¡°Si somos dem¨®cratas, la p¨¦rdida de soberan¨ªa es algo incuestionable¡±
El socialista mide la democratizaci¨®n de la Uni¨®n por las competencias que consigue el Parlamento
Tres tendencias confluyen en ¨¦l. Miguel ?ngel Mart¨ªnez (Madrid, 1940) ha aunado en su carrera profesional socialismo, europe¨ªsmo y parlamentarismo. Acaba esta legislatura como vicepresidente de los socialistas europeos en la Euroc¨¢mara ¡ªun cargo organizativo votado por los parlamentarios¡ª. A lo largo de su vida, ha trabajado codo con codo con numerosas instituciones parlamentarias, entre las que ha presidido de 1997 a 1999 la Uni¨®n Interparlamentaria Mundial. Habla tranquilamente cuatro idiomas: ingl¨¦s, franc¨¦s, alem¨¢n, italiano ¡°y alguno m¨¢s, porque estuve casado con una egipcia y mis hijos son medio egipcios¡±. A sus 74 a?os es el n¨²mero 54 que cierra la candidatura del PSOE.
Para Mart¨ªnez, hablar de una mejor Europa quiere decir m¨¢s Europa, ¡°son sin¨®nimos; y autom¨¢ticamente menos Europa es decir peor Europa¡±. Ateo confeso, reconoce tambi¨¦n algunas contradicciones, fue a la canonizaci¨®n de Pablo II en representaci¨®n del Parlamento Europeo. Es dem¨®crata, pero le ha condecorado Ra¨²l Castro, a?ade. Y remata: ¡°Soy republicano, pero me llama el Rey para consultarme alguna cosa¡±. Su mayor compromiso ahora, como director del proyecto Casa de la Historia Europea ¡ªque se inaugurar¨¢, apunta, en 2016¡ª, es la imagen que se d¨¦ sobre la historia de Espa?a del siglo XX.
Pregunta. Estudi¨® en el Liceo Franc¨¦s de Madrid, ?viene usted de una familia convencida europe¨ªsta?
Una beca me permiti¨® estudiar aislado de la Espa?a m¨¢s nacional-cat¨®lica, m¨¢s oscurantista y m¨¢s fascistoide
Respuesta. Vengo de una madre que estuvo los ocho meses y medio de mi embarazo en la c¨¢rcel y de un padre condenado a muerte que pas¨® 15 a?os en la c¨¢rcel. Por tanto, de una familia de resistentes antifascistas.
Una beca del Gobierno, llamado de la liberaci¨®n, de Charles de Gaulle [1959-1969] me permiti¨® estudiar en un ambiente que amalgamaba el esp¨ªritu de la resistencia con los valores de la Rep¨²blica espa?ola, en una burbuja aislado de la Espa?a m¨¢s nacional-cat¨®lica, m¨¢s oscurantista y m¨¢s fascistoide.
P. ?Qu¨¦ ocurri¨® cuando sali¨® de aquella burbuja?
R. Al integrarnos en la sociedad, un porcentaje alto de los estudiantes del Liceo no pod¨ªa respirar la mierda que se respiraba en aquel momento. Para nosotros, la militancia europe¨ªsta era un camino casi obligado.
Despu¨¦s de la revuelta estudiantil de 1956, unas nueve personas refundamos las Juventudes Socialistas, entre los que estaban, Ernest Lluch, Nicol¨¢s Redondo, el padre de Patxi L¨®pez¡ Evidentemente me detuvieron, con dos compa?eros: Miguel Boyer y el hijo de un coronel. Boyer era de familia muy pudiente, y la verdad es que me llev¨¦ las hostias de todos. Desde entonces me faltan las u?as de algunos de los dedos. Pasamos un tiempo en Carabanchel, luego me escap¨¦, viv¨ª tres a?os en Francia, nueve en Austria y dos en B¨¦lgica, hasta que volv¨ª para trabajar en la reestructuraci¨®n del PSOE y de la UGT.
Para nosotros, la militancia europe¨ªsta era un camino casi obligado
P. Despu¨¦s de 22 a?os como diputado en el Congreso, lleg¨® al Parlamento Europeo en 1999, ?con qu¨¦ Europa se encontr¨®? ?Es esta vez verdaderamente diferente?
R. El progreso democr¨¢tico del proyecto de construcci¨®n de la Uni¨®n Europea se mide estrictamente por las competencias que va conquistando la Euroc¨¢mara. Desde el Tratado de Roma, donde se establece una asamblea de parlamentarios de los Estados miembros que tiene un papel, en el mejor de los casos, de asesoramiento, Europa ha crecido democr¨¢ticamente porque en cada Tratado ha adquirido una competencia m¨¢s.
Al llegar al Parlamento, lo primero que me encuentro es el colosal debate sobre la Constituci¨®n europea, cuyo vac¨ªo hubo que suplir con el Tratado de Lisboa. Este aumenta las competencias de la C¨¢mara europea de una manera exponencial, tan exponencial que de repente se encuentra con que tiene unas competencias legislativas enormes y para 28 pa¨ªses.
Cada paso que da adelante el Parlamento Europeo es un paso atr¨¢s que da el Consejo y por tanto que dan los gobiernos de los Estados miembros. Estos no tienen en su instinto ir renunciando a parcelas de poder. Pero si somos dem¨®cratas, la p¨¦rdida de soberan¨ªa es algo incuestionable.
El progreso democr¨¢tico del proyecto de construcci¨®n de la Uni¨®n Europea se mide estrictamente por las competencias que va conquistando la Euroc¨¢mara
P. ?Por qu¨¦ en Espa?a se interpretan a¨²n las elecciones europeas en clave nacional?
R. En todos los pa¨ªses estas elecciones tienen una dimensi¨®n nacional, porque las consecuencias de lo que se hace en Europa cada vez son m¨¢s tangibles en los pa¨ªses. Los que se quedan en clave nacional tienen que entender que si los socialistas, por ejemplo, perdemos estas elecciones europeas lo tendremos muy dif¨ªcil en el futuro en La Moncloa.
P. ?Por qu¨¦ hay unas estimaciones de abstenci¨®n tan altas?
R. Un proyecto que era fundamentalmente solidario, al convertirse en insolidario ha transformado lo que era apoyo, simpat¨ªa y atractivo en desapego, dudas y rechazo.
Hay fuerzas muy importantes que son las finanzas a las que no les interesa que Europa se constituya como un actor global, porque una Europa unida lo primero que va a hacer es recuperar la transparencia, los valores democr¨¢ticos y la subordinaci¨®n a determinados principios sociales. Ese capital, que se ha hecho con un grand¨ªsimo poder medi¨¢tico, est¨¢ haciendo todo lo que puede para que crezca el escepticismo, las dudas, la desinformaci¨®n, la deslegitimaci¨®n y el desprecio.
Pero la madre del cordero es que mucha gente, y mucha joven, ha llegado al convencimiento de que quien salga elegido no va a poder hacer lo que dice, porque el poder ha sido usurpado por el mundo de las finanzas. La madre del cordero es recuperar ese poder.
Un proyecto que era solidario, al convertirse en insolidario ha transformado lo que era apoyo, simpat¨ªa y atractivo en desapego, dudas y rechazo
P. ?C¨®mo se recupera? ?Y qu¨¦ hacemos nosotros, seguimos creyendo?
R. Se enfrenta con diagn¨®stico, con voluntad y con un poco de suerte. No hay m¨¢s soluci¨®n que una concienciaci¨®n y una movilizaci¨®n muy masiva de la ciudadan¨ªa.
Pero, independientemente, de la madre del cordero lo que dicen que viene de Bruselas no llega de una ciudad, proviene de lo que deciden el Parlamento y el Consejo. La Comisi¨®n Europea no decide nada, solo propone y ejecuta. Y al Consejo y al Parlamento lo eligen los ciudadanos. Los ciudadanos decidir¨¢n la nueva Euroc¨¢mara el 25 de mayo y los ciudadanos son los que han votado a Rajoy, a Merkel, a Cameron... Lo absolutamente incoherente es votar f¨®rmulas insolidarias, porque producen pol¨ªticas insolidarias. Pero tambi¨¦n al no votar, o votar simbolismos, contribuiremos a esto.
P. ?Qu¨¦ les dir¨ªa usted?
R. Que voten y que entiendan. Uno de los mayores errores de la Uni¨®n Europea es que no hayamos sido capaces de llegar a los ciudadanos para explicarles, para convencerles de que este proyecto es propiedad de ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.