que en 2030 la mortalidad materna tendr¨ªa que ser de 70 por cada 100.000 nacimientos. Pero en Bangui, se est¨¢ muy lejos de esta meta. Con 829 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos, la Rep¨²blica Centroafricana tiene una de las tasas de decesos maternos m¨¢s altas del mundo. En el hospital de la capital en el que se realiz¨® el estudio, los ingresos por complicaciones relacionadas con el aborto representaron el 20% de todas las admisiones relacionadas con el embarazo. Y en una cuarta parte de los casos, las mujeres eran menores de edad.
¡°Llegan con lesiones terribles: hemorragias, infecciones, lesiones en la vagina y en el ¨²tero y a veces en otros ¨®rganos. Como m¨¦dico, lo m¨¢s duro es ver que a veces son mujeres que vinieron pidiendo abortar y no pudimos hacer nada por ellas debido a la ley, que lo permite en contados casos, y luego vuelven ese estado, tras haberlo hecho ellas mismas¡±, explica a este diario Richard Ngbale, profesor y m¨¦dico ginec¨®logo-obstetra en un hospital p¨²blico en Bangui, que tambi¨¦n particip¨® en la investigaci¨®n.
Pasquier resalta que el personal m¨¦dico que particip¨® en este estudio ¡°ten¨ªa una experiencia personal con este problema¡± que era reveladora del problema. ¡°Cuando les preguntamos si conoc¨ªan personalmente a alguien que hubiera muerto por estas complicaciones derivadas de un aborto, la mayor¨ªa de mis colegas dijo que s¨ª. Yo, por ejemplo, no conozco a ninguna mujer que haya muerto por abortar¡±, resume Pasquier.
Seis d¨ªas antes de ver a un m¨¦dico
Pero Ngbale traza una desoladora fotograf¨ªa de la sociedad centroafricana que relega a las mujeres a un rinc¨®n invisible. ¡°No conocen los m¨¦todos anticonceptivos, no tienen recursos propios porque no trabajan y dependen de otros para poder ir a ver a un m¨¦dico, viven lejos de los centros m¨¦dicos y en muchos casos hasta son los hombres quienes deciden sobre si el embarazo sigue adelante o no¡±. Seg¨²n el estudio, solo el 3% de las mujeres encuestadas en el Estado de Jigawa y el 37% de las entrevistas en Bangui afirmaron utilizar alg¨²n m¨¦todo anticonceptivo antes de quedarse embarazadas.
La zona de Nigeria estudiada es una regi¨®n muy pobre, rodeada por ¨¢rea de conflictos y donde las tradiciones tienen mucho peso y las mujeres en muchos casos ni siquiera van a la escuela. Las principales barreras para el uso de anticonceptivos son el rechazo por parte del marido y la familia, el hecho de que no supieran que pod¨ªan quedarse embarazadas y sus creencias religiosas, concluye la investigaci¨®n. Seg¨²n las cifras oficiales de la ONU, en todo Nigeria la mortalidad materna era de 1.047 decesos por cada 100.000 nacimientos en 2020.
El estudio tambi¨¦n resalta el largo y dif¨ªcil periplo de estas mujeres tras abortar, lo que agrava sus complicaciones y riesgos. La mitad de ellas tard¨® al menos dos d¨ªas en ver a un m¨¦dico desde la aparici¨®n de los primeros s¨ªntomas y algunas esperaron hasta seis. ¡°Muchas quieren mantener su aborto en secreto. Cuando los s¨ªntomas empeoran, a menudo deciden volver a la persona que les practic¨® el aborto o a gente sin formaci¨®n, lo que aumenta a¨²n m¨¢s el retraso en ser atendidas y recibir un tratamiento adecuado¡±, describen los autores.
Para Ngbale, ¡°la prioridad debe ser informar a las mujeres de sus derechos e impulsar su educaci¨®n general. Luego hay que extender el uso de m¨¦todos anticonceptivos y finalmente avanzar en la despenalizaci¨®n del aborto¡±.
¡°?Por d¨®nde se empieza? En estos contextos fr¨¢giles, donde las mujeres son especialmente vulnerables, hay que poner en marcha cuidados integrales para limitar su sufrimiento y su mortalidad: tenemos que invertir en mejorar los conocimientos de las comunidades sobre m¨¦todos anticonceptivos y facilitar m¨¦todos abortivos seguros y una atenci¨®n posaborto correcta, tambi¨¦n en atenci¨®n primaria¡±, resume Pasquier.
La investigadora de MSF celebra que este estudio, que ya fue entregado hace algunos meses a las comunidades concernidas y a los respectivos ministerios, ya ha comenzado a tener un impacto en las dos zonas. ¡°Por ejemplo, en la divulgaci¨®n de los m¨¦todos anticonceptivos por parte de las autoridades locales y los hospitales¡±, cita.
Los expertos conf¨ªan en que la investigaci¨®n tambi¨¦n ayude a impulsar, en la pr¨¢ctica, el Protocolo de Maputo, como se conoce al Protocolo de la Carta Africana sobre los Derechos de la Mujer en ?frica, adoptado en 2003, que puede ser el marco legal para que las mujeres africanas reclamen su derecho legal a una atenci¨®n segura del aborto. La mayor¨ªa de los pa¨ªses africanos lo han ratificado, pero su implementaci¨®n lleva mucho retraso en casi todos ellos.
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