La historia del pl¨¢stico como nunca se la han contado
Este documental, que aglutina las voces de 1.500 organizaciones medioambientales, denuncia que a menudo se pone el foco en los residuos, pero no se ataca la ra¨ªz ni las causas del problema. El filme se podr¨¢ ver desde el 21 de octubre en la 7? edici¨®n del Another Way Film Festival
El documental La historia del pl¨¢stico, que se exhibir¨¢ este fin de mes en Madrid, con motivo de la celebraci¨®n del Another Way Film Festival, empieza con una cr¨ªtica de la cobertura que hacen los medios de comunicaci¨®n sobre la plaga del pl¨¢stico. Entre los impulsores del largometraje se encuentra el movimiento Break Free From Plastic, que aglutina 1.500 organizaciones medioambientales repartidas por los cinco continentes. Echan en cara a los medios que a menudo se pone el foco medi¨¢tico en los residuos y en la necesidad de limpiar el oc¨¦ano, por ejemplo, de los pl¨¢sticos nefastos, pero no se ataca la ra¨ªz ni las causas del problema.
Ni que decir tiene que me siento directamente aludida. No s¨¦ cu¨¢ntas veces habremos hablado en este blog de la importancia como consumidores de reemplazar el pl¨¢stico por otro tipo de contenedor; de reciclar cuando toca y como toca; y de limpiar, si se tercia, la basura que alg¨²n desaprensivo ha dejado caer inadvertidamente en la acera.
Paso revista a mis posts sobre el tema y est¨¢n todos ordenados bajo la tem¨¢tica ¡°oc¨¦anos y mares¡±, o ¡°reciclaje pl¨¢stico¡± o ¡°consumo responsable¡±. Es decir, es cierto que en mi caso observo el problema desde la perspectiva del producto final, del desecho, y sobre c¨®mo nosotros los consumidores abordamos con mayor o peor tino el problem¨®n. Voy a rectificar el tiro.
El documental La historia del pl¨¢stico tiene el gran m¨¦rito de invitarnos a desplazar el objetivo de nuestra c¨¢mara hacia el principio de la historia. Y por ello mismo este post est¨¢ ordenado, a diferencia de todos los anteriores, junto a los art¨ªculos que hablan del ¡°petr¨®leo¡±. Porque ah¨ª est¨¢ el origen del mal. El 99% de lo que contiene un envase de pl¨¢stico es petr¨®leo.
?El beneficio econ¨®mico tiene que seguir siendo hoy todav¨ªa el ¨²nico baremo para justificar un negocio?
En el fondo creo que muchos, por no decir todos, somos conscientes de que si el mundo (y el mar) est¨¢n inundados de pl¨¢stico es porque se trata de uno de los grandes negocios del siglo. El dinero hasta hoy como ¨²nico motor de la econom¨ªa. Me encanta del documental que combina im¨¢genes actuales y muy estilizadas de vertederos, activistas y refiner¨ªas de petr¨®leo con publicidad del siglo pasado donde se alaban las ¡°bondades¡± de los productos fabricados con pl¨¢stico. Por ejemplo, se dice que tienen el gran m¨¦rito de reducir las tareas del hogar. En uno de estos panfletos en blanco y negro se oye la voz del joven actor Ronald Reagan. El descubrimiento me hace sonre¨ªr. Es de agradecer el trabajo de documentaci¨®n realizado detr¨¢s del tel¨®n.
Porque ah¨ª est¨¢ el origen del mal. El 99% de lo que contiene un envase de pl¨¢stico es petr¨®leo
Est¨¢ claro que el lobby fabricante de pl¨¢stico invirti¨® mucho en su d¨ªa y sigue haci¨¦ndolo hoy en relaciones p¨²blicas. Ayer hab¨ªa que convencer de la bondad y la funcionalidad del producto. Ahora se se?ala con el dedo acusador a los pa¨ªses pobres, puesto que no tienen infraestructuras ni presupuesto suficiente para reciclar y tratar como es debido la cuesti¨®n de los residuos. Una activista devuelve la acusaci¨®n como un boomerang: en realidad el problema es que no hay manera de tratar esos residuos y los fabricantes lo saben. Y para colmo de males, el volumen de pl¨¢stico ha crecido de tal manera que tampoco hay manera humana de limpiar todo este desaguisado porque no se acabar¨ªa nunca.
La verdad inc¨®moda que los productores no quieren o¨ªr es que hay que dejar de producir pl¨¢stico del todo, cortar por lo sano. Y no solo porque no se puede reciclar bien el producto final, es decir, por el impacto medioambiental, sino tambi¨¦n porque se est¨¢ envenenando a las poblaciones en donde se extrae el petr¨®leo as¨ª como a las poblaciones que reciben los objetos de pl¨¢stico ya usados y tirados. El pl¨¢stico se convierte en el gran negocio del siglo para unos cuantos y en la gran debacle para unos muchos. ?El beneficio econ¨®mico tiene que seguir siendo hoy todav¨ªa el ¨²nico baremo para justificar un negocio?
¡°Es la pol¨ªtica, ?est¨²pido!¡±. No lo dice tal cual el documental, pero es el mensaje final que extraigo. Puedo escribir sobre el tema, puedo limpiar aceras y playas, puedo educar a mis hijos en el consumo responsable, puedo sustituir bolsas de pl¨¢stico por otras de tela¡ pero, sobre todo, por encima de todo, deber¨ªa presionar a los l¨ªderes pol¨ªticos para que legislen contra el pl¨¢stico. Los fabricantes no pierden el tiempo. Mientras nosotros hablamos, est¨¢n ya invirtiendo para crear nuevas f¨¢bricas. Como dice alguien en alg¨²n momento del largometraje: el pl¨¢stico no llega a tu lineal por la demanda del consumidor sino impuesto por el proveedor. ?Hasta cu¨¢ndo les dejaremos la sart¨¦n por el mango?
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.