?De vacaciones en bici, con la familia y recorriendo el ancho mundo?

No deja de asombrarme de Francia la gran cantidad de asociaciones ciudadanas que existen y la potencia que tienen. Mi peque?a nueva ciudad, Chamb¨¦ry, es seg¨²n me han contado una de las m¨¢s surtidas en este sentido. Cerca de casa se re¨²nen los socios de Roue Libre (rueda libre, en espa?ol), una asociaci¨®n militante de unos 700 miembros que existe para la promoci¨®n de los desplazamientos en bicicleta en el departamento de la Saboya.

Ellos solitos, todos voluntarios, del primero al ¨²ltimo, organizan con unas cien personas un macrofestival cada dos a?os. Y ?para qu¨¦? Simplemente para contagiar a los visitantes el gusanillo del pedaleo, para que se animen a agarrar el manillar y ya no lo suelten. En la ¨²ltima edici¨®n, en 2019, congregaron a lo tonto a m¨¢s de 3.500 visitantes venidos de Francia y otros pa¨ªses de Europa.

Para ellos no hay objeci¨®n posible a la pasi¨®n por el pedaleo. ?Te vas de vacaciones? Bicicleta. ?Tienes ni?os peque?os o grandes? En bicicleta. ?Te planteas dar la vuelta al mundo? En bicicleta, por supuesto. El festival, que ha llegado a su quinta edici¨®n, se llama V¨¦l¡¯osons y es un juego de palabras entre v¨¦lo (bicicleta en franc¨¦s) y osons (atrev¨¢monos, en franc¨¦s). Con raz¨®n, el encuentro lleva por subt¨ªtulo ¡°una historia de apasionados y apasionadas¡±.

Durante el ¨²ltimo fin de semana de octubre, V¨¦losons se convirti¨® en un escaparate de m¨²ltiples actividades y de personalidades relacionadas con la bici. Cualquiera pod¨ªa acceder a los tres recintos previstos pues el precio de entrada era libre. Se sucedieron las conferencias, los talleres, las exposiciones, los espect¨¢culos as¨ª como una zona para puestos de profesionales: desde fabricantes artesanales hasta constructores de refugios para bicicletas hechos a partir de viejos esqu¨ªes, pasando por la oficina del anti-turismo de Grenoble. En este stand, militante donde los haya, me top¨¦ con el Manual del antiturismo, del que hablamos hace tiempo en este blog.

Entre los asistentes hay figuras m¨ªticas como el suizo Claude Marthaler, que ha pasado 16 a?os recorriendo el planeta subido a su bici

Se exhibieron a lo largo del fin de semana m¨¢s de 30 pel¨ªculas, lo que permiti¨® a los espectadores viajar, sin moverse de su butaca, de Alaska a la Patagonia, descubrir el misterioso Ir¨¢n, o acompa?ar a una familia al completo que se fue desde su Saboya natal hasta Senegal. Y todos y cada uno de estos protagonistas viajaron sentados en sus sillines, claro est¨¢.

Menci¨®n aparte merece el documental Le facteur humain, otro juego de palabras, puesto que facteur tanto puede significar en franc¨¦s ¡°factor¡± como ¡°cartero¡±. Es la tierna historia de un hombre que, una vez jubilado, se plantea recorrer Francia en bicicleta en un particular tour privado para distribuir en mano una serie de cartas que personas de su entorno han escrito a familiares y amigos. Por el simple placer de viajar y de encontrarse con otras personas. Sin m¨¢s. La historia no se acaba ah¨ª porque a ra¨ªz de esta experiencia, unas sesenta personas se han apuntado para revivir la experiencia y convertirse, ellos tambi¨¦n, a su vez en carteros amateurs.

Este mundillo de las dos ruedas cuenta tambi¨¦n con sus ¨ªdolos, aut¨¦nticas estrellas internacionales que se prodigan de festival en festival. Chamb¨¦ry cont¨® este a?o con la presencia del suizo Claude Marthaler, que se define como un ciclonauta (sic). En su velographie (sic), que hace las veces de biograf¨ªa, cuenta que ha pasado 16 a?os recorriendo el planeta subido a su bici. Tard¨® siete en dar la vuelta al mundo, lo que le supuso recorrer m¨¢s de 120.000 kil¨®metros y atravesar 60 pa¨ªses. Material m¨¢s que suficiente para hacer so?ar al visitante.

Y entre los m¨¢s veteranos ciclistas, Heinz St¨¹cke, un alem¨¢n que me fue presentado como un ciudadano de 81 a?os que lleva montado en su bici recorriendo el mundo desde hace 51. Es el protagonista del documental de factura espa?ola y de financiaci¨®n participativa El hombre que quer¨ªa verlo todo. Y el t¨ªtulo le va que ni pintado porque esa es la raz¨®n por la cual un d¨ªa St¨¹cke sali¨® de su casa.

Fuera del edificio acab¨¦ mi visita disfrutando de la bicicleta de otra manera gracias a otra asociaci¨®n, que propon¨ªa V¨¦los rigolos, o sea, bicicletas divertidas. A mi juicio se trata m¨¢s bien de bicicletas engendros. Para re¨ªrse un buen rato hay personas que se dedican a construir modelos que parecen salidos del taller del doctor Frankenstein. Una bici, por ejemplo, funcionaba al rev¨¦s: cuando girabas el manillar a la derecha se iba para la izquierda. Eso s¨ª: nos echamos unas buenas risas aunque no llegamos muy lejos.

Me cruzar¨¦ de nuevo con la asociaci¨®n Roue Libre en breve porque van a organizar aqu¨ª en Chamb¨¦ry una v¨¦lorution a finales de noviembre. Hablamos tambi¨¦n en el blog hace un tiempecito de esta revoluci¨®n pac¨ªfica que est¨¢ ocupando el espacio p¨²blico franc¨¦s sin prisa, pero sin pausa. De nuevo van a inundar las calles, armados de sus bicicletas para reclamar mayor presencia y reconocimiento de este medio de transporte ecol¨®gico y, en esta ocasi¨®n, como muestra de solidaridad con los inmigrantes: para reclamar que haya verdadera libertad de circulaci¨®n para todos, se vaya sobre dos ruedas o a pie.

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