Estudiar el islam
Sin una depuraci¨®n, la shar¨ªa lleva consigo la yihad contra el infiel, la violencia sobre la mujer y la consideraci¨®n de la cultura occidental como degenerada
Hace poco, en un art¨ªculo en el que defend¨ª la legalidad del burkini, apunt¨¦ tres criterios para objetivar la valoraci¨®n de los temas pol¨¦micos relacionados con el islam en Espa?a. Primero, el encaje con las normas y valores del Estado de derecho, para mi perfecta. Segundo, la fundamentaci¨®n doctrinal isl¨¢mica, que ya permit¨ªa separar la ortodoxia del burkini del burka, uso cultural pero no prescripci¨®n normativa. Tercero, las ventajas e inconvenientes, por impulsar la presencia de las creyentes en un espacio de ocio, de otro modo vedado.
Cabe someter al mismo filtro el tema de la anunciada Universidad isl¨¢mica en trance de constituci¨®n. La iniciativa coincide con la francesa de la Fundaci¨®n del Islam para Francia, con grandes personalidades isl¨¢micas y laicas, que propone que los imanes, claves en la vida musulmana, estudien islamolog¨ªa ¡ªno propaganda islamista¡ª y valores democr¨¢ticos. Esto falta en la Universidad elogiada en estas mismas p¨¢ginas. Es una iniciativa no solo estrictamente musulmana sino de una corriente determinada, la del integrismo islamista fundado en Marruecos por Abdessalam Yassin. Los dos primeros criterios son cuestionables, en consecuencia. Y el tercero, bien evidente, consiste en la formaci¨®n de ¨¦lites islamistas, no en el conocimiento cient¨ªfico del islam. Y aqu¨ª debemos insistir en que entre la ciencia heredera de ese Descartes, a quien los seguidores de Yassin satanizan, y la ciencia como erudici¨®n descriptiva de una doctrina sagrada, existe un abismo.
El rector del nuevo centro, Yachid Boutarbouch, acaba declarar que est¨¢ al margen de Justicia y Caridad, la organizaci¨®n fundada por Yassin, pero todos los datos le incluyen en ella, cuyos principios expuso en un libro publicado en Mayrit (Madrid, al Andalus obliga). Es una maniobra habitual, no explicada. Lo cierto es que Justicia y Caridad rechaza la violencia y ha evolucionado, desde los Hermanos Musulmanes a Erdogan, con una v¨ªa pluralista, en ¡°un Estado civil¡±, poco tranquilizante, dado que en todo caso se trata de lograr el imperio de la shar¨ªa.
Opuesto Boutarbouch a toda celebraci¨®n de la conquista de Granada, ser¨ªa importante ver qu¨¦ dice en su inencontrable libro sobre el 11-M. Sobre todo no caben enga?os: sin una depuraci¨®n, la shar¨ªa lleva consigo la yihad contra el infiel, la violencia sobre la mujer, la ausencia de derechos para otros creyentes (Yassin). Y la consideraci¨®n de la cultura actual de Occidente como degenerada. ?Vacuna contra el yihadismo?
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