El pach¨¢ que corrompi¨® la noche de Mallorca
Testigos denuncian la connivencia de la Polic¨ªa Local con el due?o de las grandes discotecas de la isla
Machacar y llevar a la ruina a la competencia a trav¨¦s de presiones y denuncias sirvi¨¦ndose de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, funcionarios de la inspecci¨®n de trabajo y particulares que presentaban demandas falsas. As¨ª es como el juez Manuel Penalva cree que el empresario mallorqu¨ªn Bartolom¨¦ Cursach proced¨ªa para mantenerse en la cresta de la ola del negocio de las discotecas de Mallorca, Pach¨¢ entre ellas. El magistrado que investiga la presunta trama corrupta en la Polic¨ªa Local de Palma decret¨® su ingreso en la c¨¢rcel ante el riesgo de que "atemorice" a los testigos o huya fuera del pa¨ªs dado su alto poder adquisitivo.
El empresario permanece en prisi¨®n preventiva desde el viernes pasado, acusado de 16 delitos entre los que se incluyen homicidio, corrupci¨®n de menores, extorsiones y amenazas.?Para justificar su ingreso en prisi¨®n preventiva, el juez ha dictado un auto de 280 p¨¢ginas en las que incluye la narraci¨®n de numerosos testigos sobre la connivencia que exist¨ªa entre el grupo del empresario, polic¨ªas locales y funcionarios de distintos departamentos a los que presuntamente pagaba para que beneficiaran a sus empresas y "machacaran a la competencia" en un ejercicio de "extorsi¨®n sistem¨¢tica" seg¨²n el juez.
Penalva sit¨²a al empresario en la cumbre de una "organizaci¨®n criminal" que actuaba en clara connivencia con los agentes de la Polic¨ªa Local de Palma para recibir preavisos de inspecciones en sus locales y acosar a los establecimientos de la competencia, a los que en ocasiones "machacaba para que no levantasen cabeza", seg¨²n un testimonio incluido en el sumario.
Las investigaciones apuntan que el empresario se val¨ªa de Bartolom¨¦ Sbert,?director general de sus empresas -director general de Ordenaci¨®n Tur¨ªstica durante el Gobierno del PP de Gabriel Ca?ellas-, que era quien daba ¨®rdenes a los polic¨ªas. "Era una especie de sheriff", dice uno de los testigos, quien se?ala que presum¨ªa de "tenerlo bien" con el alcalde para evitar la concesi¨®n de licencias para fiestas a los locales rivales.
"Sbert daba ¨®rdenes para que se parase a los autobuses que llevaban a la gente a los locales de la competencia", dice un empresario que ha declarado como testigo, en un relato incluido en el auto de prisi¨®n. El juez se?ala que el empresario ten¨ªa agentes "a sueldo": les pagaba en especie o con beneficios a la hora de disfrutar de sus establecimientos, como pases para su gimnasio o comidas en sus locales de restauraci¨®n. Algunos testigos protegidos se?alan que estos polic¨ªas eran agasajados "con fiestas privadas en las que hab¨ªa coca¨ªna, alcohol y mujeres, como en la discoteca Kiss, que fue cerrada para los polic¨ªas que trabajaban para Cursach".
Los preavisos de inspecci¨®n y la desaparici¨®n de las sanciones que se impon¨ªan a sus empresas han sido la t¨®nica habitual, seg¨²n han afirmado ante el juez algunos empresarios de la competencia y extrabajadores de Cursach. Un extremo que el grupo de blanqueo de la Polic¨ªa Nacional ha plasmado en un informe. Solo el 12% de las sanciones que se le impon¨ªan eran tramitadas policialmente, y de las que entraban en el Ayuntamiento de Palma, solo un 8% generaban expedientes sancionadores, frente a empresas de la competencia, con tasas del 77%.
Los importes de las multas tambi¨¦n eran menores, seg¨²n la polic¨ªa, ya que en 2014 apenas alcanzaron los 6.452 euros frente a los 184.282 euros en sanciones que le impusieron el a?o pasado, cuando se levant¨® el secreto de sumario de este caso que nace de la investigaci¨®n de una presunta trama corrupta instalada en la Polic¨ªa Municipal de Palma.
Discotecas importantes
El grupo Cursach cuenta en su curr¨ªculum con las discotecas m¨¢s importantes de la isla. Como la hist¨®rica Tito's, en el Paseo Mar¨ªtimo de Palma, que, seg¨²n algunos testigos, "jam¨¢s ha tenido inspecciones" y es "una trampa mortal". Un empresario que figura como testigo en la causa ha contado que incumple muchas medidas de seguridad, tiene las salidas de emergencia obstaculizadas y los avisos sonoros desconectados.
Otro de los establecimientos importantes en su cartera es Pach¨¢, una discoteca con la que Cursach se hizo, seg¨²n un testigo, tras "acosar a los anteriores due?os", que se vieron obligados a venderla a bajo precio. Durante 16 a?os Pach¨¢ en Palma no tuvo licencia de actividades, seg¨²n dijo su anterior propietario ante el juez, hasta que Cursach se hizo con ella tras seguir el m¨¦todo que empleaba para conseguir las discotecas que pod¨ªan hacer sombra a sus negocios y que consist¨ªa en ejercer "presi¨®n policial, pol¨ªtica y administrativa". "La licencia que no se pudo conseguir en 16 a?os fue obtenida en tiempo r¨¦cord, aproximadamente una semana" afirma expropietario.
La tercera gran discoteca en su poder es BCM -que responde a sus siglas Bartolom¨¦ Cursach M¨¢s-, una de las m¨¢s grandes del mundo, situada en la tur¨ªstica localidad de Magaluf y frecuentada por un turismo sobre todo ingl¨¦s. Los propietarios de locales de la zona aseguran que la discoteca tambi¨¦n recib¨ªa chivatazos sobre las inspecciones y que el jefe de relaciones p¨²blicas del macro establecimiento amenazaba a los propietarios de los locales colindantes.
"No enfades a Tolo"
"Esto viene de lo m¨¢s alto, no deber¨ªas haber enfadado a Tolo", le amenaz¨® el relaciones p¨²blicas a un empresario de la zona, que denuncia que los trabajadores de Cursach han agredido a sus empleados, a los que tambi¨¦n han coaccionado e insultado con la ausencia de intervenci¨®n de la polic¨ªa del municipio, a la que el testigo dice que llam¨® "con resultado infructuoso".
La vertiente m¨¢s turbia del caso gira en torno al presunto tr¨¢fico de drogas, la corrupci¨®n de menores y el homicidio. Seg¨²n un testigo, cuyo relat¨® el juez incluye en el auto, el empresario "infecta a sus empleados y les facilita droga con la excusa de que les ayudar¨¢ a aguantar mejor las jornadas de trabajo".
Un testigo protegido se?ala que el empresario "ten¨ªa matones a sueldo" y que sospechaba que "se hab¨ªa cargado" a un hombre que participaba en supuestas entregas de droga. Cursach hace frente a acusaciones que podr¨ªan conllevarle m¨¢s de 20 a?os de prisi¨®n mientras permanece junto al director general de sus empresas, alejado de sus negocios y encerrado en la prisi¨®n de Palma.
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