¡®Made in Ethiopia¡¯: tres mujeres al servicio de la expansi¨®n china en ?frica
Un documental describe el aterrizaje de un gran proyecto textil de Pek¨ªn en una regi¨®n rural del pa¨ªs africano y el choque entre la b¨²squeda de beneficios econ¨®micos del gigante asi¨¢tico y el deseo de prosperar y defender la tierra de la poblaci¨®n local
Tres mujeres, una china y dos et¨ªopes, y sus ambiciones y sue?os de prosperidad gracias a la construcci¨®n de un gigantesco proyecto industrial chino en el pa¨ªs africano protagonizan el documental, Made in Ethiopia, dirigido por Xinyan Yu y Max Duncan. La pel¨ªcula, rodada durante cuatro a?os en una zona rural de la regi¨®n de Orom¨ªa, asfixiada por la pobreza y el conflicto, se estren¨® en junio y fue proyectado la semana pasada en Madrid, dentro de la d¨¦cima edici¨®n del Another Way Film Festival. En ella, se ponen frente a frente dos realidades: el af¨¢n financiero perseguido por China y la vida del peque?o pueblo de Dibdibbe, que se ve impactada por la instalaci¨®n de esta enorme planta en sus tierras ancestrales.
Max Duncan (Oxford, Reino Unido, 41 a?os) cree en el poder de la narraci¨®n para revelar temas que pueden parecer ¡°remotos¡± para algunas audiencias. ¡°Etiop¨ªa es ¨²nico en su cultura. Pero tiene muchos problemas y la pregunta clave es si este tipo de crecimiento es el mejor para el pa¨ªs¡±, explica Duncan en una entrevista con este diario en Madrid.
Made in Ethiopia nace del deseo de Duncan y Xinyan Yu (Wuhan, China, 34 a?os), que trabajaron como periodistas en Pek¨ªn, de saber m¨¢s y explorar las inversiones que China hace en ?frica y de c¨®mo la presencia del gigante asi¨¢tico en los pa¨ªses del continente transforma las comunidades.
As¨ª llegaron a este pueblo de Orom¨ªa, donde desde 2008, unos inversores chinos hab¨ªan construido un gran parque industrial, dise?ado para acoger m¨¢s de un centenar de f¨¢bricas, principalmente textiles, y generar decenas de miles de puestos de trabajo. Tras visitar el lugar, se dieron cuenta de que el 80% de la fuerza obrera eran mujeres y les pareci¨® un ¡°microcosmos fascinante¡± para contar c¨®mo la presencia del gigante asi¨¢tico transforma la vida de una peque?a comunidad.
Seg¨²n Duncan, la selecci¨®n de los tres personajes principales del documental se produjo ¡°de manera natural¡±. ¡°Reafirmamos nuestra idea de que las mujeres suelen ser las impulsoras silenciosas del crecimiento¡±, explica el director en Madrid, coincidiendo con la proyecci¨®n de la pel¨ªcula en el Another Way Film Festival, certamen dedicado al desarrollo sostenible y medio ambiente.
Motto Ma dej¨® China y su familia para dirigir este parque industrial. Estaba convencida de que la soluci¨®n a los problemas de Etiop¨ªa era el desarrollo econ¨®mico, similar al que experiment¨® China en los a?os 80. Pero lleg¨® la pandemia y estall¨® el cruento conflicto en el pa¨ªs africano, en la regi¨®n del Tigray, y sus proyectos tuvieron que modificarse.
Workinesh Chala es una campesina et¨ªope que anhelaba dejar el campo y migrar a la ciudad con su hija para dejar atr¨¢s una vida centrada en la maternidad y las tareas del hogar. Como la familia de Chala, 83 familias oromas que viv¨ªan en el pueblo, tuvieron que dejar sus tierras por la expansi¨®n del complejo industrial chino. El gobierno municipal deb¨ªa indemnizarlos con un terreno en la ciudad de Dukem y ah¨ª poder construir un nuevo hogar. Algo que a la fecha a¨²n no sucede, de acuerdo con Duncan.
Y Beti Ashenafi es una joven operaria en una de las f¨¢bricas, en las que cose pantalones vaqueros, donde se les exig¨ªa a las trabajadoras hacer 5.000 pares al d¨ªa. Su sue?o era estudiar, pero su salario de 45 euros al mes apenas le alcanzaba para vivir.
¡°Ellas, de alguna forma, est¨¢n conectadas por ser mujeres en un mundo construido por hombres. Muchas cosas que quieren alcanzar son m¨¢s dif¨ªciles que si fuesen un hombre¡±, opina Duncan, que ha trabajado diez a?os en China como periodista y fue galardonado en 2018 con un World Press Photo, justamente por un proyecto audiovisual en el pa¨ªs asi¨¢tico.
La pel¨ªcula, que recibi¨® la menci¨®n especial de jurado en el prestigioso festival Tribeca este a?o, muestra la vida cotidiana de las tres mujeres, lo que supuso un reto para los directores, ya que tuvieron que convencerlas de que sus detalles personales eran importantes. ¡°Por ejemplo, Workenish no hab¨ªa visto un documental nunca y, ahora, est¨¢ ah¨ª explicando su vida personal y c¨®mo fue forzada a casarse a los 16 a?os... Cuando vio la pel¨ªcula, se sinti¨® orgullosa de haber tenido el valor de contar c¨®mo es la vida en el campo¡±, explica Duncan.
El director insiste en que el documental ¡°abre una ventana a un mundo del que no se conoce gran cosa¡± y desea subrayar que la inevitable industrializaci¨®n de regiones africanas como Orom¨ªa debe ir acompa?ada de la justicia social. ¡°Pa¨ªses como Etiop¨ªa van a emprender el camino de la industrializaci¨®n. Adem¨¢s de la importante perspectiva medioambiental que no se debe perder de vista, es vital que los gobiernos sean honestos y que el crecimiento y la urbanizaci¨®n beneficien a la gente, m¨¢s que a las ¨¦lites¡±, recalca.
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