Las ciudades contra sus econom¨ªas
Algunas de las medidas de promoci¨®n de la hosteler¨ªa implantadas en distintos municipios, como Madrid, no cumplen ni un criterio de una buena pol¨ªtica sectorial
Hace unos meses, se publicaba en este medio el art¨ªculo La ciudad contra sus habitantes, que listaba las penas diarias de cualquier vecina de cualquier barrio relativamente concurrido de una ciudad espa?ola de tama?o medio o grande: dificultad para desplazarse, por patinetes, bicicletas o cubos de basura; ocupaci¨®n privada del espacio p¨²blico por terrazas de hosteler¨ªa; p¨¦rdida de arbolado o vulneraci¨®n de los derechos m¨¢s b¨¢sicos como el derecho al descanso.
Este fen¨®meno, generalizado en los municipios espa?oles (Barcelona, Madrid o Sevilla), es en buena medida el resultado de pol¨ªticas p¨²blicas orientadas a la expansi¨®n hostelera y el turismo, lo que supuestamente hace a los municipios m¨¢s atractivos para propios y extra?os, y fomenta el consumo y promueve el empleo. Parecer¨ªa entonces que los poderes p¨²blicos se ven obligados a elegir el mal menor entre la degradaci¨®n de la calidad de vida de los vecinos o la mala salud del conjunto de la econom¨ªa. En esta tesitura, se optar¨ªa, l¨®gicamente, por lo primero.
En la Uni¨®n Europea, solo Chipre, Portugal y Grecia tienen m¨¢s establecimientos de comida o bebida por habitante que Espa?a
Al apoyar ¨²nicamente a la hosteler¨ªa, los gobiernos municipales han aplicado, de facto, la pol¨ªtica industrial o sectorial. Esta pol¨ªtica ¡ªpor cierto, en las ant¨ªpodas del pensamiento liberal econ¨®mico¡ª ha permitido, por ejemplo, a Corea del Sur, convertirse en el gigante tecnol¨®gico que es. En Europa tambi¨¦n se ha hecho, y se hace, pol¨ªtica industrial. Si bien ahora vuelve con fuerza, versionada como autonom¨ªa estrat¨¦gica, se ha aplicado, de alguna forma, siempre. A muchos de ustedes les resultar¨¢n familiares los planes PIVE o Renove, de apoyo al sector automovil¨ªstico.
Una de las claves del ¨¦xito de esta pol¨ªtica es la correcta selecci¨®n del sector protegido. Es esencial elegir uno que ofrezca varias de las siguientes seis caracter¨ªsticas: baja oferta preexistente, generaci¨®n de empleo de calidad, ingresos fiscales, efectos de arrastre, alta productividad y capacidad de innovaci¨®n.
Baja oferta preexistente
La oferta hostelera en toda Espa?a es masiva. Por utilizar terminolog¨ªa del actual Gobierno de Madrid, con sus aproximadamente 170 personas por establecimiento, todo el pa¨ªs es, seg¨²n datos de Eurostat, zona saturada. En la Uni¨®n Europea, solo Chipre, Portugal y Grecia tienen m¨¢s establecimientos de comida o bebida por habitante que Espa?a. En comparaci¨®n, Alemania tiene un establecimiento por cada 450 personas.
Empleo de calidad
La hosteler¨ªa genera, indudablemente, una alta ocupaci¨®n; concretamente, algo m¨¢s de 1,7 millones de empleos en toda Espa?a en el tercer trimestre de 2022, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). Esto no significa, sin embargo, que las medidas m¨¢s recientes de apoyo a la hosteler¨ªa hayan contribuido al empleo en el sector. Obviando cifras un tanto fantasiosas (sin fuentes citadas ni verificadas) que se han manejado en el debate madrile?o, el informe econ¨®mico elaborado por Analistas Financieros Internacionales (Afi), que acompa?a la Ordenanza de Terrazas de Madrid, ya adelantaba que el efecto en empleo ser¨ªa magro. A lo sumo, 46 empleos adicionales en toda la Comunidad. Los datos de precariedad en el sector son adem¨¢s conocidos.
Ingresos fiscales
Las pol¨ªticas sectoriales tienen un coste fiscal (porque implican ayudas directas y exenciones) que asumir¨¢n contribuyentes y/o consumidores, con la esperanza de que, a la larga o a la corta, el sector protegido genere tambi¨¦n ingresos fiscales. Sin embargo, con alta informalidad y un efecto tan d¨¦bil en empleo, es dif¨ªcil que esto ocurra.
Espa?a ocupa el puesto 33 en el ?ndice de Complejidad Econ¨®mica elaborado por la Universidad de Harvard y ha perdido 15 posiciones desde 1995
Efectos de arrastre, hacia adelante y hacia atr¨¢s
La idea Hirschmaniana de aupar econ¨®micamente un sector se basa en que este acabar¨¢ arrastrando a otros. Por este efecto en cadena potencial, en las pol¨ªticas industriales se suelen elegir sectores de bienes intermedios.
La hosteler¨ªa, de consumo final, solo puede generar efectos de arrastre en alimentos y bebidas, siendo esta precisamente una de las ramas que mejor ha navegado la pandemia hasta ser, en estos ¨²ltimos meses, motor de la inflaci¨®n, seg¨²n datos del Banco de Espa?a.
Productividad
En Espa?a, el 83% de la poblaci¨®n es urbana
La productividad de la hosteler¨ªa es, por su propia naturaleza, baja. En 2021, gener¨® poco m¨¢s de 31.000 euros de Valor Agregado Bruto (VAB) por persona ocupada, seg¨²n datos del INE y c¨¢lculos propios. Por comparar, el VAB por persona en la fabricaci¨®n de productos farmac¨¦uticos es de 74.000 euros y el del sector primario (agricultura, ganader¨ªa, silvicultura y pesca), de 37.500.
Innovaci¨®n
Espa?a ocupa el puesto 33 en el ?ndice de Complejidad Econ¨®mica elaborado por la Universidad de Harvard y ha perdido 15 posiciones desde 1995. Con un peso del turismo en las exportaciones que no baja del 16%, muestra una dependencia de este sector muy superior a la de otros grandes destinos tur¨ªsticos como Francia o Italia. Mientras Espa?a se pierde una revoluci¨®n tecnol¨®gica m¨¢s, China, Malasia, Ruman¨ªa o Eslovenia logran desarrollar sistemas productivos y cestas exportadoras m¨¢s sofisticados y diversificados.
Ni uno de seis
En definitiva, algunas de las medidas de promoci¨®n de la hosteler¨ªa implantadas en distintos municipios (Madrid, entre ellos) no vendr¨ªan a cumplir ni un criterio de estos seis. Con un 83% de poblaci¨®n urbana en Espa?a, la salud y la econom¨ªa de sus ciudades son, en buena medida, las de la naci¨®n.
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