Un empresario gallego lleva seis meses retenido en China por deudas
Su empresa, en concurso de acreedores, debe 216.000 euros a proveedores del pa¨ªs asi¨¢tico
¡°El 6 de julio factur¨¦ la maleta y recog¨ª sin problema las tarjetas de embarque, pero en el control de inmigraci¨®n me dijeron que no pod¨ªa abandonar el pa¨ªs¡±. C¨¢ndido Rodr¨ªguez, gallego, empresario textil, lleva desde entonces retenido en China. Seis meses sin poder volver a casa por las deudas que acumula con proveedores del pa¨ªs. El pasado 28 de noviembre, su empresa, Grupo 3 Fashion SL, que distribu¨ªa en Espa?a trajes de ceremonia fabricados en el gigante asi¨¢tico, se declar¨® insolvente. Debe a bancos y proveedores, nacionales y extranjeros. Al entrar en concurso de acreedores, Rodr¨ªguez ya no puede decidir a qui¨¦n paga primero. Aunque tuviera el dinero, no pod¨ªa saldar su deuda en China.
Sus problemas econ¨®micos vienen de atr¨¢s. En diciembre de 2010, Rodr¨ªguez, se plant¨® en una sucusal de Ourense con un rev¨®lver descargado. ¡°Lo dej¨® encima de la mesa para intimidar al banco y se desmay¨®¡±, recuerda su hijo Marcos. Sus trabajadores emitieron un comunicado condenando la violencia y apoyando a su jefe: ¡°Adem¨¢s de ser un gran empresario, es mejor persona¡±.
El 26 de junio de 2011 viaj¨® a China para ¡°dar la cara¡± frente a sus proveedores y explicarles la situaci¨®n. ¡°Pens¨¦ que los chinos entender¨ªan¡±, relata. Pero uno de los proveedores le puso una denuncia por los 46.000 euros que le adeudaba y el juez de la ciudad de Yangzhou, en la provincia manufacturera de Jiangsu, decret¨® su retenci¨®n.
Lo que no pod¨ªa saber el magistrado es que, aunque quiera y disponga del dinero, Rodr¨ªguez no puede saldar su deuda. ¡°Estar¨ªa cometiendo un delito en Espa?a, ya que la empresa est¨¢ intervenida judicialmente¡±, explica su abogado, que pide ocultar su nombre y que ha ofrecido sus servicios de forma gratuita ¡°por razones humanitarias y por el grave precedente que este caso podr¨ªa sentar para la comunidad empresarial extranjera en China¡±.
¡°Se ha celebrado una vista, estamos a la espera del fallo, pero otro proveedor ha puesto una denuncia m¨¢s ¡ªen este caso por una deuda de 170.000 euros¡ª y la orden de retenci¨®n se mantendr¨¢ hasta que se dicte sentencia en este caso, o que se proporcionen garant¨ªas econ¨®micas con las que no cuenta¡±, prosigue el abogado. ¡°La ley que regula la entrada y salida de extranjeros otorga al juez la potestad de retener a una persona en caso de que haya una disputa civil. Es muy discrecional y permite que, de facto, se d¨¦ un caso de prisi¨®n por deudas¡±.
La forma en la que se han sucedido las denuncias ¡ªla segunda lleg¨® justo cuando expiraban los tres meses de la primera orden de retenci¨®n¡ª, y el hecho de que los dos magistrados que llevan ambos casos se conozcan, hace pensar a Rodr¨ªguez que se trata de una extorsi¨®n encubierta. Fuentes legales y diplom¨¢ticas consideran posible la connivencia de los proveedores con los magistrados.
Rodr¨ªguez, que no habla ni ingl¨¦s ni chino, y vive en una habitaci¨®n con su hijo, cuyo permiso de residencia expir¨® el pasado jueves. ¡°He tenido que viajar a Hong Kong y tramitar un visado de turista. Me han dado tres meses, pero despu¨¦s lo tendr¨¦ que dejar solo, y no s¨¦ qu¨¦ ser¨¢ de ¨¦l¡±, comenta Marcos Rodr¨ªguez.
Mientras, el poco dinero que hay y que C¨¢ndido Rodr¨ªguez necesita para pagar los chequeos m¨¦dicos que precisa y el desplazamiento cada mes a la ciudad donde se han puesto las denuncias para renovar el visado, se acaba. ¡°El proceso de disoluci¨®n de la empresa en Espa?a llevar¨¢ un m¨ªnimo de tres a?os, y me dicen que aqu¨ª podr¨ªa pasarme toda la vida, pero el dinero se me acabar¨¢ pronto. Entonces solo me queda una salida: ir¨¦ a la Embajada de Espa?a, de la que no he recibido apoyo, y me negar¨¦ a salir¡±, avisa el empresario entre l¨¢grimas.
El c¨®nsul espa?ol en Shangai, Gonzalo Ortiz, califica de kafquiano el caso. ¡°Hemos enviado una nota al waiban [la delegaci¨®n del Ministerio de Asuntos Exteriores en Shangh¨¢i], y nos han respondido que se est¨¢ cumpliendo la legalidad china¡±. Seg¨²n Ortiz, la Embajada solo podr¨¢ actuar cuando haya una sentencia firme. ¡°Se le condenar¨¢ a pagar, y, como no podr¨¢, si le env¨ªan a la c¨¢rcel podremos actuar¡±.
La estrategia legal se basa en la aceptaci¨®n de la deuda para acelerar la sentencia. ¡°As¨ª le deber¨ªan dejar marchar a la vez que las empresas chinas tendr¨ªan que hacer valer la sentencia en Espa?a, donde tendr¨¢n el mismo derecho que cualquier otro acreedor¡±, explica el abogado, que se coordina con un colega chino ante la imposibilidad legal de que extranjeros ejerzan como defensa.
Pero Rodr¨ªguez cometi¨® un grave error: ¡°Cuando ya estaba retenido, y quiz¨¢ en un ataque de miedo, redact¨® de su pu?o y letra, y sin consultar con ning¨²n abogado, un documento en el que se compromet¨ªa a saldar personalmente las cuentas de la empresa¡±, explica el letrado. Ahora los demandantes pueden arremeter contra una persona f¨ªsica por el problema causado por una empresa, ya que Rodr¨ªguez no era el administrador de Grupo 3 Fashion S.L., sino su propietario. ¡°En cualquier lugar se podr¨ªa probar que es un documento redactado bajo coacci¨®n¡±. El abogado hace hincapi¨¦ en la gradual degradaci¨®n que sufre el ¨¢mbito empresarial en el gigante asi¨¢tico. ¡°Este caso env¨ªa una se?al muy preocupante¡±.
India advierte de los matones chinos
C¨¢ndido Rodr¨ªguez tiene suerte de que no le hayan torturado para obligarle a pagar su deuda porque esta es una v¨ªa cada vez m¨¢s habitual en China. Las dos ¨²ltimas v¨ªctimas conocidas son dos comerciantes indios que fueron encerrados por matones enviados por sus acreedores. Les forzaron a comer sus propias heces y a beber su orina, pero no consiguieron el dinero. No lo hab¨ªa.
El suceso provoc¨® la intervenci¨®n del consulado indio en Shangh¨¢i, que, alarmado, envi¨® a su representante para intervenir en la vista que se celebr¨® poco despu¨¦s del incidente en un juzgado del centro manufacturero de Yiwu, ciudad conocida como la f¨¢brica del mundo. A pesar de que dej¨® bien clara su condici¨®n de diab¨¦tico, al c¨®nsul se le impidi¨® tomar la medicaci¨®n y salir del juzgado durante cinco horas. Se desmay¨® y tuvo que ser hospitalizado. Los dos comerciantes indios fueron retenidos en un hotel ¡°por su seguridad¡±, y su pa¨ªs ha puesto ya una queja formal ante el Gobierno de Pek¨ªn, que anuncia una investigaci¨®n.
La Embajada de India ha publicado la siguiente nota de advertencia ¡°Se recomienda no hacer negocios en Yiwu. Los empresarios deben ser conscientes de que, en caso de disputa, pueden ser detenidos de forma ilegal y maltratados. Basados en la experiencia, no hay garant¨ªa de que se pueda poner remedio legal¡±.
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