Cooperen, ?diablos!
El 24 de noviembre, el Congreso aprob¨® el Proyecto de Ley de Cooperaci¨®n para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global. Es un avance en cuanto a compromiso presupuestario y visi¨®n pol¨ªtica compartida, pero solo un primer paso de un largo camino
Mucho se discuti¨® y vot¨® el 24 de noviembre en el Congreso; desde las primeras luces del d¨ªa hasta la medianoche, fuimos testigos. Hubo de todo en abundancia, hasta despilfarro de insultos en muchas fases. Temas importantes en el orden de sesiones: los presupuestos generales del Estado, los impuestos a las energ¨¦ticas, a los bancos y a las grandes fortunas, modificaciones en los delitos de sedici¨®n y¡ lo que la mayor parte de los medios de comunicaci¨®n misteriosamente olvidaron: la nueva Ley de Cooperaci¨®n para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global.
Quiz¨¢s no fuera noticia porque la oposici¨®n no iba a votar en contra en bloque. Tal vez porque aparentemente no interesa, a pesar de que m¨¢s del 85% de la ciudadan¨ªa la apoya. ?Ser¨¢ porque una buena noticia no es noticia o porque no hemos sido capaces de explicar su relevancia?
Para medir su relevancia real debemos situarnos en el lugar en el que vivimos: el planeta Tierra, ese en el que 8.000 millones de personas est¨¢n obligadas vivir en un horno global cuyas temperaturas aumentan por el empe?o en utilizar de forma masiva los combustibles f¨®siles. Un lugar en el que el hambre, las desigualdades y la miseria aumentan. En el que se desatan incendios y conflictos por doquier, fruto de la falta de voluntad pol¨ªtica para frenarlos o del virtuosismo para aplazar su soluci¨®n indefinidamente. ?Qu¨¦ nos dice la Tierra si la escuchamos? ?Cooperen, diablos!, respeten, cuiden, solucionen los problemas comunes, hagan de este mundo un sitio en el que valga la pena vivir.
Cooperar, la Tierra tiene raz¨®n, esa es la clave. Hace dos a?os, las ONG de Desarrollo elaboramos una propuesta colectiva con la intenci¨®n de aportar a la construcci¨®n de Un nuevo sistema de cooperaci¨®n para transformar el mundo. Hoy echamos la vista atr¨¢s y nos sentimos orgullosas porque muchas de nuestras propuestas han sido recogidas por la ley actual. Gracias a quienes han contribuido a este hacer colectivo desde el di¨¢logo y la responsabilidad.
Pero, ?de verdad hac¨ªa falta una nueva ley de cooperaci¨®n?
Esta es la primera reforma en 20 a?os. Si tenemos en cuenta los enormes cambios que ha sufrido el mundo en estas dos d¨¦cadas, podemos concluir que ya iba siendo hora. Y lo era no solo por los compromisos internacionales asumidos, como la Agenda 2030, los acuerdos de Par¨ªs o la Agenda de financiaci¨®n para el desarrollo; sino tambi¨¦n porque, despu¨¦s de la d¨¦cada perdida de la cooperaci¨®n (de 2010 a 2020), los mecanismos institucionales estaban muy fr¨¢giles, con grietas y desconchones; un recorte de m¨¢s del 80% de la Ayuda Oficial al Desarrollo hab¨ªa dejado a esta pol¨ªtica p¨²blica al borde de la desaparici¨®n.
De 2010 a 2020, un recorte de m¨¢s del 80% de la Ayuda Oficial al Desarrollo hab¨ªa dejado a esta pol¨ªtica p¨²blica al borde de la desaparici¨®n
?En qu¨¦ avanza esta Ley? Avanzamos en compromiso presupuestario, en visi¨®n pol¨ªtica compartida, en el arreglo de esas grietas que estaban debilitando al sistema. Ahora bien, es solo un primer paso de un largo camino. De poco sirve una ley si no la acompa?an normas que garanticen que pasa de las palabras a los hechos. Si realmente queremos andar ese camino, 2023 viene calentito; un a?o en el que deben desarrollarse nada m¨¢s y nada menos que siete decretos y estatutos que la Ley anuncia: la reforma de la AECID, el estatuto de las personas cooperantes, el estatuto del Fondo Espa?ol para el Desarrollo Sostenible (FEDES), el real decreto de subvenciones, el reglamento del Consejo Superior de Cooperaci¨®n para el Desarrollo, la Comisi¨®n Interministerial y la Comisi¨®n Interterritorial para el desarrollo sostenible y la solidaridad global. Y, adem¨¢s, toca elaborar el VI Plan Director de la Cooperaci¨®n Espa?ola con la mayor ambici¨®n y consenso posibles. Casi nada.
Con este panorama, es f¨¢cil concluir que hay ciertos ingredientes que no pueden faltar en el plato. Garantizar que todas nuestras pol¨ªticas contribuyen al desarrollo es el primero de ellos: no podemos permitir que las pol¨ªticas comerciales, migratorias, fiscales, militares¡ violen derechos humanos o maltraten al planeta; que la cooperaci¨®n reme en un sentido sin que las otras le acompa?en no es m¨¢s que una gota en un oc¨¦ano inmenso. El segundo imprescindible es un presupuesto a la altura de los enormes retos que enfrentamos: estamos a¨²n muy lejos del 0,7% y los avances son a¨²n tibios; sin fondos suficientes, mal vamos. Y empapando todo el proceso, un ¨²ltimo ingrediente: una direcci¨®n pol¨ªtica ambiciosa en di¨¢logo permanente con la sociedad. A partir de ah¨ª, el plato puede enriquecerse y enriquecerse.
Un paso importante, pero solo un primer paso
Es, por tanto, una primera pieza de un puzle enorme. No somos ingenuas, lo m¨¢s dif¨ªcil est¨¢ por venir, pero tambi¨¦n reconocemos los importantes avances dados en los dos ¨²ltimos a?os y nos felicitamos por ello. En un contexto tan estridente como el actual, garantizar el di¨¢logo y la concertaci¨®n pol¨ªtica es un enorme logro.
Cooperar es crucial porque evita conflictos, soluciona problemas globales, genera prosperidad, garantiza los derechos humanos y la justicia para todas las personas que habitan este mundo
Vienen tiempos complejos. Las ONG de Desarrollo seguiremos apostando por modelos en los que prime la paz frente al conflicto, el di¨¢logo frente al odio, los cuidados frente a los maltratos, la equidad entre mujeres y hombres, entre personas diversas, frente a la desigualdad, la protecci¨®n del planeta frente a su expolio. Somos tercas, seguiremos recordando (y demostrando) que otros mundos son posibles, que trabajar por la justicia, la dignidad humana y la igualdad de oportunidades no es de ingenuas sino de realistas. Seguiremos de la mano de redes internacionales, de organizaciones de nuestros barrios, de ONG de todo el mundo que a diario se levantan y le apuestan a la vida, a esa vida digna que merece ser vivida. Somos tercas y seguiremos recordando que hay responsabilidades pol¨ªticas ineludibles que deben ser asumidas con rigor y responsabilidad.
Puede que la cooperaci¨®n no ocupe los grandes titulares de los medios, pero es determinante en un momento como el que vivimos. Cooperar es crucial porque evita conflictos, soluciona problemas globales, genera prosperidad, garantiza los derechos humanos y la justicia para todas las personas que habitan este mundo. Cooperar hace que nuestras capacidades humanas vayan mucho m¨¢s all¨¢ de nosotras mismas para tejer junto a otras y otros. El a?o que est¨¢ a la vuelta de la esquina ser¨¢ una buena oportunidad para demostrar si la voluntad pol¨ªtica est¨¢ a la altura. Por nuestra parte, continuaremos apost¨¢ndole a la vida de la mano de quienes son protagonistas de esta pol¨ªtica p¨²blica, a veces invisible y siempre esencial.
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