Los espa?oles dejan el hogar familiar diez a?os despu¨¦s que los suecos
Los j¨®venes espa?oles abandonan la casa de sus padres a los 29 a?os ante la elevada tasa de desempleo juvenil
El recorrido vital de los j¨®venes europeos presenta notables diferencias geogr¨¢ficas. Mientras en Suecia la edad media de emancipaci¨®n est¨¢ en los 19,7 a?os, poco despu¨¦s de alcanzar la mayor¨ªa de edad, cuando muchos de ellos se encuentran cursando estudios universitarios, en Espa?a la salida del hogar familiar no se produce hasta los 29 a?os, casi una d¨¦cada despu¨¦s.
El pa¨ªs n¨®rdico es un caso particular, es el Estado de la UE donde la emancipaci¨®n es m¨¢s temprana seguido de Dinamarca y Finlandia, vecinos del norte. Pero seg¨²n los datos presentados este mi¨¦rcoles por Eurostat, Espa?a supera la media comunitaria (26,1 a?os), y se alinea con el grupo de cola, el de los que sueltan las llaves de la casa paterna de forma m¨¢s tard¨ªa. Solo en Malta (31,1 a?os), Eslovaquia (30,9), Italia (30,1) y Grecia (29,4), los j¨®venes se van despu¨¦s. Las diferencias son tambi¨¦n cuesti¨®n de sexo: las mujeres dejan el hogar dos a?os antes que los hombres y en todos los pa¨ªses de los Veintiocho lo hacen antes que sus hom¨®logos masculinos.
En la decisi¨®n de emanciparse inciden cuestiones culturales como el menor arraigo familiar en el norte de Europa, pero tambi¨¦n econ¨®micas. La correlaci¨®n con las cifras de paro as¨ª lo indica: Grecia, Espa?a e Italia lideran el desempleo juvenil en la UE con datos que duplican o triplican los de sus socios del norte, lo que desincentiva iniciar un camino m¨¢s all¨¢ de los muros de la casa familiar. Seg¨²n los c¨¢lculos del Observatorio de la Emancipaci¨®n del Consejo de la Juventud, un joven debe ganar al menos 1.809 euros al mes para independizarse sin riesgos. Y ah¨ª es donde las barreras del mercado laboral se erigen en escollos insalvables: tres de cada cuatro espa?oles de entre 15 y 24 a?os que trabaja lo hace con un empleo temporal, lo que impide a la mayor¨ªa de ellos alcanzar esa cifra en la n¨®mina.
Pocos padres presumen hoy de que los hijos nazcan con un pan bajo el brazo. Desde el estallido de la crisis, ese lugar lo ocupa una carpeta llena de curr¨ªculums que ir soltando como el que esparce semillas por el campo, a la espera de que alguna germine en un empleo. El retrato que hace el Consejo de la Juventud cita los elevados precios inmobiliarios como un problema: con un salario bajo solo es posible encontrar una vivienda precaria, habitualmente mucho m¨¢s peque?a e inc¨®moda que la que comparten con sus padres. La falta de ayudas al empleo, de becas, el cierre del grifo crediticio por parte de la banca y uno de los parques de vivienda social m¨¢s peque?os de Europa tambi¨¦n influyen en que la independencia pierda atractivo.
Ese retraso de la emancipaci¨®n tiene un efecto domin¨® sobre una amplia serie de indicadores: los soci¨®logos advierten del alargamiento de la adolescencia y la dificultad que podr¨ªan tener los j¨®venes para asumir responsabilidades tras tantos a?os deleg¨¢ndolas en los padres. Espa?a es junto a Italia el pa¨ªs en que m¨¢s se retrasa la llegada del primer hijo ¡ªpor encima de los 30 a?os¡ª, y la media de nacimientos es una de las m¨¢s bajas de la UE. Ello a su vez tiene consecuencias negativas sobre el pago de las pensiones en un momento en que el envejecimiento de la poblaci¨®n es un hecho: Espa?a es tras Jap¨®n el segundo pa¨ªs del mundo con una esperanza de vida m¨¢s elevada. Esa conjunci¨®n de factores ha generado situaciones que no se ve¨ªan desde hace d¨¦cadas: 2015 fue el primer a?o en que los fallecimientos superaron a los nacimientos en Espa?a desde la Guerra Civil.
La cuesti¨®n de la justicia intergeneracional est¨¢ sobre la mesa. El aumento de la edad media hace que para la clase pol¨ªtica sea menos rentable dirigirse a la menguante base de votantes que representan los j¨®venes. Y seg¨²n algunos analistas, el gasto en tercera edad en Espa?a en el periodo de la crisis econ¨®mica en materias como pensiones o sanidad ha sido 34 veces superior al de la infancia y la juventud, donde prima la inversi¨®n en educaci¨®n, una diferencia mucho m¨¢s acusada que la que se da en otros pa¨ªses de la OCDE.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.