Un submarino con sobrepeso
Al ¡®Isaac Peral¡¯ le sobran al menos 75 toneladas por errores de c¨¢lculo La entrega del S-81 se retrasa hasta dos a?os y aumenta su precio
Al Isaac Peral (S-81), el primer submarino de la nueva serie S-80 encargada por la Armada espa?ola al astillero p¨²blico Navantia, le sobran entre 75 y 100 toneladas. Nadie lo dice con precisi¨®n, pues nadie lo ha pesado.
Este sobrepeso puede no parecer excesivo si se compara con sus 2.200 toneladas de desplazamiento en superficie y 2.430 en inmersi¨®n. Pero unas toneladas de m¨¢s pueden comprometer la llamada reserva de flotabilidad, que permite a un submarino sumergirse, emerger y navegar; llenando y vaciando tanques. En otras palabras, el primer submarino de dise?o espa?ol tiene un serio problema.
Navantia ha reconocido la existencia de ¡°desviaciones relacionadas con el balance de pesos¡± ¡ªadelantadas por La Verdad de Murcia¡ª y ha estimado que la evaluaci¨®n del problema y su correcci¨®n supondr¨¢n un retraso de entre 12 y 24 meses en la fecha de entrega del buque. Es decir, que el Isaac Peral no estar¨¢ en manos de la Armada en marzo de 2015, como estaba previsto, sino en 2016 o 2017.
Defensa asegura que ¡°se est¨¢ estudiando el alcance del problema para determinar su impacto en t¨¦rminos de tiempo y dinero¡±, pero no quiere pronunciarse, alegando que ¡°se barajan distintas alternativas¡±.
Todas pasan por alargar el casco, prolongar sus 71 metros de eslora. Es decir, no se trata de adelgazar el submarino, sino de crecer para reequilibrar el peso. Pero no es lo mismo agregarle alg¨²n anillo suplementario que redise?arlo por completo.
El exceso de tonelaje ¡ªconsecuencia de errores de c¨¢lculo en los trabajos de ingenier¨ªa¡ª supondr¨¢ no solo un retraso, sino tambi¨¦n un sobreprecio, que en este momento nadie se atreve a evaluar. El programa S-80, con un presupuesto de 2.200 millones de euros para cuatro sumergibles, es ya uno de los m¨¢s costosos de las Fuerzas Armadas y el m¨¢s importante de los encargados a la industria nacional.
El equipo de propulsi¨®n AIP se quem¨® y se negocia un recambio
La decisi¨®n de construir un submarino de dise?o espa?ol est¨¢ en el origen de muchos de los actuales quebraderos de cabeza. Tras el divorcio con el astillero franc¨¦s DCN ¡ªcon el que coprodujo los sumergibles Scorp¨¨ne¡ª, Navantia se lanz¨® a la aventura de construir, por primera vez en su historia, un submarino completo. Para algunos, fue una temeridad; para otros, un reto que, si ten¨ªa ¨¦xito, permitir¨ªa a Espa?a competir con su propio producto en el floreciente mercado mundial de submarinos.
Sin embargo, para resolver este problema Navantia recurrir¨¢ al ¡°asesoramiento t¨¦cnico de un socio tecnol¨®gico¡± extranjero. Lo m¨¢s probable, seg¨²n las fuentes consultadas, es que contrate a Electric Boat, una filial de la estadounidense General Dynamics que ya evalu¨® el proyecto original.
El sobrepeso no es el primer escollo con que tropieza el S-80. Aunque sea menos llamativo, el problema m¨¢s complejo tecnol¨®gicamente est¨¢ en su sistema de propulsi¨®n. La caracter¨ªstica m¨¢s novedosa del S-80 es que ir¨¢ equipado con un sistema de propulsi¨®n independiente del aire (AIP). Eso supone que en vez de tener que emerger cada pocas horas, como los sumergibles convencionales, le bastar¨¢ con hacerlo cada 15 o 20 d¨ªas, casi como un nuclear.
Hay varios sistemas AIP operativos, como los fabricados por Suecia o Alemania, pero de nuevo aqu¨ª se opt¨® por una soluci¨®n espa?ola. Por indicaci¨®n de la Armada, Navantia contrat¨® con Hynergreen (una filial de Abengoa) la fabricaci¨®n del procesador de bioetanol, que produce hidr¨®geno a partir de dicho combustible. La empresa dise?¨® un procesador a gran escala, pero fall¨® a la hora de miniaturizarlo y el prototipo se quem¨®. Navantia est¨¢ ahora en conversaciones con T¨¦cnicas Reunidas para que fabrique el procesador de bioetanol de los primeros submarinos.
El retraso provocado por el exceso de peso dar¨¢ m¨¢s tiempo para resolver el problema del AIP, aunque Defensa no descarta que el primer S-80 se construya sin incorporar todav¨ªa el nuevo sistema de propulsi¨®n. No parece que ese fuera un gran negocio: un submarino indiscreto con sobrepeso y sobrecoste.
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