La lista de espera de la ley de dependencia baja un 16% en un a?o

La lista de espera de personas que est¨¢n desatendidas cuando tienen reconocido un grado de dependencia que les dar¨ªa derecho a recibir una ayuda ha bajado un 16,2% entre julio de 2016 y el mismo mes de este a?o, seg¨²n los datos de la Asociaci¨®n Estatal de Directores y Gerentes en Servicios Sociales. Pero este recorte se ha conseguido por la v¨ªa m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s barata, indica la asociaci¨®n en su ¨²ltimo informe sobre? el cumplimiento de la ley: concentrarse en las personas con un grado menor de necesidad, que son las que salen m¨¢s baratas al Estado.?

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Cuando se desglosa el n¨²mero de desatendidos en funci¨®n de su gravedad, este cambio se ve claro. En julio de 2016 hab¨ªa 375.600 personas en la lista de espera. De ellas, el 66,5% (249.700) ten¨ªa un grado I (los m¨¢s leves), y el 33,5% restantes (125.900) lo forman las de mayor gravedad (los grados II y III). Un a?o despu¨¦s, el total ha bajado ese 16,2%, hasta las 314.700 personas aguardando una ayuda, pero de ellas 193.800 ten¨ªan un grado I (un descenso del 22,4%), mientras que las que est¨¢n en situaciones m¨¢s graves hab¨ªan bajado apenas un 4%, hasta las 120.900.

Esta diferente progresi¨®n se ve claramente en otros aspectos. Por ejemplo, en el ¨²ltimo a?o, el n¨²mero total de personas en lista de espera con un grado I de dependencia ha descendido de manera continua. En cambio, el n¨²mero total de quienes ten¨ªan un grado mayor baj¨® de manera constante entre julio de 2016 y enero de 2017, pero desde entonces incluso ha aumentado. Han pasado de 120.200 en enero a 120.900 en julio.

"Adem¨¢s de lo injusto de esta situaci¨®n, que deja abandonadas a las personas con mayores y m¨¢s urgentes necesidades de atenci¨®n, existen importantes repercusiones en clave de financiaci¨®n", destaca la asociaci¨®n en la nota que acompa?a a los datos. La primera parte es clara: son quienes tienen mayor grado de dependencia quienes menos se benefician de una mejor¨ªa de la que "las Administraciones alardean". De hecho, ellas fueon las primeras a las que se les aplic¨® la ley de dependencia, precisamente en atenci¨®n de sus mayores requerimientos.

La segunda parte apunta al principal problema que ha tenido el desarrollo de esta ley. La atenci¨®n de las personas dependientes depende de la Administraci¨®n cantral y de las auton¨®micas. Al principio, la idea era que iban a compartir el gasto al 50%. Pero la realidad es que eso no es as¨ª y las comunidades corren con el grueso del gasto. El Estado central solo aporta 44,33 euros al mes por dependiente de grado I, 82,84 euros por el de grado II y 177,86 euros por el de grado III. El resto del coste del servicio (salario de cuidador, centro de d¨ªa, otras ayudas) las debe cubrir la comunidad. "Las mayores necesidades de apoyo de las personas con grados III y II hacen que generalmente, su atenci¨®n resulte m¨¢s costosa a las arcas auton¨®micas", indica la asociaci¨®n. Por ello opinan que "la raz¨®n del estancamiento en la reducci¨®n de la lista de espera para estos grados bien podr¨ªa estar en la incapacidad financiera de prestar los apoyos necesarios, mientras que la atenci¨®n a los grado I se est¨¢ resolviendo en muchas ocasiones con atenciones de bajo coste".

El ejemplo extremo del impacto de esta situaci¨®n es el de las personas que fallecen esperando la ayuda: 40.000 en 2016 seg¨²n los datos oficiales. Por ello, la asociaci¨®n calcula que, con esta situaci¨®n, este a?o ser¨¢n otras 34.000. Algo que solo se revertir¨¢ si se abordan las "urgentes necesidades financieras" para tratar a las 300.000 personas en lista de espera. ?