¡°Soy el ¨²ltimo exiliado del franquismo¡±
El exmagistrado de la Audiencia Nacional liderar¨¢ el equipo jur¨ªdico de Assange Desde su inhabilitaci¨®n, Garz¨®n ha creado un bufete y una fundaci¨®n pro derechos humanos
Cuenta Baltasar Garz¨®n entre risas que, al verle caminar solo, sin escoltas, hay gente que le para por la calle y se ofrece a escoltarle hasta el sitio donde vaya. Lo dice mientras entra en el parque del Retiro sin esas sombras que le han acompa?ado y protegido durante a?os de una largu¨ªsima lista de enemigos ¡ªla m¨¢s larga que ning¨²n juez podr¨ªa escribir en Espa?a¡ª y cuya retirada abrupta provoc¨® un duro enfrentamiento con el secretario de Estado de Seguridad, Ignacio Ulloa. ¡°La escolta no es un servicio de mayordom¨ªa que presta el Estado¡±; el riesgo de Garz¨®n no viene ¡°de los terroristas, sino de la ciudadan¨ªa¡±, dijo el n¨²mero dos de Interior. ?l dice que no tiene miedo. Sigue recibiendo amenazas de muerte, pero ya no en Espa?a, sino en los sitios donde ahora trabaja: Colombia, M¨¦xico..., donde s¨ª tiene protecci¨®n.
Hace algo m¨¢s de dos a?os y dos meses que baj¨® las escaleras de la Audiencia Nacional por ¨²ltima vez, suspendido cautelarmente por el Consejo General del Poder Judicial despu¨¦s de que el juez Luciano Varela, instructor de la causa contra ¨¦l por la investigaci¨®n de los cr¨ªmenes del franquismo, dictara siete resoluciones en un d¨ªa para forzar su suspensi¨®n. Y han pasado casi seis meses desde que fue condenado a 11 a?os de inhabilitaci¨®n por las escuchas de G¨¹rtel, poniendo fin a una carrera judicial de 31 a?os, 22 de ellos en la Audiencia Nacional, desde donde desarticul¨® el entramado de ETA, desmantel¨® multitud de redes de narcotr¨¢fico y blanqueo, y orden¨® la detenci¨®n del general Pinochet. ¡°Yo soy juez, no ex. Todav¨ªa tengo mi t¨ªtulo¡±, se resiste. Est¨¢ decidido a luchar ¡°hasta el ¨²ltimo aliento¡± en todas las instancias judiciales por que un tribunal diga que esa sentencia ¡°nunca debi¨® dictarse¡±.
Del vac¨ªo que esa condena ha dejado en Garz¨®n habla la delirante lista de trabajos y compromisos que ha adquirido para rellenarlo: adem¨¢s de asesorar a la justicia colombiana y a la mexicana en la lucha contra el crimen organizado y la corrupci¨®n, supervisa la reforma de la funci¨®n judicial en Ecuador, asesora a la c¨¢mara de diputados argentina en asuntos de derechos humanos, colabora con la Unesco y con la Universidad de Seattle, ha creado una fundaci¨®n para promover la jurisdicci¨®n universal y acaba de asumir la defensa del enemigo p¨²blico n¨²mero uno de EE UU, el fundador de Wikileaks, Julian Assange.
Fue el australiano quien hizo la primera llamada, y el pasado 19 de julio se vieron en Londres, en la Embajada de Ecuador, donde Assange ha solicitado asilo. Garz¨®n acept¨® coordinar su estrategia de defensa. Le han echado de la judicatura, pero con Assange regresa de alguna manera al lugar donde m¨¢s le gusta estar: en mitad del incendio, a punto de abrasarse o de salvar a alguien. Esta es la primera entrevista que concede desde que fue condenado.
Pregunta. ?Por qu¨¦ acept¨® coordinar su defensa? ?Qu¨¦ impresi¨®n le caus¨® Assange?
Respuesta. Es bastante diferente de las fotos que yo hab¨ªa visto. Me pareci¨® una persona muy firme en sus convicciones, en su defensa de la libertad de prensa, de informaci¨®n, de expresi¨®n. Le vi muy tranquilo, pese a su situaci¨®n de riesgo para su integridad f¨ªsica y ps¨ªquica. Vi que no tiene ning¨²n temor a que se le juzgue, pero quiere que se haga con garant¨ªas. Se le est¨¢ investigando y persiguiendo por algo diferente de lo que se dice. Yo he asumido su defensa pro bono, sin honorarios de por medio, porque creo en su inocencia y en su causa. Para m¨ª es evidente que la petici¨®n desde Suecia [le reclaman para interrogarle por acusaciones de abusos sexuales y violaci¨®n] es la excusa para juzgarle en EE UU por revelar informaciones que afectan a las instituciones norteamericanas en un proceso similar a los que se est¨¢n produciendo desgraciadamente en el ¨¢rea de terrorismo. La fiabilidad de ese juicio es nula. Assange no tendr¨ªa un juicio justo en EE UU porque no ser¨ªa un juicio por hechos delictivos reales, sino una pura represalia pol¨ªtica por las informaciones que dio. Si no le conceden el asilo, pediremos en los tribunales internacionales que se garanticen sus derechos.
¡°La petici¨®n de Suecia es la excusa para llevarle a EE UU. Assange no tendr¨ªa un juicio justo all¨ª.? Ser¨ªa una represalia pol¨ªtica¡±, explica Garz¨®n
P. ?Participar¨¢ tambi¨¦n en la defensa de Manning, el soldado al que el Pent¨¢gono acusa de alta traici¨®n por filtrar cables de Wikileaks?
R. No conozco a Manning. No se puede hablar con ¨¦l porque est¨¢ en una especie de secuestro legal, en una situaci¨®n realmente dram¨¢tica, incomunicado y sometido a un maltrato f¨ªsico y ps¨ªquico evidente. S¨¦ que sus abogados van a presentar una demanda por torturas.
P. ?Assange puso a gente en peligro al publicar miles de cables diplom¨¢ticos sin ocultar fuentes?
R. Hubo una contenci¨®n en esas publicaciones y uno de los problemas que Assange tiene ahora es precisamente que no se public¨® toda la informaci¨®n que tiene. Tememos por su seguridad porque se intuye que los que no tienen esa informaci¨®n pueden intentar que no se conozca nunca. Lo que hemos conocido por Wikileaks no se refer¨ªa a grandes hechos que hubieran cambiado la humanidad, sino m¨¢s bien a hechos zarrapastrosos, de suciedad y pol¨ªtica de bajo nivel. A m¨ª me sonrojan muchas de las informaciones que conocimos y que desmontan ese t¨®pico de la grandeza de determinados servicios de inteligencia y diplom¨¢ticos. Creo que Wikileaks deber¨ªa contribuir a una reformulaci¨®n con profundidad de esos servicios y el sentido de los mismos en una ¨¦poca en la que la guerra fr¨ªa ya est¨¢ lejos.
P. Pero en la ¨²ltima tanda de cables publicados se revelaba la identidad de activistas de derechos humanos. ?No los puso en peligro?
R. No he hablado con ¨¦l de esas publicaciones en concreto. Se lo preguntar¨¦. Habr¨ªa que analizar cu¨¢l ha sido el riesgo y si se ha producido alguna incidencia.
¡°Yo sab¨ªa que esto pod¨ªa ocurrir. Estaban obsesionados conmigo. Quer¨ªan mi muerte civil por celos, por envidias¡±
P. ?Fue una sorpresa descubrir en esos cables los intentos de EE UU para frenar en la Audiencia Nacional las causas de Guant¨¢namo, Jos¨¦ Couso y los vuelos de la CIA con la colaboraci¨®n de pol¨ªticos y fiscales espa?oles?
R. Fue una tristeza descubrir que hay personas que se puedan dedicar a eso en vez de trabajar seriamente por la justicia. Quien lo haya hecho, alg¨²n d¨ªa tendr¨¢ que explicar por qu¨¦. Me caus¨® indignaci¨®n ver que un pa¨ªs amigo y democr¨¢tico realizara ese tipo de interferencias, propias de otras ¨¦pocas hist¨®ricas.
Dice que ya es ¡°agua pasada¡±, pero a¨²n se indigna al hablar de las tres causas que el Supremo abri¨® contra ¨¦l simult¨¢neamente y de la condena que finalmente le apart¨® de la judicatura. ¡°Nunca se tendr¨ªa que haber producido. No pueden condenar a un juez por interpretar la ley de una forma que no les guste, y con una sentencia que trasluce animadversi¨®n contra m¨ª con expresiones claramente fuera de lugar¡±. Le doli¨® especialmente la de pr¨¢cticas propias de ¡°reg¨ªmenes totalitarios¡±. ¡°En mi juventud, lo ¨²nico que hice fue pelear contra la dictadura. Soy juez desde los tu¨¦tanos y comenc¨¦ mi ejercicio profesional despu¨¦s de la Constituci¨®n, al contrario de algunos de los que estaban en ese tribunal ¡ªel Supremo¡ª. No he bebido de otras fuentes m¨¢s que de la lucha contra los totalitarismos, por activa y por pasiva, despierto y en sue?os. No s¨¦ si ellos pueden decir lo mismo.
P. En el recurso que ha presentado en el Constitucional dice que su condena estaba ¡°escrita de antemano¡±. ?En qu¨¦ momento cree que se decidi¨® su suerte? ?De d¨®nde cree que viene esa animadversi¨®n?
R. Creo que mi condena se decidi¨® desde el principio, cuando se admitieron a tr¨¢mite las querellas en el caso de la memoria hist¨®rica de unos actores populares [Falange y Manos Limpias] que, cuando menos, dejan bastante que desear. ?Y qu¨¦ sentido ten¨ªa abrir un procedimiento como el de Nueva York [por el patrocinio de unos cursos] cuando ellos mismos [la sala penal del Supremo y el Poder Judicial] lo hab¨ªan cerrado? ?Por qu¨¦ se mantuvo el procedimiento abierto si estaba prescrito? ?O es que vino la iluminaci¨®n del arc¨¢ngel san Gabriel para el se?or Marchena [Manuel, instructor de la causa] y se dio cuenta dos a?os y pico despu¨¦s de que estaba prescrito? ?Es muy fuerte! A cualquier jurista deber¨ªa darle verg¨¹enza ver esto. Abri¨® una investigaci¨®n general contra m¨ª, la extendi¨® a mi familia, a todo mi patrimonio. Extendi¨® dudas incluso a la hora de archivar [el caso], y lo hizo en medio de otra deliberaci¨®n de la que ¨¦l formaba parte [por la causa de las escuchas de G¨¹rtel]. ?Pero estamos locos! Yo no he visto una cosa igual ni aqu¨ª ni en la peor de las dictaduras que haya conocido. En el caso de la memoria hist¨®rica y de G¨¹rtel se demostr¨® en el juicio que mi caso no era el ¨²nico, sino el de varios jueces m¨¢s. Si al final hubiesen procedido contra todos los que participaron, podr¨ªa tener alg¨²n sentido, pero no fue as¨ª. El ministerio fiscal dio su conformidad a esas medidas [las escuchas] y otro magistrado las confirm¨®. Hasta utilizaron como indicio en mi contra un borrador del anteproyecto que presentamos para demostrar que las escuchas en estos casos no estaban reguladas y que se ten¨ªa intenci¨®n de hacerlo, con lo cual era evidente que no estaban tipificadas. Crearon el delito, lo inventaron para condenarme por lo de G¨¹rtel. Claro que mi sentencia estaba escrita de antemano. Cualquier ciudadano que haya seguido el juicio lo sabe. Y hay un doble rasero que se vio desde el momento de admisi¨®n de las querellas cuando dijeron que no era inveros¨ªmil que yo hubiera cometido un delito. Aplicando la misma teor¨ªa, al presidente del Supremo, Carlos D¨ªvar, tendr¨ªan que haberle abierto un procedimiento, pero en 15 minutos decidieron que no hac¨ªa falta. A m¨ª me abrieron tres. La justicia no es igual para todos.
P. ?Cree que deber¨ªan haber investigado a D¨ªvar?
R. Yo respeto al magistrado D¨ªvar. Pero si no era inversos¨ªmil que yo hubiese cometido un delito en los casos de la memoria hist¨®rica, G¨¹rtel o Nueva York, tampoco deber¨ªa serlo en el caso de la denuncia que un propio vocal del Consejo General del Poder Judicial [Jos¨¦ Manuel G¨®mez Ben¨ªtez] puso contra ¨¦l por utilizar presuntamente fondos p¨²blicos para fines particulares. Eso tiene un nombre en la ley espa?ola. Pero, vamos, que no solo es el caso de D¨ªvar. Deber¨ªan investigarle a ¨¦l y a otros altos responsables judiciales que podr¨ªan estar en una situaci¨®n similar, seg¨²n varias denuncias. Ya que se han invertido recursos del Estado en investigar a un juez por triple v¨ªa, a ver si ca¨ªa de alguna forma hasta que cay¨®, ser¨ªa muy bueno empezar una purificaci¨®n por ah¨ª. Para la sociedad espa?ola hubiera sido una lecci¨®n impresionante conocer en qu¨¦ gastan el dinero no ya el presidente, sino los consejeros del Poder Judicial cuando salen de viaje; como ser¨ªa genial que el Consejo investigara si los honorarios que se perciben por cursos financiados por entidades bancarias o por preparar a otros jueces y fiscales se declaran o no a Hacienda... Hay un tab¨² permanente y me parecer¨ªa genial que se investigase todo eso, pero claro, la doble moral... Parece que las puertas del infierno se abrieron para acabar con Garz¨®n, y cuando se acab¨® con Garz¨®n se volvieron a cerrar.
¡°La justicia no es igual para todos. A m¨ª me abren tres procesos y a D¨ªvar deciden en 15 minutos que no hay que investigarle¡±
P. ?Se siente una v¨ªctima?
R. Objetivamente, soy v¨ªctima de una injusticia, pero subjetivamente no me siento as¨ª, porque yo sab¨ªa el terreno en el que jugaba. Sab¨ªa que esto pod¨ªa ocurrir. Estaban obsesionados conmigo. Quer¨ªan mi muerte civil. Pensaron: ¡°Se acab¨® Garz¨®n. Este es el momento¡±. Quer¨ªan acabar con un determinado modelo de juez, que era yo, que no les gustaba, por envidias, por celos, por muchas cosas de esas que nos acompa?an tanto a los espa?oles. Yo he procurado siempre, dentro y fuera de Espa?a, defender a la justicia espa?ola y a los que la administran. Nunca he ido, al contrario que otros muchos, a denostarla, y por eso me dol¨ªa y a¨²n me duele tener que explicar esto. Fuera de Espa?a nadie lo entiende. A estas alturas no creo que ni ellos mismos entiendan cu¨¢l fue la raz¨®n. Yo s¨ª. S¨¦ que no fue una raz¨®n jur¨ªdica. Me da pena, siento verg¨¹enza como ciudadano espa?ol, como juez, de que esto haya sucedido. A ning¨²n juez le deseo que le ocurra lo mismo, y mucho menos por motivos tan oscuros.
P. Adem¨¢s de esa animadversi¨®n de sus colegas de la que habla, ?cree que pudieron influir otro tipo de enemigos?
R. Imagino que no ha sido solo eso. Eran temas que afectaban a puntos neur¨¢lgicos. El del franquismo hizo mucho da?o porque todav¨ªa no se ha superado y hay un sector de la poblaci¨®n y sobre todo de la pol¨ªtica que no quiere que se toquen esos temas, y lo que menos le importan son las v¨ªctimas. Ese fue el detonante. G¨¹rtel era el caso de corrupci¨®n de m¨¢s amplitud y mayor incidencia en el mundo pol¨ªtico y, adem¨¢s, afectaba a un partido que ahora est¨¢ gobernando. La incidencia que eso pudo tener la viv¨ª porque hubo personas como Federico Trillo que, por encargo del PP, coordinaron ataques contra m¨ª a todos los niveles y con clara incidencia en determinados sectores judiciales. A m¨ª me han jodido, eso est¨¢ claro. Me han quitado mi profesi¨®n, me han sacado fuera, pero voy a seguir peleando mientras me quede una gota de aliento porque creo que se lo debo a la funci¨®n judicial.
P. ?Conf¨ªa en la justicia espa?ola?
R. S¨¦ que hay buenos y grandes jueces y fiscales, pero s¨¦ que tambi¨¦n hay malos jueces y fiscales que anteponen su ideolog¨ªa y su propio inter¨¦s al de la justicia y nadie les juzga o les controla. Son intocables. Hay que modificar el sistema para definir claramente c¨®mo juzgar a los que est¨¢n, por ejemplo, en el Supremo. No pueden juzgarse a s¨ª mismos. Tampoco es bueno el sistema de elecci¨®n del Consejo. El CGPJ es el ¨®rgano de gobierno de los jueces, el poder judicial reside en el pueblo, y tendr¨ªa que ser el pueblo el que eligiera a sus miembros. Solo as¨ª podr¨ªamos decir que el CGPJ est¨¢ realmente legitimado.
P. Ha recurrido su inhabilitaci¨®n al Constitucional, y la asociaci¨®n de juristas Medel ha presentado una petici¨®n de indulto en su nombre. ?En qu¨¦ opci¨®n conf¨ªa m¨¢s?
R. El indulto yo no lo he pedido. Medel lo hizo en mi nombre y me enorgullece y reconforta que jueces de toda Europa y de Latinoam¨¦rica que se han adherido a esa petici¨®n te reivindiquen. Pero a m¨ª lo que me interesa, aparte de agradecer ese gesto, es que el sistema judicial establezca que sufr¨ª un proceso sin garant¨ªas; que se violaron mis derechos fundamentales y que esa condena nunca debi¨® producirse. Siempre he confiado en el Constitucional, y si no se reconocen mis argumentos seguir¨¦ confiando en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo y acudir¨¦ hasta el final, no solo para defenderme a m¨ª, sino para defender la independencia del poder judicial, que ha sido agredida desde dentro. Creo que, al final, en alguna instancia se establecer¨¢ que no hubo garant¨ªas y que los casos contra m¨ª eran artificiales.
P. ?Cree que est¨¢ demasiado desacreditada la justicia espa?ola?
R. Habr¨ªa que preguntar a los ciudadanos. Desde luego, no es de las instituciones mejor valoradas. ?Han podido influir los casos contra m¨ª? Sin lugar a dudas. Y fuera hay un desprestigio por el mazazo de la ley de jurisdicci¨®n universal de noviembre de 2009 y la aplicaci¨®n restrictiva que han hecho los tribunales y el propio Supremo. Espa?a hab¨ªa conseguido una posici¨®n preeminente en la defensa de los derechos humanos desde los casos de Argentina, Pinochet, Guatemala..., ahora se ve la regresi¨®n en la defensa de los derechos humanos. Tampoco ayuda que se ignoren los requerimientos del Comit¨¦ de Prevenci¨®n de la Tortura, que todav¨ªa haya reticencias a corregir determinadas pr¨¢cticas como el tratamiento de las incomunicaciones. La lucha limpia es la ¨²nica v¨ªa posible contra el terrorismo. En muchas cosas hemos ido para atr¨¢s y eso es muy preocupante.
P. Tras la condena ha abandonado Espa?a. ?Se siente desterrado, exiliado?
R. Me siento el ¨²ltimo exiliado de franquismo. Aunque la condena la pusieran finalmente por el tema de G¨¹rtel porque era aparentemente la menos costosa para los que hab¨ªan decidido que esto se acabara.
P. ?Le gustar¨ªa que prosperara la causa contra el franquismo en Argentina?
R. Las v¨ªctimas del franquismo no han sido defendidas nunca y ah¨ª incluyo a todo el espectro pol¨ªtico y social de Espa?a. Est¨¢n solas y yo no voy a consentir que sea as¨ª: desde el lugar en que est¨¦ voy a seguir peleando por que se les reconozca su derecho a la verdad, a la reparaci¨®n y a la justicia, pese a las decisiones del Supremo. Cuando aqu¨ª iniciamos las investigaciones sobre Argentina lo hicimos porque cre¨ªamos que ten¨ªamos que hacerlo. Argentina ahora est¨¢ haciendo lo mismo. Ojal¨¢ prospere esa investigaci¨®n. Esa es la grandeza del principio de jurisdicci¨®n universal: que es un principio, como dice mi compa?era la fiscal Dolores Delgado, de ida y vuelta.
P. ?Se ha planteado volver a la pol¨ªtica?
R. En este momento, no. S¨ª quiero participar en la vida pol¨ªtica, sobre todo en estos momentos de crisis, pero eso no significa estar en la pol¨ªtica parlamentaria, sino a trav¨¦s de mis art¨ªculos...
P. ?Le han tentado?
R. No, nadie me ha tentado, pero s¨ª he hablado con personas muy preocupadas por la situaci¨®n de Espa?a sobre el cambio profundo que debe experimentar el sistema democr¨¢tico. Tenemos el 15-M, una clara muestra del desapego de la pol¨ªtica tradicional de los j¨®venes y los no tan j¨®venes por la falta de transparencia, la corrupci¨®n... Desde mi punto de vista hay determinados delitos econ¨®micos y financieros que podr¨ªan ser cr¨ªmenes contra la humanidad porque nos afectan a todos. Me refiero, por ejemplo, a esas agencias de calificaci¨®n que son capaces de arruinar a decenas de miles de personas; a las entidades reguladoras que no regularon nada, a los que han dejado a se?ores de 80 a?os sin ahorros con las preferentes. La justicia debe emplearse a fondo en esos casos para exigir responsabilidades hasta las ¨²ltimas consecuencias.
P. ¡°En este momento, no¡±. ?Quiere decir que en un futuro s¨ª se plantea volver a la pol¨ªtica?
R. Lo voy a pensar.
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