Promesas, promesas
La revisi¨®n del concordato es, de momento, un compromiso et¨¦reo Se entiende como posible respuesta a los ¡°retrocesos¡± del Ejecutivo de Rajoy
¡°Vivimos en un pa¨ªs laico y cada vez seremos m¨¢s laicos", proclam¨® Rodr¨ªguez Zapatero poco antes de llegar a la presidencia del Gobierno, en 2004. La palabra ¡°laico¡± ya estaba en el discurso con que gan¨® a Jos¨¦ Bono la secretar¨ªa general del PSOE, en julio de 2000. Pero el tiempo pas¨® y el Ejecutivo socialista no s¨®lo no avanz¨® hacia la laicidad del Estado, sino que produjo un severo retroceso. Ocurri¨® en 2007, al final de su primera legislatura, con la revisi¨®n muy al alza (y sin contrapartidas) del sistema de financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica mediante el IRPF de los espa?oles. Ahora, su sustituto, P¨¦rez Rubalcaba anuncia que el PSOE ¡°se replantear¨¢ seriamente la revisi¨®n del acuerdo con la Santa Sede¡±, que concede esos beneficios econ¨®micos, entre otros muchos. ¡°?Seriamente!¡±, enfatiz¨® el nuevo l¨ªder socialista. Es un compromiso et¨¦reo, solo como posible respuesta a los ¡°retrocesos¡± del Ejecutivo Rajoy.
El caballo de batalla sigue siendo el llamado ¡°Acuerdo entre el Estado espa?ol y la Santa Sede sobre Asuntos Econ¨®micos¡±, de 1979, por el que la Iglesia cat¨®lica (y s¨®lo ella entre todas las religiones presentes en Espa?a), recibe dinero de Hacienda para pagar los salarios de obispos y sacerdotes. Este a?o ser¨¢n algo m¨¢s de 252 millones de euros. Adem¨¢s, el Estado paga los salarios de decenas de miles de profesores de catolicismo en las escuelas p¨²blicas y privadas, y de cientos de capellanes castrenses, hospitalarios y penitenciarios. Tambi¨¦n subvenciona la conservaci¨®n del ingente patrimonio arquitect¨®nico eclesi¨¢stico, los centros religiosos de ense?anza concertados y otras muchas actividades de la jerarqu¨ªa cat¨®lica, por una cantidad total que se acerca a los 10.000 millones de euros.
¡°El Estado se compromete a colaborar con la Iglesia cat¨®lica en la consecuci¨®n de su adecuado sostenimiento econ¨®mico, con respeto absoluto del principio de libertad religiosa¡±, dice el art¨ªculo segundo de ese concordato, firmado en Roma por el cardenal Villot y el ministro Marcelino Oreja, miembro relevante de la Asociaci¨®n de Propagandistas Cat¨®licos (ACdP). Los ingresos del episcopado por ese concepto ¡°no estar¨¢n sujetos a los Impuestos sobre la Renta o sobre el gasto o consumo, seg¨²n proceda¡±, a?ad¨ªa el acuerdo. Proclamaba, adem¨¢s, ¡°la exenci¨®n total y permanente¡± del resto de los impuestos sobre todas las actividades eclesi¨¢sticas cat¨®licas. Para¨ªso fiscal absoluto.
Pero el art¨ªculo conclu¨ªa con esta cl¨¢usula, la quinta: ¡°La Iglesia cat¨®lica declara su prop¨®sito de lograr por si misma los recursos suficientes para la atenci¨®n de sus necesidades. Cuando fuera conseguido este prop¨®sito, ambas partes se pondr¨¢n de acuerdo para sustituir los sistemas de colaboraci¨®n financiera expresada en los p¨¢rrafos anteriores de este art¨ªculo, por otros campos y formas de colaboraci¨®n econ¨®mica entre la Iglesia Cat¨®lica y el Estado¡±.
Pese a las d¨¦cadas trascurridas, ning¨²n Gobierno exigi¨® el cumplimiento de ese apartado, conscientes del fracaso del mal llamado ¡°impuesto religioso¡±, es decir, del mecanismo previsto en el IRPF para concretar esa financiaci¨®n antes de buscar f¨®rmulas menos confesionales. Los presidentes Adolfo Su¨¢rez, Felipe Gonz¨¢lez, Leopoldo Calvo Sotelo y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, predecesores de Rodr¨ªguez Zapatero en la Moncloa, no aceptaron la revisi¨®n. Simplemente, dejaron correr el tiempo y que los prelados rumiasen sus decepciones, asumiendo as¨ª que depend¨ªan de la generosidad (o pasividad) del poder civil, vista la proverbial taca?er¨ªa del cat¨®lico espa?ol con sus pastores.
El Ejecutivo Zapatero dio muestras incluso de suprimir ese procedimiento de financiaci¨®n, sin m¨¢s. Lo dijo en 2005 su vicepresidenta primera, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, poco antes de anunciar la promulgaci¨®n de una ley de Libertad de Conciencia que garantizase la igualdad entre religiones, ¡°sin privilegios¡±. "El dinero para la Iglesia tendr¨¢ que ir a menos. Los obispos tendr¨¢n que cumplir su compromiso de autofinanciarse. No hay ning¨²n pa¨ªs de Europa donde la Iglesia cat¨®lica est¨¦ mejor tratada que en Espa?a", sostuvo De la Vega en noviembre de ese a?o.
Vana ilusi¨®n. No s¨®lo no hubo la prometida ley de Libertad de Conciencia, sino que dos a?os m¨¢s tarde de esas palabras, el Ejecutivo Zapatero ced¨ªa a los prelados el privilegio econ¨®mico que Gobiernos de derechas les hab¨ªan negado una y otra vez. Fue en enero de 2007, mediante un simple "canje de notas" entre el ministro de Asuntos Exteriores, entonces Miguel ?ngel Moratinos, y el nuncio (embajador) del Estado vaticano en Madrid, el arzobispo portugu¨¦s Manuel Monteiro.
El nuevo sistema elev¨® nada menos que el 34% el coeficiente del IRPF que recibe el episcopado por deseo de los fieles que ponen la equis en la casilla correspondiente (hasta el 0,7% de la cuota). Adem¨¢s, elev¨® a car¨¢cter "estable" el nuevo modelo. El Gobierno libraba as¨ª a la jerarqu¨ªa de una de sus promesas incumplidas: la de autofinanciarse, el solemne compromiso del acuerdo econ¨®mico de 1979, sustituto del Concordato franquista de 1953.
Ahora, el nuevo l¨ªder socialista amenaza con revisar esos acuerdos si el PP sigue adelante con las contrarreformas. Es promesa poco cre¨ªble, con los precedentes del reciente pasado. El Gobierno Zapatero, del que P¨¦rez Rubalcaba fue ministro largo tiempo y poderoso vicepresidente el a?o pasado, no s¨®lo hizo retroceder la laicidad del Estado en materia econ¨®mica, sino que renunci¨® tambi¨¦n a cumplir la promesa de legislar sobre la ¡°muerte digna¡± (vergonzoso eufemismo de la palabra eutanasia), y tampoco se esforz¨® lo suficiente para implantar la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. ?Por qu¨¦ no se cumplieron esas promesas? Se dijo que para acallar las cr¨ªticas episcopales. Pese a todo, los obispos no pararon de acusar al Ejecutivo Zapatero de ¡°laicismo radical¡±, incluso de persecuci¨®n a lo cat¨®lico. El papa Benedicto XVI se uni¨® al coro episcopal durante sus viajes a Espa?a, reafirmando que ese ¡°furibundo laicismo¡± del Ejecutivo socialista le recordaba las turbulencias de la II Rep¨²blica, de cuyo desenlace sangriento fue c¨®mplice la Iglesia cat¨®lica apoyando desde el principio el criminal golpe de Estado y la larga dictadura del general Franco.
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