Una querella por el ¡®caso Betis¡¯ amenaza el futuro de Alaya
El empresario Luis Oliver se querella contra la magistrada por su actuaci¨®n en la investigaci¨®n del club de f¨²tbol, que est¨¢ intervenido judicialmente desde 2010
El Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa y la fiscal¨ªa est¨¢n analizando una querella del empresario Luis Oliver contra la juez Mercedes Alaya por la instrucci¨®n del caso Betis. En esta causa, que empez¨® en 2008 y ya est¨¢ finalizada, Alaya ha investigado supuestas irregularidades de Manuel Ruiz de Lopera en su etapa de m¨¢ximo dirigente del club de f¨²tbol. En la querella, que amenaza el futuro de la juez, Oliver la acusa de prevaricar para tener el ¡°control absoluto¡± del Betis, que lleva intervenido judicialmente desde 2010.
La querella fue presentada el martes de la semana pasada y tanto la Fiscal¨ªa Superior de Andaluc¨ªa como el instructor designado para la causa, Juan Ruiz Rico, est¨¢n analizando su admisi¨®n a tr¨¢mite, lo que supondr¨ªa un bald¨®n en la estelar carrera de Alaya. Su futuro inmediato est¨¢ ahora en manos del TSJA y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que tiene que decidir si accede a la petici¨®n de la magistrada de seguir investigando las principales macrocausas que salpican al Gobierno andaluz (el caso ERE, los cursos de formaci¨®n y un procedimiento sobra avales de la Junta a empresas), pese a que le ha sido concedido el ascenso que solicit¨® a la Audiencia de Sevilla.
El escrito de Luis Oliver, de 192 p¨¢ginas y al que ha tenido acceso EL PA?S, relata una treintena de pol¨¦micas decisiones que Alaya ha adoptado en el caso Betis desde 2010 cuyo objetivo final, seg¨²n la querella, era tener el ¡°control absoluto¡± del equipo de f¨²tbol, que lleva intervenido judicialmente desde hace cinco a?os. En este tiempo, la Fiscal¨ªa de Sevilla se ha pronunciado en la mayor¨ªa de las ocasiones en contra de las actuaciones de la magistrada, cuyas decisiones ha recurrido una y otra vez.
Alaya inici¨® la investigaci¨®n sobre la gesti¨®n de Lopera en el Betis en 2008. Dos a?os despu¨¦s, Lopera decidi¨® vender su participaci¨®n en el equipo de f¨²tbol, del que pose¨ªa el 51% de las acciones a trav¨¦s de una sociedad denominada Farusa. Oliver, representante de Bitton Sport, lleg¨® a un acuerdo con el ex mandatario b¨¦tico para comprar estas acciones el 6 de julio de 2010 por 16,1 millones de euros.
La respuesta de la magistrada fue inmediata: abort¨® la operaci¨®n al considerar que se trataba de una venta simulada y que Oliver era un mero testaferro de Lopera. Para ello, dict¨® unas medidas cautelares entre las que destacaba una orden al Consejo de Superior de Deportes para que no tramitase la venta del club, una decisi¨®n troncal en el devenir de la causa. Paralelamente, y para garantizar ese ¡°control absoluto¡±, Alaya intervino el equipo b¨¦tico y nombr¨® a tres administradores judiciales de su confianza. Entre ellos, el exfutbolista Rafael Gordillo, que en 2011 explic¨® en una entrevista su papel en el club: ¡°Cuando recib¨ª la llamada de Mercedes Alaya no sab¨ªa que ten¨ªa que hacer. Luego me lo explicaron bien. Ten¨ªa una misi¨®n muy concreta, que salieran estos personajes del Betis. Fueron meses duros¡±.
Estos administradores judiciales han cambiado con el tiempo y en la actualidad solo hay uno, el abogado Francisco Estepa, una ¡°persona pr¨®xima¡±, subraya la querella, al marido de la magistrada, el administrador concursal Jorge Castro. Esta relaci¨®n fue llevada por Lopera al Consejo General del Poder Judicial, que archiv¨® la queja. La juez atribuy¨® a ¡°bulos period¨ªsticos¡± la relaci¨®n entre Estepa y su marido, un reconocido aficionado del Betis, pero lo cierto es que hay dos datos que constatan la relaci¨®n entre ambos. Estepa fue abogado de Castro en un caso en el que fue imputado, procedimiento que luego fue archivado. Y Estepa, procedente de C¨®rdoba y que tambi¨¦n trabaja como administrador concursal, ha compartido con Castro sede profesional en Sevilla.
Para intentar demostrar que Oliver era un testaferro de Lopera, Alaya orden¨® a la Guardia Civil que investigase v¨ªnculos entre ambos. Estas pesquisas resultaron bald¨ªas ya que no se encontr¨® ning¨²n nexo societario entre ambos. El relato de la magistrada, afirma la querella, era ¡°pura fantas¨ªa¡± y se ha revelado ¡°completamente falso¡±. ¡°El ¨²nico motivo real de ordenar dicha paralizaci¨®n reside en evitar la consumaci¨®n de la compraventa y con ello asegurarse el control¡± del Betis, sostiene el escrito, que recuerda que la fiscal¨ªa se ha opuesto hasta en 15 ocasiones a las medidas cautelares que la juez impuso en el Betis y que impidieron a Oliver la compra del club.
Tras ver c¨®mo la operaci¨®n se frenaba, Oliver intent¨® personarse en la causa como parte afectada, algo a lo que se neg¨® Alaya de forma reiterada y que le caus¨® ¡°indefensi¨®n¡±, argumenta el escrito del abogado Alfonso Contreras. A esta decisi¨®n se suman otras como eximir a las acusaciones particulares (B¨¦ticos por el Villamar¨ªn, Por Nuestro Betis y Liga de Juristas B¨¦ticos) de una fianza para ser parte en la causa, decisi¨®n a la que tambi¨¦n se opuso la fiscal¨ªa.
Tras no hallar v¨ªnculos entre Lopera y Bitton Sport, Alaya orden¨® a los administradores judiciales que investigaran la etapa en la que Oliver estuvo en el Consejo de Administraci¨®n del Betis, entre julio y diciembre de 2010. Tras recibir el informe de los administradores (la querella cuestiona que se les otorgase el papel de polic¨ªa judicial), Alaya abri¨® una causa secreta contra Oliver en la que orden¨® el pinchazo del tel¨¦fono del empresario. La causa fue abierta en febrero de 2011 y la fiscal¨ªa ignor¨® durante meses su existencia. Cuando lo supo tambi¨¦n recurri¨® el pinchazo telef¨®nico.
Alaya orden¨® a la Guardia Civil pinchar el tel¨¦fono de Oliver el 5 de octubre de 2011 con el argumento de que era una persona de ¡°dif¨ªcil localizaci¨®n¡± y por tener una orden de busca y captura de un juzgado de Santander. Pocos d¨ªas despu¨¦s, la Guardia Civil comunic¨® a la magistrada que no exist¨ªa esta orden de busca y que hab¨ªa habido un ¡°error en la base de datos¡±. Pero Alaya orden¨® que los pinchazos siguieran por la ¡°dif¨ªcil localizaci¨®n¡± de Oliver por sus ¡°continuos viajes al extranjero y en el interior del pa¨ªs¡±. La intervenci¨®n telef¨®nica estuvo vigente hasta el 2 de noviembre, tiempo en el que Alaya intercept¨® 11 conversaciones de Oliver con su abogado.
La querella hace hincapi¨¦ en que la Guardia Civil sab¨ªa perfectamente d¨®nde estaba Oliver en cualquier momento (en un informe detalla viajes a Madrid, Zaragoza o Bilbao) y que para la localizaci¨®n no hace falta el pinchazo. ¡°Basta con localizar la se?al que emite la terminal telef¨®nica para saber su localizaci¨®n, como es notorio, sin que sea necesario o¨ªr las conversaciones¡±, reza el escrito, que subraya que la magistrada dict¨® esta orden ¡°a sabiendas de la previsible eventualidad¡± de que Oliver ¡°se pusiera en comunicaci¨®n son su abogado y escuchar ilegalmente 11 conversaciones¡± con este.
Otra parte troncal de la querella es el procesamiento de Oliver en el caso Betis, al que tambi¨¦n se ha opuesto la fiscal¨ªa. Alaya sostuvo durante meses que el empresario era un testaferro de Lopera, pero cuando la Guardia Civil no encontr¨® ning¨²n v¨ªnculo, cambi¨® de criterio. Finalmente, Alaya ha procesado al empresario por comprar, en grado de tentativa, parte de las acciones que Lopera ten¨ªa en el Betis ¡°a sabiendas de que eran litigiosas", porque la juez ten¨ªa dudas de las acciones que compr¨® en 1992. El letrado de Oliver subraya que en el C¨®digo Penal no existe el ¡°absurdo delito¡± de la compra de acciones litigiosas y a?ade: ¡°Es una mera argucia para asegurar el mantenimiento de las medidas cautelares¡± y mantener el control del Betis.
Un magistrado de la Audiencia, apartado del caso
La Audiencia de Sevilla ha respaldado hasta ahora buena parte de las actuaciones de la juez Mercedes Alaya en el caso Betis y ha rechazado los recursos interpuestos por las defensas de los imputados y de la fiscal¨ªa. Sin embargo, esta semana la Audiencia ha apoyado al abogado del ex consejero delegado del club Manuel Ruiz de Lopera, para apartar al magistrado Juan Antonio Calle, por p¨¦rdida de imparcialidad, y que hab¨ªa sido el ponente que hab¨ªa resuelto la mayor¨ªa de los recursos.
Ruiz de Lopera promovi¨® una recusaci¨®n contra este juez dado que es sobrino del vicepresidente de una de las acusaciones particulares en la causa, la Asociaci¨®n Liga de Juristas B¨¦ticos. La recusaci¨®n cont¨® con el apoyo de la Fiscal¨ªa de Sevilla, circunstancia inhabitual y que cuenta con el antecedente del respaldo del ministerio p¨²blico a la recusaci¨®n de Alaya en el caso Mercasevilla ya que su marido fue auditor varios a?os de la empresa municipal. En aquella ocasi¨®n, la Audiencia no vio motivos para apartar a Alaya de la investigaci¨®n del caso Mercasevilla.
¡°Parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado (¡) concurre una causa legal de p¨¦rdida de imparcialidad, a¨²n cuando subjetivamente el juez estuviese plenamente capacitado para decidir imparcialmente¡±, fija la Secci¨®n Tercera de la Audiencia en un auto del 15 de mayo.
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