Ruanda nombra embajador en China a un genocida buscado por la Audiencia

Las causas de justicia universal que siguen llevando en la Audiencia Nacional se han convertido en mucho casos en una carrera en la que los Estados se dedican a poner obst¨¢culos a los magistrados. El ¨²ltimo se ha conocido hoy mismo: el Gobierno de Ruanda ha nombrado embajador en China al exjefe del Estado Mayor de su Ej¨¦rcito de Tierra, Charles Kayonga, procesado por genocidio por el titular del Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero 4, Fernando Andreu desde el a?o 2008. Con su nombramiento, Kayonga, considerado ¡°responsable directo¡± de ¡°masacres sistem¨¢ticas¡± de refugiados de la etnia hutu ruandeses y poblaci¨®n civil congole?a, entre otros cr¨ªmenes de lesa humanidad, obtendr¨ªa la inmunidad diplom¨¢tica que le otorga la Convenci¨®n de Viena. Kayonga hab¨ªa sido detectado a principios de enero en Londres, donde supuestamente se estaba sometiendo a un tratamiento m¨¦dico. El pasado 2 de enero, el juez Andreu hab¨ªa solicitado su detenci¨®n a trav¨¦s de Interpol, pero las autoridades brit¨¢nicas ni siquiera comunicaron un arresto provisional, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas.

Kayonga ha sido designado para instalarse en la legaci¨®n ruandesa en Pekin, y la agencia estatal del gigante asi¨¢tico, Xinhua, ya ha informado de su nombramiento. Sin embargo, el teniente general no ha recibido el placet y las credenciales diplom¨¢ticas por lo que a¨²n no goza del estatuto de embajador. Precisamente, esta maniobra del peque?o estado africano, presidido por Paul Kagame, acusado tambi¨¦n de genocidio, se apoya en un pa¨ªs, China, cuyo Gobierno est¨¢ ejerciendo una fuerte presi¨®n diplom¨¢tica sobre Espa?a para acabar con la llamada justicia universal, despu¨¦s de que la Audiencia Nacional haya imputado a varios miembros de su c¨²pula pol¨ªtica y militar, entre ellos los expresidentes Jiang Zemin y Hu Jintao, por el genocidio en el T¨ªbet.

Sin embargo, la hu¨ªda de Kayonga tambi¨¦n ha sido posible gracias a que las autoridades del Reino Unido han dilatado los plazos y el procedimiento para su arresto despu¨¦s de que fuera solicitado por el juez Andreu, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. Las organizaciones que interpusieron la querella que dio pie al procesamiento de Kayonga y de otros 39 altos cargos del Gobierno de Paul Kagame, informaron al magistrado de la presencia del jefe militar en una cl¨ªnica de Londres. El magistrado tramit¨® la orden de arresto inmediatamente a trav¨¦s de Interpol. Sin embargo, las autoridades brit¨¢nicas reclamaron a la Audiencia Nacional un certificado complementario sobre la validez de la petici¨®n, que tambi¨¦n fue remitido por Andreu.

Adem¨¢s, seg¨²n las mismas fuentes, el magistrado elev¨® la petici¨®n de arresto a Londres a trav¨¦s del magistrado espa?ol de enlace en el Reino Unido y notific¨® la presencia de Kayonga a la Agencia Nacional contra el Crimen brit¨¢nica. Los firmantes de la querella sostienen que como el teniente general a¨²n no ha recibido las cartas credenciales del Gobierno chino, todav¨ªa no goza del amparo de la convenci¨®n de Viena y puede ser detenido, aunque ya ignoran su paradero.

La causa abierta en la Audiencia Nacional investiga el genocidio de la etnia hutu perpetrado en Ruanda y Congo entre los a?os 1994 y 2000 por una estructura paralela al Estado ruand¨¦s, dominado por elementos de la minor¨ªa tutsi. Esta investigaci¨®n que, junto a otra emprendida en Francia, ha convertido al presidente ruand¨¦s, Paul Kagame, en una presencia inc¨®moda en foros internacionales, es distinta de la que lleva el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, centrada en el genocidio ¨Ccon 800.000 muertos- llevado a cabo por la mayor¨ªa hutu contra los tutsis en 1994.

No es la primera vez que un tercer pa¨ªs facilita la hu¨ªda de la justicia espa?ola de uno de los 40 querellados. En junio de 2010, Sud¨¢frica concedi¨® asilo a Kayumba Nyamwasa, procesado en Espa?a por la muerte del religioso catal¨¢n Joaquim Vallmaj¨® en 1994 y la de los miembros de M¨¦dicos del Mundo Flors Sirera, Manuel Madrazo y Luis Valtue?a tres a?os despu¨¦s.