Las huellas de Raquel en Wazirist¨¢n
Una espa?ola casada con un yihadista fue herida por el ataque de un ¡®drone¡¯ Lleva diez a?os desaparecida y convive con dirigentes de Al Qaeda
El rastro de Raquel Burgos Garc¨ªa, una madrile?a de 38 a?os convertida al islam y casada con un yihadista marroqu¨ª que lleg¨® hasta la c¨²pula de Al Qaeda, es muy dif¨ªcil de seguir y se pierde en las monta?as de Wazirist¨¢n, una zona tribal y monta?osa de Pakist¨¢n, la madriguera m¨¢s rec¨®ndita de los ac¨®litos de Osama bin Laden y Ayman al Zawahiri.
Su paradero es una inc¨®gnita para su padre, que no sabe nada de ella desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Tambi¨¦n lo es para los servicios de inteligencia occidentales que siguen su pista y la consideran de extraordinario inter¨¦s por ser la esposa de Amer el Azizi, un marroqu¨ª residente en Madrid vinculado a los autores del 11-M y escudero de Hamza Rabia, durante a?os jefe de operaciones exteriores de Al Qaeda.
Amer el Azizi y Hamza Rabia murieron v¨ªctimas de un misil lanzado por un drone (avi¨®n no tripulado) norteamericano el 1 de diciembre de 2005 en Asoray, un pueblo cercano a Miran Shah, la capital administrativa de Wazirist¨¢n Norte junto a la frontera afgana. La muerte del hombre que dise?aba los atentados de Al Qaeda en Occidente trascendi¨® de inmediato, pero nada se supo de la identidad de los fieles que le acompa?aban en la casa bombardeada. Cuatro a?os despu¨¦s, en 2009, varias p¨¢ginas yihadistas reconocieron que en aquel ataque falleci¨® tambi¨¦n Azizi, el marido de Raquel, y exhibieron fotograf¨ªas de su cad¨¢ver en un ejercicio de propaganda y homenaje p¨®stumo a Otman al Andalusi, apodo con el que se le conoc¨ªa.
El paradero y estado de Hanane (nube en ¨¢rabe)¡ª el nombre que Raquel Burgos adopt¨® al convertirse al islam¡ª, sigue envuelto en un halo de misterio. Informes confidenciales de la polic¨ªa a los que ha tenido acceso EL PA?S aseguran que la madrile?a result¨® herida en el ataque en el que muri¨® su marido. ¡°El agregado de Interior en la embajada espa?ola de Islamabad se entrevist¨® con (...). y este le manifest¨® que Raquel est¨¢ con vida recuper¨¢ndose de las heridas de un Predator en un hospital de Wazirist¨¢n Norte¡±, dice la ficha reservada que maneja la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n.
Nos dijo que hab¨ªa encontrado su camino en el islam. Parec¨ªa feliz Antigua amiga de Raquel
La informaci¨®n de la polic¨ªa espa?ola en Pakist¨¢n asegura que Raquel sobrevivi¨® al ataque del drone del Ej¨¦rcito norteamericano y que se traslad¨® a Kanigoram, una localidad en Wazirist¨¢n Sur, un feudo de los pastunes aliados de Al Qaeda. En este territorio, controlado hasta su muerte¡ª v¨ªctima de otro drone¡ª por Amir Baitullah Mehsud jefe del grupo Tehrik-e Tehrik-e Talib¨¢n, Raquel ha encontrado refugio y seguridad. ¡°La tenemos monitorizada por si aparece en alg¨²n sitio. La ¨²ltima pista apunta a Kanigoram¡±, asegura un mando de lucha antiterrorista consultado.
En esta misma ¨¢rea, en la localidad de Sherwangai, apareci¨® en noviembre de 2009 otra huella de Raquel. Entre los escombros de una vivienda asaltada por el Ej¨¦rcito paquistan¨ª, los soldados descubrieron en noviembre de 2009 el pasaporte de Raquel junto al de Said Bahaji. Este es uno de los miembros del comando que organiz¨® el 11-S, un yihadista convencido que comparti¨® apartamento en Hamburgo (Alemania) con Mohamed Atta, el jefe de los suicidas, y que finalmente no vol¨® en los aviones secuestrados al no conseguir visado para entrar en Estados Unidos. Otra prueba de que la espa?ola y su marido se codeaban con la c¨²pula de Al Qaeda. ¡°No sabemos cu¨¢ndo lleg¨®, ni cu¨¢nto tiempo estuvo en Pakist¨¢n¡±, afirm¨® entonces Athar Abbas, el portavoz del Ej¨¦rcito paquistan¨ª cuando exhib¨ªa orgulloso los pasaportes. Raquel no ha renovado su DNI ni su pasaporte desde que le caduc¨® en 2003.
Juan Francisco Burgos, expropietario de El Junqueral, una conocida marisquer¨ªa de la madrile?a calle de Alcal¨¢, asegura desconocer el paradero de su hija. Y no oculta su tristeza. ¡°No s¨¦ nada de ella desde hace muchos a?os. Tampoco nadie del Gobierno me ha informado de c¨®mo est¨¢¡±, responde lac¨®nico. Raquel no asisti¨® al entierro de su madre Henar en 2009. Para su familia su pista se perdi¨® cuando abandon¨® Madrid en el verano de 2002 junto a sus tres hijos en direcci¨®n a Marruecos donde recibi¨® la ayuda de Mustaf¨¢ Maymouny, un amigo de su marido implicado en los atentados de Casablanca.
El matrimonio Burgos acept¨® que su hija ¨²nica, estudiante de Ciencias de la Informaci¨®n y Filolog¨ªa Hisp¨¢nica en la Universidad Complutense, se convirtiera al islam, vistiera un niqab negro y se casara con Amer, un traductor marroqu¨ª que hablaba un perfecto espa?ol y hac¨ªa trabajos espor¨¢dicos para la Casa del Libro ?rabe. Les cedieron un piso de su propiedad, un bajo de unos setenta metros cuadrados en el n¨²mero 24 de la calle del Buen Gobernador, muy cerca de la Plaza de toros de Las Ventas, y les entregaron una ayuda de 300 euros mensuales ¡°porque ¨¦l no trabajaba¡±. ¡°Parec¨ªa una mujer dominada, pero no se quejaba¡±, asegura una vecina.
No s¨¦ nada de ella desde hace muchos a?os. Tampoco nadie del Gobierno me ha informado de c¨®mo est¨¢ Juan Francisco Burgos, padre de Raquel
Una de sus compa?eras del colegio de monjas Mar¨ªa Inmaculada, recuerda el d¨ªa que se la encontr¨® en el barrio madrile?o de Malasa?a: ¡°Nos dej¨® flipadas cuando cont¨® que se hab¨ªa convertido al islam. Dec¨ªa que hab¨ªa encontrado su camino. Parec¨ªa feliz. Viniendo de Raquel tampoco me ha sorprendido, era muy aventurera. En clase, la m¨¢s inteligente. Durante varios a?os fue la delegada. Nos gustaba mucho leer y hac¨ªamos teatro juntas¡±.
Otras amigas de la escuela se toparon con ella en 1998 cuando cursaban cuarto de carrera. Hab¨ªa engordado, se hab¨ªa cortado el pelo al cero y les confes¨® su conversi¨®n al islam. Hablaron durante una hora en un soportal. ¡°La vi un poco hippy y algo desali?ada. Estaba m¨¢s desinhibida. La record¨¢bamos t¨ªmida. Nos quedamos impresionadas y volvimos todo el camino hablando de ella. De ni?a era la que sacaba mejores notas, siempre sobresalientes, nunca ten¨ªa una palabra m¨¢s alta que otra, no era cabecilla, nunca daba el primer paso. Siempre ayudando a sus padres en el restaurante. No nos habl¨® de novios ni amigos¡±, recuerda una de ellas.
En los archivos de la polic¨ªa hay numerosas fotograf¨ªas y v¨ªdeos de Raquel paseando con su niqab por las calles de Madrid. Sola, con sus ni?os y su marido, que desde 1995 era vigilado por los pocos agentes que en aquellos a?os se interesaban por el terrorismo yihadista. Azizi formaba parte entonces de la c¨¦lula de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, y dedicaba su tiempo a reclutar muyahidines y enviarlos a hacer la yihad a Bosnia y Chechenia. ?l mismo se hab¨ªa formado en los campos de Bin Laden en Afganist¨¢n, una vitola que impresionaba a los que le escuchaban sus haza?as en el bar Alhambra de Lavapi¨¦s, centro de reuni¨®n de Jamal Zougam y otros autores materiales del 11-M con los que manten¨ªa una estrecha amistad.
Raquel es una mujer tozuda. Una de sus amigas recuerda que en el colegio decidi¨® adelgazar y se qued¨® esquel¨¦tica: ¡°Como se le meta algo en la cabeza ah¨ª va ella¡±. Desde hace una d¨¦cada rinde pleites¨ªa a Al Qaeda y se refugia con sus tres hijos en Wazirist¨¢n, su principal madriguera.
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