En regresi¨®n
El PP se siente blanqueado por el voto y con Rajoy fortalecido
Durante dos campa?as electorales consecutivas hemos o¨ªdo decir que Espa?a necesitaba reformas urgentes, que se impon¨ªa una actualizaci¨®n del sistema democr¨¢tico, y que los menos indicados para afrontar estos cambios eran el presidente Rajoy y su partido, acorralados por la corrupci¨®n, instalados en el discurso del nunca pasa nada y en una singular tendencia a confiar en que los problemas se resuelvan solos. Pues bien este presidente y este partido con toda probabilidad van a seguir gobernando Espa?a en un momento en que Europa est¨¢ atravesando unas crisis de gran calado que cuestiona su futuro.
Espa?a vot¨® tres d¨ªas despu¨¦s de que los ingleses decidieran en refer¨¦ndum salir de Europa. Y lo que se ha dicho de los votantes del Brexit se puede predicar de quienes han redimido al partido hegem¨®nico de la derecha espa?ola. Una parte de la gente mayor, desasosegada por las incertidumbres y amenazas que se ciernen sobre ellos, sin consideraci¨®n por los intereses y expectativas de los j¨®venes, muchos de los cuales se quedaron en casa, han votado por la opci¨®n m¨¢s conservadora en un gesto de repliegue en busca de una falsa seguridad. La reacci¨®n nost¨¢lgica y defensiva de los votantes del Reino Unido ha desconcertado al poder establecido porque ha roto el statu quo, en Espa?a lo ha legitimado. Por eso los que critican a los brit¨¢nicos felicitan a los espa?oles, pero ambos votos responden a lo mismo: al miedo. Y son regresivos.
El PP se siente blanqueado por el voto y con Rajoy fortalecido, despu¨¦s de haber puesto el pa¨ªs al borde de la ingobernabilidad para salvarse a s¨ª mismo. Pero un tercio de los votos no da un Gobierno fuerte. Si de verdad se pretende cambiar las cosas, el PP no puede gobernar solo. Y para que se pueda llegar a acuerdos s¨®lidos debe cambiar de programa y de personas. Y asumir las responsabilidades por la corrupci¨®n de las que se considera indultado por los electores. No es algo que est¨¦ en los h¨¢bitos de Rajoy.
Cuesta imaginar que quien ha aguantado hasta aqu¨ª, desafiando la l¨®gica del inter¨¦s general, vaya a ceder ahora. Y m¨¢s conociendo el criterio que ha guiado su carrera: resistir. Si Rajoy no abre el juego, puede que haya Gobierno porque sus debilitados adversarios no sean capaces de resistir a las presiones externas e internas. Pero no se habr¨¢ acabado la provisionalidad. El Gobierno estar¨¢ al albur del Congreso. Podemos cay¨® en la trampa de la polarizaci¨®n que le tendi¨® el PP, Ciudadanos ha sufrido el castigo del voto in¨²til y el PSOE ayud¨® al presidente al convertir a Podemos en el enemigo n¨²mero uno. Todos perdieron, menos Rajoy. Y el pa¨ªs queda varado, en medio de grandes turbulencias. Ha ganado el orden, dicen.
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