Por qu¨¦ el sector privado es un aliado fundamental para la cooperaci¨®n espa?ola
El grueso de capacidad tecnol¨®gica, t¨¦cnica y experiencia en ¨¢mbitos como la energ¨ªa o la gesti¨®n de agua, de la que terceros pa¨ªses podr¨ªan beneficiarse, reside en las empresas de tales ramos
Tanto la agenda del desarrollo como la variedad de actores que la promueven a trav¨¦s de la cooperaci¨®n internacional han evolucionado de una forma notable durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Como resultado, muchos de los pa¨ªses de nuestro entorno se han lanzado a reformar sus modelos de cooperaci¨®n con el fin de adaptarlos a ese nuevo contexto y lograr que sean m¨¢s eficaces a la hora de contribuir a compromisos como, por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Tambi¨¦n lo ha hecho Espa?a. El nuevo Proyecto de Ley de Cooperaci¨®n, aprobado por el Consejo de Ministros el 31 de mayo, nace con la voluntad de modernizar el sector. Sin embargo, pese a que indudablemente incorpora mejoras, sigue sin redimensionar suficientemente el sector como para cristalizar el considerable potencial con el que el pa¨ªs podr¨ªa contribuir a los objetivos de desarrollo.
Esto tiene lugar en un contexto que conviene tener en cuenta. La reforma llega mucho m¨¢s tarde que en el resto de pa¨ªses europeos, y mientras la estrategia perseguida por pa¨ªses como Alemania o Francia ha buscado cohesionar una gran variedad de actores nacionales para maximizar la consecuci¨®n de objetivos y reposicionar al pa¨ªs en el nuevo mapa de la cooperaci¨®n, Espa?a demuestra que sabe compartimentar mucho m¨¢s que sumar y cohesionar esfuerzos.
Muestra de ello es el papel marginal que se otorga al sector privado. Esto es llamativo porque refleja c¨®mo, a trav¨¦s de esta ley, Espa?a no opta por estar a la altura de lo que exige la cooperaci¨®n de los pr¨®ximos a?os, sino de someterse al continuismo de lo que vino antes. ?Por qu¨¦ es mucho m¨¢s importante el sector privado en esta pol¨ªtica exterior del presente y del futuro? Lo explicamos a trav¨¦s de dos ejemplos muy diferentes, de grandes magnitudes, pero que responden de una forma sencilla a esa pregunta e ilustran bien tanto la naturaleza de los retos como de las soluciones.
Para acompa?ar el proceso de generaci¨®n de actividad econ¨®mica y empleo, el sector privado est¨¢ en una posici¨®n inmejorable
El primero hace referencia a ?frica. Hoy, m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n africana tiene menos de 25 a?os. La falta de trabajo, en particular entre los m¨¢s j¨®venes y las mujeres, sigue siendo una de las causas m¨¢s evidentes de pobreza, inseguridad y migraci¨®n. De todo ello se desprende una serie de necesidades que debemos atender porque aluden de manera directa a un marco de valores humanos en el que creemos y con el que estamos comprometidos. Pero hacerlo bien implica ir mucho m¨¢s all¨¢ del papel que tantas veces ha jugado la ayuda. Supone saber identificar necesidades formativas congruentes con el mercado laboral; promover las condiciones para generar empleos dignos; propiciar iniciativas empresariales; formalizar el di¨¢logo social, y desarrollar planes para incentivar empresas y asociaciones.
Para acompa?ar ese proceso de generaci¨®n de actividad econ¨®mica y empleo, el sector privado est¨¢ en una posici¨®n inmejorable. Esa es la l¨®gica que, adem¨¢s, comparte la Comisi¨®n Europea, que dice: ¡°El sector privado es un motor importante del crecimiento, de la creaci¨®n de empleo y de la reducci¨®n de la pobreza en los pa¨ªses socios, raz¨®n por la cual lo involucramos cada vez m¨¢s en nuestros esfuerzos de desarrollo¡±.
El segundo ejemplo mira al Global Gateway, la gran apuesta europea presentada en diciembre del 2021 para promover una acci¨®n exterior genuinamente transformadora, a trav¨¦s de la inversi¨®n de hasta 300.000 millones de euros en ¨¢mbitos como el digital, el transporte y la energ¨ªa, la salud, la educaci¨®n y la investigaci¨®n en todo el mundo. Esta iniciativa es coherente tanto con la agenda global como con el de dotar de un mayor protagonismo a la UE, incluyendo a sus pa¨ªses miembros. Este mecanismo propone un esfuerzo de cableado mundial sin precedentes para hacer frente a retos que van desde el cambio clim¨¢tico hasta la seguridad en las cadenas de suministro.
Ambos ejemplos ilustran bien por qu¨¦ el papel del sector privado en la cooperaci¨®n para el desarrollo no es una ocurrencia ni una moda, sino una necesidad real que deriva de la propia evoluci¨®n de la agenda de desarrollo e incluye temas en los que su conocimiento y la experiencia es simplemente irremplazable.
Esto, adem¨¢s, es cr¨ªtico para hacer frente a dos de las grandes debilidades del modelo de cooperaci¨®n espa?ol: su falta de estructura y la limitada capacidad de gestionar fondos. ?C¨®mo podr¨ªa aportar valor el sector privado?
Respecto a la primera sabemos dos cosas. Que no vamos a convertirnos en Alemania o Francia en cuanto a disponibilidad de recursos y experiencia institucional acumulada a lo largo de m¨¢s de 60 a?os de cooperaci¨®n al desarrollo, pero que al menos deber¨ªamos tener una mayor presencia a nivel global, europeo y, sin duda, en los pa¨ªses socios. Pese a que este es un aspecto central reconocido por la nueva ley, buscando reforzar, a trav¨¦s de un nuevo Estatuto, las funciones y capacidades de coordinaci¨®n, programaci¨®n y di¨¢logo de la AECID para convertirla en una instituci¨®n mucho m¨¢s eficaz, ganar¨ªamos a¨²n m¨¢s aprovechando el conocimiento de consultoras espa?olas especializadas en este sector con una larga experiencia. Ellas podr¨ªan tener un gran impacto multiplicador, por ejemplo, a trav¨¦s de tareas de fortalecimiento de capacidades y agilizaci¨®n de procesos, dando respuestas t¨¦cnicas, apoyando en la armonizaci¨®n con los est¨¢ndares y herramientas de la UE, generando soluciones y promoviendo mejores pr¨¢cticas del modelo espa?ol en pa¨ªses socios.
Ser¨ªa enormemente ¨²til incluir un representante del sector privado en el Consejo Superior de Cooperaci¨®n para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global
Respecto a la segunda ¨Cla gesti¨®n de fondos¨C, Espa?a tambi¨¦n deber¨ªa tener un mayor protagonismo. La cooperaci¨®n delegada europea es un buen ejemplo. Aunque el pa¨ªs ha incrementado la utilizaci¨®n de este tipo de fondos, sigue estando lej¨ªsimos de otras agencias europeas (principalmente Francia y Alemania). Este ejemplo, a priori poco relevante, es enormemente aclaratorio respecto al potencial (desperdiciado) de lo que deber¨ªa ser un gran ecosistema en el que participase la acci¨®n exterior espa?ola, con capacidad de gestionar financiaci¨®n, identificar ¨¢reas y proyectos espec¨ªficos, y contribuir de una forma mucho m¨¢s proactiva y eficaz al desarrollo.
Por eso ser¨ªa enormemente ¨²til incluir un representante del sector privado en el Consejo Superior de Cooperaci¨®n para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global, capaz de orientar sobre aspectos concretos en los que est¨¦ especialmente bien capacitado. No olvidemos que el grueso de capacidad tecnol¨®gica, t¨¦cnica y experiencia en los ¨¢mbitos en los que terceros pa¨ªses podr¨ªan beneficiarse de nuestra cooperaci¨®n al desarrollo (energ¨ªa renovable, gesti¨®n de aguas, desarrollo agr¨ªcola), reside en el sector privado, altamente profesionalizado y eficiente.
Nos preocupa que Espa?a se aleje de los modelos reformados de cooperaci¨®n europea y no juegue el papel global que consideramos que debe jugar en ese nuevo mapa al que hac¨ªamos referencia al principio de este art¨ªculo. M¨¢s a¨²n, que la nueva ley quede hu¨¦rfana de la ambici¨®n necesaria para fomentar una gran solidaridad de hecho, no solo de palabra.
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