El discurso ¨ªntegro de Pedro S¨¢nchez
El texto completo le¨ªdo por el secretario general del PSOE durante la sesi¨®n de investidura
Este es el texto del discurso de investidura de Pedro S¨¢nchez remitido por el PSOE. Durante su lectura, el candidato a la Presidencia del Gobierno ha hecho algunas alteraciones, a?adidos y omisiones. Este es el texto remitido por los socialistas, que inclu¨ªa la siguiente aclaraci¨®n: "Solo ser¨¢n v¨¢lidas las palabras pronunciadas":
"Nos encontramos aqu¨ª reunidos 350 mujeres y hombres a los que los espa?oles nos han encargado que busquemos una soluci¨®n pol¨ªtica. Nos han pedido que hagamos nuestro trabajo. Nos han confiado la responsabilidad de hacer frente a los problemas del pa¨ªs. Nos han encargado que, democr¨¢ticamente, busquemos un acuerdo mayoritario que nos haga part¨ªcipes de la necesaria soluci¨®n..."
"Abrimos por tanto un tiempo de debate, de discusi¨®n y, finalmente de votaci¨®n democr¨¢tica. Estoy convencido de que los ciudadanos que hoy nos escuchan lo ¨²ltimo que desean o¨ªr son reproches cruzados, descalificaciones o defensas cerradas de nuestras siglas, nuestras ideas o nuestros programas. Es tiempo de cambio, de di¨¢logo y, ojal¨¢, tambi¨¦n de acuerdo. Hoy no estamos en campa?a electoral. Es m¨¢s, los espa?oles nos han delegado la responsabilidad de reunirnos aqu¨ª para evitar precisamente una nueva campa?a electoral. Esperan de nosotros que seamos capaces de investir un nuevo Presidente del Gobierno que reactive un per¨ªodo de cambio de la vida pol¨ªtica basado en el entendimiento entre diferentes partidos y distintas ideolog¨ªas".
Creo que no debemos olvidar en ning¨²n momento que salir de esta sesi¨®n sin un acuerdo significar¨¢ que hemos hecho mal nuestro trabajo. Que no habremos cumplido con lo que los ciudadanos nos han pedido. Que no habremos sido capaces de ser la soluci¨®n. El pasado 20 de diciembre, ninguna fuerza por s¨ª sola obtuvo los votos necesarios para formar Gobierno. No es la primera vez que esto ocurre. Sin embargo, s¨ª es la primera vez que el segundo partido en votos y esca?os ha tenido que asumir la responsabilidad de proponer un Gobierno al Congreso de los Diputados. Una tarea por la que el Grupo Socialista, y yo personalmente como candidato a la Presidencia del Gobierno, nos sentimos responsabilizados, agradecidos y honrados.
Ocurre as¨ª porque la primera fuerza pol¨ªtica declin¨® la responsabilidad que el Jefe del Estado, le hab¨ªa encomendado. Consider¨® de antemano que no iba a ser capaz de conseguir reunir los votos suficientes. Lo cierto es que en las elecciones ninguno de los partidos los hemos obtenido, si tenemos en cuenta los esca?os alcanzados.
As¨ª que si estoy aqu¨ª, si estamos todos aqu¨ª celebrando este pleno de investidura, es porque no entend¨ª el encargo del Rey Felipe VI como una invitaci¨®n que pudiera rehuir, sino como un deber ineludible.
Se?or¨ªas, cuando nadie tiene la mayor¨ªa por s¨ª solo, ¨²nicamente hay un camino: el del entendimiento. Estoy convencido de que, desde ahora, y durante mucho tiempo, no habr¨¢ otra victoria pol¨ªtica posible que el acuerdo. Por lograr ese acuerdo venimos trabajando desde que hace un mes aceptamos la solicitud del Jefe del Estado.
Ese d¨ªa, los socialistas resolvimos una disyuntiva. Ten¨ªamos dos ¨²nicas alternativas: o declinar el ofrecimiento del Rey escapando de toda responsabilidad; o asumir el reto de comprometernos a hacer todo lo que est¨¦ en nuestras manos por conseguir un acuerdo mayoritario entre diferentes partidos. En otras palabras, o mantener la situaci¨®n de bloqueo de nuestras instituciones o asumir la responsabilidad de volver a poner en marcha el funcionamiento de nuestro sistema democr¨¢tico.
Hace cuatro a?os, las urnas dieron una mayor¨ªa absoluta a un partido. Entonces, esa fue la apuesta de buena parte de los ciudadanos para resolver los problemas a los que nos enfrent¨¢bamos. Quien recibi¨® esa confianza de los ciudadanos, decidi¨® gobernar imponiendo su absoluta mayor¨ªa hasta convertir su toma de decisiones en absolutista. Durante 4 a?os, en esta c¨¢mara se ha prescindido del di¨¢logo y del acuerdo con las diferentes fuerzas pol¨ªticas. Hoy, en esta C¨¢mara, hay una amplia mayor¨ªa que defiende, desde diferentes sensibilidades, un cambio de Gobierno, un cambio de las pol¨ªticas que se han impuesto y un cambio en las formas de Gobernar.
Creo, sinceramente, que para millones de espa?oles un cambio en el funcionamiento de la vida pol¨ªtica es que entendamos en este Parlamento que se acaben las imposiciones, que se acaben los frentismos. Que abramos puertas y ventanas, para permitir que los ciudadanos puedan participar de la vida pol¨ªtica y para que nuestro trabajo est¨¦ siempre centrado en la eficacia y marcado por la transparencia. Para que reconozcamos los problemas reales de los ciudadanos y aportemos las soluciones indispensables. Creo que ese es el cambio que necesitamos. Y ese es el cambio que me ilusiona promover.
Pero es evidente que cambiar significa moverse. Salir de la situaci¨®n en la que nos encontramos. Pero hay que tenerlo claro, no podemos ir desde donde estamos hoy, hasta donde queremos llegar, con el simple anhelo de hacerlo realidad.
La mayor¨ªa de los espa?oles, a los que representamos y para los que trabajamos, nos ha facilitado un s¨®lido veh¨ªculo para movernos y para desplazarnos, con un mandato claro: el cambio. Abandonemos las pol¨ªticas del Sr. Rajoy y del PP. Ese veh¨ªculo se llama acuerdo y el combustible que hace que se mueva es el di¨¢logo. El veh¨ªculo del acuerdo se paraliza con las imposiciones, con el chantaje y con el abandono de la mesa de negociaci¨®n. Pero el veh¨ªculo del acuerdo se acelera con la capacidad de ceder, con el esp¨ªritu del entendimiento y, sobre todo, con la ilusi¨®n por el cambio. No nos vale la imposici¨®n, el chantaje y el abandono. Necesitamos ceder, entendernos y, sobre todo, ilusionarnos por el cambio.
Encastillarnos en nuestras posiciones no puede ser una alternativa. Equivale a que no pase nada. Bloquear los acuerdos posibles significa seguir donde estamos. No olvidemos nuestro mandato: El cambio. Necesitamos avanzar. Algunas etapas del cambio podemos realizarlas a velocidad de v¨¦rtigo. En todo lo que estamos de acuerdo, podemos llevarlo a cabo de inmediato. Ya. Y en todo lo que discrepamos, salgamos de donde estamos y avancemos a la velocidad que sea posible, pero avancemos.
Los espa?oles no se merecen que esta C¨¢mara persista en m¨¢s errores. En el error de creer que s¨®lo el que obtiene el mayor n¨²mero de votos, est¨¢ legitimado por los ciudadanos para asumir la responsabilidad de gobernar Espa?a. La minor¨ªa mayor, no es una mayor¨ªa. No caigamos en el error de creer en que si ninguno tenemos los votos suficientes para gobernar en solitario, nuestro ¨²nico compromiso es hacer oposici¨®n.
Para nosotros es una evidencia palmaria que la voluntad mayoritaria de la sociedad espa?ola es una voluntad de cambio. Lo que no significa que debamos olvidar a los m¨¢s de siete millones de electores que votaron al Partido Popular, ni a sus representantes. Todo lo contrario. Con el Partido Popular no podemos promover un cambio de Gobierno y, mucho menos, un Gobierno de cambio. Pero nuestra propuesta es la de tender la mano al grupo popular para dialogar y acordar sobre los grandes asuntos de Estado: la integridad territorial, la reforma constitucional y la unidad de los dem¨®cratas frente al terrorismo. Y esperamos que act¨²en con la misma lealtad, que otros hemos ejercido desde la oposici¨®n. Tambi¨¦n, el Gobierno de cambio que promovemos tender¨¢ la mano para reconstruir pactos rotos como el Pacto de Toledo o conseguir, por fin, un pacto educativo.
Pero, Se?or¨ªas, dieciocho millones de espa?oles y espa?oles votaron por la no continuidad del actual Gobierno. Dieciocho millones de espa?oles esperan un Gobierno distinto, que repare las consecuencias de los errores que se han cometido y abra camino a otras, y mejores, pol¨ªticas.
Ahora bien ?Si la mayor¨ªa de los espa?oles y de diputados de esta C¨¢mara quiere un cambio de Gobierno, por qu¨¦ no lo llevamos adelante? Tenemos s¨®lo dos alternativas. O no hacer nada y dejar al Sr. Rajoy y su Gobierno en funciones durante los pr¨®ximos meses, o apostar por un cambio nacido del di¨¢logo y del acuerdo. S¨®lo hay dos opciones. A esta C¨¢mara le toca decidir qu¨¦ postura tomar. Nos quedamos parados o nos ponemos en marcha.
Se?or¨ªas, les pido su confianza para construir un Gobierno del cambio. Me ofrezco a presidir el Gobierno del bien com¨²n, basado en dos principios, el bien general y el sentido com¨²n. Porque Espa?a necesita con urgencia un Gobierno. Espa?a necesita con urgencia un cambio. Y Espa?a necesita con urgencia un acuerdo pol¨ªtico para llevarlo a cabo.
Se justificar¨ªa perpetuar el actual bloqueo, con el Sr. Rajoy como presidente del Gobierno, si hubiera un amplio desacuerdo pol¨ªtico y social sobre lo que Espa?a necesita. No es el caso. Existe un amplio acuerdo sobre los cambios que queremos en materia de regeneraci¨®n democr¨¢tica, reconstrucci¨®n del Estado del Bienestar, reactivaci¨®n y modernizaci¨®n econ¨®mica, creaci¨®n de empleo con derechos y lucha contra la dualidad del mercado laboral, o el combate sin cuartel contra la corrupci¨®n. Tenemos encima de la mesa una larga serie de pol¨ªticas de cambio, aceptadas por la amplia mayor¨ªa para hacerlas realidad.
Sepan que el grupo parlamentario socialista no exige nada, no aspira a imponer nada, no tenemos l¨ªneas rojas, tan s¨®lo firmes convicciones. Ofrecemos gobernar mediante pactos que cuenten con el mayor respaldo parlamentario posible. Ofrezco un Gobierno que ponga en marcha todo en lo que estamos de acuerdo la mayor¨ªa. Ofrezco un Gobierno que traiga a este Parlamento todo aquello en lo que discrepamos, para que lo discutamos y llevemos adelante lo que la mayor¨ªa decida. No ofrezco un Gobierno frente a todos, sino un Gobierno progresista y reformista, aliado con todos los que deseen el cambio.
Se?or¨ªas, mi grupo parlamentario cuenta con noventa esca?os. Es evidente que no tiene sentido exigir a las dem¨¢s fuerzas del cambio, que apoyen el 100% de nuestro programa electoral. Tampoco tendr¨ªa sentido que otras fuerzas con representaci¨®n a¨²n menor exija que se cumpla el suyo exclusivamente. Por tanto, el reto al que nos enfrentamos es muy claro: ?Queremos un cambio de Gobierno basado en el acuerdo, s¨ª o no?
Si es que s¨ª, el di¨¢logo y la colaboraci¨®n dejan de ser una recomendaci¨®n para ser una imprescindible obligaci¨®n. Un cambio desde el di¨¢logo que en esta C¨¢mara a algunos puede resultar extra?o, pero que fuera, en el d¨ªa a d¨ªa de la sociedad a la que representamos, es la norma habitual.
En la anterior legislatura, bajo el discurso de haber vivido por encima de sus posibilidades, el Gobierno hoy en funciones pidi¨® a los espa?oles hacer un sacrificio. Recibimos muy poco a cambio, y muchos de nuestros conciudadanos pasaron a vivir por debajo de sus m¨ªnimas necesidades.
A pesar de ello, o quiz¨¢ precisamente por ello, los ciudadanos han dado un ejemplo de cooperaci¨®n los unos con los otros. Los pensionistas han sido el hogar de sus familiares desahuciados, el salario de sus hijos parados, la escuela infantil de sus nietos y nietas. Los padres y madres ahorran de su corto salario para ayudar a su hijo o hija emigrado. Los familiares de personas dependientes, en su mayor¨ªa mujeres, han llegado a renunciar a su empleo para ayudar a su ser querido, mientras su Gobierno recortaba sus prestaciones o les negaba la Seguridad Social. Empresarios y trabajadores se aprietan el cintur¨®n, para conservar el empleo y mantener a flote la empresa. Profesionales sanitarios, maestros y maestras, trabajadores y trabajadoras sociales, j¨®venes y veteranos cient¨ªficos, hombres y mujeres de la cultura, trabajadores aut¨®nomos, asociaciones feministas, colectivos antidesahucios, voluntarios y profesionales del Tercer Sector, funcionarios del Estado... millones de espa?oles y espa?olas han cooperado entre s¨ª para sostener sus peque?as empresas y negocios, para defender nuestra industria cultural o nuestro patrimonio medioambiental, para seguir construyendo una sociedad accesible a las personas con discapacidad, y para sostener, frente a los indiscriminados recortes y masivas subidas de impuestos, nuestro bien m¨¢s preciado: la cohesi¨®n social. La igualdad. Nuestro Estado del Bienestar.
Ahora son los ciudadanos los que nos piden a los partidos pol¨ªticos, no un sacrificio, sino nuestra colaboraci¨®n, nuestro compromiso.
Un compromiso por el di¨¢logo y el acuerdo, un compromiso para que aceptemos que una cesi¨®n no es una derrota, sino un puente hacia el entendimiento.
Se?or¨ªas,
Tenemos la oportunidad de desterrar de la vida p¨²blica el insulto, la descalificaci¨®n, el discurso del miedo que atenaza y fractura. Tenemos la posibilidad de abrir un tiempo de tolerancia y respeto que permita un di¨¢logo fruct¨ªfero entre todos.
Podemos conseguir hacer realidad lo que dijo Fernando de los R¨ªos: la ¨²nica revoluci¨®n pendiente es la revoluci¨®n del respeto. Tenemos la oportunidad de ponernos de acuerdo y construir la Espa?a que queremos, una Espa?a en la que quepamos todos y todas.
Porque todos los ciudadanos deben tener cabida en el proyecto de cambio, independientemente de su edad o condici¨®n, de su ideolog¨ªa, su lugar de nacimiento y del partido al que hayan votado.
Los diputados y diputadas del Partido Socialista sabemos que no tenemos una mayor¨ªa parlamentaria suficiente para gobernar en solitario. Los militantes del PSOE, nuestros simpatizantes y nuestros votantes lo saben. En el Grupo parlamentario socialista sabemos que no podemos imponer nuestro programa electoral. Pero s¨ª que creemos profundamente que podemos defenderlo con firmeza, l¨ªnea a l¨ªnea, y luchar por llegar siempre un poco m¨¢s all¨¢ de hasta donde sea posible.
Creo, de coraz¨®n, que en esta hora es crucial para quienes tenemos diferentes ideas, comprometernos en una causa com¨²n: nuestra patria, Espa?a.
Una Espa?a que es m¨¢s que un territorio, m¨¢s que un lugar en la ancha geograf¨ªa del mundo. Una Espa?a que es una idea de igualdad, libertad y fraternidad, una forma de convivir unidos en nuestra diversidad. Esta es la causa a la que estamos convocados.
As¨ª que, entre todos, tendremos que buscar un camino que sortee dos decepciones, la de quienes quieren que todo permanezca igual y la de quienes quieren que, a partir de ahora, nada sea igual.
Y estoy convencido de que en ese camino podemos encontrarnos, acompa?arnos y ayudarnos, una gran mayor¨ªa de espa?oles, incluidos, por supuesto, quienes no apoyen, en este momento, mi investidura.
Si queremos el cambio, necesitaremos el di¨¢logo y, s¨®lo as¨ª, obtendremos el acuerdo. Esa es la hoja de ruta de un Gobierno del bien com¨²n: Cambio, di¨¢logo y acuerdo.
El camino que proponemos creemos que es el que mejor representa la voluntad de los ciudadanos. Los espa?oles han apoyado un tiempo nuevo en el fondo y en las formas. En el fondo, en busca de un Gobierno no partidista, no con una visi¨®n unitaria y parcial de la realidad. Y en las formas, un Gobierno basado en el di¨¢logo y el entendimiento, no en la imposici¨®n.
Pero entendamos algo con toda claridad. El camino que proponemos, el de un Gobierno apoyado desde diferentes fuerzas, con diferentes ideolog¨ªas, pero que compartan la idea de convivir en un amplio territorio com¨²n, adem¨¢s de ser el que mejor representa lo que la sociedad demanda, es el ¨²nico camino posible. No hay otra alternativa. Es la mejor opci¨®n, pero, adem¨¢s, es la ¨²nica posible. Resultar¨¢ muy dif¨ªcil explicarles a los espa?oles por qu¨¦ no somos capaces de llevarlo adelante.
Estos d¨ªas, se han defendido desde ambos extremos de la c¨¢mara dos modelos que son irrealizables. Ambos eso s¨ª, necesitar¨ªan siempre del PSOE para hacerse posible. La complicada aritm¨¦tica parlamentaria tiene un dato incontestable. Cualquier f¨®rmula de Gobierno pasa por la implicaci¨®n del Partido Socialista. Somos 90 diputados. Ni m¨¢s, ni menos. Pero, por nuestra posici¨®n ideol¨®gica, somos la piedra angular de nuestro actual sistema pol¨ªtico. Cualquier soluci¨®n de Gobierno pasa inevitablemente por nuestra participaci¨®n directa. Somos plenamente conscientes. Por eso consideramos que es una irresponsabilidad cruzarnos de brazos. Y por eso nos hemos puesto en marcha.
Desde el Gobierno en funciones se nos pide una gran coalici¨®n. Y hemos dicho que con el Sr. Rajoy y con las pol¨ªticas que defiende el PP no podemos pactar.
Porque nuestro ¨²nico objetivo es el ayudar a la conformaci¨®n de un Gobierno de cambio. Desde el PP se insiste una y otra vez en que ni el candidato, ni sus pol¨ªticas son negociables, que no se va a cambiar nada ?C¨®mo vamos a sentarnos a negociar entonces sobre la base de que lo que queremos cambiar es innegociable?
Desde el otro lado de la c¨¢mara se nos ofrece una coalici¨®n para la conformaci¨®n de un Gobierno de izquierdas. Es evidente que se ha creado una falsa esperanza. Vamos a hablar claro. A muchos votantes socialistas, nada les gustar¨ªa m¨¢s que un Gobierno que aglutinara a las principales fuerzas de izquierda. Y, dicho con todo respeto, creo que a una buena parte de los votantes de Podemos les ocurre lo mismo. Podemos discutir sobre sillas, cargos y reparto de poderes para cada uno. Pero es absurdo llegar all¨ª. Que todos los votantes de izquierdas de este pa¨ªs lo sepan. No hay mayor¨ªa suficiente en este Parlamento para sumar un Gobierno de izquierdas. No suma. La izquierda no ha conseguido en estas elecciones el n¨²mero de diputados suficiente para conformar un Gobierno de un ¨²nico color pol¨ªtico.
Ahora bien, quienes realmente han conseguido una ampl¨ªsima mayor¨ªa parlamentaria son las fuerzas del cambio. Diferentes partidos con un ampl¨ªsimo margen de posible entendimiento. Y con evidentes aspectos en los que hay significativos desacuerdos.
As¨ª que ?Por qu¨¦ no hacemos un Gobierno que haga efectivo lo que nos une a la mayor¨ªa de los 350 aqu¨ª presentes? ?Por qu¨¦ no nos unimos para hacer un Gobierno del cambio? ?Por qu¨¦ no nos ponemos de acuerdo para aprobar cuantas normas sean posibles para resolver los problemas m¨¢s acuciantes de los espa?oles? ?Por qu¨¦ no votamos juntos a favor de todo en lo que estamos de acuerdo? ?D¨®nde est¨¢ el problema?
Supongo que habr¨¢ quien plantee que la dificultad no est¨¢ en lo que nos une, aunque sea mucho, sino en lo que nos separa. Pienso honestamente que, si creemos realmente en la democracia, si somos aut¨¦nticamente dem¨®cratas, las diferencias entre ideolog¨ªas no pueden ser nunca un problema. La diferencia, en democracia, debe ser objeto de debate, de di¨¢logo, pero nunca de confrontaci¨®n. Nunca de ruptura. En democracia, cuando se est¨¢ de acuerdo se vota conjuntamente. Cuando hay desacuerdo se debate, se discute, se negocia y se acuerda. Y si finalmente el di¨¢logo no llega a buen t¨¦rmino, cada uno vota aquello en lo que cree y todos juntos entienden que el resultado de la votaci¨®n es leg¨ªtimo y justo.
Esto no significa renunciar a nada. No significa traicionar a nadie. Significa que sabemos vivir en una sociedad democr¨¢tica. Que sabemos entender el valor de las diferencias. Que consideramos que el contraste de pareceres es enriquecedor. Que aceptamos que vivir es convivir. La democracia funciona. Nada es definitivo. El poder tampoco. El poder en democracia es una concesi¨®n temporal que nos dan los ciudadanos. No es una propiedad, Sr. Rajoy. Tampoco es una conquista. El Gobierno saliente del PP nos ha mostrado que no hay nada m¨¢s d¨¦bil que el ejercicio del poder basado en la soberbia y la imposici¨®n. Por eso est¨¢n donde est¨¢n. En democracia, nada es m¨¢s fuerte que el ejercicio del poder desde la humildad y el entendimiento.
Por eso defiendo un Gobierno del Bien Com¨²n. Basado en el bien general y en el sentido com¨²n. Un Gobierno basado en la humildad y en la ambici¨®n. La humildad de representar a una minor¨ªa parlamentaria y la ambici¨®n de aspirar a conseguir un acuerdo mayoritario por el cambio del Gobierno y de la forma de gobernar. Tenemos ante nosotros la posibilidad de alcanzar un Gobierno del cambio, que cambien el fondo y las formas de gobernar. Donde el bien general y el sentido com¨²n est¨¦ por encima de las siglas y las ideolog¨ªas. Donde la mayor¨ªa sea el resultado de la uni¨®n de minor¨ªas diversas.
Paradojas del destino, Se?or¨ªas, podemos construir un nuevo Gobierno, podemos configurar una nueva forma de hacer pol¨ªtica. Y ahora, estamos descubriendo que para llegar ah¨ª tambi¨¦n hay que cambiar la manera de lcanzar el Gobierno. Y esa nueva forma se configura a partir del di¨¢logo, no de la imposici¨®n. Se modela a partir del acuerdo, no del asalto. En realidad, la actual configuraci¨®n de la c¨¢mara no es una aritm¨¦tica imposible; no es un puzzle irresoluble. Todo lo contrario. Quien lo vea as¨ª, est¨¢ leyendo mal los datos. La actual configuraci¨®n parlamentaria es el reflejo exacto, casi milim¨¦trico de lo que los espa?oles desean fervientemente.
Hay que dejar atr¨¢s el modelo anterior obsoleto y anacr¨®nico. El actual Parlamento imposibilita lo que los espa?oles no quieren que pase. Que dos fuerzas de la misma ideolog¨ªa se unan para formar un Gobierno que s¨®lo represente a poco m¨¢s de la mitad de nuestro pa¨ªs. Eso es imposible. No hay una suma posible s¨®lo con partidos de la misma ideolog¨ªa. Estamos obligados a mezclarnos. Tenemos que hacer mestizaje ideol¨®gico. Tenemos que hacerlo bien. Y descubriremos que el mestizaje enriquece; mientras la uniformidad, empobrece. Que el di¨¢logo, abre la mente; mientras que la obcecaci¨®n, la cierra. Y que el acuerdo, gratifica, mientras que la imposici¨®n, empeque?ece.
?Significa todo esto que tenemos que renunciar a nuestras creencias? Todo lo contrario. Cuanto m¨¢s profundas sean, m¨¢s s¨®lidos ser¨¢n nuestros argumentos. Cuanto m¨¢s firmes sean nuestras convicciones, mayor peso tendr¨¢n nuestras propuestas. Los maestros de la alta cocina, y de eso s¨ª que sabemos en Espa?a, nos ense?an que los sabores aut¨¦nticos son los que mejor se entremezclan. Nada aporta a un plato un condimento que no sabe a nada. La excelencia de un plato sublime es que se reconocen las esencias de cada elemento, que dan como resultado la armon¨ªa, la variedad y el contraste.
Por eso, los socialistas hoy defendemos que no tenemos l¨ªneas rojas. Lo que s¨ª tenemos son firmes convicciones. Esas convicciones son la base de lo que ofrecemos al resto de los partidos. Esa es la parte m¨¢s sencilla de las negociaciones. Todos los espa?oles saben lo que los socialistas defendemos. Frente a los que promueven la divisi¨®n de nuestros territorios, defendemos el valor de la unidad y la solidaridad; frente a los que favorecen la desigualdad y la injusticia; defendemos la protecci¨®n de los derechos y la igualdad de oportunidades; frente a los que facilitan y amparan la corrupci¨®n, defendemos la persecuci¨®n y el castigo para los corruptos y los corruptores.?
?Qu¨¦ hacemos entonces? El Partido Socialista lo tiene claro. Tras el escapismo del Sr. Rajoy (el mismo que ha caracterizado sus 4 a?os de Gobierno) el PSOE ten¨ªa que elegir: o contribuir al desgobierno y a la falta de compromiso con nuestro pa¨ªs; o dar un paso adelante e intentar conformar una mayor¨ªa que afronte los cambios urgentes que los espa?oles desean. Espa?a necesita un buen Gobierno. Llevamos demasiados a?os sufriendo un mal Gobierno, que gobierna solo y frente a todos. Mi compromiso es liderar un Gobierno del bien com¨²n, que base su fuerza en el di¨¢logo y el acuerdo. Nosotros apostamos por un cambio que una a la sociedad en torno a un proyecto pol¨ªtico que resulte aceptable m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de cada uno de nuestros electorados. Y que precisamente por eso, por abrirse a tantos y tan diversos, sea un proyecto pol¨ªtico ilusionante.
Esta es la esencia del acuerdo que hemos firmado con el grupo parlamentario de Ciudadanos. A todos ellos y ellas, en especial a su presidente, el Sr. Rivera, les doy p¨²blicamente las gracias por su valent¨ªa y coraje. Agradecimiento que hago extensivo a mi propio grupo, al grupo parlamentario socialista.
Llevan raz¨®n los que dicen que el acuerdo del PSOE y Ciudadanos no es suficiente en esca?os. Es evidente. Pero el acuerdo es el indispensable principio de la soluci¨®n. Para ir cualquier parte, hay que levantarse y dar un primer paso. Eso es lo que hemos hecho. Es la prueba de que dos grupos pol¨ªticos con ideolog¨ªa y programas diferentes pueden buscar puntos de entendimiento. Ni estamos de acuerdo con el programa de Ciudadanos, ni Ciudadanos con el del PSOE. Qued¨® claro en la campa?a electoral. Pero hemos acordado hasta 200 puntos en los que podemos encontrar un territorio compartido. Es un acuerdo negociado. No es el programa de Ciudadanos, ni el del PSOE. Y, fruto del di¨¢logo, tambi¨¦n hemos puesto de manifiesto distintos asuntos en los que discrepamos. Gracias al dialogo, sabemos cu¨¢les son esas diferencias y hemos pactado una posici¨®n desde la que arrancar. Hasta la peor de las medidas propuestas en nuestro acuerdo es mejor que donde estamos con el actual Gobierno saliente.
Un acuerdo, Se?or¨ªas, que representa a m¨¢s de nueve millones de espa?oles y espa?olas de opciones diferentes. Un acuerdo que no confronta sino que convoca a la mayor¨ªa de espa?oles. Un acuerdo abierto al encuentro de otras formaciones que no se resignan, que sue?an con cambiar el rumbo del pa¨ªs. Un acuerdo que ofrece una salida centrada al atasco pol¨ªtico que vive Espa?a. Un acuerdo que ofrece soluciones a los principales problemas y demandas de los espa?oles. Un acuerdo lleno de esperanza en un futuro mejor para todos, lejos de verdades inamovibles, de planteamientos ut¨®picos y de f¨®rmulas m¨¢gicas. Un acuerdo que adem¨¢s de proponer un conjunto coherente de medidas para la reforma progresista de Espa?a, muestran una forma de hacer que ya es en s¨ª misma una reforma de nuestra vida pol¨ªtica.
l acuerdo presenta soluciones a los cinco grandes desaf¨ªos que hoy componen nuestra realidad, y cuya soluci¨®n marcar¨¢ el futuro del pa¨ªs: el empleo, la desigualdad, la regeneraci¨®n democr¨¢tica y el combate contra la corrupci¨®n, el papel que Espa?a debe tener en la Uni¨®n Europea y en el mundo, y resolver la crisis de convivencia que se sufre en Catalu?a. Cinco desaf¨ªos que enfrentaremos con trabajo y tes¨®n, y que requieren de di¨¢logo con la sociedad, con los agentes sociales y entre las fuerzas parlamentarias. Cinco desaf¨ªos que necesitan soluciones, algunas muy urgentes, Se?or¨ªas, soluciones en las que, cuando la voluntad de uni¨®n y cambio es cierta, no cuesta encontrar un entendimiento. Con generosidad, sin visiones miopes, en busca de acuerdos duraderos que sienten las bases de una Espa?a mejor.
Se?or¨ªas,
Pasan los a?os y en la agenda de la sociedad espa?ola sigue pendiente el desaf¨ªo en el que debemos volcar todas nuestras fuerzas: la creaci¨®n de empleo.
M¨¢s de cuatro millones de espa?oles buscan empleo y no lo encuentran. Dos millones desde hace m¨¢s de dos a?os. La falta de oportunidades hace que nuestros j¨®venes emigren o tengan empleos precarios en sectores ajenos a su formaci¨®n. Las mujeres sufren la desigualdad salarial, el paro o la jornada doble en la oficina y en el hogar. Las personas con discapacidad han visto recortadas sus opciones de acceso al mundo laboral. Los j¨®venes de 40 a?os ya son considerados viejos en el mercado de trabajo, y los mayores de 50 corren el riesgo de la prejubilaci¨®n o el paro de larga duraci¨®n. Quienes tienen empleo cobran menos salario pero trabajan m¨¢s horas. Los contratos estables dieron paso a empleos por horas. Y los aut¨®nomos ven c¨®mo sus cotizaciones se comen la mitad de su sueldo, sin que ello les garantice una protecci¨®n social digna.
No tener empleo es algo peor que no tener una fuente de ingresos. No tener trabajo es carecer de una fuente esencial de autoestima y de seguridad personal y familiar. El paro no s¨®lo hace vulnerable a cada persona parada en particular, el paro hace vulnerable a Espa?a en s¨ª misma. Con un paro como el que sufrimos hay muchos ciudadanos en riesgo de exclusi¨®n social, las redes de protecci¨®n social se han debilitado, y la sociedad es m¨¢s vulnerable al abuso organizado de los m¨¢s fuertes. Cuando los organismos internacionales dicen que deberemos esperar una d¨¦cada para reabsorber el paro actual, nuestra respuesta no puede ser echarle la culpa al de antes o al de ahora, resignarnos y mirar hacia otro lado. Si tenemos estas tasas de paro es porque nuestro modelo productivo se sostiene sobre sectores muy vulnerables al desempleo en caso de crisis y por una escasa productividad, una baja competitividad.
Si algo nos ense?¨® la crisis es queno hay nada m¨¢s pol¨ªtico que la econom¨ªa.Porque es en la econom¨ªa donde se traza la raya entre ganadores yperdedores. Donde se decide qu¨¦ tipo derelaciones laborales existen entre trabajador y empresario. Donde se decide qu¨¦ impuestos se pagan y qui¨¦n los paga. Donde se decide el uso o mal uso de nuestros recursos naturales.
La econom¨ªa no puede ser ajena a la pol¨ªtica, y la pol¨ªtica no puede ser ajena a la prosperidad de la ciudadan¨ªa. Por desgracia, eso es lo que hemos visto en los ¨²ltimos a?os en los que se han aplicado pol¨ªticas tan crueles como ineficaces, eso s¨ª, siempre bajo la bandera de la austeridad. Bandera, por cierto, que siempre enarbolan los que nunca fueron austeros a costa de quienes siempre lo fueron por necesidad.
Se?or¨ªas,
Tener en torno a cinco millones de parados, con la econom¨ªa creciendo al 3%, es la mejor prueba del fracaso de una pol¨ªtica econ¨®mica y laboral. De la misma manera, un d¨¦ficit del 5% del PIB, con una deuda p¨²blica que roza el 100% del PIB, son la mejor prueba del fracaso de una pol¨ªtica presupuestaria y fiscal. Estos d¨ªas hemos conocido que la Comisi¨®n Europea llama la atenci¨®n al Gobierno en funciones sobre ambos aspectos, a la vez que anuncia posibles sanciones por el incumplimiento de los compromisos de d¨¦ficit. Es decir, Europa nos va a sancionar a todos los espa?oles por culpa de la rebaja fiscal electoralista e injusta que hizo usted, se?or Rajoy, antes de las elecciones. Los espa?oles vamos as¨ª a pagar dos veces el hecho de que usted antepusiera los intereses de su partido sobre los interese generales. Ese es el tipo de actitud que queremos desterrar de nuestra vida pol¨ªtica mediante compromisos como los que hoy presento aqu¨ª, que buscan situar los intereses de la gente por delante del ego¨ªsmo de partido.
Consolidar una recuperaci¨®n econ¨®mica sostenible y m¨¢s justa, que beneficie a la mayor¨ªa, exigir¨¢ de la uni¨®n de todos: Gobiernos e instituciones, trabajadores y emprendedores, empresas y econom¨ªa social, cient¨ªficos y universidades.
Y requiere de tres compromisos. El primero de ellos consiste en un cambio de modelo de crecimiento basado en la innovaci¨®n y la mejora de la productividad, un modelo que nos permita competir, no haciendo las cosas m¨¢s baratas sino haci¨¦ndolas mejor, con m¨¢s valor a?adido.
Las pol¨ªticas del gobierno conservador nos han llevado a un modelo competitivo basado en costes laborales baratos. Ese ha sido el sentido econ¨®mico de una reforma laboral que desprotege de derechos a los trabajadores, reduce la capacidad negociadora de sus representantes e incrementa la discrecionalidad de los empresarios para alterar de forma unilateral las condiciones contractuales. Tenemos que impulsar un nuevo modelo de crecimiento inclusivo, medioambientalmente sostenible y fundamentado en la productividad, la estabilidad presupuestaria y un sistema fiscal justo y suficiente como proponemos, precisamente, en el Acuerdo que sustenta mi propuesta de Gobierno. En este sentido, implementaremos medidas para mejorar la competencia en los mercados, fortalecer el gobierno corporativo y a favor de una econom¨ªa inclusiva. Promocionaremos e incentivaremos fiscalmente la econom¨ªa social, con reformas de la Ley de Cooperativas y de la Ley de Mecenazgo.
Promoveremos medidas en defensa de los consumidores, en especial de los de productos financieros y de los m¨¢s vulnerables, a trav¨¦s de un nuevo C¨®digo de Consumo y de una Ley de Segunda Oportunidad. Por razones obvias de justicia pero tambi¨¦n porque contribuir¨¢ a una econom¨ªa m¨¢s competitiva y participativa. Medidas tambi¨¦n para reforzar el gobierno corporativo de las empresas que refuercen los mecanismos de control sobre los gestores, que hagan transparentes la remuneraci¨®n de los altos directivos y consejeros y que incorporen f¨®rmulas de mayor representaci¨®n de los trabajadores. El segundo compromiso con una recuperaci¨®n justa, Se?or¨ªas, consiste en una transici¨®n energ¨¦tica que combata firmemente el cambio clim¨¢tico. Con un objetivo ¨²ltimo: alcanzar un sistema energ¨¦tico eficiente, innovador y sostenible, que siente las bases para un sector el¨¦ctrico m¨¢s autosuficiente, basado en las energ¨ªas renovables, en 2050. Y tambi¨¦n una reducci¨®n de emisiones de CO2 compatible con los recientes compromisos de Par¨ªs.
Para ello proponemos un Pacto de Estado de la Energ¨ªa, un pacto abierto a todos, Se?or¨ªas. Proponemos el cierre progresivo de las centrales nucleares al cumplir 40 a?os de vida ¨²til y no permitir pr¨¢cticas lesivas para el entorno como el fracking. Perseguimos el objetivo de crear ciudades resilientes y con cero emisiones y, en el ¨¢mbito rural, prohibir el cambio de uso en el suelo de zonas forestales incendiadas y recuperar y desarrollar la ley de Patrimonio Natural y Protecci¨®n de la diversidad de 2007. El medio rural es nuestro mayor yacimiento de recursos naturales, supone el 90% del territorio y el 25% de la poblaci¨®n y sustenta en gran medida un sector agroalimentario que genera m¨¢s de 1,3 millones de empleos. Sin embargo nuestros pueblos siguen envejeciendo, hundidos en una sangr¨ªa migratoria que conduce al pa¨ªs al abandono de su territorio.
La Pol¨ªtica Rural tiene que adquirir el rango de Pol¨ªtica de Estado. No podemos permitir que una parte importante de la poblaci¨®n sea considerada como ciudadanos de segunda. Eso ha sucedido en los ¨²ltimos cuatro a?os, al privarles de la atenci¨®n sanitaria en los pueblos, al cerrar los centros educativos rurales o suprimir el transporte escolar.
Vamos a impulsar una pol¨ªtica agraria, pesquera y de desarrollo rural comprometida, con financiaci¨®n, y vamos a prestar un apoyo decidido a la industria agroalimentaria, con el objetivo de equilibrar la cadena alimentaria repartiendo justamente esfuerzos y beneficios. Apostamos por una gesti¨®n sostenible y eficiente del agua que recupere su consideraci¨®n como un derecho as¨ª como un bien ambiental, integrando este principio en la planificaci¨®n hidrol¨®gica. Impulsaremos la econom¨ªa circular con el objetivo del vertido cero, el fomento del ecodise?o y la concienciaci¨®n y sensibilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa.
Nos comprometemos a proteger nuestras costas y nuestros espacios marinos, frente a una modificaci¨®n de la Ley de Costas del Gobierno popular que habla de negocios, no de medio ambiente. Una ley que es una apuesta por el recorte del bien p¨²blico y el avance de la privatizaci¨®n del patrimonio de todos, y que deja nuestras costas m¨¢s vulnerables que nunca frente a los efectos del cambio clim¨¢tico. El tercer compromiso con una recuperaci¨®n justa es el fortalecimiento de la estabilidad presupuestaria, mediante un cambio radical en la orientaci¨®n de las pol¨ªticas de reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, con tres medidas que asumo: negociar con Bruselas un nuevo calendario que grad¨²e el ritmo de reducci¨®n; renunciar a que el ajuste se haga recortando m¨¢s los gastos sociales; y efectuar una reforma fiscal integral y progresiva que ampl¨ªe las bases y que luche con mayor decisi¨®n contra el fraude.
Los Presupuestos Generales del Estado aprobados para 2016 al final de la pasada legislatura, ustedes lo saben bien, Se?or¨ªas, no cumplir¨¢n con el objetivo de d¨¦ficit acordado con Europa. Como tampoco se han cumplido durante todos los a?os anteriores de la legislatura. La Comisi¨®n Europea ha advertido a Espa?a que dichos presupuestos presentan una desviaci¨®n de unos 10.000 millones de euros.
El nuevo Gobierno que quiero presidir debe iniciar una negociaci¨®n con Bruselas para acordar una flexibilizaci¨®n de los objetivos anuales de d¨¦ficit y deuda p¨²blica, flexibilizaci¨®n que ya se ha acordado para otros pa¨ªses como Francia, Alemania o Italia. El objetivo es acordar una senda gradual, realista y equilibrada de consolidaci¨®n fiscal a cuatro a?os que sit¨²e el d¨¦ficit en el entorno del 1% en 2019. La misma senda deber¨ªa permitir colocar el d¨¦ficit por debajo del 3% en 2017, de forma que Espa?a pueda salir del brazo correctivo del Procedimiento por D¨¦ficit Excesivo. En segundo lugar pondremos en marcha una nueva pol¨ªtica presupuestaria que renuncie a recortar el gasto social. Antes bien, que se compromete a restaurarlo, en coherencia con nuestra voluntad de incluir como derechos fundamentales en la Constituci¨®n los derechos sociales. Eso significa que deberemos efectuar una revisi¨®n del gasto p¨²blico para priorizar su eficiencia. Todo el aparato administrativo del Estado ser¨¢ objeto de una profunda revisi¨®n de su sentido y sus competencias, y un an¨¢lisis sobre su eficiencia. Y se suprimir¨¢ todo aquello que no supere las dos pruebas anteriores.
En tercer y ¨²ltimo lugar, reforma fiscal. Elevaremos la capacidad recaudatoria de nuestro sistema impositivo para acercarla a la media europea. Para ello, pondremos en marcha un plan de lucha contra el fraude y la econom¨ªa sumergida que incluya la negativa a aprobar nuevas amnist¨ªas fiscales y ponga en marcha una Oficina Nacional de control fiscal de las grandes fortunas. Reduciremos la carga tributaria de las rentas del trabajo, lo que compensaremos por otro tipo de rentas y por impuestos mediambientales. Todo ello figura en el Acuerdo en que se basa mi programa de Gobierno.
Se?or¨ªas,
Conseguir que la econom¨ªa crezca de manera sostenible no es suficiente si no somos capaces de redistribuir los frutos del crecimiento. En este sentido, lo primero es dar un impulso decidido a una pol¨ªtica de creaci¨®n de empleo estable y de calidad.
Para ello potenciaremos de manera inmediata la negociaci¨®n colectiva y el equilibrio de relaciones laborales en la empresa. Pondremos en marcha el dialogo social con el objetivo de elaborar un nuevo Estatuto de los Trabajadores. Y a la vez, suprimiremos aquellos elementos que han hecho de la Reforma Laboral en vigor la cuna de la precariedad laboral y la desprotecci¨®n de los trabajadores.
Cuatro han sido los elementos m¨¢s nocivos de la ¨²ltima Reforma Laboral: la supremac¨ªa absoluta del convenio de empresa; la supresi¨®n de la ultraactividad de los convenios colectivos; la capacidad del empresario para abordar alteraciones sustanciales del contrato laboral de manera unilateral y la permisiva regulaci¨®n del contrato temporal.
Cada una de ellas representa, por s¨ª misma, un importante retroceso de los derechos de los trabajadores. Pero las cuatro juntas han sido una voladura incontrolada del equilibrio en las relaciones laborales.
Mi programa de Gobierno deroga estos cuatro aspectos. Y los sustituye por nuevas disposiciones donde:?se recuperan los derechos de negociaci¨®n colectiva de los trabajadores; se limitan a dos a?os la contrataci¨®n por tiempo determinado; a la vez que se aumenta la indemnizaci¨®n por despido el segundo a?o?y se establecen mejores incentivos a la conversi¨®n de contratos temporales, en indefinidos.
Nadie cuestiona la necesidad de flexibilidad que tienen nuestras empresas para adaptarse a realidades cambiantes en un mundo global muy competitivo. Pero ello debe hacerse de forma negociada con los trabajadores. De otro modo, se abre la puerta al abuso y a la injusticia de los contratos abusivos y mal pagados.
En este marco, reduciremos a tres las modalidades de contrato de trabajo: el actual indefinido, uno estable de duraci¨®n determinada que sustituya al temporal y otro de relevo y para la formaci¨®n. Prohibiremos la cobertura de puestos de trabajo permanentes con contratos temporales, cuya duraci¨®n no podr¨¢ exceder dos a?os, y pondremos en marcha un Plan de Inspecci¨®n de Trabajo y Seguridad Social de lucha contra la explotaci¨®n y precariedad laboral.
Otra prioridad ser¨¢ el impulso continuado de las pol¨ªticas activas de empleo, sometidas a evaluaci¨®n permanente y con un aumento de los presupuestos destinados a tal efecto. Asimismo queremos dotar de recursos suficientes el Plan de Garant¨ªa Juvenil.
En este sentido, pondremos en marcha un Plan de Choque con dos grandes objetivos: incorporar al mercado de trabajo en un tiempo razonable a los que buscan su primer empleo, y evitar la cronificaci¨®n del paro, reincorporando cuanto antes a la actividad a los que lo han perdido.
Un Plan con cargo a los Presupuestos Generales del Estado y a la supresi¨®n de muchas de las actuales bonificaciones a la contrataci¨®n, cuya utilidad ha sido ampliamente cuestionada por la evidencia.
Se?or¨ªas,
El segundo gran desaf¨ªo al que se enfrenta nuestro pa¨ªs es la lucha contra la desigualdad.
Espa?a es el segundo pa¨ªs con mayor desigualdad de la Uni¨®n Europea. En los ¨²ltimos cuatro a?os ha aumentado la brecha entre quienes m¨¢s tienen y los que menos tienen, tambi¨¦n la tasa de pobreza y el n¨²mero de hogares sin ning¨²n tipo de ingreso.
El necesario equilibrio social que sustenta toda democracia, ha saltado por los aires con la aplicaci¨®n de las pol¨ªticas derechistas durante estos a?os de mayor¨ªa m¨¢s que absoluta, absolutista.
Los espa?oles han sufrido, como en otros pa¨ªses, una de las mayores crisis de la historia pero, adem¨¢s, han padecido una pol¨ªtica econ¨®mica regresiva que ha estimulado la desigualdad en lugar de contrarrestarla. Por eso, han pedido el cambio con su voto. El cambio de Gobierno y el cambio de pol¨ªticas. Y eso es lo que refleja mi programa de investidura.
Si obtengo la confianza mayoritaria de la C¨¢mara, esta ser¨¢ la legislatura de la igualdad.
Luchar¨¦ contra la desigualdad de dos maneras: una, con la inmediata puesta en marcha de un Plan de Emergencia Social que atienda de manera urgente las necesidades de numerosos colectivos ajenos a la salida de la crisis. Y dos, sentando las bases para reconstruir y modernizar nuestro Estado del Bienestar.
El Plan de Emergencia Social establece una serie de medidas como el reconocimiento de un Ingreso M¨ªnimo Vital para atender la situaci¨®n de necesidad de los 750.000 hogares que carecen de todo ingreso econ¨®mico, as¨ª como el incremento de la prestaci¨®n por hijo a cargo y la extensi¨®n de su duraci¨®n con objeto de combatir de forma eficaz la pobreza infantil.
Para reducir el fen¨®meno de la pobreza laboral pondremos en marcha el Complemento Salarial Garantizado, y subiremos el Salario M¨ªnimo para recuperar el poder adquisitivo perdido durante estos ¨²ltimos cuatro a?os.
Activaremos un plan de inclusi¨®n social de personas sin hogar, aprobaremos una Ley de lucha contra la pobreza energ¨¦tica e impulsaremos medidas contra el sobre-endeudamiento y los desahucios.
El Plan de Emergencia Social se completa con la reforma de la ley hipotecaria para eliminar de forma autom¨¢tica las cl¨¢usulas abusivas, el reconocimiento del derecho de las personas en situaci¨®n de insolvencia sobrevenida al acceso a una vivienda de alquiler social, la declaraci¨®n de la renta activa de inclusi¨®n como inembargable, y la recuperaci¨®n del subsidio de desempleo para los parados mayores de 52 a?os.
Se?or¨ªas,
Reconstruir y modernizar el Estado de Bienestar es la segunda gran l¨ªnea de actuaci¨®n que nos proponemos en esta legislatura de la igualdad.
La historia del socialismo democr¨¢tico en nuestro pa¨ªs, al igual que el laborismo brit¨¢nico o la socialdemocracia alemana es un testimonio vivo por la construcci¨®n del Estado del Bienestar.
Esa realidad, ciertamente hoy en riesgo por los recortes, no surgi¨® espont¨¢neamente de la nada. Es una conquista pol¨ªtica, y a pesar de ocho a?os de crisis, y a pesar de quienes durante la pasada legislatura aprovecharon la crisis como excusa para desmantelar el Estado del Bienestar, esa conquista la hemos preservado. Y vamos a seguir preserv¨¢ndola.
Nosotros creemos en este Estado del Bienestar, y nuestra preocupaci¨®n es recuperarlo, hacerlo econ¨®micamente sostenible y, sobre todo, mejorarlo. No es necesario hacer tabla rasa de nuestro sistema pol¨ªtico. Basta con restaurar algunas cosas que la crisis y ciertas pol¨ªticas equivocadas han roto. Y transformar y adecuar otras para que nuestro Estado del Bienestar se adapte a la Espa?a del siglo XXI.
Por eso, porque creemos en el sistema, proponemos medidas en las que nos podemos encontrar la inmensa mayor¨ªa de los diputados y diputadas de esta C¨¢mara.
Medidas como un Pacto Sanitario que restablezca de inmediato la universalidad de la cobertura del Sistema Nacional de Salud. Todas las personas que vivan en Espa?a, sin importar su origen o condici¨®n, tienen que estar incluidas en el sistema.
El Pacto Sanitario recuperar¨¢ la Tarjeta Sanitaria en los plazos anteriores al Real Decreto Ley de 2012, reforzar¨¢ la gesti¨®n p¨²blica del sistema y desarrollar¨¢ la Ley General de Salud P¨²blica como instrumento preferente para incrementar la salud de los ciudadanos.
En cuanto a las pensiones y su sostenibilidad es fundamental restablecer el consenso mantenido desde hace casi 20 a?os alrededor del Pacto de Toledo. Ya nos pusimos de acuerdo una vez, Se?or¨ªas. No dudo que podamos hacerlo de nuevo.
Reconstruir nuestro Estado de Bienestar implica tambi¨¦n acabar con la desigualdad que sufren las personas dependientes, que necesitan la revitalizaci¨®n de una Ley de Dependencia hoy abandonada, y aprobar un plan concertado de servicios sociales que permita atender a toda la ciudadan¨ªa.
Se?or¨ªas, no hay mejor manera de invertir en futuro que proteger a la infancia. Por eso proponemos un nuevo plan estrat¨¦gico de Infancia y Adolescencia, as¨ª como aprobar una estrategia integral frente a la violencia contra la infancia de acuerdo.
Procuraremos la inclusi¨®n educativa, laboral y social de las personas con discapacidad, y tambi¨¦n la adecuaci¨®n del dise?o de los espacios p¨²blicos al concepto de accesibilidad universal.
En resumen, Plan de Emergencia Social y reconstrucci¨®n de nuestro Estado de Bienestar. Aunque la lucha contra la desigualdad no acaba ah¨ª. Espa?a tambi¨¦n es l¨ªder en la desigualdad entre hombres y mujeres. Con una brecha salarial que lejos de reducirse aumenta cada a?o, hoy una mujer tiene que trabajar 79 d¨ªas m¨¢s al a?o para ganar lo mismo que un hombre con un trabajo similar. Aprobaremos una Ley de igualdad salarial para poner remedio a esta injusticia.
La desigualdad salarial, junto con el menor tiempo de cotizaci¨®n, tiene consecuencias en las pensiones de las mujeres, un 34% inferiores. Es por tanto de justicia reconocer a todas las mujeres un bonus de dos a?os de cotizaci¨®n a efectos del c¨¢lculo de pensiones por cada hijo o hija, nacidos o adoptados, y de un a?o adicional a los padres que acrediten haberse hecho responsables del cuidado de aquellos. Para las mujeres demandantes de empleo que tengan un hijo y no tengan derecho a la prestaci¨®n contributiva de maternidad, desarrollaremos una prestaci¨®n no contributiva por maternidad de 6 semanas de duraci¨®n.
En las Administraciones P¨²blicas, garantizaremos el cumplimiento del Plan Concilia 2005 y de la resoluci¨®n de 2012 de la Secretar¨ªa de Estado de Administraciones P¨²blicas, que se?ala que la jornada laboral debe terminar a las seis de la tarde. En el sector privado, promoveremos la incorporaci¨®n en la negociaci¨®n colectiva de medidas relacionadas con la racionalizaci¨®n de los tiempos y las jornadas laborales, como los cr¨¦ditos por horas.
Si hablamos de igualdad no debemos olvidarnos de las personas transexuales, para las que aprobaremos una ley integral.
Como tampoco podemos olvidarnos de la consecuci¨®n de un Pacto Social y Pol¨ªtico por la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura, elementos generadores de igualdad, prosperidad y justicia social.
Pacto por la Educaci¨®n que configure la beca como derecho, que universalice de manera progresiva la oferta p¨²blica de Escuelas Infantiles de 0 a 3 a?os y que permita la revisi¨®n global y urgente del sistema de formaci¨®n profesional.
Un Pacto por la Educaci¨®n que nos incluya a todos a los partidos, a todas las instituciones, a la comunidad docente, a los estudiantes, y a los padres y madres. Un pacto, se?or¨ªas, que en el plazo de seis meses establezca una Ley de Educaci¨®n consensuada, fiable y duradera, como demanda la sociedad, ajena a las alternancias en el poder.
Pacto tambi¨¦n por la Ciencia, que impulse la inversi¨®n p¨²blica en I+D+i civil, que promueva un Plan Especial para la consolidaci¨®n del talento cient¨ªfico, que atraiga talento exterior y que haga posible la vuelta de nuestros investigadores al encontrar buenas perspectivas en nuestro pa¨ªs. Porque un pa¨ªs que condene a sus mejores mentes a ganarse la vida fuera de sus fronteras est¨¢ condenado al fracaso.
Pacto Social y Pol¨ªtico por la Cultura, que haga de la misma una prioridad pol¨ªtica y que recupere el acuerdo y el di¨¢logo con el sector. Rebajaremos el IVA a las actividades culturales. Elaboraremos una Ley de Mecenazgo y reformaremos la Ley de Propiedad Intelectual para hacer efectiva la defensa y protecci¨®n del creador, y hacerla compatible con el mayor acceso posible al patrimonio cultural.
Tambi¨¦n promoveremos iniciativas legales para el reconocimiento de otra gran riqueza cultural patrimonio de todos los ciudadanos y ciudadanas: la pluralidad ling¨¹¨ªstica en Espa?a.
Se?or¨ªas,
En los ¨²ltimos a?os, la corrupci¨®n ha alcanzado un nivel insoportable, los esc¨¢ndalos se amontonan hasta convertirse en algo cotidiano.
La democracia tiene un enemigo llamado corrupci¨®n. Y ese enemigo debe de ser com¨²n a todos los partidos democr¨¢ticos.
Demasiadas veces unos y otros hemos cometido el error de pensar, y decir, que la corrupci¨®n es solo un problema del adversario.
Por eso, no caer¨¦ en el ¡°y t¨² m¨¢s¡± y volcar¨¦ desde el Gobierno todo el esfuerzo en prevenir, combatir y castigar con contundencia la corrupci¨®n, con medidas donde espero conseguir un amplio apoyo de la C¨¢mara.
Medidas de prevenci¨®n de la corrupci¨®n para el sector p¨²blico. Revisaremos los deberes y obligaciones de funcionarios y cargos p¨²blicos, incluyendo un endurecimiento de sus conflictos de intereses e incompatibilidades.
Medidas de prevenci¨®n en el sector privado, como la regulaci¨®n de los lobbies, la anulaci¨®n de cualquier relaci¨®n dineraria o contractual obtenida con las Administraciones P¨²blicas mediante pr¨¢cticas corruptas, y la exigencia de restituci¨®n e indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios.
Medidas, tambi¨¦n, de represi¨®n de la corrupci¨®n. Revisaremos los delitos contra la Administraci¨®n P¨²blica como la prevaricaci¨®n, el cohecho o el tr¨¢fico de influencias definiendo mejor las conductas contrarias a la ley y reforzando las penas privativas de libertad. Rebajaremos la cuant¨ªa m¨ªnima que da lugar a penas de prisi¨®n en el delito de la financiaci¨®n ilegal de partidos pol¨ªticos. Endureceremos las medidas contra el fraude fiscal, de subvenciones y a la Seguridad Social. Revisaremos las competencias de la Audiencia Nacional y de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. Y prohibiremos la concesi¨®n de indulto en delitos vinculados con la corrupci¨®n y la violencia de g¨¦nero.
Se?or¨ªas,
La regeneraci¨®n democr¨¢tica tambi¨¦n consiste en mejorar la calidad de las instituciones e impulsar reformas en el sistema democr¨¢tico para reforzar nuestros derechos y libertades.
En ese sentido, me propongo impulsar una aut¨¦ntica revoluci¨®n en el nombramiento de cargos de designaci¨®n parlamentaria. Desde los miembros del Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder Judicial, el Consejo de Seguridad Nuclear o la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, hasta la elecci¨®n de la presidencia y el Consejo de Radiotelevisi¨®n Espa?ola.
En estos y otros casos debe primar la independencia, profesionalidad e imparcialidad de los candidatos. Lo haremos a trav¨¦s de convocatoria p¨²blica, evaluaci¨®n de la competencia e idoneidad de los candidatos por un Comit¨¦ Asesor de composici¨®n profesional, publicidad de los informes de evaluaci¨®n, sesiones de audiencia en las comisiones del Parlamento, y aprobaci¨®n por la mayor¨ªa de las C¨¢maras competentes.
Me comprometo a llevar tambi¨¦n esta revoluci¨®n al procedimiento de intervenci¨®n de las C¨¢maras en el nombramiento de cargos de designaci¨®n por el Gobierno, como el Fiscal General del Estado o el gobernador del Banco de Espa?a.
Nos proponemos reformar el sistema electoral para, entre otras medidas, mejorar la proporcionalidad y garantizar la paridad, eliminar el voto rogado, establecer el sistema de listas desbloqueadas, posibilitar de forma efectiva el voto a las personas con discapacidad que hoy no pueden ejercerlo, y regular los debates electorales.
Se?or¨ªas,
Nuestro sistema judicial sufre graves deficiencias estructurales, organizativas, procesales y presupuestarias. Es necesario impulsar un Pacto de Estado que nos permita alcanzar, en el medio plazo, la media de los pa¨ªses de referencia europea en relaci¨®n con medios personales y materiales de los juzgados y tribunales.
Nos comprometemos a derogar la prisi¨®n permanente revisable, el art¨ªculo 315.3 del C¨®digo Penal sobre el ejercicio al derecho de huelga, y la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en lo referido al recorte en los plazos de instrucci¨®n. Suprimiremos tambi¨¦n las tasas judiciales para las PYMES.
En relaci¨®n tambi¨¦n a la regeneraci¨®n democr¨¢tica, Se?or¨ªas, aprobaremos una Ley de participaci¨®n institucional que permita a los agentes sociales cumplir con rigor y transparencia su papel constitucional. Reformaremos la Ley Org¨¢nica de Financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas, para corregir los d¨¦ficits de financiaci¨®n y garantizar los principios de autonom¨ªa, coordinaci¨®n, solidaridad e igualdad recogidos en la Constituci¨®n. Y derogaremos la Ley de Racionalizaci¨®n y Sostenibilidad de la Administraci¨®n Local para asegurar la autonom¨ªa de las entidades locales y su correcta financiaci¨®n.
En esta l¨ªnea, aprobaremos una nueva Ley de Financiaci¨®n Local y procederemos a la creaci¨®n de Consejos provinciales de alcaldes, en sustituci¨®n de las viejas Diputaciones. Es una medida acorde con nuestra realidad institucional actual y una forma m¨¢s eficiente de abordar la atenci¨®n con los peque?os municipios, para que ning¨²n ciudadano vea mermada su acceso a los servicios esenciales.
Se?or¨ªas,
Algunas medidas de regeneraci¨®n exigen de la reforma constitucional. En este sentido, los grupos parlamentarios que suscriben el Acuerdo que fundamenta mi Programa de Gobierno, impulsar¨¢n una reforma urgente para acabar con los aforamientos, limitar a 8 a?os la presidencia del Gobierno, reducir a 10 el n¨²mero de vocales del Consejo General del Poder Judicial, suprimir las Diputaciones provinciales, y reducir a 250.000 las firmas necesarias para la presentaci¨®n en esta C¨¢mara de Iniciativas Legislativas Populares.
Todas ellas, demandas planteadas insistentemente en los ¨²ltimos a?os, por lo que estoy seguro gozar¨¢n de amplio respaldo en la C¨¢mara.
Se?or¨ªas,
El Gobierno que me propongo presidir se plantear¨¢ como prioridad fortalecer el sistema de derechos y libertades consagrado en la Constituci¨®n, tan deteriorado durante la pasada legislatura.
Para ello: aprobaremos una Ley que garantice la igualdad de trato y la no discriminaci¨®n por raz¨®n de nacimiento, origen racial o ¨¦tnico, sexo, religi¨®n, convicci¨®n u opini¨®n, edad, discapacidad, orientaci¨®n o identidad sexual, enfermedad, o cualquier otra condici¨®n o circunstancia personal o social. Garantizaremos de manera plena el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad. Garantizaremos tambi¨¦n que los ciudadanos puedan afrontar con dignidad y de acuerdo con sus decisiones el tramo final de la vida, mediante una Ley de muerte digna. Buscaremos un nuevo marco de relaci¨®n entre Iglesia Cat¨®lica y Estado, que garantice la laicidad efectiva de este ¨²ltimo e impulse una Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia. Revitalizaremos y dotaremos de presupuesto la Ley de Memoria Hist¨®rica, otro deber moral que nos ata?e, se?or¨ªas, desde el esp¨ªritu de concordia y de cerrar heridas.
Se?or¨ªas,
En pleno siglo XXI, la seguridad de todos no puede ser enemiga de la libertad de expresi¨®n ni de la dignidad de las personas, ni puede llevarnos a criminalizar la protesta. Por eso eliminaremos los aspectos regresivos de la Ley de Seguridad Ciudadana.
Un siglo XXI que ha tra¨ªdo a nuestra sociedad nuevas necesidades, como el derecho a la privacidad o al olvido en la red, o tambi¨¦n la protecci¨®n de datos personales y el secreto de comunicaciones electr¨®nicas. Un nuevo siglo que no ha hecho sino aumentar la sensibilidad social contra el maltrato animal, algo que recogeremos en una nueva ley que procure su bienestar.
Se?or¨ªas, es nuestra obligaci¨®n impulsar un Pacto Social, Pol¨ªtico e Institucional contra la Violencia de G¨¦nero. La Violencia de G¨¦nero es una realidad dolorosa y lacerante que no afecta al ¨¢mbito privado. Al contrario. Es el s¨ªmbolo m¨¢s brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Una violencia y una desigualdad que se ha cobrado la vida de 800 mujeres en los ¨²ltimos 13 a?os y ha dejado decenas de ni?os hu¨¦rfanos o asesinados.
Para este fin, aumentaremos las partidas presupuestarias destinadas a la prevenci¨®n y atenci¨®n de las v¨ªctimas; crearemos unidades de coordinaci¨®n contra la Violencia de G¨¦nero en cada Comunidad Aut¨®noma; pondremos en marcha un acompa?amiento judicial personalizado para asesorar a las v¨ªctimas; activaremos de forma permanente el Plan Nacional de Sensibilizaci¨®n y Prevenci¨®n; y pondremos en marcha un Plan para prevenir, proteger y reparar el da?o a menores v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero.
Se?or¨ªas,
Otro gran desaf¨ªo al que nos enfrentamos es el de potenciar el papel activo de Espa?a en Europa y en el mundo.
Vivimos en plena era de la globalizaci¨®n. La creciente facilidad y rapidez de movimiento de personas, capitales y datos ofrece sobre todo oportunidades, pero tambi¨¦n retos a los Estados y sociedades.
Ning¨²n pa¨ªs puede hacer frente por s¨ª solo a la crisis econ¨®mica, el cambio clim¨¢tico o al terrorismo, el crimen organizado y a las epidemias y pandemias.
Por un lado, debemos establecer normas vinculantes a escala internacional, sean cuotas de emisi¨®n de CO2 o reglas contra la corrupci¨®n, la evasi¨®n fiscal y el blanqueo de capitales.
Por otro, tenemos que trabajar con otros pa¨ªses para establecer objetivos compartidos. En esa l¨ªnea, la Uni¨®n Europea es nuestro principal instrumento para gobernar la globalizaci¨®n. Una Uni¨®n Europea de la que alg¨²n pa¨ªs tiene tentaci¨®n de desconectar, e incluso dentro de nuestras fronteras algunos miran con desconfianza. Tal es quiz¨¢ el resultado de algunas decisiones discutibles que se han tomado desde Europa. Pero la Uni¨®n Europea es y seguir¨¢ siendo el entorno en el que todos los pa¨ªses miembros podamos desarrollarnos de una manera m¨¢s armoniosa y solidaria.
Es muy importante aumentar la democratizaci¨®n de las instituciones de la Uni¨®n Europea para acercarlas a la realidad de los ciudadanos, de la que en ocasiones ha parecido estar desconectada.
Queremos avanzar en la integraci¨®n econ¨®mica europea y en alcanzar un verdadero gobierno del Euro. Para ello, Se?or¨ªas, queremos reforzar y acelerar el Plan J¨¹nker, para el necesario impulso de la inversi¨®n p¨²blica europea, y forjar con todas las fuerzas pol¨ªticas una posici¨®n com¨²n sobre la reforma de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria, que implique la Uni¨®n Bancaria, Fiscal, y por supuesto Social.
No podemos seguir hablando de Europa, Se?or¨ªas, sin hacerlo de la crisis de refugiados. Es urgente apoyar a los pa¨ªses que m¨¢s refugiados acogen, incrementar los acogidos en Espa?a, dotar econ¨®micamente los programas de reasentamiento y facilitar la concesi¨®n de visados. En esta l¨ªnea, apostamos por impulsar una pol¨ªtica com¨²n europea de asilo e inmigraci¨®n.
Porque entre el ego¨ªsmo y la solidaridad, Europa y Espa?a tienen que apostar decididamente por lo segundo. Porque la solidaridad es el principio rector de la construcci¨®n de Europa desde su origen.
Se?or¨ªas, revitalizar nuestra pol¨ªtica exterior exige: recuperar el principio de jurisdicci¨®n universal en la actuaci¨®n de nuestra justicia; promulgar un Plan Renovado de Derechos Humanos y devolver la cooperaci¨®n al coraz¨®n de la acci¨®n exterior de Espa?a, promoviendo una nueva Ley de cooperaci¨®n, que sea la base de una nueva relaci¨®n con Am¨¦rica Latina y tambi¨¦n con ?frica.
En cuanto a nuestra pol¨ªtica de Defensa, queremos asegurar el compromiso de Espa?a en misiones de paz avaladas por organizaciones internacionales. En clave interna queremos aprobar una programaci¨®n presupuestaria plurianual y reformar la jurisdicci¨®n militar para su homologaci¨®n con el resto de ¨®rdenes jurisdiccionales.
En cuanto a la lucha contra el terrorismo internacional apoyaremos la coalici¨®n global contra el ISIS. Para ello s¨¦, no me cabe duda, que mi compromiso y el de mi partido contra el terrorismo cuenta con el apoyo de toda la C¨¢mara. Compromiso avalado por nuestra historia y por el impulso, en clave interna y desde la oposici¨®n, del Pacto contra el terrorismo yihadista.
Promoveremos la creaci¨®n de un organismo de inteligencia en la Uni¨®n Europea, apoyaremos una salida pol¨ªtica y humanitaria a la situaci¨®n en Siria, y lucharemos contra la pobreza y la violaci¨®n de Derechos Humanos en el norte de ?frica y en Oriente Medio.
Se?or¨ªas,
Los problemas a los que nos enfrentamos como sociedad no pueden reducirse a una cuesti¨®n moral, aunque sin ¨¦tica no hay convivencia. Nuestros problemas son pol¨ªticos y tienen que abordarse pol¨ªticamente. Y si la pol¨ªtica es di¨¢logo, la pol¨ªtica democr¨¢tica es un di¨¢logo reforzado.
Di¨¢logo es lo que ha faltado durante estos a?os en uno de los temas que m¨¢s deber¨ªan ocuparnos, el de las relaciones entre el Gobierno central y la Generalitat de Catalu?a. No es aceptable que dos Gobiernos democr¨¢ticos hayan vivido durante a?os de espaldas uno de otro, sin comprender la ruina colectiva que provoca tal enfrentamiento.
Los socialistas, y estoy seguro que la inmensa mayor¨ªa de la sociedad y de sus Se?or¨ªas, entendemos que Catalu?a forma parte de Espa?a. Estimamos y respetamos a la sociedad catalana, su cultura, su lengua, sus singularidades. Por eso nos duele constatar una realidad que de nada sirve negar: parte de esa sociedad ha desconectado con nuestro proyecto com¨²n que hemos construido juntos, los catalanes y el resto de espa?oles.
No negamos que haya habido razones para el desencuentro. Ni que la falta de di¨¢logo de unos y otros, haya llevado la situaci¨®n hasta un extremo que no deseamos. Lo que deseamos es mirar al futuro y hacerlo con esperanza.
Aprovecho esta tribuna para dirigirme a todas sus Se?or¨ªas, en especial a los diputados catalanes, los que se posicionan al lado de nuestra Constituci¨®n y los que defienden tesis independentistas. Aprovecho tambi¨¦n para dirigirme a toda la sociedad catalana.
Nos une una historia que hemos hecho juntos durante siglos; nos unen las biograf¨ªas, mestizas, mezcladas; nos une la vida, esa vida que compartimos con familiares, con amigos, con socios, con compa?eros de oficina.
Los sentimientos son la patria particular de cada uno, y ah¨ª nadie puede ni debe entrar. Otra circunstancia es la defensa de la legalidad vigente, sin la cual todos estar¨ªamos expuestos a injusticias y criterios arbitrarios.
Estoy comprometido con la defensa de la Constituci¨®n y de la ley. Pero no quiero quedarme solo en la ley. Quiero ayudar a un nuevo entendimiento entre catalanes, y entre ¨¦stos y el resto de compatriotas espa?oles. Hablo de tender puentes y de volver a sentirnos todos parte de este proyecto com¨²n que es Espa?a.
Es imprescindible actuar desde la lealtad institucional. Para ello activaremos las comisiones bilaterales, que en el caso del Estado con la Generalitat de Catalunya no se re¨²ne desde julio de 2011.
Se?or¨ªas, si el Gobierno de la Generalitat presenta un documento con 23 temas que considera prioritarios resolver con el Gobierno del Estado, no pueden dejarse a un lado sin m¨¢s.
Quiero comprometerme ante esta C¨¢mara con algunas de aquellas peticiones de la Generalitat, que por otra parte, coinciden con peticiones de otras CCAA: financiaci¨®n suficiente de la Ley de Dependencia, incremento del presupuesto para pol¨ªticas activas de empleo, derogaci¨®n de la Reforma Local, paralizaci¨®n de la LOMCE y recuperaci¨®n de los fondos para el Programa de Desarrollo Rural.
Pero no basta con este compromiso, Se?or¨ªas.
Necesitamos una amplia reforma que tambi¨¦n propone soluciones para otras realidades. Realidades a las que no es ajena, m¨¢s bien al contrario, la ciudadan¨ªa catalana. Estoy hablando de la Reforma de la Constituci¨®n.
Se?or¨ªas,
No es justo el derrotismo que pretende hacer una enmienda a la totalidad de la democracia del 78. La historia de nuestros padres es una historia que acaba bien. La de una generaci¨®n que afronta el final de una dictadura y que nos entrega el testigo de una democracia consolidada y europea, que vive su infancia en la pobreza y el subdesarrollo y nos entrega un pa¨ªs con buenas infraestructuras y servicios p¨²blicos para todos los ciudadanos.
En nombre de quienes crecimos en democracia, doy las gracias a quienes la hicieron posible desde las calles de nuestros pueblos y ciudades, desde los centros de trabajo y las universidades, y tambi¨¦n a los hombres y mujeres que, desde esta C¨¢mara, y desde diferentes opciones ideol¨®gicas, trabajaron pensando en lo que les un¨ªa y aparcando lo que les separaba, para consolidar la democracia espa?ola. Gracias.
Se?or¨ªas,
Pertenezco a una nueva generaci¨®n de pol¨ªticos que debe honrar a nuestros padres y madres mejorando ese legado con su reforma.
Los 38 a?os que han pasado de la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n son los mejores a?os de nuestra Historia. Un largo periodo donde ha primado como nunca el progreso, la paz social, la estabilidad pol¨ªtica y la solidaridad territorial. Pero la Espa?a de hoy no es la de 1978. Nuestro Estado necesita remodelarse para alumbrar un periodo tan largo y fruct¨ªfero como el que nos precede, una reforma del pacto generacional que deje un legado a las generaciones futuras tan digno o m¨¢s del que nos dejaron a nosotros.
La Constituci¨®n permite y garantiza la actuaci¨®n de todas las opciones pol¨ªticas democr¨¢ticas, por ello su reforma no puede ser el resultado de la imposici¨®n ni de la exclusi¨®n. Solo tendr¨¢ sentido si cuenta con el apoyo de la gran mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas y de la ciudadan¨ªa.
Por eso tiendo la mano a todos. Porque renovar nuestro marco de convivencia necesita ineludiblemente del concurso de todos. Si sus Se?or¨ªas me dan su confianza, el Gobierno crear¨¢ en el plazo de un mes, una subcomisi¨®n para la?Reforma Constitucional que llegue a un acuerdo sobre el per¨ªmetro pactado de la reforma. A nuestro juicio debe incluir los siguientes bloques: reconocimiento de nuevos derechos civiles y pol¨ªticos, y de los derechos sociales como derechos fundamentales; modificaci¨®n del art¨ªculo 135 para garantizar la estabilidad presupuestaria y la estabilidad social; supresi¨®n de preferencia del var¨®n en la sucesi¨®n a la Corona; revisi¨®n de las bases del sistema electoral; incorporaci¨®n del ¡°hecho¡± Uni¨®n Europea al ordenamiento constitucional; y revisi¨®n del T¨ªtulo VIII para desarrollar el Estado de Estructura Federal.
Respecto a este punto, propondremos incorporar la denominaci¨®n de las CCAA y ciudades aut¨®nomas, garantizar la igualdad entre espa?oles, determinar las competencias del Estado y las CCAA al igual que los Ayuntamientos, establecer los principios de financiaci¨®n auton¨®mica y convertir al Senado en una verdadera C¨¢mara territorial.
Se?or¨ªas,
Estamos obligados al di¨¢logo. Es imperativo moral, y tambi¨¦n una necesidad funcional. As¨ª lo han decidido los espa?oles.
Los ciudadanos no han sustituido una mayor¨ªa absoluta por otra, los ciudadanos han sustituido una mayor¨ªa absoluta por construir gobiernos fuertes, estables, desde el di¨¢logo y el acuerdo. Y el di¨¢logo y el acuerdo exigen el reconocimiento de la dignidad moral del adversario, exigen el respeto al otro, exigen escuchar al otro. Exigen arriesgarse a un di¨¢logo del que ninguno saldr¨¢ igual que cuando lo inici¨®.
Un di¨¢logo, cuando es de verdad, exige asumir el riesgo de ser convencido. Son necesarias nuevas formas de valent¨ªa en nuestra sociedad, formas de valent¨ªa que requieren m¨¢s inteligencia que la que es necesaria para declarar inelegible moralmente al contrario, que la inteligencia necesaria para destruir moralmente a nuestro adversario cuando no somos capaces de combatir sus ideas.
No soy ingenuo. S¨¦ bien que hay muchos interesados en que nada cambie. Pero las cosas est¨¢n cambiando, siempre lo hacen, y ahora cambian m¨¢s deprisa.
Ser patriota es un valor exigente. Porque ser patriota es querer que la historia de tu pa¨ªs discurra por la senda de la prosperidad y de la libertad de sus ciudadanas y sus ciudadanos.
Les aseguro que ser¨¦ exigente conmigo mismo y con el Gobierno que aspiro a presidir, vamos a exigirnos decencia y valent¨ªa, y vamos a exigirnos ser realistamente idealistas, pragm¨¢ticamente ut¨®picos. Vamos a ser humildes pero ambiciosos. Trabajar¨¦ por devolver con creces la confianza que se deposite en nosotros, desde la moderaci¨®n, la transparencia y la ejemplaridad.
Se?or¨ªas,
Tenemos una oportunidad, la tenemos al alcance de la mano, para reconducir la historia de Espa?a a la senda de prosperidad y convivencia por la que hemos recorrido los mejores a?os de nuestra democracia, una convivencia en igualdad, en paz y en libertad, que son los valores de nuestra sociedad.
La crisis nos ha hecho sufrir como sociedad, pero no nos ha quebrado. Vamos a afrontar con ¨¢nimo, con determinaci¨®n y con esperanza la tarea de construir la Espa?a de las pr¨®ximas d¨¦cadas. Les propongo construir una Espa?a mejor, fuerte y solidaria en el mundo. La Espa?a de las oportunidades, los derechos y las libertades. Una Espa?a laica. Una Espa?a libre de corrupci¨®n. Una Espa?a federal con la fuerza de sus culturas, de sus lenguas y de su historia com¨²n,?con la fuerza de su ejemplaridad interna y externa. Una Espa?a federal en una Europa federal.
Les propongo que nos pongamos manos a la obra para construir una Espa?a mejor, tambi¨¦n en lo individual. Donde trabajar garantice llegar a fin de mes. Donde los padres y madres trabajadores tengan tiempo de jugar y educar a sus hijos. Donde el parado tenga garantizada una prestaci¨®n social. Donde ninguna persona sea privada de su vivienda y sufra desahucio. Donde las mujeres cobren igual que los hombres. Donde erradiquemos el terrorismo machista. Donde nuestros j¨®venes encuentren trabajo con 20 y no con 30 ¨® 40 a?os. Donde una discapacidad no sea nunca un obst¨¢culo. Donde con 45 a?os la carrera profesional no entre en zona de riesgo. Donde s¨®lo el m¨¦rito y la capacidad sean las palancas de movilidad social. Donde haya m¨¢s empresas compitiendo en el exterior. Donde los trabajadores p¨²blicos sean respetados y los aut¨®nomos est¨¦n protegidos. Donde los pensionistas tengan una jubilaci¨®n digna. Donde nuestros hijos tengan siempre un futuro mejor.
Este es el cambio que propongo. Un cambio que una de nuevo a los espa?oles, y a todos los territorios.
Se?or¨ªas,
Voy a acabar mi intervenci¨®n. Desde la humildad de nuestra representaci¨®n y desde la ambici¨®n del cambio que perseguimos, esta es nuestra propuesta nacida de un primer acuerdo. Este acuerdo no es el resultado. Es parte de la operaci¨®n. Y la operaci¨®n, no es una simple suma. Es una multiplicaci¨®n. El resultado de multiplicar el peso de todas las fuerzas que representan el cambio hoy en Espa?a puede ser exponencial. Es lo que Espa?a necesita.
Sabemos que el resultado de la suma de PSOE + Ciudadanos no es suficiente para conseguir ese cambio. Tambi¨¦n sabemos que el resultado de la suma de PSOE + otras fuerzas a mi izquierda tampoco alcanza lo suficiente.
La soluci¨®n est¨¢ las manos de los 350 diputadas y diputados aqu¨ª presentes. Las manos de los socialistas est¨¢n hoy aqu¨ª tendidas.
Hoy todos sabemos de antemano el resultado de la votaci¨®n final de esta investidura si nos atenemos a lo escuchado estos d¨ªas. Sea cual sea ese resultado, quiero resaltar en esta tribuna que el PSOE se siente orgulloso de haber conseguido los objetivos que nos propon¨ªamos al llegar hasta aqu¨ª. Eran tres:
Primero, ante los espa?oles. Pretend¨ªamos dejar clara nuestra firme voluntad de trabajar por un cambio de la pol¨ªtica espa?ola. Sabemos que no podemos hacerlo en solitario y aceptamos que as¨ª sea. Desde la humildad y la ambici¨®n, nos hemos ofrecido a ser part¨ªcipes de ese proceso. Ese era el objetivo y creo haberlo cumplido.
En segundo lugar, ante los diputados y diputadas de esta c¨¢mara, sean del partido que sean. Nos propon¨ªamos en esta sesi¨®n parlamentaria, extender la mano a todos los que compartan un objetivo com¨²n, el de alcanzar mediante el di¨¢logo y el acuerdo un cambio de este Gobierno y un cambio en la forma de gobernar este pa¨ªs. Hemos predicado con el ejemplo. Quiero, una vez m¨¢s, agradecer al grupo de diputados y diputadas de Ciudadanos su esfuerzo y su compromiso con todos los espa?oles. Objetivo cumplido.
Y en tercer lugar, ante el Rey, Felipe VI, y ante el resto de las instituciones del Estado. Quiero manifestar mi satisfacci¨®n porque al dar un paso adelante, y aceptar esta sesi¨®n de investidura, hemos resuelto el bloqueo de la situaci¨®n pol¨ªtica a la que la falta de responsabilidad del Sr. Rajoy nos hab¨ªa llevado. Los mecanismos de la democracia hoy vuelven a ponerse en marcha. Los plazos empiezan a correr y el Estado sale del bloqueo. Mi fracaso hubiera sido rechazar el ofrecimiento del Jefe del Estado.
Hasta aqu¨ª, si me lo permiten, creo que puedo decir con orgullo a los miembros de mi grupo parlamentario: Gracias. Hemos cumplido.
Y respecto a todos los dem¨¢s, a partir de ahora, en el debate que se inicia, soy uno m¨¢s de los 350 aqu¨ª presentes. Hoy me ha correspondido traer a la C¨¢mara una propuesta abierta a su votaci¨®n esta semana. El ¨¦xito o el fracaso de este debate que en unas horas iniciamos depender¨¢ de todos nosotros. Al final de las sesiones tendremos la posibilidad de votar. La propuesta que les planteo es clara. Se basa finalmente en tres acciones: saquemos a Espa?a de la situaci¨®n de bloqueo en la que se encuentra; pongamos en marcha el cambio que esperan millones de espa?oles; arranquemos a la velocidad que conjuntamente decidamos. Pero avancemos.
Y a esta pregunta tendremos que responder sencillamente S? o NO. En ese momento sabremos d¨®nde realmente est¨¢ cada uno.
Muchas gracias.
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