La libertad de expresi¨®n, prensa e informaci¨®n en internet
Los Estados tienen la obligaci¨®n de aprobar regulaciones que garanticen el ejercicio de los derechos humanos en la esfera digital
La calidad del debate p¨²blico es uno de los pilares de las democracias modernas, ahora m¨¢s que nunca, dada la complejidad de las tensiones y m¨²ltiples crisis globales que enfrentan nuestras sociedades. No obstante, en la ¨²ltima d¨¦cada este debate ha dado se?ales claras de deterioro. Tomemos como ejemplo el ?ndice de Democracia Deliberativa del instituto Varieties of Democracies, que expresa la medida en que la toma de decisiones en un pa¨ªs se basa en un debate p¨²blico racional, abierto y respetuoso de diferentes puntos de vista. Desde 2011 ha ca¨ªdo un 10%, si consideramos el promedio simple a nivel mundial, y casi un 30% si tomamos el promedio ponderado por el tama?o de la poblaci¨®n de cada pa¨ªs.
Detr¨¢s de esta tendencia hay m¨²ltiples causas, como el aumento de la polarizaci¨®n social y pol¨ªtica, el creciente desencanto con los procesos y las instituciones de la democracia y la progresiva reducci¨®n de los espacios de participaci¨®n ciudadana. Pero, sin duda, el empobrecimiento del debate p¨²blico se ha profundizado por las consecuencias negativas que est¨¢n produciendo las transformaciones econ¨®micas y tecnol¨®gicas sobre los ecosistemas informativos nacionales y globales, incluso las condiciones para una prensa libre y pluralista.
Entre 2 al 5 de mayo, con ocasi¨®n hoy del D¨ªa Mundial de la Libertad de Prensa, expertos de todo el mundo est¨¢n reunidos en Uruguay para explorar el impacto de la era digital sobre el periodismo, la libertad de expresi¨®n y el acceso a la informaci¨®n con enfoque en el tema Periodismo bajo asedio digital. Nos gustar¨ªa, entonces, tomar esta oportunidad para considerar la experiencia de Uruguay y reflexionar sobre algunas lecciones aprendidas de relevancia global.
En los ¨²ltimos a?os, se han realizado varias iniciativas en Uruguay para proteger la integridad del ecosistema informativo nacional, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Unesco y otros socios. Una de ellas fue el apoyo a una campa?a libre de noticias falsas, que incluy¨® la firma del primer Pacto ?tico contra la Desinformaci¨®n en Am¨¦rica Latina por parte de todas las fuerzas parlamentarias durante las elecciones presidenciales de 2019. Asimismo, se han desarrollado instancias de formaci¨®n para periodistas y comunicadores de organismos p¨²blicos junto a campa?as de sensibilizaci¨®n para la ciudadan¨ªa.
Estas iniciativas han contribuido a la promoci¨®n de un ecosistema informativo m¨¢s resiliente y de un contexto m¨¢s propicio a la actividad period¨ªstica. Sin embargo, la protecci¨®n de la libertad de expresi¨®n y del acceso a la informaci¨®n, as¨ª como la seguridad y viabilidad del periodismo, requieren una comprensi¨®n m¨¢s profunda y un abordaje m¨¢s adecuado de varias din¨¢micas en la esfera digital.
Por esto, el PNUD, en alianza con Observacom, ha desarrollado la propuesta Internet, libertad de expresi¨®n y acceso a la informaci¨®n en Uruguay. Aportes para el debate sobre la gobernabilidad democr¨¢tica en l¨ªnea, donde promovemos el debate informado sobre el papel de las grandes plataformas de internet y su impacto sobre la deliberaci¨®n p¨²blica a trav¨¦s de un rico proceso participativo.
?Qu¨¦ nos han dejado estas discusiones? La moderaci¨®n de contenidos de las grandes plataformas, que en efecto es una regulaci¨®n privada de los nuevos espacios p¨²blicos, representa un fen¨®meno altamente problem¨¢tico. Agravado por la creciente concentraci¨®n de los servicios de internet en pocas corporaciones o individuos, esto constituye una amenaza a la deliberaci¨®n p¨²blica y la libertad de expresi¨®n en la Red.
Se necesita un r¨¦gimen de mayor transparencia que requiera a las plataformas publicar los criterios que utilizan para el ordenamiento, priorizaci¨®n, reducci¨®n de alcance o direccionamiento de contenidos
Al impacto p¨²blico que ha supuesto la intervenci¨®n de estas plataformas se une un elevado nivel de opacidad sobre c¨®mo moderan los contenidos en las redes sociales. Se necesita, entonces, un r¨¦gimen de mayor transparencia que requiera a las plataformas publicar los criterios que utilizan para el ordenamiento, priorizaci¨®n, reducci¨®n de alcance o direccionamiento de contenidos.
Asimismo, los servicios y modelos de negocio de estas plataformas han producido una transferencia de ingresos publicitarios de los medios de comunicaci¨®n hacia unos pocos intermediarios de internet. Esta tendencia impacta econ¨®micamente en los productores nacionales de contenidos informativos y period¨ªsticos, afectando su sostenibilidad y generando consecuencias negativas para la diversidad y el pluralismo.
Los Estados tienen una clara obligaci¨®n de aprobar regulaciones para garantizar el ejercicio de los derechos humanos en l¨ªnea. Sin embargo, existen riesgos de que esa intervenci¨®n afecte los derechos que se quieren proteger y efectivamente muchas de las reacciones regulatorias que se han visto hasta el momento son inadecuadas y desproporcionadas.
Frente a ello, hay ciertos acuerdos de la necesidad de avanzar hacia una v¨ªa de corregulaci¨®n democr¨¢tica, con la participaci¨®n de un amplio abanico de actores, que pueda superar las limitaciones de una autorregulaci¨®n corporativa a la misma vez que los riesgos de excesos autoritarios relacionados con la sobre intervenci¨®n gubernamental.
En diciembre de 2021, el PNUD promovi¨® una discusi¨®n en el Parlamento de Uruguay sobre los hallazgos de esta iniciativa y se estableci¨® un proceso para dar seguimiento a este debate. Fue un paso importante. No obstante, dada la naturaleza transfronteriza de las transformaciones digitales, es necesario trascender lo nacional y generar alianzas globales con el objetivo de poder tener una incidencia efectiva en esta agenda.
Sin duda, es posible generar una propuesta de regulaci¨®n democr¨¢tica y progresiva para llevar mayor calidad a las grandes plataformas de internet a trav¨¦s de instancias de di¨¢logo participativo, como la que nos ofrece el D¨ªa Internacional de la Libertad de Prensa. Ha llegado el momento de unir esfuerzos para avanzar decididamente en este proceso y asegurar una protecci¨®n eficaz de la libertad de expresi¨®n y un acceso a la informaci¨®n de calidad en la era digital.
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