As¨ª es el indignado: universitario, de 33 a?os y muy de izquierdas

Un mito derrumbado: el indignado no es un perroflauta. Entendiendo como perroflauta alguien sin estudios, en paro y marginal. Seg¨²n un informe publicado por la Fundaci¨®n Alternativas, el perfil del participante en el 15-M es sensiblemente distinto del que a priori podr¨ªa pensarse que se adec¨²a. El indignado, dice el estudio, es un universitario ¡ªel 66% asegura estar estudiando o haber estudiado en la universidad¡ª, est¨¢ trabajando ¡ªel 52% tiene empleo¡ª y no tiene problemas econ¨®micos: el 70% considera su situaci¨®n financiera buena o muy buena. Adem¨¢s, el indignado es joven, pero no tanto ¡ªla media de edad es de 33 a?os¡ª y, esto s¨ª es m¨¢s previsible, se sit¨²a ideol¨®gicamente muy a la izquierda: en una escala del uno al diez, siendo uno la extrema izquierda y diez la extrema derecha, se coloca de media en el 1,67.

El estudio se elabor¨® entre los d¨ªas 11 y 20 del mes de noviembre del a?o pasado, con 230 entrevistas a participantes muy activos en el movimiento. Sus responsables son tres profesores y tres estudiantes de la Universidad de Lausana, en Suiza, coordinados por la investigadora del mismo centro Tiina Likki. Y perfila un retrato del indignado como una especie de Robin Hood contempor¨¢neo.

En esto no nos equivoc¨¢bamos: el movimiento 15-M tiene un coraz¨®n joven. El estudio lo ratifica. El grueso tiene una edad comprendida entre los 20 a los 35 a?os, pero tambi¨¦n hay indignados de mayor edad: ah¨ª se encuadran los yayoflautas. El 15% de los participantes, seg¨²n recoge el informe, ya ha cumplido m¨¢s de 50 a?os. Los j¨®venes y no tan j¨®venes indignados tienen mayoritariamente trabajo, pero eso no supone que no tengan miedo al paro. M¨¢s de la mitad, el 54%, ve¨ªa probable quedarse en paro en los doce meses siguientes. El porcentaje se elevaba hasta el 70% entre los estudiantes.

Se sienten unos privilegiados

El 15-M es solidario. No se preocupa solo de lo que afecta a sus miembros. "El 15-M no es un movimiento que solo comprometa a quienes sufren directamente la situaci¨®n econ¨®mica o a quienes se llevan la peor parte de ella", dice el informe. El 66%, de hecho, se siente privilegiado compar¨¢ndose con la mayor¨ªa de los ciudadanos. ?Por qu¨¦ ese desajuste con lo que a priori podr¨ªa apuntarse como perfil del indignado y con lo que revela el estudio? "Fundamentalmente por desconocimiento", responde Sandra Le¨®n, responsable de las publicaciones de Zoom Pol¨ªtico de la Fundaci¨®n Alternativas, donde se publica el estudio. "Hasta ahora no se hab¨ªa estudiado el fen¨®meno, no exist¨ªan datos".

Los nuevos datos dicen tambi¨¦n que los indignados no participan en partidos pol¨ªticos. Eso no significa que sean apol¨ªticos, m¨¢s bien todo lo contrario. "Los niveles de desafecci¨®n pol¨ªtica ya eran altos en Espa?a, y ello llevaba a una apat¨ªa participativa. Lo que ha hecho el 15-M es canalizar ese descontento que ya exist¨ªa en la sociedad espa?ola y transformarlo en m¨²sculo reivindicativo", apunta Le¨®n. A juzgar por el informe, m¨¢s que partidos prefieren asociaciones: hasta un 82% participa en alguna asociaci¨®n o grupo ciudadano.

?Y por qu¨¦ luchan? ?Por qu¨¦ se indignan?, les preguntaron. Ellos contestaron que luchan contra el capitalismo y el sistema neoliberal, un sistema que por cierto ven dividido en dos: de un lado, los que tienen el poder y abusan de ¨¦l; del otro, el resto de la poblaci¨®n. Les preocupa, fundamentalmente, la educaci¨®n (aunque el estudio matiza que cuando se realizaron las entrevistas era un momento de movilizaciones estudiantiles y del nacimiento de la llamada "marea verde"); los mercados, la corrupci¨®n pol¨ªtica y la sanidad, por este orden. Y como responsables de todo ello apuntan a los pol¨ªticos y los partidos, los bancos y los banqueros, los especuladores y las empresas.

El Robin Hood que hay en ellos se manifiesta cuando los investigadores les preguntan por qui¨¦n luchan, qui¨¦n les mueve a salir a la calle. Entonces responden que lo hacen por los trabajadores, los parados, los j¨®venes, las clases medias y bajas y los desfavorecidos en general. "En lugar de percibirse a s¨ª mismos como un grupo de radicales solo motivado por su inter¨¦s", afirma el estudio, "buscan que el cambio beneficie a todos los ciudadanos". E incluso, concluyen, "a toda la humanidad".