¡°Deber¨ªa ser inaceptable que en este siglo Argentina tenga desnutrici¨®n¡±

En 2006, cuando Catalina Hornos ten¨ªa 20 a?os, decidi¨® hacer un viaje de voluntariado desde Buenos Aires a Santiago del Estero, provincia ubicada al norte de Argentina. Cuando lleg¨® a la ciudad de A?atuya se encontr¨® con una realidad muy dif¨ªcil. ¡°Estuve en una escuela y ve¨ªa de cerca las necesidades. Supe lo que era vivir sin agua, o ir a un hospital y no encontrar m¨¦dicos. En ese momento, sent¨ª que no me merec¨ªa las oportunidades que hab¨ªa tenido, si no pod¨ªa luchar para que otros tambi¨¦n las tuvieran¡±, relata la psic¨®loga y psicopedagoga de 38 a?os.

Hornos se qued¨® a vivir en la localidad para brindar apoyo escolar y hacer visitas a las familias que dejaban de mandar a los chicos a la escuela. ¡°Notaba que en Buenos Aires ten¨ªa reemplazo. All¨¢, no. Era la ¨²nica psicopedagoga en la zona y pod¨ªa hacer una diferencia¡±, se?ala la referente, que luego tambi¨¦n estudi¨® psicolog¨ªa.

A partir de ese momento, Hornos comenz¨® a crear Haciendo Camino para luchar contra la desnutrici¨®n infantil. La organizaci¨®n trabaja para mejorar la calidad de vida de familias en situaci¨®n de vulnerabilidad, con el foco puesto en ni?os de cero a cinco a?os y en sus madres. Cuentan con doce espacios propios de atenci¨®n en diferentes localidades de Santiago del Estero y Chaco, con un equipo de 150 profesionales, que prestan acompa?amiento a m¨¢s de 12.000 familias del norte argentino.

Encontramos a la ni?a de un a?o y medio desnutrida y le dijimos a la madre que hab¨ªa que internarla. Ella no quer¨ªa saber nada. Le explicamos que estaba en una situaci¨®n muy cr¨ªtica. Su respuesta fue que si se mor¨ªa, ten¨ªa otra

Las condiciones en las que viven los miles de familias a las que atiende la ONG diariamente son cr¨ªticas. El 40% de los menores de edad sufren desnutrici¨®n, el 54% vive en condiciones de hacinamiento, el 43% de los hogares no consume agua potable, el 67% de las viviendas presentan materiales precarios, el 32% no tiene sistema de conservaci¨®n de alimentos, el 62% de las familias no tiene controles m¨¦dicos al d¨ªa y el 29% sufre inseguridad alimentaria, seg¨²n sus informes socioambientales.

¡°Tenemos un modelo de trabajo que consiste en acompa?ar a la familia y que sea ella misma la que tome la decisi¨®n de cambiar para lograr un presente diferente para los hijos en cuanto a la alimentaci¨®n. Trabajamos much¨ªsimo con manuales de estimulaci¨®n para que las madres lleven a la casa y hagan actividades con sus hijos. Ellas son sus principales agentes de salud¡±, explica Hornos.

Al pensar en una historia que la marc¨®, Hornos recuerda a una madre de 17 a?os, de la ciudad de Monte Quemado, tambi¨¦n ubicada en Santiago del Estero, que ten¨ªa una hija de un a?o y medio que pesaba unos cinco kilos. ¡°La encontramos desnutrida y le dijimos a la madre que hab¨ªa que internarla. Ella no quer¨ªa saber nada. Le explicamos que estaba en una situaci¨®n muy cr¨ªtica. Su respuesta fue que si se mor¨ªa, ten¨ªa otra. En ese momento cre¨ª que no hab¨ªa soluci¨®n, que no pod¨ªamos hacer nada si a la madre no le importaba. De todas formas, decidimos ir todos los d¨ªas a visitarla. As¨ª fuimos conociendo su historia, atravesada por el abandono y el abuso. Cuando la joven se sinti¨® acompa?ada y apoyada decidi¨® internar a su hija y as¨ª se recuper¨®¡±, relata. Despu¨¦s, la joven tuvo dos hijas m¨¢s, que no sufrieron desnutrici¨®n.

Qu¨¦ bueno ser¨ªa que no cambiara la pol¨ªtica en materia de pobreza o primera infancia cuando cambia el gobierno

Catalina cuenta que las familias muchas veces se encuentran sumidas en la desesperanza, sienten que nada va a cambiar. ¡°Tenemos pruebas que demuestran que lo que hacemos funciona. Eso fue lo que nos permiti¨® crecer y lo que hizo que la gente confiara en nosotros. El tiempo que llevamos haci¨¦ndolo nos da credibilidad en la comunidad¡±, expresa la directora general de la organizaci¨®n.

En su recorrido como referente social, Hornos aprendi¨® que es necesario desarrollar intervenciones complejas para intervenir frente a problemas tan grandes como la pobreza o la desnutrici¨®n. ¡°Es necesario construir soluciones interdisciplinarias. La educaci¨®n y el acompa?amiento a lo largo del tiempo es fundamental¡±, se?ala. Y agrega: ¡°Otro aprendizaje importante es que no se puede imponer una ayuda o una soluci¨®n desde afuera. Lo que hacemos es involucrarnos y ser parte de la comunidad para entender de fondo d¨®nde est¨¢n las necesidades y los problemas. Por ¨²ltimo, aprendimos que todo se puede cambiar. Enfrentamos casos supercomplejos de familias en situaciones muy cr¨ªticas y pudimos ver como mejoraron con acompa?amiento¡±.

En noviembre de 2012, le preguntaron si pod¨ªa alojar provisoriamente a cuatro hermanos que ten¨ªan que dejar su casa por situaciones de violencia en uno de los hogares para mujeres v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero que ten¨ªa Haciendo Camino. ¡°Los recibimos. Iban a ser unos d¨ªas, pero se fueron quedando. Al mes nos trajeron dos hermanitas m¨¢s. Y ah¨ª nos dimos cuenta de que ten¨ªamos que abrir un hogar de ni?os. Al a?o siguiente, lleg¨® una m¨¢s. Los cuid¨¦ y me convert¨ª en su referente. Era la que iba al acto del colegio, les hac¨ªa el disfraz y los ayudaba con la tarea. Cuando decid¨ª volver a Buenos Aires, ped¨ª la tutela en el juzgado y me la dieron. No estaba buscando adoptar, pero me encari?¨¦ con los chicos y decid¨ª hacerme cargo. Creamos un v¨ªnculo de familia¡±, rememora Hornos.

Ella conform¨®, junto a Jorge, su pareja, una gran familia ensamblada. Cuando decidi¨® volver a Buenos Aires, los chicos se fueron con ella. Adem¨¢s, m¨¢s tarde, con Jorge, tuvieron tres hijos biol¨®gicos. Y ¨¦l tiene una hija de un matrimonio anterior.

Hoy la psic¨®loga divide su tiempo entre Buenos Aires y Santiago del Estero. Viaja a los centros de Haciendo Camino una vez al mes para visitar a las familias y el resto del tiempo trabaja en Buenos Aires en temas de comunicaci¨®n, recaudaci¨®n de fondos, log¨ªstica de donaciones y en la pata administrativa.

Hornos intenta concentrar su trabajo mientras sus hijos est¨¢n en el colegio. Hace un corte al mediod¨ªa para almorzar con ellos y despu¨¦s los va a buscar por la tarde. ¡°Me gusta llevarlos a las actividades que realizan porque es el momento individual que tengo con cada uno. Trato de aprovechar esos peque?os momentos¡±, cuenta.

Los hijos de Hornos viajan muchas veces con ella a Santiago del Estero. Los que no son santiague?os, viajan desde los tres meses. ¡°Los m¨¢s grandes a veces se suman como voluntarios. Les divierte ir porque conocen a la gente y adem¨¢s tienen alg¨²n familiar all¨¢. Cuando me acompa?an los m¨¢s peque?os, trato de que en vez de centrarse en la carencia, puedan ver todo lo que tienen los centros para ense?ar. Los llevo a conocer c¨®mo vive una familia de la zona rural. As¨ª pueden apreciar una realidad diferente. Otros chicos les ense?an a tirar con la gomera. Van a jugar y a aprender¡±, explica.

El problema m¨¢s urgente a resolver es el hambre, dice. ¡°Ahora la situaci¨®n es grav¨ªsima. La crisis no termina y la inflaci¨®n hace que el dinero no alcance. Hoy vemos m¨¢s hambre y m¨¢s desnutrici¨®n. Si los chicos no desarrollan su potencial en los primeros a?os, el da?o es irreversible. La deuda que como sociedad tenemos para con la infancia de nuestro pa¨ªs es alarmante. Proteger a la ni?ez deber¨ªa ser una prioridad para todos los adultos argentinos. Somos un pa¨ªs que produce y exporta alimentos a todo el mundo. Deber¨ªa ser inaceptable que en este siglo el pa¨ªs tenga desnutrici¨®n. Lo que falta para resolver este tema es organizaci¨®n log¨ªstica y voluntad pol¨ªtica¡±, sentencia.

Al pensar en un sue?o que le gustar¨ªa cumplir, la directora de Haciendo Camino aboga por las pol¨ªticas con continuidad. ¡°Qu¨¦ bueno ser¨ªa que no cambiara la estrategia en materia de pobreza o primera infancia cuando cambia el gobierno¡±, se?ala Hornos. En cuanto a la ONG, desea poder trabajar junto al Estado para escalar la metodolog¨ªa. A largo plazo, el anhelo es que la organizaci¨®n no exista porque la problem¨¢tica est¨¦ resuelta y su trabajo ya no sea necesario, zanja.

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