Por qu¨¦ los hombres sudafricanos son m¨¢s reacios a vacunarse contra la covid-19: lecciones del VIH

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En Sud¨¢frica, los varones mayores de 35 a?os no se est¨¢n vacunando frente a la covid-19 al mismo ritmo que las mujeres. Solo el 40% de los que han recibido alguna dosis a 13 de agosto de 2021 eran hombres, seg¨²n un informe del Ministerio de Sanidad sudafricano.

Esto es algo at¨ªpico. En pa¨ªses donde la inmunizaci¨®n se registra por g¨¦neros, existe una ligera tendencia hacia un mayor porcentaje de protecci¨®n en hombres que en mujeres.

Entonces, ?por qu¨¦ los sudafricanos no se vacunan contra la covid-19? Actualmente no hay ninguna investigaci¨®n en marcha sobre el asunto. No obstante, es posible obtener informaci¨®n valiosa repasando las indagaciones sobre la actitud de estos hacia la prueba del VIH y sobre su percepci¨®n del sistema sanitario.

Por supuesto, existen diferencias significativas entre la prueba y el tratamiento del VIH y la covid-19. Los hallazgos sobre el VIH podr¨ªan se?alar algunas razones por las que ellos son renuentes a inocularse.

Las pesquisas sobre el acceso de la poblaci¨®n masculina a las pruebas y el tratamiento del VIH han demostrado que ellos son menos propensos a realizarse esta prueba y que, cuando saben que son seropositivos, hay menos probabilidades de que accedan al tratamiento antiviral. Una amplia inspecci¨®n cualitativa y cuantitativa ha explorado las posibles causas de este fen¨®meno.

Comprender por qu¨¦ los hombres son menos propensos a vacunarse contra la covid-19 es crucial para dise?ar campa?as de vacunaci¨®n efectiva

Lo que se desprende de estas evidencias es que las razones est¨¢n relacionadas con cierta concepci¨®n de la masculinidad y la salud, con pensar que el sistema de sanitario est¨¢ dise?ado para las mujeres y con su capacidad de evitar el riesgo de infecci¨®n.

Comprender por qu¨¦ los hombres son menos propensos a vacunarse contra la covid-19 es crucial para dise?ar campa?as efectivas.

La indecisi¨®n, una clave

?Podr¨ªa explicar esta situaci¨®n el hecho de que existe un mayor nivel de indecisi¨®n entre los hombres? Las razones para no querer inmunizarse en general van desde la falta de confianza en la seguridad de las vacunas hasta las creencias religiosas individuales. Pero no existen pruebas de que esa vacilaci¨®n sea m¨¢s com¨²n entre los sudafricanos que entre sus compa?eras. Una encuesta reciente mostr¨® que unos y otras est¨¢n igual de dispuestos a recibir el pinchazo. Y otra avanz¨® que ellos eran ligeramente m¨¢s propensos a recibir la inyecci¨®n que las mujeres (entre las personas que no hab¨ªan recibido ninguna).

Entonces, ?por qu¨¦ surge este patr¨®n cuando se trata de la covid-19? Buena parte de la investigaci¨®n sobre por qu¨¦ no solicitan la prueba y el tratamiento del VIH se ha centrado en la masculinidad. El concepto se refiere a ¡°lo que significa ser hombre¡± en un tiempo y espacio concretos; est¨¢ determinado por factores econ¨®micos, sociales y pol¨ªticos e influye en el comportamiento sanitario de los varones, incluyendo la inmunizaci¨®n.

Las averiguaciones al respecto sugieren que los hombres sienten las pruebas y el tratamiento del VIH como una amenaza para su masculinidad. Piensan que cambiar¨¢ la forma en que ser¨¢n vistos por los dem¨¢s, as¨ª como la forma en que se ver¨¢n a s¨ª mismos. A ellos tambi¨¦n les preocupa si el tratamiento afectar¨¢ a cuestiones que son importantes para ellos, como poder beber alcohol, mantener relaciones sexuales o tener hijos.

Otros trabajos han resaltado c¨®mo perciben estos la mala salud. Lo ven como un signo de debilidad y su concepto de masculinidad implica no mostrar fragilidad. Todos estos factores podr¨ªan estar detr¨¢s de esa incertidumbre.

Las averiguaciones al respecto sugieren que los hombres sienten las pruebas y el tratamiento del VIH como una amenaza para su masculinidad

Otro obst¨¢culo para las pruebas y el tratamiento del VIH en los varones es que ven el sistema de salud sudafricano como algo pensado para mujeres. Creen que no se ajusta a sus costumbres. Describen los centros sanitarios como espacios para que ellas consigan anticonceptivos y atenci¨®n m¨¦dica para los ni?os.

Los horarios de apertura limitados de los ambulatorios, el exceso de trabajo de su personal y las grandes aglomeraciones de pacientes dificultan su acceso a la medicina, especialmente para aquellos que tienen que ir a trabajar. Es posible que los hombres quieran vacunarse, pero les desmotiva no estar familiarizados con el sistema sanitario y las largas colas para ser atendidos.

Otra posible raz¨®n de la reticencia masculina es una menor sensaci¨®n de riesgo. El personal que ocupa puestos de trabajo de primera l¨ªnea es eminentemente femenino, y se quiere proteger porque ellas saben que est¨¢n m¨¢s expuestas a la infecci¨®n.

En Sud¨¢frica, solo el 9,1% de los enfermeros son hombres. Ellas tambi¨¦n son mayor¨ªa en la profesi¨®n docente y es habitual que los trabajos de primera l¨ªnea, como cajeras o dependientas, est¨¦n ocupados por mujeres. Existen evidencias de que las personas con mayor riesgo de infectarse de covid-19 apoyan m¨¢s la vacuna.

Pr¨®ximos pasos

Aumentar el n¨²mero de personas inmunizadas en Sud¨¢frica es fundamental para que el pa¨ªs alcance alguna forma de normalidad. Se est¨¢n implementando lentamente muchas estrategias para aumentar ese porcentaje de poblaci¨®n, incluyendo horarios m¨¢s amplios en los centros de suministro de las dosis, la apertura durante los fines de semana y acercarlos a la poblaci¨®n.

Pero si los varones rechazan la vacuna debido a sus ideas sobre la masculinidad y la salud, las campa?as de captaci¨®n deber¨ªan enfatizar que esta protege la salud del individuo y la de su familia, as¨ª como que las dosis solo tienen efectos secundarios leves y de corta duraci¨®n.

Lo aprendido de la investigaci¨®n sobre VIH tambi¨¦n sugiere que la campa?a contra la covid-19 deber¨ªa enfocarse en descentralizar la vacunaci¨®n, acerc¨¢ndola a la poblaci¨®n, reduciendo as¨ª los tiempos de espera.

Andrew Gibbs es cient¨ªfico especialista s¨¦nior en la Unidad de Investigaci¨®n en Salud y G¨¦nero del Consejo de Investigaci¨®n M¨¦dica de Sud¨¢frica.

Este art¨ªculo ha sido publicado originalmente en The Conversation y traducido con la colaboraci¨®n de Casa ?frica.

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