Lecciones aprendidas del legado de H¨¢bitat III
El objetivo es replantear el papel local y territorial en la transformaci¨®n de las ciudades cinco a?os despu¨¦s de la conferencia global sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible
En la v¨ªspera de la celebraci¨®n del 5? aniversario de la Nueva Agenda Urbana adoptada en el marco de Habitat III, hemos podido ver de forma emp¨ªrica y dolorosa la importancia de las actuaciones a nivel local para el bienestar global. Nunca antes hab¨ªa quedado tan clara como la vulnerabilidad de algunos grupos impactaba a toda la sociedad, ya no en t¨¦rminos ¨¦ticos sino de seguridad vital.
Es doloroso porque nos toca admitir que las inversiones en lo p¨²blico, el ¨¢mbito que ha velado por nuestra seguridad durante la mayor crisis sanitaria universal recordada, siguen siendo insuficientes y porque las tensiones entre esferas de Gobierno han dado lugar a inseguridades de la ciudadan¨ªa que muestra gran hast¨ªo ante las instituciones, a pesar de su gran dependencia de las mismas.
De camino a la evaluaci¨®n del estado de situaci¨®n de la Nueva Agenda Urbana hemos de conseguir que quede claro que el nivel local no solo influye, sino que tiene que modelar lo global. Mientras que durante la Cumbre de R¨ªo+20, nuestras redes clamaban por objetivos globales y acciones locales, hoy en d¨ªa solicitamos esfuerzos conjuntos desde nuevos criterios de gobernanza.
Si la Agenda 2030 supone el marco para llevar a cabo la transformaci¨®n de nuestras sociedades, es necesaria, junto a ella, una herramienta que permitiera aterrizar los ODS, y acelerar su consecuci¨®n desde nuestros barrios y nuestras ciudades. Esta, definida hace justo cinco a?os, es esa herramienta. Nuestro colectivo ha sabido desde un principio que era el acelerador necesario para los ODS y que, bien planteada, supone un impulso para la localizaci¨®n de los mismos.
Proponemos una renovaci¨®n del contrato social desde los territorios, desde el ecologismo y un nuevo liderazgo emp¨¢tico y compartido para alcanzar el derecho a la ciudad, el ideal com¨²n que refleja la Nueva Agenda Urbana
Con la implementaci¨®n de la Nueva Agenda Urbana nos jugamos el desbloqueo de la localizaci¨®n para la acci¨®n clim¨¢tica, la cohesi¨®n territorial, los ODS y la modernizaci¨®n de los sistemas democr¨¢ticos con renovaci¨®n de gobernanza, transparencia y gobernanza en el centro.
Este art¨ªculo y nuestra acci¨®n colectiva tiene por objetivo que esto cambie y que los gobiernos locales y regionales sean reconocidos como los actores pol¨ªticos que son y sus servicios p¨²blicos como los instrumentos de base para la transformaci¨®n.
La pandemia y las agendas globales
A lo largo de casi dos a?os, los gobiernos locales y regionales han estado, y siguen, a primera l¨ªnea de la lucha contra los peores efectos de la pandemia. Desde la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), pasando por el G20 y llegando a la Asamblea General de la ONU o el Banco Mundial se hacen eco de esta realidad. El mantenimiento de la provisi¨®n de servicios b¨¢sicos en sus comunidades en los momentos de m¨¢s incertidumbre ¨Ddesde el agua hasta la vivienda, pasando por el transporte o la educaci¨®n¨D ha sido una prueba irrefutable del significado de su trabajo, pero tambi¨¦n lo ha sido su capacidad para definir nuevos servicios y apoyar a aquellos nuevos grupos afectados por el contexto de crisis sin precedentes.
Justamente el fortalecimiento del ecosistema de servicios p¨²blicos, su financiaci¨®n redefinici¨®n y consolidaci¨®n ser¨¢ clave para una recuperaci¨®n que permita a nuestras sociedades reinventarse siendo la nueva normalidad o el reseteo algunas de las f¨®rmulas con las que ciudades y territorios de todo el mundo est¨¢n trabajando, con la complicidad de las comunidades.
A pesar de que algunos pa¨ªses comienzan a ver la salida, con tasas de vacunaciones altas, sabemos que la recuperaci¨®n no est¨¢ siendo equitativa, ni siquiera para los pa¨ªses m¨¢s afortunados. Sabemos que nuestros sistemas de prestaci¨®n de servicios se ver¨¢n comprometidos debido a la falta de recursos y tambi¨¦n que habr¨¢ muchas m¨¢s personas vulnerables como consecuencia de la p¨¦rdida de empleo a la que se enfrentar¨¢n nuestras econom¨ªas. Es desde el nivel local y territorial desde donde estas apreciaciones no son abstractas, sino que adquieren rostros de personas, de familias y de barrios.
La emergencia clim¨¢tica nos advierte que no solamente tenemos que cambiar las reglas del juego sino el juego mismo y la total implicaci¨®n ciudadana ser¨¢ imprescindible. La Nueva Agenda Urbana y el legado de H¨¢bitat III pueden ofrecernos un tablero s¨®lido sobre el que desarrollar los Objetivos de Desarrollo Sostenible con el feminismo, el ecologismo y el municipalismo en el centro de la maquinaria transformadora.
El H¨¢bitat III pueden ofrecernos un tablero s¨®lido sobre el que desarrollar los Objetivos de Desarrollo Sostenible con el feminismo, el ecologismo y el municipalismo en el centro de la maquinaria transformadora
En un momento en que el valor de las ciudades peque?as e intermedias se est¨¢ mostrando m¨¢s que nunca, cuando el teletrabajo est¨¢ en alza y nuestros modelos urbanos se cuestionan y necesitan una renovaci¨®n, estos objetivos pueden y deben jugar un papel como agenda territorializadora. Debemos fomentar la simbiosis entre el ¨¢mbito rural, las ciudades peque?as y medianas, y las grandes metr¨®polis, con el objetivo de recuperarnos a la misma velocidad y de reducir desigualdades entre territorios y personas.
La oportunidad de Quito+5
Los destinos locales y universales est¨¢n estrechamente ligados. Para alcanzar las metas que nos pusimos en 2015 y en 2016, necesitamos un nuevo multilateralismo, con la democracia local y la localizaci¨®n en su centro, y el fortalecimiento del autogobierno local. Los habitantes de nuestras ciudades y pueblos son ciudadanos globales cuyas aspiraciones solo pueden ser atendidas y protegidas a trav¨¦s de la cohesi¨®n y la solidaridad.
Nuestro movimiento municipalista, nuestro colectivo de gobiernos locales y regionales, est¨¢ prepar¨¢ndose para la revisi¨®n de la Nueva Agenda Urbana en el Quito+5+1, que tendr¨¢ lugar en abril de 2022.
La Asamblea Mundial de Gobiernos Locales y Regionales, nuestra herramienta para revisar y dar seguimiento a la agenda global, se nutrir¨¢ no solamente del texto aprobado y su aplicaci¨®n hasta ahora, sino del gran legado, junto al proceso participativo que nos llev¨® hasta Quito, ha dejado en nuestras organizaciones y en nuestros socios de la sociedad civil.
Ponemos grandes esperanzas en las propuestas perfiladas por el Secretario General de la ONU y sugerimos una renovaci¨®n del contrato social desde los territorios, desde el ecologismo y un nuevo liderazgo emp¨¢tico y compartido para alcanzar el derecho a la ciudad, el ideal com¨²n. Proponemos un Pacto para el Futuro, que definiremos en nuestra realidad multicultural, diversa y con valores universales. Todo ello junto a la sociedad civil para transformar c¨®mo nos relacionamos entre nosotros, con nuestro entorno, y con nuestras instituciones, en el marco de un sistema multilateral repensado.
Este Pacto se alinea con el marco transformador de los ODS, y con la ambiciosa Agenda Com¨²n que present¨® hace escasas semanas el Secretario General de las Naciones Unidas. Si la Nueva Agenda Urbana es la palanca para alcanzar los ODS desde lo local, el Pacto que proponemos supone la transformaci¨®n de c¨®mo llegamos a nuestros objetivos comunes: repensando la acci¨®n por las personas, por el planeta, y por el Gobierno.
Cinco a?os despu¨¦s de H¨¢bitat III, su legado va mucho m¨¢s all¨¢ de la Nueva Agenda Urbana y aunque preocupados y conscientes de que m¨¢s inversi¨®n y m¨¢s transferencias de competencias y capacidades ser¨¢n indispensables, no somos pesimistas. Tenemos esperanza e ilusi¨®n, la que comparten nuestras comunidades, cuya solidaridad y resiliencia se muestran cada d¨ªa.
Esta es un nexo vital entre los gobiernos locales, regionales y naciones. Es un horizonte al que avanzar juntos como socios de la transformaci¨®n que el planeta necesita. Adem¨¢s del di¨¢logo, necesitaremos cogobernar y una visi¨®n universal pensada localmente pero con ambiciones compartidas.
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