Un alba?il en paro atenazado por las deudas
El hombre que se peg¨® fuego a lo bonzo en M¨¢laga permanece grave en un hospital de Sevilla La v¨ªctima trabajaba como aparcacoches ilegal
Cada tarde, sobre las seis, se paraba en el quiosco situado justo delante de la entrada principal del hospital Carlos Haya de M¨¢laga. Se dirig¨ªa al descampado donde a diario, hasta pasadas las diez de la noche, se sacaba unos euros como aparcacoches ilegal. Acud¨ªa a esa hora porque ya se hab¨ªa marchado a casa el gorrilla legal que se encarga de esa plaza. Sab¨ªa que desde las seis y cuarto el solar era suyo, y as¨ª evitaba pelearse con nadie.
El mi¨¦rcoles sali¨® de las urgencias porque hab¨ªa sufrido un ataque de ansiedad provocado, seg¨²n los testigos, por el agobio que le ocasionaban las deudas. No ten¨ªa tabaco y le pidi¨® al quiosquero, Francisco Nieto, un paquete de Ducados rubio. ¡°Me compraba cada cuatro d¨ªas, y charl¨¢bamos un rato¡±, afirma el vendedor de prensa. ¡°Llevaba varios d¨ªas con la cara triste, amargado y le pregunt¨¦ si le ocurr¨ªa algo¡±, asegura el comerciante.
El hombre contest¨® que ¡°se encontraba mal, con problemas de dinero, que ten¨ªa que pagar mucho¡± a?ade el quiosquero. Supuestamente la v¨ªctima ten¨ªa problemas econ¨®micos y lleg¨® a comentar que ¡°no ten¨ªa dinero ni para comer¡±. Sol¨ªa darle la cantidad exacta por el tabaco, cuatro euros, pero esa tarde le dio un billete de cinco porque tambi¨¦n quer¨ªa un encendedor. Nieto se extra?¨® y le pregunt¨®: ¡°?Has perdido el mechero?¡±. Pero el cliente evit¨® responder.
La falta de huellas dactilares impide identificar a la v¨ªctima claramente
Tras despedirse, el hombre camin¨® unos metros, pas¨® la concurrida parada de taxis de la calle del Cipr¨¦s y cambi¨® de acera. Es menos transitada. ¡°Apenas hab¨ªa pasado un minuto, mientras atend¨ªa a una se?ora, cuando o¨ª los gritos de varias personas pidiendo ayuda ¡ªrelata el quiosquero¡ª me asom¨¦ para ver lo que pasaba¡±. El hombre que le acababa de comprar el mechero estaba ya envuelto en llamas.
La v¨ªctima tiene 57 a?os y es de nacionalidad magreb¨ª, estaba casado y ten¨ªa dos hijos, seg¨²n relatan los que le conoc¨ªan. Sin embargo, las quemaduras han afectado a sus huellas dactilares y la Polic¨ªa Cient¨ªfica no ha podido identificarle de forma fehaciente, aunque la Comisar¨ªa Provincial avanz¨® el mi¨¦rcoles por la noche que su nombre corresponde a las iniciales A. M. A. y era un indigente conocido en la zona. Sus conocidos relatan que durante a?os trabaj¨® en la construcci¨®n hasta que perdi¨® su empleo por culpa de la crisis. Desde hace meses se dedicaba a ayudar a los conductores a estacionar los veh¨ªculos a cambio de la voluntad. ¡°No quer¨ªa problemas con nadie, ni peleas, ni ped¨ªa una cantidad a los conductores se conformaba con lo que le daban¡±.
¡°Era una persona que no quer¨ªa problemas ni pelear con nadie¡±
Los taxistas fueron los primeros en dar la voz de alarma al ver la bola de fuego. Dos de ellos cogieron los extintores de sus coches e intentaron apagar las llamas. Otra persona us¨® una garrafa con agua para auxiliar al herido. Uno de los vecinos del n¨²mero 3 de la calle del Cipr¨¦s se asom¨® al balc¨®n al escuchar mucho estruendo en la calle. ¡°El hombre se estaba retorciendo en el suelo de dolor y tanto la polic¨ªa como la ambulancia llegaron tarde porque se confundieron de calle¡±, relata este testigo.
Los sanitarios trasladaron a la v¨ªctima hasta el hospital Carlos Haya, a escasos metros, donde fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En la madrugada de ayer fue desplazado hasta el hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla donde qued¨® ingresado en la Unidad de Grandes Quemados en estado grave, seg¨²n el parte m¨¦dico.
El herido tiene quemaduras de tercer grado en el 80% del cuerpo. Todas las extremidades est¨¢n afectadas por el fuego, a excepci¨®n del cuello y la cabeza. Los investigadores no descartan ninguna hip¨®tesis, desde que pudiera quemarse a lo bonzo hasta la posibilidad de que se tratara de un accidente.
Durante la inspecci¨®n ocular, la polic¨ªa no localiz¨® ning¨²n acelerante ni iniciadores de fuego. Sin embargo, algunos testigos relataron ayer que la v¨ªctima ten¨ªa una botella con gasolina y que se roci¨® su contenido sobre la ropa antes de prenderse fuego. Los Servicios Sociales del Ayuntamiento de M¨¢laga tampoco ten¨ªan constancia de que la v¨ªctima hubiera solicitado ayudas.
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