?Puede y debe ser evaluado el profesorado?
El catedr¨¢tico de Did¨¢ctica pone "serios reparos" a pagar al profesorado por los resultados de sus alumnos
Una vez m¨¢s ocurre. Es al final de la legislatura cuando el Gobierno se plantea la necesidad de abordar la formaci¨®n, la carrera docente y la evaluaci¨®n del profesorado. La raz¨®n de la preocupaci¨®n por estos temas se asienta en la creencia de que el profesorado tendr¨¢ m¨¢s reconocimiento si est¨¢ bien formado y es evaluado, as¨ª como m¨¢s dispuesto a implicarse en estrategias de innovaci¨®n.
Lo que se conoce como carrera docente consiste en un sistema de promoci¨®n por una escalera de grados en direcci¨®n ascendente, que son acumulados. Los profesores y profesoras pueden optar o no a esa posibilidad. Se mejora el salario de quienes logran superar los requisitos previstos y a quienes no lo logren, o no quieran ascender, no se les ¡°castiga¡±.
Se presupone que con ese ascenso mejoran las buenas pr¨¢cticas de los profesores. Un supuesto que no siempre se da en la realidad, Por eso se piensa que, en verdad, estos mecanismos sirven m¨¢s bien como instrumentos de la pol¨ªtica de redistribuci¨®n salarial. Cuando no se puede, o no se quiere mejorar las remuneraciones de todo el colectivo docente, se establece la distinci¨®n por m¨¦ritos reconocidos para unos y no para otros. Y con los ¡°malos¡± profesores, ?qu¨¦ hacemos?
Para hacer de la evaluaci¨®n un instrumento para la mejora de la calidad de la ense?anza se recomienda, en primer lugar, que entre los m¨¦ritos reconocidos se contemple la valoraci¨®n de la pr¨¢ctica del profesorado en el aula y en el centro, pues, de lo contrario, el procedimiento tender¨¢ a burocratizarse. El profesorado teme ser valorado, a veces por inseguridad profesional. Pero no le faltan motivos para resistirse cuando hemos conocido algunas formas de proceder, por ejemplo de la inspecci¨®n; cuando desde la Administraci¨®n se difunden modos burocr¨¢ticos de planificar y desarrollar el curr¨ªculo, ajenos a lo que son las pr¨¢cticas largamente experimentadas en la educaci¨®n, y cuando se le culpa al profesor de los malos resultados que obtienen los alumnos.
En segundo lugar, existe una dificultad t¨¦cnica para establecer la carrera docente, pues se ha de determinar qu¨¦ se acepta por m¨¦rito. ?La antig¨¹edad? ?los certificados infinitos de asistencia a cursos de los cuales nada sabemos de su enjundia? ?la adquisici¨®n de titulaciones m¨¢s altas que las necesarias? ?el aprendizaje de idiomas?? ?el ejercer el oficio en situaciones de especial dificultad? ?contribuir a la formaci¨®n del profesorado novel? ?participar en proyectos de investigaci¨®n? ¡ ?O cu¨¢ndo se les quiere condicionar el pago de salarios a los resultados acad¨¦micos de los alumnos y alumnas.
En tercer lugar, el rol de los docentes es bastante parecido en todos ellos, pues las pr¨¢cticas se han estandarizado muy notablemente en las instituciones. Esa homogeneidad es una dificultad para determinar qu¨¦ distingue n¨ªtidamente a unos profesores de otros. Aunque, no obstante, se tiene evidencia ¨Cespecialmente la tienen los alumnos- de notorias singularidades entre el profesorado. Es indudable que existen apreciables diferencias en las formas de desarrollar el curr¨ªculum, las maneras de controlar la din¨¢mica del grupo, que realicen o no actividades complementarias, o que incorporen adecuadamente las nuevas tecnolog¨ªas, etc.
El pago por resultados
Pagar al profesorado por los resultados que obtienen sus alumnos es una forma de distinguirlos por un procedimiento que provoca serios reparos. Es una estrategia muy pol¨¦mica y constituye un error el incorporarla como m¨¦todo para valorar el m¨¦rito en la carrera docente. Los docentes tiene motivaciones muy diversas, no necesariamente cremat¨ªsticas. Y la calidad se encuentra por otros caminos.
Esta f¨®rmula implica muchos riesgos. Aunque aparente ser un mecanismo de evaluar a los docentes apoyando en una l¨®gica rotunda, es enga?osa y no aconsejable.
?De qu¨¦ resultados se est¨¢ hablando; de las calificaciones que da el profesorado o las puntuaciones obtenidas por lo estudiantes en pruebas externas? ?Se ver¨¢n los rendimientos obtenidos en cualquiera de las materias del curr¨ªculum? ?Se pueden determinar los resultados con la misma seguridad en materias diferentes como la educaci¨®n c¨ªvica y las ciencias, por ejemplo? ?Qu¨¦ logros del alumno se deben atribuir exclusivamente a la acci¨®n de cada profesor, cuando sabemos que los resultados escolares se correlacionan con otras muchas variables? ?Qui¨¦n querr¨¢ trabajar con los desfavorecidos, los repetidores, los emigrantes,¡ sabiendo que con ellos se trabaja con desventaja? ?As¨ª mejoraremos el sistema? No lo creemos.
Es conveniente evaluar a quienes con su pr¨¢ctica inciden en el derecho a la educaci¨®n, pero no establecer cualquier tipo de evaluaci¨®n. Todo es potencialmente evaluable, aunque no todo tiene que ser evaluado. Es dif¨ªcil observar los resultados de la misma, cuando se pretende avanzar en el logro de lo que significan los fines generales de la educaci¨®n.
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