El artista albino que sedujo a Madonna con su m¨²sica prepara nuevo ¨¢lbum
En una de sus visitas ben¨¦ficas a Malaui, la diva del pop estadounidense qued¨® prendada del carisma de Lazarus Chigwandali, quien a ritmo de g¨®spel intenta derribar los mitos en torno a las personas con albinismo
Cuando lo conoci¨® en una de sus visitas a Malaui, donde desarrolla diferentes proyectos sociales, Madonna qued¨® prendada de sus composiciones, de su banjo y de su carisma. ¡°Este es Lazarus, un gran cantante y m¨²sico y una poderosa voz de una nueva generaci¨®n en este pa¨ªs. No lo silenciar¨¢n, aunque haya nacido con albinismo¡±, escribi¨® la diva del pop estadounidense en una publicaci¨®n en su Instagram en 2018. Se refer¨ªa a Lazarus Chigwandali, un tipo que se gana la vida cantando en las puertas de los centros comerciales de Lilongwe, la capital de la naci¨®n. ¡°Se interes¨® mucho en lo que yo hac¨ªa y me prometi¨® que, en un futuro, ¨ªbamos a colaborar. Pero, en el nuevo disco que quiero a empezar a grabar en septiembre, creo que ella no va a participar¡±, dice Chigwandali sentado en el sof¨¢ de su casa, una amplia vivienda familiar situada en la ciudad capitalina.
No resulta nada f¨¢cil nacer con albinismo (una peculiaridad que consiste en un d¨¦ficit en la producci¨®n de melanina que se traduce en la ausencia total de pigmentaci¨®n alguna en el pelo, en la piel, en los ojos o en todos ellos a la vez) en Malaui, un pa¨ªs situado en el sureste africano de algo m¨¢s de 19 millones de habitantes. Aqu¨ª, la caza de brujas, una realidad demasiado com¨²n, encuentra en los albinos a sus principales v¨ªctimas y objetos de deseo porque todav¨ªa hay gente que asegura que tienen propiedades m¨¢gicas. Desde 2014 hasta 2019, la Asociaci¨®n de Personas con Albinismo en Malaui (APAM) recab¨® cifras escalofriantes: al menos 25 asesinatos, 15 personas detenidas por encontrarse en posesi¨®n de huesos de albino, 16 casos de secuestros sin resolver, unas cincuenta tumbas profanadas y otra treintena de delitos denunciados como violaciones o suicidios achacados al estigma y a la elevada presi¨®n social sufrida.
Malaui es uno de los pa¨ªses con m¨¢s albinos del mundo. Las estimaciones apuntan a que hay alrededor de 10.000 personas con esta condici¨®n
Malaui es uno de los pa¨ªses con m¨¢s albinos del mundo. Las estimaciones apuntan a que hay alrededor de 10.000 personas con esta condici¨®n, ¨Cuno por cada 1.800 nacimientos, mientras que en Espa?a la cifra se sit¨²a entre 3.000 y 4.000¨C. De ah¨ª que el gesto de Madonna tomara tanta relevancia. Porque Chigwandali ya no es uno m¨¢s. No hay mucha gente en su pa¨ªs que pueda presumir de haber protagonizado un documental dirigido por el nominado al Oscar David Harg y estrenado en el Festival de Cine de Tribeca. Tampoco de haber grabado un disco bajo el auspicio del productor musical Johan Hugo, quien ha trabajado tambi¨¦n con personalidades como el senegal¨¦s Baaba Maal o el grupo brit¨¢nico de folk rock Mumford & Sons. Ni de haber mostrado su m¨²sica por estudios y escenarios de Nueva York.
Como cuenta Chigwandali, todo esto ocurri¨® de casualidad. ¡°Una vez, cantando en el City Mall ¨Cun centro comercial de la capital malau¨ª y un lugar fijo en su ruta laboral¨C, una turista que se llamaba Jessica grab¨® un v¨ªdeo de una canci¨®n m¨ªa y lo subi¨® a internet. Johan Hugo lo vio en Londres, contact¨® conmigo y vino con un este director de Am¨¦rica. Gracias a eso grabamos mi primer disco, con 12 canciones, hicimos la pel¨ªcula y pude ir a Nueva York¡±, afirma. El artista recuerda aquel viaje con extremo cari?o. ¡°?Me divert¨ª mucho! Aprender de otras culturas, estrenar el documental, la cantidad de negocios que vi all¨ª, Times Square¡ ?Es todo tan diferente a lo que suelo ver aqu¨ª!¡±, dice. Y, atendiendo a las estad¨ªsticas, su asombro est¨¢ m¨¢s que justificado. Naciones Unidas calcula que Malaui es uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo. M¨¢s de la mitad de su poblaci¨®n debe vivir con menos de un euro y media al d¨ªa.
G¨®spel contra los prejuicios
¡°Yo empec¨¦ a cantar con mi hermano mayor. Se llamaba Petro. ?l tambi¨¦n era albino y fue quien me ense?¨® a fabricar mis propios instrumentos¡±, recuerda Chigwandali. Porque, aunque tiene una guitarra espa?ola que toca con destreza, con lo que se siente m¨¢s c¨®modo es con su banjo casero, elaborado a partir de una vieja lata de aceite, maderas y cuerdas, y con unas chapas de refresco que amarra sus pies a modo de maracas. Los hace sonar choc¨¢ndolos con un caj¨®n, tambi¨¦n elaborado a mano. En ellos se apoya para escribir sus canciones, de estilo g¨®spel, con un marcado trasfondo religioso. El ejemplo m¨¢s claro es el sencillo de su primer disco, Ndife Alendo, que en chichewa, la lengua materna de Chigwandali y la m¨¢s hablada en Malaui, significa ¡°somos visitantes¡±. ¡°Estamos aqu¨ª de paso, por muy poco tiempo. En esta canci¨®n quer¨ªa avisar a la gente de eso¡±, explica.
¡°Petro muri¨® de c¨¢ncer de piel cuando yo era muy joven. El sol es un enemigo muy malo y poderoso para nosotros¡±, afirma Chigwandali. Por eso cuesta verle sin gafas oscuras, sombrero y mangas largas en pantalones y camisa, aunque el calor casi asfixie. Por eso en su casa nunca falta crema solar. ¡°Pero no es el ¨²nico problema; las personas como yo tenemos m¨¢s dificultad para encontrar trabajo. Y, claro, sufrimos persecuci¨®n. Hay que tener mucho cuidado¡±, explica. Y recurre a una experiencia vivida por ¨¦l en primera persona para ilustrar su testimonio. ¡°Una vez, mientras cantaba en un centro comercial, una mujer me dijo que lo hac¨ªa muy bien y que su marido me ayudar¨ªa a grabar mis canciones. Entonces me mont¨¦ con ella en su coche, me llev¨® a una casa y me dijo que esperara fuera. Pero, estando all¨ª, una trabajadora de aquel lugar me avis¨® de que hab¨ªa escuchado a aquella mujer decir que quer¨ªa venderme en Tanzania. Sal¨ª corriendo hacia la polic¨ªa y la detuvieron¡±, cuenta.
Malawi no es el ¨²nico pa¨ªs de esta zona geogr¨¢fica donde las personas con albinismo se sienten inseguros. De hecho, en las vecinas Tanzania y Mozambique la situaci¨®n no resulta mucho m¨¢s esperanzadora. Los ejemplos son diversos y cuantiosos. Muchos tanzanos llaman zurus (fantasmas) a sus paisanos albinos y en los ¨²ltimos lustros han proliferado mercenarios que los asesinan para traficar con partes de sus cuerpos. En la naci¨®n mozambique?a, m¨¢s de lo mismo: un solo hueso de albino puede valer hasta 1.000 euros y Naciones Unidas afirm¨® en 2016 que un juego completo puede llegar a los 60.000 euros. En ambos casos, mientras menor sea la edad de la v¨ªctima, mayores ser¨¢n los emolumentos.
Lazarus Chigwandali no solo teme por ¨¦l. ¡°De los tres ni?os que tengo, el mayor y el mediano tambi¨¦n son albinos. Tengo miedo que alg¨²n d¨ªa, cuando vuelven del colegio o cuando salen a jugar a la calle, pueda pasarles algo malo¡±, afirma. De momento, prosigue, les est¨¢ ense?ando a tocar ese banjo y a cantar esas canciones con las que ¨¦l se gana la vida recorriendo las calles de Lilongwe, ofreciendo su m¨²sica a la gente que entra a comprar a los supermercados. ¡°Quiero que estudien y aprendan ingl¨¦s. Ser¨¢ mejor para ellos si en el futuro deciden entrar en esta industria como he hecho yo¡±, dice. Y finaliza: ¡°Desde que grab¨¦ el primer disco con Johan y conoc¨ª a Madonna, mi vida ha cambiado mucho. Me ayudaron a comprar una casa nueva, m¨¢s grande y m¨¢s segura, y mis temas han sonado en un mont¨®n de ciudades. Ojal¨¢ que con las canciones que voy a empezar a grabar en septiembre tenga la misma suerte¡±.
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