La ¡®quinta de Casado¡¯ pide paso
Las nuevas caras del PP estallan hartas de la corrupci¨®n y rompen con lo peor del pasado
![Javier Casqueiro](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F6bf002b6-45e4-4086-892e-f8484bc94b05.png?auth=f2b0031a1f63a9c95f31360ec4a9c788e24485954332ad137cddebaba6b4e748&width=100&height=100&smart=true)
![De izquierda a derecha, las caras nuevas del PP, Casado, Levy, Maroto y Mart¨ªnez-Maillo, pelean por un micr¨®fono con Moragas y Arenas en la conferencia pol¨ªtica del partido de julio de 2015.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RLC3I5Y4MSV7WIOLOEF2JAG544.jpg?auth=91b542d25deea6e12a70815cf17c0bdb87779a355a8d83559df26e1cb3a5db21&width=414)
Reapareci¨® la hist¨®rica exalcaldesa tras m¨¢s de un mes escondida y Rita Barber¨¢ enumer¨® su lista de amigos y fieles en el PP y sentenci¨® toda una ruptura generacional pendiente. Luego, adem¨¢s, reclam¨® a los j¨®venes y nuevos vicesecretarios medi¨¢ticos el ¡°sosiego, tranquilidad y templanza¡± que ella hab¨ªa mostrado ante otros casos pol¨¦micos. Es decir, lo que se hac¨ªa antes. Pero va a ser que no. Las nuevas caras y voces del PP se sienten asqueados y achicharrados por la corrupci¨®n de dirigentes a los que les cuesta llamar compa?eros. No tienen las ataduras hist¨®ricas de Mariano Rajoy, al que se muestran leales, pero piensan en su futuro y en salvar al PP.
Cuando Pablo Casado (35 a?os), Andrea Levy (31), Javier Maroto (44) y hasta Fernando Mart¨ªnez Maillo (46), cuatro de los actuales cinco vicesecretarios nacionales del PP, acuden a muchos medios de comunicaci¨®n en su marat¨®n de citas televisivas y radiof¨®nicas para inculcar alg¨²n mensaje de su partido se sienten normalmente acosados solo por preguntas sobre corrupci¨®n. Desde que Casado fue nominado portavoz oficial en junio del a?o pasado ha comparecido 20 veces para justificar argumentos imposibles ante distintos esc¨¢ndalos sobre dirigentes del PP que en muchos casos ni conoc¨ªa.
Durante muchos de estos meses, los nuevos portavoces del PP cumplieron sus funciones sin rechistar. Sab¨ªan para qu¨¦ les hab¨ªan nombrado. Terminaban la reuni¨®n semanal con Rajoy y la c¨²pula del partido de los lunes, escuchaban las estrategias, compart¨ªan o propon¨ªan actos de la llamada agenda social del PP y Casado le preguntaba de manera m¨¢s ret¨®rica que real a la secretaria general, Dolores de Cospedal, si quer¨ªa salir ante la prensa. Era m¨¢s una deferencia que un ofrecimiento
El papel de Cospedal
Cospedal, que es la te¨®rica n¨²mero dos del PP desde 2008, ofreci¨® dos ruedas de prensa en la sede central del partido en todo 2015. Cuando Rajoy hizo la reestructuraci¨®n en junio pasado, tras el fracaso de las elecciones auton¨®micas y municipales, Cospedal hizo una ronda de reuniones con los nuevos dirigentes nombrados en el siguiente escal¨®n de mando y ya est¨¢. Con el que mantiene encuentros m¨¢s peri¨®dicos es con el vicesecretario de Organizaci¨®n, Fernando Mart¨ªnez Maillo, el n¨²mero tres y encargado de gestionar todos los marrones internos.
Maillo se ha convertido as¨ª en el que hace la llamada a la hist¨®rica Celia Villalobos para intentar que renuncie a ir en las listas, sin ¨¦xito, o el que elimina a la atleta Marta Dom¨ªnguez de la candidatura de Madrid ante las acusaciones de dopaje e improvisa sustituta en horas.
Maillo fue el que acudi¨® el pasado 22 de enero a una junta directiva regional del partido en Madrid, en la que tambi¨¦n estuvo Levy, y en la que se les inform¨® de que el n¨²mero dos de Aguirre, Ignacio Gonz¨¢lez, no estaba porque se encontraba de viaje en el extranjero. Gonz¨¢lez hab¨ªa entregado una semana antes a Aguirre su dimisi¨®n, que entr¨® en el registro del PP en v¨ªsperas de esa cita. La direcci¨®n nacional no se enter¨® de esa renuncia hasta un mes despu¨¦s cuando Aguirre lo revel¨® en p¨²blico tras su dimisi¨®n. No sucedi¨® nada. Los propios vicesecretarios admiten que ese desaire ser¨ªa impensable en la ¨¦poca de anteriores secretarios generales como Francisco ?lvarez Cascos.
Pero ni Maillo ni Casado ni Maroto ni Levy pueden ni quieren apechugar con casos tan duros y dif¨ªciles como los de las rebeldes Esperanza Aguirre (64) o Rita Barber¨¢ (67). No se sienten ni con la autoridad ni con la proximidad para hacerlo. Ni lo intentan. Los problemas de esa quinta quedan para Rajoy, al que tanto Aguirre como Barber¨¢ han calificado estos d¨ªas como su ¡°amigo Mariano¡± entre otras razones porque llevan compartiendo militancia, victorias y derrotas casi 30 a?os.
Mariano Rajoy (60) tiene una peculiar deuda personal, moral, pol¨ªtica y sentimental con ese tipo de figuras hist¨®ricas del PP. Porque se siente una de ellas y porque siempre le ha costado un mundo prescindir de colaboradores y amigos con los que ha compartido d¨¦cadas. Comprende que ese tipo de condescendencias le ha perjudicado enormemente, por ejemplo, en el caso B¨¢rcenas por su relaci¨®n especial con Ana Mato, afectada por la implicaci¨®n de su exmarido, Jes¨²s Sep¨²lveda, y con el extesorero, Luis B¨¢rcenas, con los que quedaba a cenar en encuentros muy reducidos.
Los nuevos portavoces populares no se sienten herederos de esas lealtades. Cuando el vaso de su aguante con la corrupci¨®n desbord¨®, Maroto, Levy y Casado se sucedieron p¨²blicamente a pedir una ¡°purga¡± interna cayera quien cayera. Se confesaron abochornados y aseguraron incluso que no se sent¨ªan representados por esos supuestos compa?eros. Reclamaron a trav¨¦s de los medios a Aguirre y Barber¨¢ que dieran explicaciones. Y les recomendaron que se apartaran para mayor comodidad del partido. Pero no las llamaron directamente. Eso lo hizo Rajoy, que les mostr¨® comprensi¨®n y escuch¨® sus declaraciones de inocencia.
Estrategia del doble juego
Ese doble juego es una estrategia perfectamente calculada y planificada. Desde el entorno de Rajoy m¨¢s pr¨®ximo se les ha hecho llegar por tel¨¦fono y en comidas privadas a los impulsivos vicesecretarios que el l¨ªder les entiende y hasta les anima a seguir su batalla en las televisiones, las tertulias y las ruedas de prensa, incluso con sus fuertes desmarques hacia los dirigentes m¨¢s hist¨®ricos. Solo les ha pedido ¡°no herir los sentimientos de esas personas¡±. Duros y tajantes, pero con control sobre todo de determinadas expresiones.
El lunes pasado, tras varias semanas ausente por el postoperatorio de un problema nasal, reapareci¨® en la sala de prensa del PP el portavoz oficial Pablo Casado tras otro comit¨¦ ejecutivo sin ning¨²n debate. La reuni¨®n de la c¨²pula apenas dur¨® 50 minutos y la rueda de prensa una hora. Las preguntas sobre corrupci¨®n no cesaron. Casado estall¨® y se sincer¨® hastiado, un punto impotente, como si su labor no sirviera de nada. Hubo un momento en el que lleg¨® a confesar que se sent¨ªa ¡°directamente perjudicado¡±. No le hizo falta explicar de qu¨¦.
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