La tecnolog¨ªa mueve el mundo... y las necesidades de las favelas
Aline Fr¨®es, emprendedora social, forma a trav¨¦s de su empresa Vai na Web a los habitantes de un barrio chabolista de R¨ªo de Janeiro
Aline Fr¨®es (1987) es emprendedora social en tecnolog¨ªa. La encontramos en el Morro dos Prazeres, la favela m¨¢s alta de R¨ªo de Janeiro, donde tiene oficinas de la empresa que lidera desde 2015, Vai Na Web (VNW). ¡°Reinvertimos el 100% de nuestros beneficios. Formamos personas de las favelas y periferias pobres de R¨ªo en tecnolog¨ªa digital avanzada para desarrollar software dentro de las favelas. Generamos conocimiento y valor localmente¡±, explica Aline.
Morro dos Prazeres tiene unas vistas de quitar el aliento. En plena ola de calor, los vecinos de la favela, siempre saludando y sonriendo, sub¨ªan transportando pesados muebles y materiales de construcci¨®n, compras, ni?os en brazos, bicicletas. El hecho de residir en una favela puede significar un obst¨¢culo para conseguir una entrevista de trabajo. ¡°Las empresas suelen contratar profesionales cuyas familias pueden financiar sus estudios. En los raros casos de contrataci¨®n, es com¨²n sufrir discriminaci¨®n o acoso¡±, apunta Fro¨¦s.
No exentas de cr¨ªticas, hay un auge de empresas promocionando mejorar el mundo a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa. ¡°Es com¨²n que las empresas, tambi¨¦n las de tecnolog¨ªa, consideren las zonas de pobreza y exclusi¨®n social como mercados a explotar o plataformas de marketing para construir narrativas de sostenibilidad. Pero los impactos positivos y el valor local que generan a trav¨¦s de los proyectos que promocionan como ¡®de sostenibilidad¡¯ no son reales, sino extra¨ªdos en forma de ganancias que acumulan unos pocos socios detentores de recursos y poder. Por lo menos aqu¨ª, ni siquiera conocen a las personas a las que publicitan ayudar¡±.
Hay extensiva literatura sobre la explotaci¨®n de zonas de pobreza que Fro¨¦s menciona, como La fortuna en la base de la pir¨¢mide (BoP por sus siglas en ingl¨¦s), del economista y profesor C. K. Prahalad. Este autor aboga por reducir m¨¢rgenes de beneficio por producto para aumentar las ventas y maximizar ganancias en estas zonas. Bajo la cr¨ªtica de gran parte de la comunidad cient¨ªfica, la BoP gan¨® identidad como estrategia y se puso de moda entre emprendedores, compa?¨ªas emergentes y empresas que quieren decirse sostenibles.
En la misma l¨ªnea de Prahalad encontramos a Marcelo Neri, exministro de Asuntos Estrat¨¦gicos de Brasil (2013-2015) quien public¨® A nova classe m¨¦dia: O lado brilhante da base da pir?mide (la nueva clase media: el lado brillante de la base de la pir¨¢mide). Con esos enfoques, no es de extra?ar que el 0,0003% de la poblaci¨®n mundial acumule tanta riqueza como 60% de la poblaci¨®n.
Fr¨®es argumenta que, mientras la desigualdad avanza, las empresas de tecnolog¨ªa concentran riqueza. ¡°De las 10 empresas m¨¢s valiosas del mundo, ocho son de tecnolog¨ªa. La tecnolog¨ªa es la herramienta que mueve el mundo, pero tenemos que reorientarla en el sentido correcto: solventar necesidades sociales. Creemos en el empoderamiento de las personas pobres, como colaboradores o empleados en funciones estrat¨¦gicas, para crear soluciones. Hay mucha capacidad creativa e innovadora en estas personas, que deben ser parte de la soluci¨®n¡±, zanja.
Hay cierto consenso en la comunidad cient¨ªfica de que los proyectos promocionados como ¡°de sostenibilidad¡± por empresas, adem¨¢s de no generar los impactos positivos (tan de moda), los generan negativos. Una de las razones es que estos imponen valores que replican nuestro competitivo e insostenible sistema. Ignoran lo local: las capacidades colaborativas, los conocimientos innovadores y las culturas resilientes y perseverantes. En consecuencia, se genera frustraci¨®n y disminuci¨®n de autoestima entre las personas beneficiadas que, a menudo, abandonan los proyectos. ¡°Las empresas tienen que ser m¨¢s humildes y menos cortoplacistas. Deben dejar de dise?ar proyectos alejados de la realidad, acercarse a las comunidades y hacer proyectos a largo plazo. La pr¨¢ctica com¨²n es hacer proyectos de un a?o, que es muy poco tiempo para generar impacto social.¡±
En start-up y empresas tecnol¨®gicas es com¨²n encontrarnos con la idea: ¡°la tecnolog¨ªa nos salvar¨¢¡±. Sin embargo, las personas que m¨¢s saben sobre los retos ¨Cpor ejemplo, aquellas que viven bajo condiciones de pobreza¨C a menudo no son involucradas de manera adecuada en el dise?o de las soluciones, como recoge el informe Las fronteras de la tecnolog¨ªa de impacto, de Good Tech Lab. Estas entidades generan ganancias comercializando tecnolog¨ªa, se dicen sostenibles, pero su contribuci¨®n real para solventar los retos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es cuestionable.
¡°En Vai Na Web (vete a la web) tenemos una escuela gratuita de tecnolog¨ªa para atender a los desaf¨ªos de la econom¨ªa digital con personas que vivencian en sus carnes la pobreza (ODS1) y las desigualdades (ODS10). Adem¨¢s, realizamos intercambio de conocimiento. En 2019 recibimos 60 estudiantes de la Universidad de Ohio en la favela para ense?arles impacto social a trav¨¦s de la pr¨¢ctica, sobre el terreno¡±, cuenta Fr¨®es. Esta es una pr¨¢ctica de aprendizaje por experiencia (experiential learning) que puede ser eficaz para involucrar los alumnos de hoy, que ser¨¢n los l¨ªderes de ma?ana. De esta manera, adoptan criterios sociales y medioambientales de forma genuina, m¨¢s all¨¢ de las narrativas, en sus procesos de toma de decisiones que siguen moldeando nuestros insostenibles sistemas, algo que he analizado en una investigaci¨®n para la Universidad de Oxford.
Est¨¢ comprobado que la sociedad no cree en los impactos que las empresas afirman realizar en sostenibilidad. No obstante, si se relacionan adecuadamente con las comunidades ¨Cempezando por intentar comprender el contexto, escuch¨¢ndolas, reconociendo el valor de sus conocimientos y culturas¨C es posible generar impactos m¨¢s genuinos y contribuir para una sostenibilidad m¨¢s aut¨¦ntica; una basada en criterios sociales y medioambientales, e impulsora de una econom¨ªa a servicio de las personas.
As¨ª, como VNW, las empresas podr¨¢n diferenciarse de las pr¨¢cticas ordinarias de la sostenibilidad corriente y construir confianza real con la sociedad, posicion¨¢ndose y generando a su vez valor para sus negocios. Como argumenta Aline Fr¨®es, hay que abandonar la percepci¨®n del ¡°mercado consumidor carente de ayuda¡± y saber relacionarse aut¨¦nticamente con las comunidades desde la humildad, trabajando con y para sus gentes.
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