Oyinkan Braithwaite: ¡°Creo que es f¨¢cil ser una buena persona cuando no te has enfrentado a algo traum¨¢tico¡±
La escritora anglonigeriana Oyinkan Braithwaite presenta por primera vez su obra en Espa?a, en el marco del festival de novela negra de La Palma Aridane Criminal
Oyinkan Braithwaite (Lagos, 1988) se sienta en una silla de hierro forjado pintada de verde, al pie de una palmera canaria, en un jard¨ªn donde los p¨¢jaros han decidido entablar una batalla sonora entre mangos, jaulas abandonadas, aloes y n¨ªsperos. A sus pies, el c¨¦sped irregular brota entreverado de ceniza volc¨¢nica y una colonia de gatos confabula para hacerse con el control de cada esquina y cada humano.
¡°Me llamo Oyinkan Braithwaite y soy la autora de Mi hermana asesina en serie¡±, dice, mientras pone en orden sus trenzas plateadas. Se cala unas sempiternas gafas de estampado animal y luce unos enormes zarcillos dorados. Estamos en Llanos de Aridane, a la sombra del volc¨¢n. Ella viene a inaugurar el espacio dedicado a Antonio Lozano ¨Cescritor fallecido hace tres a?os¨C en Aridane Criminal, el festival de novela negra y polic¨ªaca que dirige el tambi¨¦n autor canario Alexis Ravelo.
Organizado al golpito y con cari?o, Aridane Criminal se hace un hueco entre tanto festival del g¨¦nero, marcado con la impronta personal¨ªsima de Ravelo: calidad, amor por los libros, el cine y la m¨²sica, y el deseo de reunirse y hacer amigos. Este festival consagra, por primera vez en su corta historia, un espacio a la escritura africana de novela negra. Braithwaite forma parte de un men¨² exquisito de escritores, donde figuran Carlos Zan¨®n, Marcelo Luj¨¢n, Elio Quiroga y Esther Garc¨ªa Llovet. Aunque en el ambiente pesa la desaparici¨®n repentina del espa?ol Domingo Villar.
¡°Cuando escrib¨ªa Mi hermana, asesina en serie, no pensaba en el g¨¦nero¡±, precisa. ¡°Cuando termin¨¦ y el editor empez¨® a trabajar en el libro, me di cuenta de que hab¨ªan clasificado la novela como criminal. Pero, en realidad, trata m¨¢s sobre la familia y sobre las hermanas que sobre los cr¨ªmenes que tienen lugar¡±, se?ala Braithwaite, quien defiende la concepci¨®n propia de su obra. ¡°No pens¨¦ realmente en ficci¨®n criminal, por eso cuando me preguntan de qu¨¦ g¨¦nero es, digo que Noir, porque creo que est¨¢ m¨¢s cerca del Noir que del g¨¦nero criminal contempor¨¢neo¡±.
Braithwaite confiesa su amor por los personajes con defectos, a quienes considera m¨¢s interesantes que la gente perfecta, sobre la que no resulta tan atractivo escribir o leer. ¡°Me gusta que mis personajes sean problem¨¢ticos¡±, asegura. ¡°Darles unas caracter¨ªsticas que consigan que, si encontrara a esas personas en la vida real, quiz¨¢s no me gustaran, pero que s¨ª sea interesante saber qu¨¦ es lo que podr¨ªan hacer en este o ese otro escenario¡±. Braithwaite justifica en parte a sus personajes. ¡°Creo que es f¨¢cil ser bueno o amable cuando no te has enfrentado a algo traum¨¢tico o has estado en una situaci¨®n realmente dif¨ªcil, porque cuando eso pasa es cuando te das cuenta de qui¨¦n eres de verdad y hacia d¨®nde quieres ir¡±, apunta.
La autora pas¨® la mayor parte de su infancia en Londres, despu¨¦s estudi¨® Derecho y escritura creativa en el mismo pa¨ªs, y finalmente regres¨® hace una d¨¦cada a Nigeria, el pa¨ªs donde ella naci¨® y el hogar de sus padres. Desde entonces, ha trabajado en la editorial nigeriana Kachifo, y tambi¨¦n en los sectores de educaci¨®n y entretenimiento. Adem¨¢s, ha publicado dos novelas ¨CMi hermana, asesina en serie y El beb¨¦ es m¨ªo¨C, ambas traducidas al espa?ol y editadas por Alpha Decay.
En Nigeria hay mucha gente que quiere leer, pero el acceso a los libros no es f¨¢cil ni es barato
Braithwaite sit¨²a los dos t¨ªtulos en Nigeria, donde afirma que se ama la lectura y se est¨¢ ampliando el abanico de g¨¦neros literarios que atraen a los lectores. Sin embargo, lamenta que los autores nigerianos tengan que triunfar en el extranjero para que interesen en casa. ¡°Mi experiencia es que los libros que consiguen la atenci¨®n del p¨²blico en Nigeria son los que han conseguido atenci¨®n fuera del pa¨ªs, y eso es una pena¡±, resalta. La mujer supone que esta situaci¨®n se debe a la falta de fondos de la industria editorial, que no suscita las pasiones de la m¨²sica o Nollywood. ¡°Hay mucha gente que quiere leer, pero el acceso a los libros no es f¨¢cil ni es barato¡±, destaca. Respecto a su propia experiencia como lectora, Braithwaite explica que la pandemia complic¨® su relaci¨®n con la ficci¨®n de largo aliento y la decant¨® por novela breve y los relatos. Como la mayor¨ªa, se sent¨ªa inmersa en un estado constante de inquietud y, adem¨¢s, estaba ocupada con los preparativos de su boda.
¡°Creo que hay mucha duplicidad en Nigeria¡±, reflexiona al rato, al hilo del retrato de la sociedad de su pa¨ªs que se refleja en su obra. ¡°Todav¨ªa la unidad familiar es muy importante y existen las familias amplias y extendidas. Adem¨¢s, hay diferentes tribus y culturas. Para poder preservar todo eso, la gente tiende a guardar muchos secretos¡±. La escritora tambi¨¦n se?ala los grandes contrastes que persisten. ¡°Nigeria es el tipo de sitio donde tienes, a un lado de la autopista, a los ricos, y al otro, a gente pobre que sufre. Quienes no sufrimos hemos perfeccionado el arte de mirar hacia otro lado. De no ver la otra cara de Lagos o de Nigeria¡±.
Braithwaite describe una sociedad que aparentemente est¨¢ bien, pero menciona que existe una tensi¨®n que se agazapa bajo un simulacro de normalidad. ¡°Siempre est¨¢ ah¨ª y esperas que en cualquier momento explote¡±, apostilla ella, reforzando el mensaje con el lenguaje de sus manos. ¡°La masacre del peaje de Lekki y los disturbios de 2020 fueron un ejemplo de que la sociedad no est¨¢ bien, y de que ponemos una especie de venda sobre las cosas. Los pol¨ªticos hacen falsas promesas y parece que est¨¢n reaccionando a esas cuestiones, pero en realidad no lo hacen y las cosas siguen coci¨¦ndose bajo la superficie¡±.
La autora se reivindica de cultura yoruba, cristiana y escritora en tr¨¢nsito, pero tambi¨¦n celebra su vertiente brit¨¢nica. Ama Lagos, a pesar de los pesares, y la describe como una ciudad llena de gente divertida, dura y vital. ¡°Dependiendo de d¨®nde est¨¦, se me considera brit¨¢nica, anglonigeriana o nigeriana¡±, apunta. ¡°Mis libros hablan de la experiencia nigeriana, pero tambi¨¦n hablan de la experiencia humana¡±.
Antes de despedirse, reh¨²ye educadamente a avanzar algo sobre sus proyectos inmediatos, aunque se?ala que desarrolla varios textos paralelos que se centran en las vidas de mujeres un poco ¡°especiales¡±. Confiesa que, en su mesita de noche, en Llanos de Aridane, descansa una copia de The beloved girls (Las chicas amadas), de Harriet Evans.
En su intervenci¨®n de la noche, Braithwaite prometer¨¢ seguir la senda del g¨¦nero negro, encantada al descubrir la diversi¨®n de sus festivales y la compa?¨ªa amorosa que conllevan. Tras su primera, y exitosa incursi¨®n en el mundo de los eventos literarios en Espa?a, parece dispuesta a seguir dej¨¢ndose mimar.
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