¡°Un retroceso de 30 a?os¡± en Gambia: l¨ªderes religiosos y pol¨ªticos quieren despenalizar la mutilaci¨®n genital femenina
La condena a tres mujeres por practicar ablaciones a ocho beb¨¦s genera un intenso debate en el pa¨ªs africano, donde la pr¨¢ctica est¨¢ prohibida desde 2015 pero el 75% de las adolescentes ha sido sometida a esta pr¨¢ctica
L¨ªderes pol¨ªticos y religiosos de Gambia han puesto en marcha una intensa campa?a para despenalizar la mutilaci¨®n genital femenina (MGF), prohibida en este pa¨ªs africano desde 2015, pero que se sigue practicando en la clandestinidad. El detonante ha sido la reciente detenci¨®n y encarcelamiento de tres mujeres tras haber mutilado a ocho ni?as de entre cuatro meses y un a?o de edad en el pueblo de Niani Bakadagi (en el centro del pa¨ªs), lo que supone la primera condena desde que la ley entr¨® en vigor. Los promotores de esta iniciativa son el imam radical Abdoulie Fatty, defensor de la ablaci¨®n, y el diputado Sulayman Saho, que ha pedido en el Parlamento su despenalizaci¨®n. El debate divide a Gambia, un peque?o pa¨ªs de 2,7 millones de habitantes en el que el 75% de las adolescentes entre 15 y 19 a?os han sido sometidas a esta pr¨¢ctica, seg¨²n un informe publicado el a?o pasado por Unicef.
A finales del pasado mes de agosto, un juez de la regi¨®n de Central River conden¨® a tres mujeres, una circuncidadora y dos madres, por practicar la mutilaci¨®n a ocho beb¨¦s. La pena impuesta a cada una de ellas fue el pago de 15.000 dalasis (unos 217 euros) o un a?o de c¨¢rcel. D¨ªas m¨¢s tarde, el imam radical Abdoulie Fatty, conocido entre otras cosas por haber sido el asesor religioso del dictador Yahya Jammeh, por su homofobia y por su defensa de la ablaci¨®n como parte de la religi¨®n musulmana, pag¨® la multa de las tres mujeres para sacarlas de prisi¨®n y anim¨® a los gambianos que continuaran con esta pr¨¢ctica sin esconderse. ¡°Si todos acuerdan hacerlo abiertamente, el Gobierno no puede encarcelar a un pueblo entero y mucho menos a todo un pa¨ªs¡±, asegur¨®.
A ra¨ªz de estas declaraciones, Isatou Touray, directora de la asociaci¨®n Gamcotrap que lucha contra la MGF, pidi¨® p¨²blicamente la detenci¨®n del imam Fatty. ¡°Esto es una incitaci¨®n a la violencia y, por lo tanto, un asunto urgente. Pido al Gobierno, a los ministros de G¨¦nero y Salud, al presidente del Tribunal Supremo y al inspector general de la Polic¨ªa que detengan al imam Fatty porque si alguien va en contra de la ley, la ley debe seguir su curso. Esto es inaceptable y hago un llamamiento a las mujeres para que sepan que se trata de sus vidas y del futuro de sus hijos¡±, dijo Touray.
Estas declaraciones, entendidas como una provocaci¨®n a los l¨ªderes religiosos y al islam, generaron un debate que salt¨® inmediatamente a las calles del pa¨ªs y lleg¨® incluso al Parlamento. El lunes de la semana pasada, el diputado opositor Sulayman Saho, elegido por el distrito de Central Baddibu, utiliz¨® su turno de palabra en la Asamblea Nacional para pedir la derogaci¨®n de la ley que proh¨ªbe la mutilaci¨®n genital femenina, propuesta que fue recibida con gestos de apoyo por parte de un grupo de diputados. Saho se mostr¨® preocupado por las detenciones de ¡°madres y hermanas¡± y vincul¨® la mutilaci¨®n genital femenina al derecho a preservar las costumbres y religiones propias. En este sentido, se?al¨®: ¡°La prohibici¨®n infringe esos derechos y ampara la violencia en nuestro pa¨ªs (¡) Debemos ponernos manos a la obra para revisar la ley que criminaliza la circuncisi¨®n femenina¡±. Su propuesta es que exista libertad en la toma de decisi¨®n sobre la MGF.
¡°Si todos acuerdan hacerlo [practicar la mutilaci¨®n genital] abiertamente, el Gobierno no puede encarcelar a un pueblo entero y mucho menos a todo un pa¨ªs¡±Abdoulie Fatty, imam defensor de la ablaci¨®n
Para Adriana Kaplan, responsable de la ONG Wassu Gambia Kafo (que lleva d¨¦cadas luchando contra la ablaci¨®n en este pa¨ªs), que en este momento haya l¨ªderes en Gambia que planteen una posible despenalizaci¨®n representa ¡°un retroceso de 30 a?os¡± con respecto a los derechos conseguidos para las mujeres gambianas. ¡°Muestra que esta lucha no ha terminado, que el camino es largo y que se ha de trabajar desde una perspectiva de respeto y conocimiento¡±, asegura. A su juicio, el balance de la actual ley es positivo porque crea un marco jur¨ªdico dentro del que trabajar. ¡°Es cierto que la ley no funciona, pero es por la dificultad que conlleva su aplicaci¨®n. La polic¨ªa o los profesionales sanitarios tambi¨¦n forman parte de la comunidad¡±, considera.
¡°Cuerpos reducidos a herramientas pol¨ªticas¡±
La iniciativa de Gambia para despenalizar la mutilaci¨®n genital ha tenido una r¨¢pida respuesta por parte de las asociaciones que luchan contra esta pr¨¢ctica. La Coalici¨®n de la Sociedad Civil y ONG ha recordado al Gobierno que tiene la obligaci¨®n legal de proteger los derechos y la salud de las mujeres y ni?as. ¡°Tambi¨¦n condenamos en los t¨¦rminos m¨¢s en¨¦rgicos las acciones de los detractores [de la ley] que aprovechan la devoci¨®n social y religiosa para promover sus agendas personales en detrimento del bienestar de las mujeres¡±, aseguraron en un comunicado. ¡°Sus vidas llevan cicatrices indelebles mientras sus cuerpos son reducidos a herramientas pol¨ªticas. Lamentablemente, miles m¨¢s en Gambia siguen siendo vulnerables a ser v¨ªctimas de esta terrible experiencia¡±, expresaron las ONG.
En diciembre de 2015, el Parlamento de Gambia aprob¨® una modificaci¨®n de la Ley de G¨¦nero (Women¡¯s Act) de 2010 para incluir dos art¨ªculos que tipifican como delito la mutilaci¨®n genital. De esta manera, se fijaron penas de hasta tres a?os y una multa de 50.000 dalasis (unos 773 euros) tanto para quien la practique como para quien ¡°la solicite, incite o promueva proporcionando herramientas o mediante cualquier otro medio¡±, as¨ª como la cadena perpetua si dicha ablaci¨®n conduce a la muerte. Finalmente, se estableci¨® una multa de 10.000 dalasis (unos 154 euros) para quien, teniendo conocimiento de la pr¨¢ctica de la mutilaci¨®n genital, no lo denuncie.
En los ¨²ltimos a?os, las tasas de mutilaci¨®n genital femenina han descendido considerablemente en ni?as y adolescentes de todo el mundo, seg¨²n distintos estudios. No obstante, unos cuatro millones de j¨®venes todav¨ªa sufren MGF cada a?o, seg¨²n datos de Unicef, y unos 200 millones de ni?as y mujeres actualmente vivas han sido sometidas a la mutilaci¨®n genital. Gambia es uno de los que menos ha avanzado en la erradicaci¨®n de esta pr¨¢ctica en la ¨²ltima d¨¦cada, seg¨²n un informe de Unicef.
La mutilaci¨®n genital femenina se practica sobre todo en el ?frica subsahariana y algunos pa¨ªses ¨¢rabes, pero tambi¨¦n hay casos en Estados de Asia, Europa oriental y Am¨¦rica Latina. Instituciones internacionales como la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, Unicef y el Fondo de Poblaci¨®n de la ONU (UNFPA, por sus siglas en ingl¨¦s) han puesto en marcha en los ¨²ltimos 25 a?os distintas acciones para erradicar la mutilaci¨®n genital femenina.
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