D¨¦sir¨¦e Deneo: ¡°Aqu¨ª violan a las lesbianas porque creen que les falta la experiencia de estar con un hombre¡±
La activista feminista, que recibe amenazas constantes, lidera el primer movimiento que se reivindica abiertamente como feminista de Costa de Marfil
D¨¦sir¨¦e Deneo (29 a?os) es fundadora y secretaria general de la primera asociaci¨®n declarada como feminista de Costa de Marfil, La Ligue Ivoirienne des Droits des Femmes (Liga Marfile?a por los Derechos de la Mujer), m¨¢s conocida como LaLigue225, que naci¨® en 2020 a trav¨¦s de las redes sociales despu¨¦s de un caso medi¨¢tico de violencia de g¨¦nero. La asociaci¨®n ha atendido ya a m¨¢s de 1.500 mujeres v¨ªctimas de violencia. ¡°En 2010 y 2012, cuando te reivindicabas como feminista en las redes sociales, por dentro sent¨ªas ay, ay, ay. Despu¨¦s me di cuenta de que no estaba sola y empec¨¦ a compartir textos y debatir, ahora me siento muy tranquila porque el feminismo me ha tra¨ªdo tambi¨¦n a mis mejores amigas¡±.
Naci¨® en la ciudad pero creci¨® en las zonas rurales de Costa de Marfil, donde el matrimonio forzoso de una amiga de infancia le hizo darse cuenta de la injusticia y el azar. ¡°Si hubiera nacido en otra familia, su padre no habr¨ªa decidido casarla con un hombre¡±. Ahora Deneo acaba su doctorado sobre el impacto de las fronteras entre Costa de Marfil, Guinea y Liberia sobre la vida de las mujeres, un trabajo de investigaci¨®n que despu¨¦s aplica a su vida militante.
Pregunta. ?Qu¨¦ tiene que ver con LaLiga el n¨²mero 225?
Respuesta. Nuestro movimiento comenz¨® en l¨ªnea y 225 es el prefijo telef¨®nico de Costa de Marfil. En un inicio ¨¦ramos militantes feministas marfile?as que nos encontr¨¢bamos en internet pero cada una desde su espacio. Habl¨¢bamos de la violencia contra las mujeres y de experiencias propias. El detonante fue un caso muy medi¨¢tico de violencia de g¨¦nero de una mujer a la que su marido tir¨® de un tercer piso por el balc¨®n, aqu¨ª en Abiy¨¢n. Fue entonces cuando empezamos a denunciar a trav¨¦s de las redes sociales, sobre todo Facebook, lo que hab¨ªa pasado. As¨ª naci¨® LaLigue225. Y as¨ª empezamos a organizarnos.
P. ?Qu¨¦ objetivo tiene LaLigue225?
R. Hay mujeres que nos llaman o nos contactan por internet. Hacemos escucha psicol¨®gica y acompa?amiento jur¨ªdico. Hay mujeres que nos llaman solo porque necesitan irse de casa y no saben c¨®mo hacerlo, y otras porque han sido violadas y necesitan ayuda. Nuestro principal objetivo es luchar contra las violencias y por los derechos de la mujer.
P. ?Es el primer movimiento feminista de Costa de Marfil?
R. Es el primero que se reivindica abiertamente como feminista. Antes milit¨¢bamos por separado, cada una en su peque?o espacio o vida, pero cuando vimos que hab¨ªa mujeres que nos contactaban para pedir ayuda, fue cuando decidimos organizarnos y crear una asociaci¨®n para buscar financiaci¨®n.
P. ?Por qu¨¦?
R. Era agotador porque utiliz¨¢bamos nuestros propios recursos. Un certificado m¨¦dico para denunciar una violaci¨®n en la comisar¨ªa cuesta entre 35.000 y 50.000 francos [entre 53 y 76 euros]. Cada d¨ªa recibimos unas 10 llamadas. Haz tus cuentas.
P. Pero seg¨²n la ley tiene que costar 5.000 francos [7,6 euros] y el Estado subsidia 2.500, ?no?
R. Las leyes est¨¢n, pero no se aplican.
P. ?C¨®mo empez¨® a publicar contenido feminista y debatir en las redes sociales?
R. En 2010 y 2012, cuando te reivindicabas como feminista en las redes sociales, por dentro sent¨ªas ay,ay,ay. Despu¨¦s me di cuenta de que no estaba sola y empec¨¦ a compartir textos y debatir, ahora me siento muy tranquila porque el feminismo me ha tra¨ªdo tambi¨¦n a mis mejores amigas.
P. Est¨¢ impartiendo el primer curso sobre feminismo africano en el Instituto Universitario de Abiy¨¢n (IUA).
R. A veces se piensa que el feminismo es una cosa importada de Occidente. Yo quiero recuperar el feminismo que hubo antes de la colonizaci¨®n y hasta ahora, de mujeres que han luchado por sus derechos.
P. ?Qu¨¦ ejemplos explica en sus clases?
R. En 1949 hubo una gran manifestaci¨®n de mujeres conocida como ¡°La marcha de mujeres de Grand-Bassam¡± [una ciudad costera al este de Abiy¨¢n]. La historia se ha encargado de decir que luchaban para la liberaci¨®n de los responsables pol¨ªticos del Partido Democr¨¢tico de Costa de Marfil [PDCI, en sus siglas en franc¨¦s] encarcelados por las autoridades coloniales francesas, pero la verdad es que ellas ten¨ªan un compromiso pol¨ªtico, boicoteaban los productos importados y buscaron estrategias para organizarse durante la colonizaci¨®n. La lucha de las mujeres ha existido siempre, solo hay que ir a buscarlas en la historia.
Recibimos constantemente amenazas por decir que somos feministas. Pues s¨ª, somos feministas, no hay espacio para dudar
P. En Camer¨²n, el empresario Herv¨¦ Bopda fue detenido despu¨¦s de que decenas de denuncias an¨®nimas en la red social X por agresiones sexuales, secuestro y proxenetismo se viralizaran, con la etiqueta #stopbopda, en enero. El movimiento se ha calificado por los medios como el Me Too africano.
R. Hay mujeres que han luchado por sus derechos antes del Me Too. En los medios se dice que eso es el Me Too africano, pero no hay que llevar las luchas africanas a lo que pasa en Occidente.
P. ?Puede decir en p¨²blico que es feminista?
R. Recibimos constantemente amenazas por decir que somos feministas. Pues s¨ª, somos feministas, no hay espacio para dudar, somos feministas y punto. Hay gente que no se siente c¨®moda porque dice que queremos cambiar las tradiciones, pero yo no quiero pensar que el feminismo no es algo africano.
P. ?Por qu¨¦ habla de feminismos, en plural?
R. Las lus¨®fonas est¨¢n a otro nivel, as¨ª como las angl¨®fonas. Aqu¨ª en ?frica Occidental tambi¨¦n cambia seg¨²n el pa¨ªs. En Mal¨ª es muy dif¨ªcil trabajar, igual que en Burkina Faso, y en N¨ªger ya ni te cuento. Cada pa¨ªs tiene sus especificidades y cuestiones concretas. Hay que hablar de movimientos africanos, en plural. Por ejemplo, en Cabo Verde el aborto es legal, pero no lo es en Costa de Marfil.
Todo el mundo puede hablar del cuerpo de la mujer, pero aqu¨ª la mujer no puede decidir sobre su propio cuerpo
P. Lleva un collar que representa un cl¨ªtoris.
R. Hace cuatro a?os que lo llevo. Es una forma de acordarme de la importancia del cuerpo. Todo el mundo puede hablar del cuerpo de la mujer, pero aqu¨ª la mujer no puede decidir sobre su propio cuerpo.
P. ?Se refiere al derecho al aborto?
R. Aqu¨ª en ?frica las mujeres venden hojas de algod¨®n y hierbas para abortar desde hace siglos. Ha existido siempre en nuestras pr¨¢cticas, pero incluso cuando una mujer quiere abortar, detr¨¢s hay un hombre que le paga los medicamentos porque no quiere asumir el embarazo. La mujer sigue sin poder decidir. No es una cuesti¨®n africana o religiosa, es el sistema patriarcal. Despu¨¦s de la ratificaci¨®n del Protocolo de Maputo [como se conoce a la Carta Africana sobre los Derechos de la Mujer en ?frica, adoptada en 2003], se deber¨ªa haber avanzado en la ley sobre salud sexual y reproductiva, pero es justo el tema del aborto el que hace que no se avance porque, simplemente, no hay debate.
P. ?C¨®mo empez¨® a militar?
R. Siempre le digo a mi madre que fue ella la que me hizo feminista. De peque?a le¨ªa a Mariama B?, Fatou Ke?ta o Regina Yaou. Si creces con estas autoras, llega un momento en que no te queda otra opci¨®n. Pero lo que me movi¨®, lo que se me qued¨® aqu¨ª [se toca con la palma de la mano el pecho] fue cuando casaron a una amiga de infancia a quien yo hac¨ªa como de hermana mayor. Si hubiera nacido en otra familia, su padre no habr¨ªa decidido casarla con un hombre.
P. ?Y su carrera universitaria?
R. Yo estudi¨¦ un m¨¢ster en migraci¨®n. Mi trabajo final de m¨¢ster trataba sobre c¨®mo las fronteras impactan en las mujeres. Me fui a buscar testimonios en la frontera entre Guinea, Costa de Marfil y Liberia. Hubo muchas mujeres que se fueron durante la guerra civil marfile?a [intermitente entre 2002 y 2011]. Empec¨¦ a encontrar casos de embarazos en adolescentes, violaciones en las escuelas y violencia sistem¨¢tica contra las mujeres. Cuando termin¨¦ el trabajo, estaba traumatizada. Hay acad¨¦micos que hacen su trabajo, recogen los testimonios y vuelven a su casa. Yo no volv¨ª a casa, estaba en mi casa, en mi pa¨ªs.
P. ?Es una privilegiada en su pa¨ªs?
R. S¨ª. Por eso yo no quiero ir sobre el terreno, pedir informaci¨®n, presentar una memoria y basta. Yo quiero ir, reflexionar y aportar respuestas gracias a mi trabajo militante. Una acad¨¦mica de la acci¨®n. No como vosotros los periodistas, que busc¨¢is informaci¨®n y os vais [r¨ªe].
P. ?Ha encontrado respuestas?
R. Hay un cambio forzoso en nuestra sociedad. Poco a poco somos m¨¢s y tenemos menos miedo a hablar. Pero no tenemos datos a¨²n, estad¨ªsticas, no hay nada.
P. ?Y respecto a los derechos LGTBIQ?
R. Incluso por nuestra seguridad no podemos hablar mucho del tema. Aqu¨ª los hombres violan a las lesbianas porque creen que les falta la experiencia de estar con un hombre. Es un tema extremadamente sensible dentro de la sociedad.
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