La desigualdad
El Nobel de Econom¨ªa Stiglitz es uno de los cient¨ªficos sociales que han situado a la desigualdad en el frontispicio de sus reflexiones. En uno de sus ¨²ltimos trabajos destaca que a los desastres naturales, terremotos, inundaciones, huracanes, tsunamis¡ hay que a?adir al menos otro provocado por el hombre: la desigualdad. ¡°Ignorar deliberadamente las lecciones del pasado es un acto criminal¡±, dice. Todo modelo de desarrollo que no aborde la tendencia global a una desigualdad exponencial en el seno de los pa¨ªses acabar¨¢ enfrent¨¢ndose a una crisis de legitimidad.
Otros dos premios Nobel de Econom¨ªa, Robert Shiller y George Akerlof (marido de la flamante pr¨®xima presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, una de las personas con m¨¢s poder en el planeta: pone precio al dinero), dicen que el concepto de igualdad no sol¨ªa figurar en los an¨¢lisis econ¨®micos: ¡°La teor¨ªa econ¨®mica siempre lo ha arrinconado. Basta mirar los libros de texto. Aunque algunos mencionan la equidad, normalmente la relegan a figurar al final de alg¨²n cap¨ªtulo, e incluso del libro (¡). Hablar de equidad con algunos economistas equivale a eructar en una cena de gala: sencillamente no se hace¡± (Animal spirits. Editorial Gesti¨®n, 2000).
La gente opina que las reglas pol¨ªticas han beneficiado a los de arriba
La igualdad ha formado hist¨®ricamente parte del ADN de los partidos socialdem¨®cratas. Por motivos sociales. La novedad que aporta el documento de la Conferencia Pol¨ªtica del PSOE (Ganarse el futuro) es que asume la teor¨ªa de los ¨²ltimos estudios del FMI y de economistas de moda como Enmanuel S¨¢ez y Thomas Piketty, que destacan que sin un cierto grado de igualdad (de oportunidades y de resultados, de rentas y patrimonios) no se pueden conseguir la eficacia econ¨®mica y el crecimiento para crear empleo.
La mayor dificultad para el PSOE es c¨®mo ser cre¨ªble en la contenci¨®n de esa lacra que ha hecho de Espa?a uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales de Europa, junto a Portugal, Bulgaria y Letonia. Si se repasa lo ocurrido en los 37 a?os de democracia espa?ola en relaci¨®n con la evoluci¨®n de la desigualdad, hay dos etapas diferenciadas: durante los a?os de UCD (los salarios sub¨ªan m¨¢s que la inflaci¨®n) y los socialistas de Felipe Gonz¨¢lez (se universaliz¨® la protecci¨®n social y el Estado del bienestar), la desigualdad se redujo con m¨¢s o menos ah¨ªnco. A partir de 1996 (las dos legislaturas de Aznar y las de Zapatero), la desigualdad aumenta porque se distribuyen peor los frutos de ese largo ciclo de crecimiento econ¨®mico de 14 a?os y medio. En este aspecto, el PSOE tiene que hacer un profundo acto de contricci¨®n.
?A qu¨¦ se debe el incremento de la desigualdad? No solo, como dicen los tecn¨®cratas, a la globalizaci¨®n y a la multiplicaci¨®n del uso de las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n. Muchos pa¨ªses se han abierto y se han digitalizado tanto como Espa?a y no son tan desiguales. Juegan un papel igual de significativo en la conformaci¨®n de la renta las instituciones pol¨ªticas, las regulaciones p¨²blicas, la relevancia de los impuestos, as¨ª como las normas sociales (la legislaci¨®n del mercado de trabajo). A todas ellas dedica espacio Ganarse el futuro, con especial ¨¦nfasis en una reforma fiscal progresiva. Los fil¨®sofos materialistas, desde Plat¨®n y Arist¨®teles, pasando por economistas como Adam Smith, Jeremy Bentham, David Ricardo, John Stuart Mill, Marx, Alfred Marshall o Keynes, han escrito a favor de la fiscalidad progresiva. Incluso Milton Friedman invent¨® el impuesto negativo de la renta. Los impuestos son civilizaci¨®n: en vista de los niveles de gasto que hay que financiar, elegir recaudar menos entre las rentas altas exige recaudar m¨¢s entre las rentas m¨¢s bajas. Dadas las tesis de Zapatero (¡°bajar los impuestos es de izquierdas¡± o la redistribuci¨®n se hace a trav¨¦s de los gastos pero no de los ingresos), el nuevo PSOE, sea quien sea el que lo lidere, habr¨¢ de hacer un esfuerzo para recuperar la fiabilidad entre la ciudadan¨ªa, tan deteriorada.
Las percepciones de injusticia afectan al comportamiento de la gente, que opina que las reglas pol¨ªticas del juego han beneficiado directamente a los de arriba, garantizando que tengan una voz desproporcionada. Las protestas no se deben tanto a la dureza de las circunstancias econ¨®micas de la ¨¦poca como a la forma desigual en que se han visto afectados los distintos segmentos de la sociedad.
La periodista del Financial Times Gillian Tett ha escrito que a veces lo m¨¢s importante es aquello de lo que no se quiere hablar. A veces, los silencios ayudan a reproducir un sistema y una estructura de poder a lo largo del tiempo. En las recientes memorias de Aznar (El compromiso del poder. Editorial Planeta) o en el programa electoral del PP (S¨²mate al cambio) apenas hay referencias, casi ret¨®ricas, a la igualdad de oportunidades, y ninguna a la tendencia a una cierta igualdad de resultados. Pero esta ¨²ltima tiene su importancia: a los ni?os que crecen en la pobreza, situaci¨®n tan com¨²n hoy, les resulta mucho m¨¢s dif¨ªcil obtener una buena educaci¨®n que a los ni?os que se educan en un entorno m¨¢s acomodado y con m¨¢s apoyo. La desigualdad arruina tanto las aspiraciones como los logros.
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