Los sat¨¦lites de Starlink: el otro poder desestabilizador de Elon Musk en ?frica
El servicio de internet que ofrece SpaceX garantiza una conexi¨®n m¨¢s r¨¢pida y contribuye al desarrollo de pa¨ªses empobrecidos al cubrir ¨¢reas rurales que antes no ten¨ªan conectividad. Sin embargo, apenas emplea trabajadores locales y se enfrenta a problemas legales y de competencia
El desembarco en ?frica de Starlink ha sacudido en poco menos de dos a?os el mercado de las telecomunicaciones del continente. El servicio de internet satelital que desarrolla SpaceX, la compa?¨ªa del magnate sudafricano Elon Musk, no solo ofrece una conexi¨®n mucho m¨¢s r¨¢pida que la de sus competidores, sino que es capaz de llevar la conectividad a zonas rurales que distan cientos de kil¨®metros de las infraestructuras terrestres de cable o de las torres para repetidores wifi gracias a su red de m¨¢s de 6.000 sat¨¦lites. La telemedicina o la utilizaci¨®n de recursos digitales en la educaci¨®n son solo algunas de sus aplicaciones m¨¢s valiosas en las zonas m¨¢s remotas de los 17 pa¨ªses africanos en los que ya est¨¢ disponible.
Sin embargo, su modelo de negocio, con apenas empleados africanos y escasas inversiones en infraestructuras en el continente, y ciertas pr¨¢cticas empresariales agresivas, como el aumento de los precios de un d¨ªa para otro, ensombrecen los r¨¦ditos positivos que ha cosechado su expansi¨®n. Adem¨¢s, la compa?¨ªa se enfrenta a problemas con el cumplimiento de las legislaciones nacionales en materia de comunicaci¨®n y a la resistencia de los monopolios estatales en algunos pa¨ªses. El ¨²ltimo ejemplo es del de Namibia, que orden¨® a Starlink la semana pasada el cese de sus operaciones tras acusar a la compa?¨ªa de operar de forma ilegal al no disponer de licencia en el pa¨ªs.
¡°Starlink tiene dos grandes ventajas comparativas; la primera es que proporciona servicio a trav¨¦s de sat¨¦lites en ¨®rbita terrestre baja y su velocidad de internet es muy superior a la que se puede obtener a trav¨¦s de un proveedor terrestre¡±, explica a este diario Nate Allen, experto en ciberseguridad del Centro Africano de Estudios Estrat¨¦gicos. La segunda, contin¨²a el analista, est¨¢ relacionada con su capacidad de expansi¨®n: ¡°Lo que realmente podr¨ªa cambiar las reglas del juego es que Starlink sea capaz de lanzar a¨²n m¨¢s sat¨¦lites en los pr¨®ximos a?os, porque podr¨ªa entrar en competencia directa con los proveedores terrestres en funci¨®n de los costes, lo que podr¨ªa sacudir dr¨¢sticamente el mercado de las telecomunicaciones en todo el continente¡±.
Esa convulsi¨®n a la que alude Allen es una de las mayores preocupaciones sobre Starlink. ¡°Si se convierte en un monopolio, tendr¨¢ con el tiempo el control de los precios¡±. Seg¨²n el experto, ¡°ya hay algunos nichos de mercado en los que roza el monopolio, sobre todo entre quienes necesitan internet r¨¢pido¡±.
El caso de la comunidad educativa de Okaka, una localidad del Estado nigeriano de Oyo, en el suroeste del pa¨ªs, es el paradigma de los beneficios que ofrece Starlink, los riesgos que plantea su crecimiento y los recelos que despierta entre los Estados africanos. Los ni?os de Okaka tienen desde hace poco m¨¢s de un a?o acceso a todos los materiales educativos de c¨®digo libre que les ofrece internet gracias a un programa de becas impulsado por la consultora Space in Africa que ha llevado internet de alta velocidad a las escuelas rurales de esta ciudad a trav¨¦s de Starlink. ¡°El objetivo era proporcionar a estos estudiantes y a sus profesores acceso asequible a recursos en l¨ªnea de alta calidad¡±, explica Temidayo Oniosun, directivo de Space in Africa y experto en la industria satelital del continente.
Sin embargo, sin el apoyo de Space in Africa, es poco probable que la comunidad educativa de Okaka pueda afrontar el previsible aumento de las tarifas de un servicio que ha revolucionado los cimientos educativos de esta comunidad rural y que, seg¨²n Unicef, es prioritario para garantizar la equidad en la educaci¨®n a nivel mundial. El pasado 30 de septiembre, sin previo aviso y de forma unilateral, Starlink anunci¨® que en un mes duplicar¨ªa el precio para los suscriptores nigerianos, una medida que se vio obligado a retirar ¡°temporalmente¡± d¨ªas despu¨¦s por la presi¨®n de la Comisi¨®n de Comunicaciones de Nigeria, el primer pa¨ªs africano en que comenz¨® a operar ¡ªen enero de 2023¡ª. No obstante, seg¨²n anunci¨® en un comunicado, aplicar¨¢ el incremento de la suscripci¨®n cuando ¡°supere los retos regulatorios¡±.
Esta subida de precios es posible por la pol¨ªtica de Starlink, que se presenta como una compa?¨ªa que no firma contratos: ¡°Starlink no requiere un contrato. El servicio se factura mensualmente y puede cancelarlo en cualquier momento si decide que el servicio no se adapta a sus necesidades¡±, afirma la propia empresa. Sin embargo, a su vez, esta circunstancia le permite cambiar los t¨¦rminos del servicio.
Modelo de negocio de competencia local
¡°Su modelo de negocio inicial era utilizar precios globales en ?frica, con productos que costaban unos 100 d¨®lares al mes [95 euros], pero luego entendieron que ten¨ªan que adoptar una estrategia diferente y competir con los precios de las compa?¨ªas tecnol¨®gicas locales¡±, detalla por videoconferencia Oniosun. Por eso, contin¨²a, ¡°en algunos pa¨ªses cuesta 20 d¨®lares al mes y en otros 30 d¨®lares frente a los 100 d¨®lares que cuesta en Estados Unidos¡±. El resultado, seg¨²n el experto nigeriano, es que ¡°Starlink ha provocado una disrupci¨®n en el mercado africano y ha hecho que muchas compa?¨ªas de telecomunicaciones est¨¦n perdiendo suscriptores¡±.
Su potencial de expansi¨®n es enorme. ¡°Desde un punto de vista continental, la conectividad media a internet en ?frica es del 47%, inferior a la media mundial, que es del 66%¡±, explica Michael Markovitz, director del Centro de An¨¢lisis sobre liderazgo medi¨¢tico del Instituto Gordon de Ciencias Empresariales de la Universidad de Pretoria (Sud¨¢frica). Sin embargo, pese a los precios aparentemente bajos, Markovitz reflexiona sobre el n¨²mero real de ciudadanos que podr¨¢ realmente afrontarlos. ¡°Va a ser dif¨ªcil para la mayor¨ªa de los que no pueden permitirse comprar un m¨®vil, aunque s¨ª va a ser muy competitivo para la gente que lo puede costear en zonas rurales, como agricultores o empresas de ciudades peque?as, donde la conectividad que ofrecen los operadores m¨®viles es cara¡± y lenta. Pero la pregunta para analizar el impacto de Starlink, seg¨²n el experto de la Universidad de Pretoria, es, ?cu¨¢l es el n¨²mero verdadero de suscriptores de Starlink? Por ejemplo, en Nigeria, donde en funci¨®n de las clasificaciones Starlink es el tercer o cuarto proveedor de internet, la cuota de usuarios no llega a 30.000, frente a la compa?¨ªa sudafricana MTN, que en el mismo pa¨ªs tiene unos 77 millones, explica Markovitz.
Aunque la expansi¨®n de internet de alta velocidad puede favorecer la econom¨ªa africana, los expertos tambi¨¦n destacan que el modelo de negocio de Starlink ¡°no deja una gran huella en el continente¡± porque apenas necesita infraestructura terrestre. ¡°La gran preocupaci¨®n para muchos pa¨ªses es lo que Starlink podr¨ªa significar para el futuro de las empresas de telecomunicaciones, muchas de ellas de propiedad africana o estatales y que emplean a muchos africanos que pagan una gran cantidad de impuestos en ?frica¡±, reflexiona Allen. Por ejemplo, en Kenia, Safaricom, ¡°seg¨²n sus propios datos, apoya hasta 1,2 millones de puestos de trabajo y emplea directamente a unas 6.000 personas, es decir, es una actividad empresarial que genera una tonelada de ingresos fiscales para el Gobierno¡±, subraya el analista del Centro Africano de Estudios Estrat¨¦gicos. Oniosun comparte el mismo argumento: ¡°Starlink no tiene una gran cantidad de empleados en ?frica y los pocos que tiene son como extranjeros que vienen al continente¡±.
Pese a ello, Allen cree que Starlink ¡°seguir¨¢ expandi¨¦ndose, especialmente entre los sectores que necesiten una conectividad r¨¢pida¡±. ¡°Es bastante dif¨ªcil superar a la compa?¨ªa de Elon Musk en este momento, aunque su futuro depender¨¢ tambi¨¦n del coste y de c¨®mo entre en competencia directa con otros proveedores en el futuro¡±, a?ade.
Otro de los obst¨¢culos, seg¨²n Markovitz, ser¨¢ c¨®mo se adapta a la legislaci¨®n de cada pa¨ªs. Namibia le acaba de obligar a cesar su actividad por la falta de licencia, una medida que ya tom¨® Camer¨²n a principios de a?os, ordenando incluso la incautaci¨®n de los equipos de Starlink en los puertos. ¡°En Sud¨¢frica, todav¨ªa no tienen licencia de operador porque no cumplen la legislaci¨®n¡±, que exige que el 30% de la propiedad de la compa?¨ªa sea negra, comenta el experto, que recuerda que en este pa¨ªs, con un 75% de poblaci¨®n con acceso a internet, la competencia es mucho mayor. ¡°Musk se ha reunido con [el presidente de Sud¨¢frica, Cyril] Ramaphosa y hay muchas noticias sobre que el Gobierno har¨¢ una excepci¨®n, pero es muy dif¨ªcil que ocurra en una democracia porque la ley es muy clara¡±, zanja. No obstante, advierte: ¡°Elon Musk no tiene prisa, es el hombre m¨¢s rico del mundo. Tiene una estrategia de seguir lanzando sat¨¦lites y es lo que seguir¨¢ haciendo¡±.
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