Sud¨¢frica vuelve a las restricciones tras ignorar las orientaciones de la OMS
El pa¨ªs africano vive una nueva ola de covid-19 debido a la variante delta. Para aliviar la presi¨®n sanitaria y frenar la transmisi¨®n, el presidente Ramaphosa anunci¨® nuevos cierres. El director de la Unidad de An¨¢lisis de Vacunas aclara la gravedad de la situaci¨®n y lo que se deber¨ªa hacer
Sud¨¢frica est¨¢ inmersa en una nueva ola de covid-19. La provincia de Gauteng, el centro econ¨®mico del pa¨ªs donde vive el 25% de la poblaci¨®n, es el epicentro, pero se teme que las tasas de infecci¨®n aumenten tambi¨¦n en otras provincias importantes. Para aliviar la presi¨®n sobre el sistema sanitario y frenar el ritmo de transmisi¨®n, el presidente Cyril Ramaphosa anunci¨® recientemente el endurecimiento de las restricciones de cierre.
?C¨®mo de grave es la situaci¨®n?
Seg¨²n la limitada secuenciaci¨®n que se ha realizado, parece que la variante delta ha surgido como la dominante de la ¨²ltima ola. Seg¨²n las ¨²ltimas investigaciones, es mucho m¨¢s transmisible y posiblemente tambi¨¦n m¨¢s virulenta en comparaci¨®n con las variantes anteriores.
La precedente ola de covid-19, que alcanz¨® su punto m¨¢ximo en enero de 2021, estuvo dominada por la variante beta. La ola que atraviesa actualmente Sud¨¢frica est¨¢ teniendo una incidencia distinta en funci¨®n de la provincia, e incluso dentro de cada una de ellas. Gauteng, el centro econ¨®mico del pa¨ªs y una de las nueve provincias, est¨¢ probablemente dos o tres semanas por delante de lo que se experimente en las provincias de Cabo Occidental, Cabo Oriental y Kwazulu-Natal. En Gauteng, los datos muestran que la tasa diaria de infecciones por covid-19 en la ola actual es dos veces y media mayor que en el pico de la primera o segunda ola. Desgraciadamente, es poco probable que el anuncio del presidente de mitad de junio sobre medidas de bloqueo m¨¢s estrictas detenga la tendencia.
Es probable que en las pr¨®ximas semanas veamos en Gauteng muchos m¨¢s casos de covid-19 hospitalizados, as¨ª como de fallecidos. Esto se debe a que la enfermedad grave suele ir dos o tres semanas por detr¨¢s de las infecciones en la comunidad. Pero, observando la trayectoria del brote en India, podemos esperar que el n¨²mero de casos empiece a disminuir gradualmente despu¨¦s. En gran medida, depende de que la gente se atenga a las normas, evitando las reuniones en espacios mal ventilados y asegur¨¢ndose de llevar mascarillas cuando est¨¦n en el interior o en espacios concurridos.
?Cu¨¢l es la mayor preocupaci¨®n?
Sencillamente, hemos fallado a los sudafricanos al no asegurarnos de que fueran vacunados a tiempo. El programa de vacunaci¨®n que est¨¢ en marcha ha tenido dificultades para cumplir incluso los objetivos revisados establecidos por el Departamento Nacional de Salud. Hasta la fecha, menos del 5% de los sudafricanos han sido vacunados, incluyendo menos de un tercio de los mayores de 60 a?os que deb¨ªan haber sido vacunados a finales de junio de 2021.
Las limitaciones en el suministro de vacunas han sido obviamente un reto. Pa¨ªses como Sud¨¢frica no han podido acceder a un n¨²mero adecuado de vacunas covid-19. Esto se ha debido a la distribuci¨®n desigual en todo el mundo.
Sin embargo, estos fracasos tambi¨¦n est¨¢n vinculados a la falta de planificaci¨®n. Sud¨¢frica no se comprometi¨® lo suficientemente pronto con las empresas farmac¨¦uticas en las discusiones bilaterales para asegurarse de que podr¨ªa obtenerlas antes. Hasta enero de este a?o no empezaron a entablar relaciones serias con las empresas. Esto la situ¨® simplemente al final de la cola.
Pero igualmente importantes han sido los impedimentos para facilitar el acceso y la inadecuada movilizaci¨®n de la comunidad, en particular de los grupos de alto riesgo a los que se dirige. Esto ha frenado la r¨¢pida ampliaci¨®n de la vacunaci¨®n. Si se hubiera inmunizado a las personas de alto riesgo mayores de 60 a?os, as¨ª como a otras con otras comorbilidades, antes del inicio de la actual ola, el n¨²mero de personas ingresadas en el hospital y el n¨²mero de personas que fallecen a diario se habr¨ªan reducido significativamente.
Esa ha sido la mayor decepci¨®n. Tambi¨¦n hubo otros errores de c¨¢lculo.
Uno de ellos fue en torno al despliegue de las vacunas. Se pidi¨® a la gente que se registrara en el sistema electr¨®nico de datos de inmunizaci¨®n, un portal online para gestionar el despliegue de las dosis contra la covid-19. Lo ¨²nico que se consigui¨® fue agravar la desigualdad que existe en el pa¨ªs en materia de asistencia sanitaria. Los datos demogr¨¢ficos de las personas vacunadas indican que las personas con seguros de asistencia m¨¦dica (y probablemente de grupos socioecon¨®micos m¨¢s altos) tienen m¨¢s probabilidades de haber sido inmunizadas. Esto no es de extra?ar si se tiene en cuenta su mayor capacidad para registrarse en el sistema de datos electr¨®nicos, as¨ª como las mayores oportunidades de vacunarse en centros privados y p¨²blicos.
El sistema parec¨ªa bueno sobre el papel, pero sencillamente no est¨¢ haciendo lo que deb¨ªa hacer: atender al mayor n¨²mero de personas posible. Adem¨¢s, parece que se han utilizado menos de dos tercios de las vacunas covid-19 que hab¨ªan desembarcado en el pa¨ªs a mediados de junio. Desde entonces, se ha informado de que han llegado unos cuantos millones m¨¢s de dosis. Esto nos indica que el pa¨ªs simplemente no ha resuelto la log¨ªstica para garantizar que las pueda hacer llegar a los brazos de la gente lo m¨¢s r¨¢pidamente posible.
Otro gran rev¨¦s fue la debacle en torno a la vacuna de AstraZeneca. En enero, un estudio sudafricano ¨Cque yo dirig¨ª¨C demostr¨® que la vacuna no proteg¨ªa contra la covid-19 leve o moderada debido a la variante beta.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) examin¨® todos los datos disponibles tras el estudio y recomend¨® que incluso pa¨ªses como Sud¨¢frica, donde la variante beta era dominante, siguieran utilizando la vacuna de AstraZeneca porque era probable que protegiera contra la enfermedad grave ligada a la variante beta. Pero el Gobierno tom¨® la decisi¨®n de ignorar las orientaciones de la OMS.
El resultado fue que Sud¨¢frica opt¨® por vender a otros pa¨ªses, a trav¨¦s de la Uni¨®n Africana, los 1,5 millones de dosis que hab¨ªa conseguido del Instituto Serum de la India.
Seis meses m¨¢s tarde hay a¨²n m¨¢s pruebas de que la vacuna de AstraZeneca podr¨ªa proteger contra la covid-19 grave ligada a la variante beta y de que funciona muy bien contra la variante delta.
El estudio que mostraba que la vacuna no proteg¨ªa contra la covid-19 leve o moderada ligada a la variante beta no indicaba que la vacuna no protegiera necesariamente contra la covid-19 grave debida a tal variante. Por ello, la OMS recomend¨® continuar, una opini¨®n que yo apoy¨¦. La decisi¨®n del Gobierno hizo retroceder dr¨¢sticamente el programa de vacunaci¨®n del pa¨ªs. Resulta que la eficacia de la vacuna de AstraZeneca contra la variante delta para la hospitalizaci¨®n es del 75% tras la primera dosis y del 92% tras la segunda.
?Qu¨¦ se deber¨ªa hacer?
Tenemos que asegurarnos de vacunar al mayor n¨²mero de personas lo antes posible. En mi opini¨®n, no deber¨ªamos centrarnos en administrar una segunda dosis de la vacuna de Pfizer a personas que ya han recibido una ¨²nica dosis. Tenemos que asegurarnos primero de vacunar al mayor n¨²mero posible de personas mayores de 60 a?os y a los mayores de 40 a?os con enfermedades subyacentes.
Se ha demostrado que una sola dosis de la de Pfizer ofrece m¨¢s del 90% de protecci¨®n contra la hospitalizaci¨®n debida a la variante Delta. Con dos dosis de la vacuna de Pfizer, la protecci¨®n aumenta hasta el 96%.
Y tenemos que asegurarnos de que utilizamos los cuatro millones de dosis de vacunas que tiene el pa¨ªs en las pr¨®ximas dos semanas, y no en dos meses. Esa es la clave. Desgraciadamente, el despliegue de las vacunas covid-19 no es suficiente para reducir las hospitalizaciones y las muertes debidas a la actual ola en Gauteng, pero a¨²n podr¨ªa ser ¨²til para las provincias que se encuentran en una fase de la ola m¨¢s precoz.
Shabir A. Madhi es decano de la Facultad de Ciencias de la Salud y profesor de vacunaci¨®n en la Universidad de Witwatersrand; y Director de la Unidad de Investigaci¨®n de An¨¢lisis de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del SAMRC, Universidad de Witwatersrand.
Traducci¨®n de Luis Carrascosa Cantizano, con la colaboraci¨®n de Casa ?frica.
Este art¨ªculo se public¨® originalmente en The Conversation Africa
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