Los seis aspectos que fallan en la sanidad espa?ola
La C¨¢mara de Comercio Americana analiza el sistema de salud y sus retos
Premisa primera: un informe de la C¨¢mara de Comercio Americana ha de tener, como su nombre indica, un claro matiz econ¨®mico y empresarial. De hecho, sus ponentes este lunes por la ma?ana han sido Jordi Mart¨ª, director general de Celgene, una internacional biotecnol¨®gica, y Francisco de Paula Rodr¨ªguez, director de estrategia de Medtronic, una empresa de dispositivos sanitarios. Ambos pueden considerarse, a su vez, representantes del mundo de los laboratorios y la tecnolog¨ªa. Pero, incluso contando con su sesgo, el trabajo recoge un an¨¢lisis del sistema sanitario muy concreto, centrado en el valor de la innovaci¨®n, con el que coinciden otros trabajos al respecto. El propio Mart¨ª admite este aspecto, pero opina que en el tema de los avances del sistema hay que ser "como un martillo pil¨®n", insistiendo e insistiendo hasta que el tiempo pol¨ªtico los tome en consideraci¨®n. Algo importante para todos: para los pacientes que se benefician y para el pa¨ªs, con unas exportaciones de 16.000 millones en 2016, seg¨²n el estudio.
Estos son los seis retos que incluye el trabajo.
1.- Desprotecci¨®n de la innovaci¨®n. Mart¨ª y Rodr¨ªguez admiten que ha sido un problema m¨¢s pasado que actual, cuando en Espa?a hubo un periodo transitorio de adaptaci¨®n de las normativas europeas sobre patentes, y su inclusi¨®n es m¨¢s bien una llamada para que eso no cambie. El sistema de protecci¨®n intelectual es clave para las empresas innovadoras. Los laboratorios, por ejemplo, calculan que tardan entre 10 y 15 a?os en sacar un medicamento al mercado, con miles que se quedan por el camino, y que ese desarrollo puede costar m¨¢s de 2.000 millones. Esta es la cifra m¨¢s utilizada, aunque un reciente estudio de?Vinay Prasad, de la Universidad de Ciencia y Salud de Oreg¨®n, y Sham Mailankody, del Centro de C¨¢ncer Sloan Kettering de Nueva York, publicado en Jama Internal Medicine, lo rebaja a unos 650 millones de euros. En cualquier caso, mucho dinero que, seg¨²n Mart¨ª, no debe ser el ¨²nico factor. "No se debe pensar en t¨¦rminos de gasto, sino de beneficio. Hay que tener en cuenta otros beneficios", como el tiempo de supervivencia, los menores ingresos u otras ventajas de la innovaci¨®n, ha afirmado.
El tema de los precios de los f¨¢rmacos est¨¢ en continua actualidad, y va a seguir as¨ª con los nuevos medicamentos biol¨®gicos. En el Congreso se ha llegado a aprobar si deber¨ªan concederse licencias obligatorias (permiso para saltarse las patentes y fabricar m¨¢s barato) en algunos casos. Eso est¨¢ ya previsto para pa¨ªses pobres ante epidemias o problemas graves de salud p¨²blica (se pens¨® para el VIH), pero no en los ricos, que pagan m¨¢s por los f¨¢rmacos (lo que, aparte del beneficio para el fabricante, le permite bajar precios en pa¨ªses con menos capacidad econ¨®mica).?
2.- Falta de involucraci¨®n del paciente. No es solo que este se informe, sino que en el futuro tendr¨¢ que formarse para ser m¨¢s activo en su cuidado, por ejemplo con el uso de tecnolog¨ªa en su domicilio. Mart¨ª ha afirmado que en un futuro los hospitales actuales no tendr¨¢n sentido, y que gran parte de la atenci¨®n que en ellos se da pasar¨¢ a las casas de los pacientes. Ah¨ª, problemas actuales como la falta de seguimiento de las pautas de medicaci¨®n (la denominada adherencia) ser¨¢n a¨²n m¨¢s graves si no se consiguen zanjar antes.
3.- Merma de la capacidad de decisi¨®n de los m¨¦dicos. El estudio no est¨¢ en contra del ahorro, pero s¨ª de recortar en gastos con criterios solo a corto plazo. Esto lleva a cuestiones como que los profesionales ven limitada su capacidad de elegir un tratamiento u otro porque deben seguir protocolos fijados por las Administraciones (por ejemplo, recetar solo lo que sale en su ordenador o lo que ha decidido comprar el gestor de un hospital).
4.- Inequidad territorial. El caballo de batalla de profesionales, pacientes y proveedores. 15 a?os despu¨¦s del fin del traspaso de las competencias sanitarias, no convence la idea de que una comunidad pueda ofrecer una asistencia distinta de la de al lado. En la presentaci¨®n se ha hablado mucho de las agencias de evaluaci¨®n auton¨®micas. Seg¨²n los ponentes, en muchos casos hacen un trabajo redundante (revisar la conveniencia o no de incluir un tratamiento o servicio que ya ha hecho la estatal) con el objetivo de retrasar su implantaci¨®n (y, por tanto, el gasto correspondiente). Para Rodr¨ªguez, la soluci¨®n ser¨ªa que "si una agencia hace una evaluaci¨®n, su resultado sirva para todas". A este sistema se a?aden los sistemas de evaluaci¨®n de cada hospital, de manera que la inequidad no es solo entre comunidades, sino entre centros del mismo lugar. Es lo que se ha venido a definir como "una sanidad que depende del c¨®digo postal", ha dicho Mart¨ª.?
5.- Disparidad en la toma de decisiones. Cuestiones como las distintas regulaciones auton¨®micas o distintos plazos de pago (un problema que los ponentes admiten que ha disminuido mucho porque los pr¨¦stamos del Estado, como lo del Fondo de Liquidez Auton¨®mica, han permitido reducir mucho la deuda con proveedores) implican inseguridad para las empresas que deben invertir en innovar.
En este punto, el estudio destaca la "escasa colaboraci¨®n entre los diferentes agentes del sistema de salud con dificultades para poner en marcha acuerdos de colaboraci¨®n p¨²blico-privada, as¨ª como reducido conocimiento y desarrollo de los modelos de compra p¨²blica innovadora y compra p¨²blica de innovaci¨®n que faciliten la actualizaci¨®n tecnol¨®gica de nuestra Sanidad". Mart¨ª, por ejemplo, se?al¨® el modelo alem¨¢n, en el que el precio de los medicamentos se revisa al a?o de que empiece a dispensarse en funci¨®n de si ha alcanzado los beneficios que se esperaban, tanto para rebajarlo si no se logran, como para subirlo si las ganancias exceden lo previsto. Claro que para hacer esto habr¨ªa que tener mucha m¨¢s informaci¨®n de lo que es el proceso asistencial m¨¢s all¨¢ del puro coste de las m¨¢quinas o las medicinas, un elemento en el que el sistema espa?ol es deficitario.
6.- Falta de criterios estrat¨¦gicos. En general las decisiones de los gestores se toman a corto plazo, indica el informe. Rodr¨ªguez se?al¨® que mientras las medidas presupuestarias tienen un objetivo de un a?o, y los plazos pol¨ªticos son de cuatro, el de muchas enfermedades es mucho m¨¢s largo (las cr¨®nicas, para toda la vida). Esas disparidades, unidas a la falta de datos que se mencion¨® anteriormente, lastran la toma de decisiones de inversi¨®n. No es lo mismo plantear la adquisici¨®n de una m¨¢quina, por ejemplo, si solo se piensa en su coste a pagar el primer a?o que si se consideran sus beneficios para la salud a lo largo de 20. Esta visi¨®n tambi¨¦n deber¨ªa llevar a desinvertir en tecnolog¨ªa obsoleta, advierte el trabajo.
Para cada uno de estos aspectos, el informe ofrece actuaciones de mejora, que son, b¨¢sicamente, revertir esas situaciones: leyes de patentes firmes y claras, centrar las actuaciones en el paciente con su intervenci¨®n en la toma de decisiones, m¨¢s capacidad de los m¨¦dicos para prescribir (preocupa mucho la llegada de los medicamentos biosimilares, las copias de los biol¨®gicos), dar transparencia a las decisiones de financiaci¨®n, establecer criterios estrat¨¦gicos de incentivos en implantaci¨®n de innovaci¨®n y fomentar la equidad territorial y desarrollar una colaboraci¨®n p¨²blico-privada (entendida esta ¨²ltima como la aportaci¨®n de las empresas al sistema, no tanto por la titularidad del servicio).
La duda es si el "martillo pil¨®n" que menciona Mart¨ª llegar¨¢, o si estas recomendaciones ser¨¢n unas m¨¢s en la lista de informes a los que la agenda pol¨ªtica orilla.
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