Un bombero acusado de maltrato cambia de sexo durante el proceso judicial
El procedimiento penal podr¨ªa quedar sin efecto al tratarse de la acusaci¨®n de una mujer contra otra, un supuesto no contemplado en el C¨®digo Penal
Los tribunales se han encontrado con un caso sin precedentes para los profesionales del Derecho. Un var¨®n que fue denunciado hace siete a?os por su esposa por maltrato psicol¨®gico ha pasado a ser una mujer tras someterse a un cambio de sexo sin que se haya resuelto el litigio judicial. Aquel hombre, un bombero asturiano de 48 a?os, ha superado un proceso de reasignaci¨®n de sexo y en su DNI consta ahora que tiene identidad femenina. Esta persona est¨¢ acusada de un delito de violencia de g¨¦nero, pero el procedimiento penal podr¨ªa quedar sin efecto por tratarse de la acusaci¨®n de una mujer contra otra, un supuesto no contemplado en el C¨®digo Penal.
El abogado defensor del acusado, ??igo Urien Azpitarte, sostiene que la situaci¨®n jur¨ªdica de su cliente est¨¢ en una nebulosa y es motivo de debate entre letrados, magistrados y fiscales. Cuando asumi¨® el caso hace siete a?os, comenz¨® a representar a un hombre casado por la Iglesia al que su mujer hab¨ªa denunciado por ser v¨ªctima de ¡°insultos y vejaciones, sin llegar a las agresiones f¨ªsicas¡±. Durante el proceso de divorcio, su cliente ¡°comenz¨® a identificarse como una mujer y le fue diagnosticada una disforia de g¨¦nero¡±, declara el abogado a este diario. Ese diagn¨®stico psiqui¨¢trico (una discordancia entre su identidad de g¨¦nero y su sexo biol¨®gico) le permiti¨®, mientras segu¨ªa abierto el procedimiento judicial, modificar su nombre en el Registro Civil tras someterse a un tratamiento hormonal y a una intervenci¨®n quir¨²rgica para cambiar su sexo.
Esta persona, que obtuvo su plaza de bombero en Asturias, pero traslad¨® su plaza a Bizkaia, se encuentra ahora en situaci¨®n de baja laboral tras la operaci¨®n de cambio de sexo. Tiene dos hijos, de 10 y 8 a?os, cuya custodia comparte con su expareja y denunciante, una administrativa de 45 a?os.
El caso ha tomado una direcci¨®n diferente a la que llevaba hasta ahora. El abogado ha solicitado que la denuncia deje de tramitarse por la v¨ªa penal por un juzgado de violencia de g¨¦nero y se siga por lo civil por un juzgado de familia en Asturias. Urien opina que su cliente ¡°no es un presunto maltratador porque la supuesta violencia psicol¨®gica estar¨ªa ejercida por una mujer contra otra mujer¡±. ¡°Esta persona tiene diagnosticada una disforia de g¨¦nero, lo que significa que es mujer desde su nacimiento. No se le puede aplicar la ley contra la violencia de g¨¦nero, porque este delito est¨¢ previsto en los casos cometidos por un hombre contra una mujer¡±, a?ade el letrado vizca¨ªno. Y asegura que ¡°todas las denuncias interpuestas durante este tiempo por maltrato psicol¨®gico han quedado archivadas y no han prosperado¡±, aunque a¨²n quedan vivas tres denuncias.
La persona acusada, que no ha dado permiso al abogado para dar a conocer su identidad, est¨¢ ¡°muy fastidiado psicol¨®gicamente¡± y ¡°no quiere hablar¡±. ¡°No va a dar la cara para no a?adir a sus hijos m¨¢s sufrimiento¡±, apostilla. A la incertidumbre que rodea a su situaci¨®n en los tribunales se a?ade otro problema, dice su abogado: ¡°Est¨¢ en peligro su puesto de trabajo. La parte contraria ya nos ha advertido de ello. Ellos consideran que ¡°si era una mujer cuando oposit¨® para bombero, no cumpl¨ªa los requisitos para acceder a la plaza y habr¨ªa que volver a la situaci¨®n de partida¡±.
Tambi¨¦n se abre un escenario desconocido cuando los tribunales tengan que resolver el problema de la custodia de los hijos, apunta. El caso podr¨ªa llegar hasta el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, pronostica el letrado. Si el juzgado de familia de Asturias no se hace cargo del procedimiento, Urien tiene previsto ¡°acudir al Supremo y despu¨¦s al Constitucional¡±. ¡°Vamos a ver si est¨¢n dispuestos a abrir un camino judicial en la UE¡±, afirma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.